VEINTIUNO
TYSON CUSIC.
Impacientes, Alondra y yo esperábamos la respuesta de Derek, quien se dedicó a mirarnos en silencio, con la tristeza y la rabia reflejada en su rostro, mordiéndose las uñas mientras respiraba fatigado.
—¿Y?—Soltó Alondra, con la paciencia notablemente agotada— ¿Porqué dices eso? ¿Qué fue lo que sucedió?
Desvíe mi mirada de Derek para observar como Stella caminaba hacía nuestra dirección, mirándome fijamente a los ojos, se detuvo a un costado de Derek, achicó sus ojos y movió de un lado a otro su cabeza dándome a entender que había hecho algo mal pero... ¿Qué?
—Lucia se fue con el orientador e hizo un drama con escenas dignas de un puto Oscar.—Informó Stella mirando a Derek con lástima— Y tú—Me señaló con el entrecejo arrugado—, tonto ni siquiera leíste mis mensajes.
—Eh, eh respeto niña.
Stella chasqueo la lengua y se dirigió a Derek.
—Todos sabemos que tú jamás harías algo así.—Stella colocó su mano encima del hombro de Derek.
—¿Qué escenas? ¿Qué hizo Derek?—Curioseo Alondra mirando con desagrado a Stella y a su mano encima del hombro de Derek.
—Dijo que yo la maltrataba física y verbalmente, que por mi culpa tuvo un aborto espontáneo.—Replicó Derek con dificultad, las palabras ni siquiera podían pasar por su garganta.
—¿¡Qué mierda!?
—No grites Tyson.—Alondra me dio un manotazo en el hombro.
—Después de lo que pasó aquella vez, mi hermano decidió alejarse de ella, lo tomó muy mal, le mintió diciendo que estaba embarazada y cuándo Geovanni le pidió una prueba ella afirmó que lo había perdido por culpa de Derek— Informó Stella acomodándose el cabello y mirando disimulada hacia todos lados— Geovanni no le creyó y de ahí viene toda esa película que ella creo en su jodida cabeza. Esa niña está enferma.—Habló con tono de burla.
—Tienes testigos de que tú nunca la maltrataste.—Alondra se colocó frente a Derek y le puso sus manos encima de los hombros— No estás jodido, nos tienes a Tyson y a mí.
—Y a mí también.—Recalcó Stella provocando que Alondra le mirase con desprecio.
Me parece una tremenda estupidez todo el show que Lucia montó, incluso me suena increíble que toda esa locura fuese creada por ella. Creí que por conocerla desde mi infancia podría saber perfectamente quién era ella, pero al final de cuentas no importa si conoces de toda una vida a una persona, jamás podrás conocerla por completo.
—¿Y ahora todo mundo lo sabe?
—Ya sabes que aquí el chisme supera la velocidad de la luz.—Rechisto Derek inquieto.
Stella caminó hasta quedar frente a mi, se cruzó de brazos y soltó un largo suspiro, incluso llegué a sentir su respiración en mi barbilla.
—¿Porqué no leíste mis mensajes? Pudimos haber evitado esto.
—¿Y cómo?—En ese momento recordé aquel día dónde ella se había desplomado encima de mí, no pude evitar de echar un vistazo hacia la piel descubierta de su cuello, aún se podía ver las pequeñas secuelas de los hemanotamas— Ibamos a secuestrarla luego abandonarla en un basurero clandestino.
Stella enarcó una ceja y se echó a reír.
—Qué buena idea, la mía era más complicada.
No podía dejar de mirar las cicatricez en su piel, me llamaba tanto la atención el porqué ella se veía tan lastimada físicamente, pero lo que me causaba más intriga era el porqué ese día me había buscado.
—Muchachos ¿Qué hacen aquí? Las clases empezaron hace siete minutos.
La profesora malhumorada de ciencias estaba frente a nosotros con la cara de mil demonios, mirandonos a través de sus feos y raros lentes.
—Pero si hace poco empezó la hora del almuerzo.
—Señorito Cusic, eso pasó hace—Miró su reloj— ocho minutos ya.
《~》
Las buenas vibras se habían esfumado, y cómo no con semejante dramatismo. Quedamos en vernos después de clases en el parque a las cinco de la tarde, falta media hora así que aproveché para escuchar el nuevo álbum de Ghostemane, tomé mi teléfono y busqué mis audífonos, me senté en una esquina de mi cama, cuándo iba a reproducir la primera canción el timbre sonó.
Mierda.
Tiré mi teléfono sobre la cama y caminé hacia la puerta, dude en salir a atender pero nuevamente escuché el timbre.
—¿Quién?—Grité bajando los escalones.
—¡Yo!
—Gracias por la información.
Abrí la puerta.
—Es la primera casa veo que tiene timbre, no es común por estos lados.—Comentó Stella tocando nuevamente el timbre.
—Sí vuelves a tocarlo no te dejo pasar.
Stella puso su mano encima de mi pecho y me empujó para luego entrar.
—¿Con qué permiso?
—Tú tienes la fuerza para detenerme y sin embargo dejaste que te empujará.
Cerré la puerta y caminé hacia la cocina.
—¿Quieres algo de tomar?
—¿Tienes agua?
Solté una carcajada y saqué del refrigerador una botella de agua.
—Como que es un poco estúpida tú pregunta.
Caminé hacia la sala, me acerqué a ella y le ofrecí la botella de agua, Stella la tomó y se sentó en el sofá, me miró en silencio durante un par de minutos mientras bebía agua, carraspeo su garganta y sonrió.
—Espero que no te incomode mi visita.
Chasquee la lengua y me encogi de hombros.
—Stella ¿Recuerdas ese día? Tú ibas a contarme algo.
Stella se sobresaltó, arrugó su frente, y me miró un poco asustada, guardé silencio y esperé a que ella hablará, la vi dudar por un segundo pero al verme directamente a los ojos habló.
—¿Y sí te burlas de mí?
—No lo haría.
Me senté junto a ella, guardé silencio en espera a que ella pronunciará la primera palabra.
—¿Está mal querer ser perfecta?
Con el entrecejo arrugado la miré, sin entender me quede observadola por un rato.
—Las personas perfectas tienen amigos, tienen belleza, son amadas, tienen pareja sentimental, tienen todo lo que yo nunca he tenido.—Agachó su cabeza y entrelazo sus manos— Tú eres una persona perfecta.
¿Perfecto? ¿Qué es ser perfecto?
—No existen personas perfectas, Stella.
—Pero tú eres una. Solo mírate, tienes ese físico que está dentro de los estándares de la sociedad, tienes de sobra para elegir con quien compartir tú tiempo, tienes amigos con quiénes disfrutar tú juventud.
—Mi físico no está dentro de los asquerosos estándares de la sociedad, no tengo ese cuerpo que a las chicas les gusta apreciar, ni siquiera me llevo bien con la gente, solo tengo dos amigos y el amor es una mierda, no existen personas perfectas Stella.—La encare y le sonreí— Sí algo sé es que tú estás bien así como estás, de hecho tú no necesitas la perfección para estar bien, todas tus impresiones hacen a Stella Stella.
Después de mirarme con una expresión que no logré descifrar Stella me abrazó, no sabía que hacer al respecto, si quedarme quieto o ser una buena persona por una vez en mi vida. Tomé la decisión de rodearla con mis brazos, me abrazó tan fuerte que llegué a sentir como su corazón latía contra su pecho, y ahí fue cuando por segunda vez sentí como los latidos de mi corazón se aceleraban y mis empezaron a sudar.
NDA:
AAHH SHIT.
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