*Así saliendo de la casa de los gemelos, emprendieron una caminata hacia la siguiente casa en un silencio algo penumbral por parte de los dos, pero mas que todo por parte del rubio que solo podía estar en el dichoso frente al castaño que solo bufo suavemente dirigiéndose a su lado a verle.*

Dohko: ¿y? ¿Cuándo será el día en que me cuentes qué estas buscando?

*Su ajeno giro suavemente la mirada hacia el molesto castaño.*

Dohko: y no me vengas a decir que ya lo veré en la siguiente casa porque parece que todos saben que algo sucede y no me quieres decir.

*Sin detener el paso el rubio sus suspiro con suavidad.*

Shion: es que quiero verlo a el, sólo por eso quise venir.

Dohko: ¿y ese "el" es quién? ¿Tu hermano? ¿Tu padre?

*Y antes de que pudiese seguir preguntando ya habían llegado a la dichosa casa con las puertas algo abiertas, entraron sin mucho temor para ver el interior de la casa que estaba algo rara por algunos espirales que estaban rodeando la casa en el interior, ambos sintieron una presencia sumamente extraño pero familiar para el rubio que no dudó en ir acelerando el paso en el interior de la dichosa casa antes de que pudieran decir algo más hasta que delante de ellos se ha visto cómo una silueta mas alta que ellos, un tanto delgado pero se notaba que de por si sería mucho más fuerte que ellos, además de que sus energías estaban muy avanzadas*

Manigoldo: ¿quién se atreve a entrar a la casa de Cáncer?

*Se escuchaba a lo lejos mientras que los dos se estaban acercando cada vez más y más por la casa.*

Manigoldo: les advierto que si se rehusan a decir sus razones, voy a....

*Pero cuando el mayor de ellos se fue acercando por lo alrededores de la casa la sorpresa se llevó a cabo en su rostro cuando se percató de que no solo se trataban de 2 niños pequeños que estaban emanando un cosmos algo simiar, sino que uno de ellos era el rubio lemuriano que él mismo peliazul conocía a cierto fondo, mismo del cual se le fue acercando aceleradamente.*

Manigoldo: ¡¿Shion?! ¡¿Cómo llegaste hasta aquí?!

*Y i, la sorpresa era muy fuerte.*

Manigoldo ¡Deberías estar en el orfanato! ¿Qué haces aquí?

Shion: quise escapar, no me agrada estar ahí...

MAnigoldo: ¡¿Estas loco?! Es sumamente importante que estes ahí!

*El rubio se curzó de brazos.*

Shion: ellos no conocen mis dones.

*El más alto suspiró pasando una mano sobre su cabeza.*

Manigoldo: oh por Atenea... Si el patriarca se entera de eso no lo va a tomar muy bien...

*Suspirando con pesadez antes de soltar una pequeña risa.*

Manigoldo: aah en verdad que sueles salirte con la tuya pequeño travieso jejej... ¿Huh? ¿Y quién es el? ¿Un amigo tuyo?

*Dijo cuando tras alzar la mirada pudo percatarse del castaño detrás del rubio, éste se le fue acercando un poco dudoso.*

Dohko: a-algo así...

Manigoldo: aah! Eso es bueno... Mucho gusto... Mi nombre es Manigoldo! ¿Cuál es el tuyo?

Dohko: mi nombre es Dohko.

Manigoldo: ¿Dohko? Suena interesante.

Dohko: g-gracias.

Manigoldo: ¿viniste con Shion al Santuario? Que agallas tienes muchacho!

ohko: jeje supongo que si... ¿Y tu eres su... Hermano?

Manigoldo: ¿huh? Jaja! Ya quisiera... Casi.... Soy su primo.

Dohko: ¡¿primo?!

Shion: prefiero hermano...

Manigoldo: así es, aunque no lo creas, a menos me gusta tratar así a Shion.

*Por un lado estaba emocionado y por el otro confundido, pues como miraba que el más alto a ellos estaba siendo amable con ellos pese a la tremenda sorpresa que se ha llevado en ver a Shion en el santuario así de sorpresa por una pequeña "excusa" de que no le gustaba el lugar y por ello decidió darse a la fuga, el castaño podía notar que podrían haber más de una razón para ello, y quizás adentro del dichoso santuario podrían encontrarla.*

Manigoldo: bueno, lejos de bienvenidas repentinas, ¿pueden contarme todo lo que ha pasado cuando dejamos a Shion en el orfanato?

Dohko: ¡yo puedo hacerlo! Si no le molesta.

Manigoldo: claro, vengan por favor.

*Despacio los guió al comedor, que tenía algo de lo que estaba comiendo.*

Manigoldo: perdonar por el desastre, no esperé que vinieran hasta aquí.

*Despacio todos tomaron un asiento respectivo, uno a cada lado del peliazul para que estuviesen más cómodos con respecto a contar la historia de todo lo que ha acontecido la partida del rubio al orfanato, el castaño era quien decía todo al respecto, pero a mitad del relato el peliazul no pido evitar escupir el agua hacia adelante soltando una carcajada fuerte.*

Manigoldo: ¡¿es enserio?! ¿Un chico se jajajajajaja enamoró de Shion? Pfffff jajajajajajaja!

Dohko: jejeje eso lo afirmó en su carta.

*El peliazul estaba que le podría dar algo, mientras tanto Shion solo tomaba lentamente un vaso de agua con una cara de muy pocos amigos que no les quería ni mirar.*

Manigoldo: oh por Atenea! Debí haberlo visto! jajajajaja

*Rato que después dejo de reír le palmeó la espalda al meor.*

Manigoldo: oye debes presentarmelo algún día ¿no?

Shion: en tus sueños...

Manigoldo: anda pequeño galán, si pudiste enamorar a un chico deberías hacer lo mismo con una chica eeeh?

*Despacio le rodeo el cuello con el brazo mientras que con la mano contraria hacia cierta presión en la cabeza ajena en lo que el menor solo estaba tratando de soltarse.*

Shion: e-ey!! Suelta!! Duele! Suelta ya!!

*Por su parte, el castaño solo podía ver lo feliz que se podría notar la escena, se sentía raro pues nunca había probado algo como eso, ni siquiera sabía si tenia algún pariente o similar cercano ya que de alguna forma u otra era incomodo para él no tener el saber lo que se sentía al respecto, aun así, estaba feliz por el rubio que era lo principal ¿no era así? Quizás en el camino se le pase, con la barriga llena el corazón estaba contento.*

Dohko: gracias por al comida Manigoldo!

Manigoldo: de nada niños! Pero les advierto una cosa... No creo que al patriarca le guste que hayan venido por aquí.

Dohko: antes de que se me olvide ¿quién es el patriarca?

Manigoldo: es quien dirige todo el santuario, prácticamente un padre para todos y un maestro, es quien ha llevado el control de todo hasta ahora.

Dohko: woaah o-o

Manigoldo: meeeh yo no lo diría tan así... Pese a que es hermano de mi maestro es alfo malhumorado... Y no creo que le agrade mucho que uno de sus alumnos se ha escapado de donde ha ordenado estar.

Dohko: ¿pero porque?

Manigoldo: mmm... Prácticamente para que Shion pudiese conocer a mas niños de su edad... Pero el resto ni enterado... Si tienen suerte puede que se los diga. Lo siento mucho...

*El castaño maquinaba algo en su mente.*

Dohko: descuida! Al menos pude conocer a un familiar de Shion!

*Y para ser honestos el mencionado ya estaba algo adelantado.*

Manigoldo: y yo a un amigo suyo! Espero puedas quedarte en el santuario más seguido!

Dohko: lo pensare! Muchas gracias.

Manigoldo: buena suerte!

*Los dos se despidieron con la mano en lo que se iban despidiendo uno al otro hasta perderse de vista, todo era algo lejano aunque repusieron energías algo rápido los dos niños estaban algo conscientes de que se habían metido en un gran problema.*

Dohko: vaya que es muy amable ¿no?

*Por es vez, el rubio le miro y asintió con la cabeza.*

Shion: así es... Siempre... Suele ser así.

Dohko: me alegra por ti.

*Y mientras seguían subiendo ambos a la par.*

Dohko: oye Shion.

Shion: hum?

Dohko: como.... Supiste que era cercano tuyo?

*Eso extraño al rubio, pero luego no dudo en responder.*

Shion: desde que tengo memoria... El vino alado de mi maestro, y como ellos eran hermanos... Supusimos que nosotros eramos cercanos también... Aunque no veníamos de la misma sangre... Así es como nos tratamos.

*Para sorpresa del castaño que le respondiera con algo largo, le emocionaba y alegraba del todo que quisiese ahora hablar con el.*

Dohko: en verdad?! Puedes contarme más?

Shion: es una historia larga.

Dohko: no importa! Así matamos el tiempo de subida.

Shion: esta bien...

*Y así es como continuaban la caminata de subida, escuchando los relatos del rubio de principio a fin.*