Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

{09}

La desaparición de Nra


Ansiedad, miedo e impacto.

Tres simples palabras, tres principales efectos que descubrí luego de pasar casi veinticuatro horas sumido en completa oscuridad, con el frió traspasándome los huesos como el taladro a una pared, o con las ratas despertándome al morderme los pies.

En el silencio de la ofuscación, cuando todo esta en repleta calma, la soledad me busca y me impregna para atraerme con ella, regresándome los recuerdos, las penas que en mi corazón se clavan...los pensamientos que me duelen, sombras que del cielo bajan.
Y es ahí cuando viene esa soleada mañana de diciembre a mi cabeza, me veo a mi mismo en el parque intentando balancear a aquella rubia que me sonríe con picardía en los columpios y otros juegos infantiles en vez de mi sesión de contabilidad en la oficina de papá que seguro me aburriría por completo.

Se que, la última vez dijiste que ni siquiera podías mirarme.

—Y heme aquí—dije actuando tranquilo.

—Domink y yo decidimos darnos otra oportunidad—me confesó y yo detuve mi acción de golpe, el columpio dejó de moverse—Me pidió que fuera su novia luego de disculparse y yo acepte.

—Genial—murmuré y volví a empujarla como si el tema no me afectara en lo absoluto.

—¿Sólo eso vas a decirme?.

—Bueno, no sé qué quieres escuchar de mi Sophie. Sabes lo que opino acerca de ese tipo.

—Te amo—soltó dejándome sin aliento.

La chica se bajó del columpio para mirarme de frente. Sus ojos conectaron con los míos al momento. Sentí mi mirar cristalizarse, pero había decidido no derramar ni una sola gota esa tarde.

—¿Juegas conmigo?—cuestione sin expresión alguna—¿Te burlas de mi?

—No podría. Sabes que sin ti no vivo y sin ti no muero. Pero no encuentro paz en ningún lugar, y no puedes estar con este demonio enfermo.

—No, ahora lo sé.

—Eso no me impide dejar de sentir lo que siento ahora.

—¿Cómo puedes decir algo tan fuerte con tanta simplicidad?

—Porque me es sencillo amarte. Y sé que tú también lo haces, me amas.

—Si, es verdad. Te amo Sophia. Pero soy feliz sin ti—respondí causando que su rostro se contrajera—Amo lo que soy cuando estoy contigo. Y se que soy un cobarde por huir, pero...creo que ya no te necesito y tú debes aprender a no necesitarme.

—Prometiste no dejarme.

—Y no lo haré. Tú amigo siempre va a estar para ti, pero el hombre que acumula sus sentimientos de amor dentro suyo, ese, está desapareciendo por completo.

¡Jungkook!—escuchó un grito acompañado de una fuerte cachetada propinada en mi mejilla, y luego un fuerte ardor le acompaña.

—¡Maldición Santiago! Es la segunda vez que me golpeas ahí—me quejé incorporándome en el piso.

—Es que te grite millones de veces pero no despertabas y te creímos muerto. Entre en pánico y te golpeé intencionalmente, lo lamento.

—¿Q-qué, qué sucede?—cuestione tallando mis ojos.

—Mira—hablo Ithan señalando algo con su dedo. Confundido guié mi vista a través de él hasta que esta observó la vieja puerta ya abierta, dejando la luz entrar—Cuando despertamos ya estaba así.

—¿Eso significa que...?

—Nuestro castigo terminó—respondió Santiago—Podemos salir de este cutre lugar.


—Credo in unum Deum—cantó el padre al frente.

—Patrem omnipoténtem, factórem caeli et terrae—cantaron todos en la sala luego de que el piano hiciera presencia—Visibílium óminum et invisíbilium. Et in unum Dóminum Iesum Chrustum. Filium Dei unigénitum.

—Psss—espetó Santiago tratando de llamar mi atención. Yo sólo lo miré de reojo—¿La encontraste?

—Et ex Patre natum ante ómnia saécula. Deum de Deo, lumen de lúmine, Deum verum de Deo vero.

—No, no la he visto durante toda la mañana desde que salimos—respondí en un susurro sin dejar de mirar al frente.

Géntium, non factum, consubtantialem Patri: per quem ómnia facta sunt. Qui propter nos hómines et propter nostram salútem descéndit de caelis. Et incarnatus est de Spíritu Sancto—se escuchaba de fondo.

—¿No te parece algo demasiado extraño?—cuestiono.

Es María Vírgine et homo factus est. Crucifixus étiam pro nobis: sub Póntio Piláto passus et sepúltus est. Et resurréxit tértia die, secúndum scripturas.

—Por supuesto que es extraño—respondí ganándome la mirada del padre. Así que continúe con la oración.

Repentinamente el rector Masini apareció interrumpiendo las plegarias matutinas. Todos guardaron silencio y lo miraron con confusión e intriga, el tiempo que el internado le dedicaba a la oración era sagrado, por supuesto que se apareciera repentinamente era una gran causa de sorpresa.

—Lamentó suspender de manera inopinada su oración del día—comenzó con esa voz ronca y postura firme de siempre—Sin embargo, hay un delicado tema por el que la interrupción valdría la pena y del que es necesario informarles. Temo decir que...la señorita Dionora Di Marco, se encuentra desaparecida desde el día de ayer.

—¡¿Qué?!—exclame descreído y alarmado.

Y todo el mundo se volvía loco.

—¡Silencio!—gritó el rector callando a todos—Cabe mencionar y recalcarles, que los guardias están enterados de ello, ahora están buscando en el interior del bosque, en cada rincón de este lugar. No pararemos hasta encontrarla sana y salva. Sin embargo, para mayor seguridad hemos modificado las reglas.

Murmullos se escucharon por todo el cuarto.

—Primero, el toque de queda se recorta a las 7:00 en punto. Nadie puede estar fuera de su cama después de la hora indicada, de lo contrario se le castigará—comenzó cambiando de un lado a otro con las manos en la espalda—Tienen prohibido salir al patio hasta que sea seguro. Así que si no quieren ganarse otro severo castigo, más les vale que ni siquiera se acerquen—advirtió deteniendo su paso—No habrá ningún contacto con las niñas. A partir de hoy llevarán distintos horarios incluso durante el almuerzo. Está completamente prohibido tan siquiera dirigirles una mirada. ¿Entendido?

—¡Si, señor!—exclamaron los presentes al unísono.

—Perfecto, eso es todo. Pueden continuar con sus clases.

Todo el mundo rompió filas y salieron del auditorio camino al salón donde se llevaría a cabo el desayuno como todas las mañanas.

—¡Debe ser una maldita broma!—espeto Tiago aún sorprendido—¡¿Como que Dionora desapareció?!

—¡¿Crees que ella si haya logrado escapar?!—pregunto Ithan.

—Ni siquiera se pone a consideración hermano, ¿Cómo pudo haberlo hecho?—respondió—¿Acaso tiene sentido alguno para ti Kook?

Sin embargo, ni siquiera articule palabra, simplemente acelere el paso para alcanzar a Renata Carreto. Ella ni siquiera se lo esperaba, cuando la tomé del brazo y me adentré junto con mis dos amigos al armario de utileria, el mismo donde Nora y yo habíamos tenido nuestro primer contacto.

—¿Donde está? —solté dándole tiempo de nada.

—Jungkook, ¿Qué estamos haciendo?—susurro Ithan cuidando la entrada—Si el rector Masini sab...

—Contesta—interrumpí.

—¿Qué sucede con ustedes trío de alcornoques?—exclamó zafándose de mi agarre con brusquedad.

—¡Baja la voz!—dije tratando de nivelar mi respiración.

—A mi no me vas callar, ¿Entiendes?—me reclamo mirándome retadora—A diferencia de Nora, yo si trato de seguir la reglas, odiaría meterme en problemas por un tonto tío.

—¡A tomar por culo!—exclamo Santiago desesperándose al instante—Sólo perderemos el tiempo.

—Santi, no seas grosero con ella—le dijo su hermano.

—Seré mas que grosero si la españolita de papi no nos dice la verdad.

—Mmm vale—respondió la peli negro alargando la palabra con diversión—Ni crean que me dejaré intimidar por un trío de adolescentes idiotas inmaduros y precoces que toma todo lo que está pasando como un estúpido juego de detectives.

—Ay ya no la aguanto—soltó Santiago balanceándose hacia ella pero yo lo detuve al instante.

—¡Hostia!—clamo la chica burlesca por la reacción del castaño—Vaya tío, que estoy flipando con tu actitud de mierda.

—Te hice una pregunta, ¿Donde está?—volví a hablar sonando más firme que la primera vez.

—Primero, háblame con respeto que ni siquiera somos amigos—respondió cruzándose de brazos—Y segundo. Me repites tu pregunta, que no he entendido bien. ¿Donde está quien?

—Renata por favor, hablo de Dionora. ¿Dónde está Dionora Di Marco?

—No lo sé pijo, ¿Por qué no se lo preguntas a tu espejito espejito de tu pared? Qué mucha falta te hace verte en uno.

—Renata—insistí cerrando los ojos en un intento de mantener la calma.

—¿Hace cuánto no se bañan? ¿Eh?

—Dios, dame paciencia—chilló Tiago tomando su cabello con desesperación.

Es que la peli negro era una cosa seria. ¿Y como no serlo? La chica tenía una belleza natural e incomparable, esas cejas tupidas, los ojos grandes, su nariz respingona y labios color palo de rosa eran una perfecta combinación con la gran cantidad de dinero que su padre ganaba al mes. No me era rara su tipo de actitud.

—Niña por favor. Dinos dónde está escondida tu amiguita y simplemente dejaremos de molestarte—hablo esta vez Ithan.

—No lo sé.

—¡No me sigas mintiendo, Renata!—grite dejando que la cólera me consumiera.

—No te estoy mintiendo patán—contestó con el mismo tono molesto—¡Crees que no estoy preocupada por ella! Ya veo lo considerado que sos, mi mejor amiga acaba de desaparecer y ustedes vienen a interrogarme sin darle importancia a lo que yo estoy sintiendo. Lo sé, es mi mejor amiga, se supone que debo saberlo pero no lo sé...¡Y eso me está volviendo loca!—exclamó apretando los puños a los lados.

—Carajo—murmuré dándole la espalda. No iba a conseguir nada haciendo esto.

—Genial, les dije que sólo perderíamos el tiempo—mencionó el castaño.

—Pero se donde estuvo—dijo Renata mirando de mala gana a Santiago.

—¿Y por qué no lo mencionaste antes?—me quejé regresando mi mirada a su fino rostro.

—¿Porque esa no fue su pregunta? Dah.

—Habla—soltó el rubio.

—El domingo por noche, antes de que el camión de los alimentos llegara, el rector la llamó para que fuera a su oficina como todas las noches.

—¿Ignacio?

—¿Por qué la llamaría el señor Masini? —preguntó Ithan.

—¿Porque crees, genio?—contesto rodando los ojos—Ella es la encargada de las chicas como Ghido de los chicos, ya sabes ese chico francés que se ve muy mono con su peinadito de lado.

—Sabemos quien es el tarado de Guido, gracias por tu descripción innecesaria—comento Santi poniendo los ojos en blanco.

—Como sea. Ambos deben pasar sus reportes semanales al rector antes de dormir. Fue la última vez que supe de ella, pues jamás regreso a la habitación, si alguien seguramente sabe qué pasó después, es Guido. Aunque hable con él y dice no saber nada, más yo no le creo.

—Inposible. Llevamos investigando durante semanas, jamás vimos a Guido salir—dije.

—Así debió estar su investigación entonces—nos contestó la chica con sarcasmo.

—¿Tú crees qué haya escapado?—la cuestionó Ithan.

—Lo dudo demasiado querido, ella no haría algo así sola y sin decírmelo.

— Pero, ¿Y si lo hizo?—le preguntó esta vez Santi—Debemos tomar en cuenta todas las posibles posibilidades.

—Si lo hizo, no llevo nada consigo, todas sus cosas siguen en nuestra habitación. ¿No es eso raro?

—Necesitamos hablar con Guido—propuse tomando la manija de la puerta, pero antes de girarla y salir:

—Y una cosa más—me interrumpió la peli negro—Si saben algo de ella, cualquier cosa, por más pequeña que sea, deben decírmelo. 

—¿Por qué deberíamos hacer eso? —le reclamó Santiago encorvando una de sus cejas con diversión.

—¡Por qué sino lo hacen, yo misma voy a ser el gato que les arranque la lengua para que no hablen con provecho!—exclamó gráficamente, luego, segundos después su expresión se relajó, se aclaró la garganta—Y porque...Nora es una como una hermana para mi, mi único deseo es que se encuentre bien.

—Lo está. Estoy seguro de qué hay una explicación lógica detrás de todo esto—dije tratando de sonreír.

Pero ni siquiera yo podía convencerme al respecto.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro