Casa patriarcal
*En cada paso que daban poca era la distancia que los alejaba de aquella casa tan enorme y elegante por fuera que no se podría imaginar el cóclmo sería por dentro, seguro sería espectacular pues el castaño estaba jaloneando del brazo al rubio para acelerar por las escaleras rumbo a la puerta.*
Dohko: vamos Shion! Que el patriarca debe estarte esperando.
Shion: ¡no me jales tanto! Me voy a caer!
Dohko: jajaj no puedo creer que después de todo no consideres esto como ejercicio.
Shion: no me repliques!
*Los dos niños siguieron el camino para ir subiendo por las escalinatas hasta la casa patriarcal quien estaba custodiado por algunos de los guardias.*
Guardia 1: ¡quietos! ¿Que viene a hacer acá niños?
Shion: tengo que ver al maestro.
Guardia 2: hey torpe, es Shion.
Guardia 1: ¿y tu niño?
Shion: viene conmigo.
*Los dos guardias quienes de por si conocían al rubio gracias al mencionado patriarca que de por si todos deben conocer, por lo que sin quitarles las vistas les dejaron pasar hacia adentro en donde los ojos de Dohko estaban mas que abiertos como platos pues el entorno era sumamente hermoso y llamativo, todo era elegante y de buen porte debido a que el ampliado cielo razón, los pilares, los adornos, las ninfas que estaban andando libremente por el sitio saludando con cariño a los niños dejaban un aire de grandeza y pesar gracias a que las energías se manifestaban no tan pacificas, pues conforme Shion le guiaba por el camino hacia el trono donde presedía la presencia dichosa del gran caballero podía sentirse tan pesada como intensa sobre las cabezas de los dos infantes quienes seguían en la misma línea.*
Dohko: ¿por aquí es el camino para ver el trono?
Shion: si, debe de estarlo en mucho tiempo.
Dohko: uugh, seguro debe ser aburrido estar sentado todo el día.
*Continuando el camino pde frente, sin vacilar ni desviar, se acercaban cada vez más y más al gran salón del cual la alfombra roja cuidaba el trayecto hasta el trono, del cual se tenia postrado un hombre de largas cabelleras blancas o plateadas las cuales algunas de esas hebras se mostraban en mechones sobre sus hombre, las vestiduras eran de colores negras con una bandana roja en todo el medio y los bordes de las mangas en el mismo color, el casco que portaba era de un color amarillento que cubría gran parte de su rostro demacrado por la edad que tenía, el trono bañado en oro era poco de lo que dejaba mostrar de energía que tenía a los menores con un nudo en la garganta.*
Dohko: b-bueno... Creo que hasta aquí llegamos jeje...
Shion: si.
*Susurraban antes de ir avanzando por aquella alfombra roja paso a paso frente a la inmóvil imagen de aquel señor.*
Dohko: ¿crees que esté dormido?
Shion: puede ser.
Dohko: ¿no estará enojado?
Shion: por supuesto.
*A medida que se iban acercando podían seguir viendo la inmovilidad del hombre, se detuvieron enfrente de este pero no veían algo fuera de lo común.*
Dohko: parece que si esta dormido.
Shion: ya lo veo... Quizás sea mejor ir a verlo más tarde.
Dohko: ¿y a donde podríamos ir?
*Pero antes de que el rubio pudiese decir algo más las puertas que habían quedado abiertas se fueron cerrando hasta chocar de golpe a las espaldas de los dos niños que se sobresaltaron del susto, miraron hacia atrás asegurándose de que nadie estuviese ahí mismo para hacerles una broma.*
Hakurei: ¡Shion!
*Resonó una voz fuerte, grave, como un eco dado en una cueva sumamente cerrada, un escalofrío recorrió las espaldas de los dos niños que lentamente se giraron a ver hacia delante el mismo hombre de antes solo que ahora su expresión seriamente amargada estaba más clara, sin embargo, lo que más daba un tanto de miedo eran sus energías que eran emanadas de parte del hombre rodeando a los dos infantes en una manta oscura, las manos reposadas en las brazeras del trono agarraban las bases de éste lo más firme que sus manos envejecidas le permitían. El rubio al haber podido escuchar su nombre viniendo de sus arrugados labios y de su voz grave llenó de aire sus pulmones terminando de girar su torso hacia la misma dirección en la que desde el inicio estaba pautada pero ahora terminando de acercarse hacia el hombre en compañía de su amigo, casi a los pies fue que detuvo su andar.*
Hakurei: creí que te quedarías en el orfanato donde te dejé.
*Y pese a que físicamente no se podía mover el rubio si podía notar en su mirada que estaba viéndole fijamente a su ser, lo cual, él únicamente podía fruncir ligeramente su entrecejo pese a no tener cejas más que solo picas o puntitos en vez de cejas que eran de colores purpúreos las que se movieron un poco antes ello.*
Shion: no me gusta ese lugar, nadie quiso tomarme en serio.
*El adulto pese a que no estaba nada contento con lo que ha estado viendo en el menor debido a su comportamiento, pero pronto cambió la mirada hacia el otro niño que le estaba acompañando alzando ligeramente una comisura de su labio izquierdo en una ligera mueca de desagrado total.*
Hakurei: ¿y este muchacho quién es?
*El castaño sintió un ligero escalofrío recorrer su espalda hasta la nuca en cuanto la vista y palabra del hombre llegó a darle sobre él, así como el tener que girarse a verle de frente con esa actitud tan impaciente y fuerte que mostraba en su totalidad el mandato que posee en su poder, por lo tanto el castaño no tenia de otra que acercarse lo más que se podía a dichoso ser.*
Dohko: b-buenas tardes señor... O buenas noches señor.... Mi nombre es Dohko... Y... Vengo del mismo orfanato que Shion.
Hakurei: ¿del mismo orfanato?
Dohko: s-si señor.
Hakurei: entonces, explicame por favor ¿que están haciendo aquí?
*Al parecer ese hombre no venia con rodeos, y eso se podía notar bastante, por ende el castaño trató saliva fuertemente antes de mirar al rubio por unos minutos y después suspirar.*
Dohko: b-bueno... L-le contaré mi versión ¿si?
Hakurei: no tengo todo el día para esperar...
Dohko: c-claro.
*Y así es como empezó una larga historia de 2 versiones con las cuales la primera estaba ganando terreno mientras que la otra esperaba a dar su complemento para que se pueda dar a entender lo sucedido realmente.*
Hakurei: entiendo... Entonces solo por ese capricho es que Shion decidió huir.
Dohko: eeeh.... Aparentemente si.
Hakurei: ya veo, en ese caso, no podría dejar en vano que Shion debe seguir ahí para culminar su propósito.
Shion: pero no quiero volver ahí.
Hakurei: debes hacerlo ya que es necesario.
Dohko: disculpe, ¿puedo saber el porque?
*Pero al parecer el señor estaba pendiente del rubio.*
Hakurei: Shion, si vas a ser un caballero debes respecta las reglas de las misiones, tu entrenamiento como alquimista y futuro caballero es acatar las órdenes de tus maestros para llevar a cabo tu desarrollo.
Shion: no me gusta salir del santuario, quiero quedarme en mi pequeña cueva entrenando.
Hakurei: ¡tu formación es muy importante!
Shion: ¡siempre dices eso y no te importa lo que opine!
Hakurei: ¡Shion!
Shion: ¡no volveré a ese lugar!
Hakurei: ¡Shion!, ¡Shion ven aquí ahora!
*Y antes de poder continuar el rubio se había dado la vuelta para salir rápidamente de ese lugar dejando la palabra en la boca del mayor y una gran sorpresa en el castaño quien no tenía ni la menor idea de lo que había pasado al respecto, simplemente no encontraba ni qué contar.*
Hakurei: aah este niño ¿hasta cuándo va a entender?
*Pero pronto se acordó de la presencia del otro menor que había venido con el.*
Hakurei: ¿vienes a quedarte?
*El castaño sobresalto del miedo que tenía ante lo visto, no tenía idea que en tan solo palabras gran energía podría emanar cada palabra junto a un pesar enorme que dejaban como secuelas, enmudecido solamente podía rascarse la nuca escuchando el suspiró del mayor.*
Hakurei: otra vez lo hizo... Ven muchacho... Hay algo que debes saber.
*Sorprendido y extrañado miró como lentamente se fue levantando del trono alargando las vestimentas por el suelo sin verse si estaba caminando o flotando en el suelo adelantándose un par de pasos frente al niño que después de un par de parpadeos empezó a seguirle el paso por los pasillos.*
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro