TYSON CUSIC.

—Vamos dilo.—Habló Derek, mientras se colocaba el cinturón de seguridad—Estoy esperando.

Apreté mis labios y resople.

—¡Esto es una mierda!

—El amor, el amor es una mierda.

Así es Jyle cuando no le encuentra la solución a un problema, me llama y espera a que yo lo resuelva. Siempre fue así, cuando ella se ahogaba en los problemas sin dudar me convertía en su salvavidas.

Sé que fui un gran estúpido al volver, yo solo quería verla, quería permanecer junto a ella una vez más, y cuando leí su mensaje a mi mente llegaron todos esos momentos donde ella y yo éramos felices, porque si, si existieron esos momentos dónde todo era arcoíris y chocolates empalagosos, evidentemente no duro mucho. Por un momento creí que esos momentos regresarían pero olvidé de que la Jyle que conocí ya no existe.

—El amar puede ser la salvación y a la misma vez la perdición. ¿Qué curioso, no?—Giré mi cabeza hacia Derek, quien me había estado observando con una expresión algo nostálgica, con una mirada decaída y los labios un poco abiertos.

—Si, eso es una mierda muy confusa.

—Oye Derek—Aclaré mi garganta—, Yo...este, yo quiero disculparme por ya sabes, ¿No? La estúpida discusión que tuvimos, porque si fue estúpida, hay que admitir que fue estúpida.

Derek arrugó su frente y me observó de manera analítica, resopló y se echó una carcajada que hasta a mi me contagió. Ambos nos estábamos riendo como imbeciles cuando en realidad queríamos llorar, pero es mejor reír que llorar, ¿Cierto? Es mucho mejor que te duelan las mejillas por reírte de manera estúpida a lidiar con los mocos queriendo salir de tu nariz, sentir tus ojos hinchados y un dolor de cabeza de la mierda.

—¿Piensas ayudarla?

Deje de reír para arrugar mi entrecejo.

—No. Ya he malgastado demasiado dinero en ella, además que la ayuden sus amigos por los cuales tiene esa deuda.—Rasque el puente de mi nariz y giré mi cabeza en dirección a Derek—Le prometí a mi padre que saldría de esto.

—Así es como tiene que ser cabron.—Ánimo. Colocó su mano sobre mi hombro y me sacudió un poco.

—Ya vámonos, debe ser muy tarde.

○

—Y todos gritaban: ¡Qué asco! Mientras que yo gritaba: ¡Es la mejor película que he visto en mi fucking life!—Vicofero Alondra, contándonos su experiencia viendo una película caníbal con su familia.

—¿Cómo se llama?—Cuestioné llevando la papa frita a mi boca.

—Raw.—Replicó Alondra, sorbiendo de su soda y observándome con una sonrisa muy alegre, de repente tomó una de mis papas fritas y la comió, maldije en voz baja, chasquee la lengua y alejé mis papas fritas de ella.

—Deberíamos de verla.—Agregó Derek, Alondra lo miró y asintió con alegría.

—¡Si! Me encantaría verla nuevamente, ¿Qué dices Tyson?

—¿Muere alguien? ¿Hay sufrimiento?—Intérprete llevando dos papas fritas a mi boca.

—Si, si lo hay.

—¿En mi casa, después del cole?—Consultó Derek.

Alondra asintió con un movimiento de cabeza, yo solo me limite a encogerme de hombro. Después de eso, nadie habló, solo nos dedicamos a masticar la comida. Lo único que se podía escuchar era el sonido de las galletas siendo masticadas por la boca de Derek, Alondra sorbiendo de su soda y yo masticando las papas fritas.

—Derek.—Interrumpió Alondra el hermoso silencio que se había creado.

—¿Mmm?

—Lucia fue una imbecil. No tiene idea de la maravilla que se pierde.

Rápidamente levante la mirada para observar a Derek, él hizo lo mismo y sonrió provocando que sus mejillas se ruborizaron y sus ojos se achicaran, pude deducir lo que pensaba a través de su mirada.

—Supongo.—Fue lo único que salió de su boca.

Me sentía feliz, el rostro de Derek había cambiado, una leve sonrisa se habia formado en su rostro. Agache mi cabeza y me concentre en comer. Ese acto me había despertado esperanzas, quizá Alondra llegue sentir algo por Derek.

Algo me sacó de golpe de mis pensamientos, sentí el tacto de Alondra sobre mi mano derecha que descansaba sobre mi regazo, levanté la cabeza para toparme con su inocente mirada, me sonrió y en ese momento quiso entrelazar sus dedos con los míos.

—Tengo ganas de orinar.—Me puse de pie, salí rápidamente de la soda y caminé hacía los sanitarios.

"¿Qué fue eso?" Me cuestioné mentalmente.

Llegué y con lo primero que me topé fue con una escena algo graciosa e incómoda. Joe y otro chico (cuyo rostro no logré ver porque Joe estaba encima de él) estaban besándose de manera exagerada, y cuando digo "Exagerada" me refiero a que lo único que estorbaba era el uniforme escolar.

—Podrían hacerlo en otro lugar que no sea tan público como este, ¿No creen?

Ambos se separaron de un brinco. Joe se recostó sobre la pared y enarcó una ceja mirándome de pies a cabeza mientras que él otro chico solo se limitó a observar el suelo.

—¿Celoso, Cusic?—Cuestionó Joe, con voz pícara.

—¡Claro que si!—Exclamé con sarcasmo—¿En serio? ¿Me estás engañando con este niño?

Él chico levantó la mirada y me observó atónito, con los ojos bien abiertos. No pude contenerme y estalle en carcajadas, seguidamente Joe empezó a hacer lo mismo.

—Oye, hable con J.—Mencionó Joe, acercándose hacia mí con pasos perezosos—¿Sabias que debe...?

—Doscientos dólares.—Contesté con frustración.

—¿Y de dónde diablos te vas a sacar doscientos dólares, Tyson?—Interpretó, mirándome con lástima.

Lástima.

Es lo único que me gano de la gente últimamente, la maldita lástima.

Bufé con burla y sonreí—Que vea de dónde los saca, ya no tengo nada que ver con ella, no tengo porque ayudarla.—Repliqué. Admito que hasta me sentí orgulloso de mis palabras, por fin tengo el valor de alejarme de sus asuntos.

—¿Tyson Cusic está diciendo que ya no tiene nada que ver con J?—Me  escaneo con la mirada, probablemente esperando a que yo retracte mis palabras.

—Exacto.—Asentí mientras caminaba hacía el sanitario—Nada.

○

Derek, Alondra y yo nos encontramos sentados sobre el sofá, en nuestros regazos cada uno tenia una bolsa de palomitas. Derek tomó el control retomó y apunto hacia la pantalla, entrando a la aplicación Netflix.

—¿Cómo era que se llamaba esa cosa?—Interpreto Derek mirando a Alondra devorar las palomitas.

—Raf...

—¿Cómo?

—¡Raif!

—Primero trága todo lo que tienes en la boca.—Decretó Derek apuntando a Alondra con el control.

Alondra quiso hablar pero empezó a toser, rápidamente su rostro se tornó rojizo y sus ojos se pusieron llorosos mientras tosía con desesperación. Derek y yo nos quedamos mirando por un segundo hasta que Derek reaccionó.

—¡Voy por agua!—Aviso poniéndose de pie para luego correr hacia la cocina.

—A...ayúdam...—Balbuceó Alondra tratando de alcanzarme con su mano.

—¿En serio te estás ahogando?—Rodé los ojos, me puse de pie y me acerqué a ella. Me puse de cuclillas y le di dos palmadas en la espalda y funcionó. Empezó a respirar con normalidad y su rostro poco a poco tomó su color natural.

—Aquí está el agua.—Derek se acercó rápidamente a ella y le acerco el vaso.

Volví nuevamente a mi lugar y me senté, tomé la bolsa de palomitas y empecé a comer. Por unos segundos observé a Derek y a Alondra, de inmediato senti un nudo en ni garganta. Derek mostraba tanto interés, tanta preocupación hacia Alondra, siempre habla de ella como si fuera la única cosa de la que hay que hablar. Lamentablemente soy yo quien le gusta a Alondra, lo que me hace sentir más mal es que Derek lo sabe pero aún así tiene esperanza de que ella le corresponda.

—Tyson, ya te vas a terminar las palomitas y ni siquiera hemos encontrado la película.—Notó Alondra, mirando la bolsa en mis manos—Ya que, te compartiré de las mías.—Se puso de pie, caminó hacia mi y se sentó a mi lado derecho.

—Iré al baño.—Mencionó Derek, saliendo del lugar.

—Traje tú brazalete.—Alondra sacó del bolsillo de su pantalón el brazalete y me lo acercó—Creo que quedó bien.

La miré a los ojos y sonreí, lo tomé y de inmediato me lo coloqué.

—Gracias.

—No hay de que.

Se removió un poco para acercarse más a mi y colocar su cabeza en mi hombro. Por alguna razón que aún desconozco sentí la necesidad de besar su frente, no sé porqué razón lo hice, simplemente pasó.

Y cuánto me arrepiento haberlo hecho.

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Soda: Es un lugar similar a una cafetería.