En el viejo continente.
-Por otro lado, más allá de lo que era oriente pero continuando las tierras en las que poco a poco la verde fauna comenzaba a dar escasez junto al agua que se convertía en elemento sagrado de vida al igual que el tener bien cuidado uno que otro ganado para cuando llegase el momento poder darle provecho a dichosa comida, algunos tenían como plan usarlos de mascota o sacrificio debido a los valores que tienen pero eso ya sería otra cuestión. Lo mas resaltable era que a pesar de las vastas condiciones en las cuales estaban dichas tierras las personas se las arreglaban para vivir cómodamente en aldeas que no eran tan grandes pero si bien cuidadas, a la medida de sobrevivir los fuertes tiempos como lo son las tormentas de arena y retener el calor cuando la friolenta noche daba sus pasos por el terreno, todo estaba fríamente calculado.-
-Durante el día las personas hacían sus labores, desde la mas remota tierra del Tibet un joven de cabellos azules, ropa elegante de colores negros, y de una procedencia totalmente diferente a la de esas tierras era lo primero que se daba a conocer... Manigoldo estaba caminando en el vasto desierto cargando esa caja metálica del cual portaba su armadura dorada del signo zodiacal Cáncer, la 4ta constelación de las primeras en dar lugar a las representaciones de los mortales, estaba en silencio mirando hacia al frente sin decir una sola palabra, los zumbidos de los animales eran evidentes, aunque algunos eran devorados por otros casi al instante no era de relevancia para ser llamado de atención por aquel peliazul que enfocaba su mirada hacia adelante, unas gotas de sudor bajaban desde su frente hasta por debajo de su barbilla, pero la mayoría era secada por las muñecas de aquel joven.-
Manigoldo: vaya... Creí que no llegaría jejej
-Dijo sin detener su avance en el camino hacia encontrar un pequeño pueblo que apenas se podía divisar por las ondas de calor y la arena que emanaban de dicho lugar, no era muy grande para ser considerada una aldea pero según las casas en construcción pronto estará listo para ser considerado tal. Sin mucha prisa pero tampoco con mucho tiempo, continuó el paso hacia el interior del pueblo saludando a las personas que encontraba alrededor, pero no detenía su andar hasta detenerse frente a lo que parecía ser un bar de bebidas, se quedó un par de minutos afuera mirando aparentemente la nada se acercó a la puerta abriéndola de par en par buscando con la mirada entre los presentes en lo que se dirigía a la barra.-
Manigoldo: buenas tardes señorita ¿tendrá acaso un poco de vino?
??: Si, enseguida lo traen.
Manigoldo: gracias lindura.
-Aunque la mujer era más seria que sus palabras, al peliazul solo le hacía sonreír levemente.-
Hakurei: pensé que no podrías venir aquí hoy.
-Dijo un hombre de caballera larga, blanca pese a que sus rasgos farciales obvios todavía conservaba su físico estable y fornido como cuando era joven, el peliazul después de que le trajeron su bebida giro su mirada dónde provenía dichosa voz.-
Manigoldo: casi pude perderme en el sendero... Pero logré encontrar el camino devuelta.
Hakurei: ¿pudiste hablar con el?
Manigoldo: dijo que estaría listo para la siguiente semana, se veía realmente fastidiado jeje.
Hakurei: supongo que es por el trabajo extra... De todas formas parece que le va bien según veo.
Manigoldo: debiste ver! El espacio era más amplio de lo que recordaba, la reconstrucción de los templos está avanzando bien.
-Despacio se conectaron miradas mutuamente, pero inmediatamente el más mayor elevó una apenas notable ceja.-
Hakurei: todavía estas muy joven para consumir bebidas.
-Despacio tomó la copa del peliazul el cual solo pudo reprochar.-
Manigoldo: oh vamos! Ya casi cumplo la mayoría de edad ¿no puedo tan solo probarlo?
-El mayor a cambio se lo bebió como respuesta.-
Hakurei: de todas formas, debes esperarte a que tengas paso libre para tomar con moderación.
Manigoldo: jumph, como si tu lo hicieras.
-En medio de la risa que daba el peliazul casi de manera inmediata fue callada por el zape detrás de la cabeza que le lanzó el mayor sin voltear a verle.-
Manigoldo: auh!!
Hakurei: ni con casi perderte aprendes... Quizás debi dejarte con Shion en el orfanato a ver si aprendes algo.
Manigoldo: no creo, la mayoría son niños de su edad...
Hakurei: a propósito ¿cómo crees que le va?
Manigoldo: mmm supongo que bien... YA hace mucho no sé como le estará yendo.
-En ello apoyó su mejilla en su mano sobre la barra en lo que dirigía su mirada hacia la ventana.-
Manigoldo: tal vez esta noche le escriba una carta en caso de que le pueda llegar mañana para saber cómo esta.
Hakurei: no es mala idea, puede que ahora haya aprendido mucho.
Manigoldo: si....
-Decía sin dejar de mirar la ventana.-
Manigoldo: de seguro que la estará pasando super bien allá adentro.
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