*todos estaban en silencio, nerviosos por lo que tenía que decir, por varias razones: una es que los juegos que han preparado para su entretenimiento se han dañado un poco por cuestiones de mala carpintería, dos las manzanas no han alcanzado, tres la falta de personal para todos y cuatro la ausencia del desobediente Dohko, razones por las cuales todos estaban pensando que serán negados ante la ciudad, sabiendo que aquel señor tiene la última palabra ninguno de ellos puso a protestar, al contrario callaron al castaño quien iba a preguntar.*

Sr.itsumu: la razón por la cual me he dado la libertad de tomar esta desición es debido a su falta de experiencia...

*casi todos bajaron las miradas por dichas palabras del hombre, era verdad pues apenas tenían tiempo para ir aprendiendo cosas, la mayor razón era que la mujer debe esta trabajando todo el día para mantenerlos a todos por igual, tanto así que los niños deben ayudar adentro de la casa en todo lo que podían y a veces ayudar a sus vecinos a atender sus tierras, cosa que les provocaba algo de tiempo perdido para su edad.*

Sr.itsumu: a partir de hoy... Ustedes niños deberán de ser consientes y solo hoy se les dará una oportunidad, si la rechazan no hay vuelta atrás, si aceptan les prometeré que no sere tan estricto con ustedes.

*cada uno levanto la mirada para ver al hombre extrañados ya que no entendieron lo que el hombre trataba de decirles, por una parte creyeron que se trataba de algún especie de castigo por no haberse organizado bien por tan corto tiempo.*

Sr.itsumu: ustedes serán enviados a mi instituto mañana por la tarde, se les dará una sección de clases especificas para que luego de ese periodo les hagamos un examen de aprobación, si aprueba la mayoría todos podrán entrar en el instituto de inmediato.. Si reprueban... No se hará.

*todos se quedaron totalmente sorprendidos, la mujer sin lugar a dudas aceptó debido a que esta era una gran oportunidad para que cada uno de los niños pueda mostrar sus verdaderos talentos en el área de estudio y claramente se les cumpliera los sueños de cada uno, aunque no todos los niños estaban de acuerdo tuvieron que aceptarlo, después de todo no tienen nada más por perder.*

*Más allá de eso el castaño decidió irse por su cuenta para caminar un ppoco y pensar en que hacer a partir de ahora aunque algo para el no le andaba bien, una presencia totalmente extraña que a su parecer no era muy conocida, se mantuvo alerta mirando a todos lados hasta que a lo lejos encuentra una figura, la misma figura que ha visto la otra vez y no ha podido divisar bien quien era en realidad, pero esta vez no se detendría y sin perder el tiempo se fue sigilosamente detrás de esa figura entre los árboles de cerezos lo más rápido que pudo porque quería conocer quien estaba allí.*

*Por fin se ha detenido, con la mirada buscaba aquella sombra hasta que se daba con la sorpresa de que esa sombra que vio en realidad era un niño, un niño de cabello semi largo de color limón amarillo y ojos de un color marrón que se notaba, digamos que eran de un color magenta oscuro que nunca ha visto en su vida, estaba debajo de uno de los árboles de Cerezo mirando el suelo y algunos pétalos, realmente no se lo espero, de hecho, jamás en su vida lo había visto porque le era bastante curioso... sobre todo con esos puntos arriba des us párpados.*

(Que niño más extraño.)

*pensó el castaño para di mismo, se quedó estático cuando vio que se estaba alejando y decidió seguirlo por detrás silenciosamente si ni fuera porque rompió una rama sin querer ten niño peli limón se dio de I mediático la vuelta para verse cara a cara uno al otro con un pequeño silencio invadiendo el lugar.*

*no teniendo más opción el castaño le regaló una pequeña sonrisa para ir a saludarle con la mano mientras que sin moverse me miraba fijamente, de verdad era muy diferente a lo que ha visto y no sabía si podía entenderle pero haría el intento de hablar con el y evitar algún problema, y mejor hacerlo rápido porque le estaba viendo que se puso en posición de defensa y en cualquier momento le atacados así que mejor prefiere evitar el pleito y conversar amablemente, siempre cuando conversa es amable pero tampoco es confiado por ciertas razones que ha visto y vivido.*

Dohko: ¡hola! ¿Como estas?

*no recibió respuestas de parte del ajeno, aunque vio que bajo un poco su guardia aparentemente se puso a pensar que tal vez no le estaba entendiendo del todo en su lenguaje, cosa que ahora estaba medio perdido porque sólo habla chino y español y seguramente en la escuela aprenderá idioma, le volvió a mirar fijamente e intentar comunicarse con el nuevamente.*

Dohko: soy digno ¿y tu?

Shion: soy Shion. ¿porque estas siguiendome?

*bien esa pregunta le tomó desprevenido, aunque ahora que le estaba escuchando su voz era muy suave y medio sería, totalmente nueva para el, se acercó caminando unos pasos pero el peli limón se alejaba, no era muy seguro como pensaba así que mejor no lo presionaba si no quiere problemas con el.*

Dohko: lo siento, escuche un ruido extraño y me pareció haber visto a alguien caminar por aquí.

*dijo rascándose la nuca mientras que miraba como el ajeno no dice nada y sólo se quedó a mirarlo fijamente.*

Dohko: ¿no eres de por aquí verdad?

*ahora en vez de recibir una respuesta recibió silencio, el ajeno sólo negó con la cabeza en señal de respuesta, no lo entendía, hablaba y le entendía pero no mostraba que quisiera acercarse o por lo menos querer mostrar algún tema de conversación y hablaba muy poco, algo pudo haber pasado debe ser que ha llegado en este día o no sabe cuanto tiempo ya llevaba ahí.*

Shion: adiós.

*fue la palabra que le saco de sus pensamientos, levantó la mirada para ver como se iba pero se le acercó un poco más,*

Dohko: hey, espera.

Shion: ¿que quieres?

*los dos se detuvieron, el castaño no dijo nada porque cuando volteo a verlo sobre sus hombros con esa mirada inexpresiva el silencio de las palabras se hizo presente y a cambio en el resultado no se dijo nada, sólo se quedaron a verse mutuamente a los ojos por un par de minutos antes de que el ajeno volviera a despedirse y al rato perderse de vista.*

*nuevamente el castaño estaba en silencio sin voltear atrás, sólo miraba la dirección en donde se fue dejando que el aire acariciaba sus cabellos suavemente escuchando las campanadas del reloj que indicaban la tarde, y antes de regresar de donde venía susurro para si mismo.*

"¿quien es el?"