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☁︎ 𝑇𝑒 𝑎𝑚𝑒́, 𝑡𝑒 𝑎𝑚𝑜 𝑦 𝑡𝑒 𝑎𝑚𝑎𝑟𝑒́ ☁︎

Yoongi salió disparado hasta el hogar de su mejor amigo, esperaba encontrarlo ahí con su esposa, Yeon no le habló así que buscaría las respuestas a su comportamiento con la única persona que era muy cercana a ella y esa era su mejor amiga Min Jeong.

Tocó desesperadamente la puerta, no obtenía respuesta por lo que volvió a tocar, sin esperar sacó su móvil buscando el contacto de Hoseok pero antes de siquiera llamarlo, la puerta se abrió dejando ver a un Hobi despeinado y con la cara roja.

—¿Yoongi? ¿Qué haces aquí? —preguntó curioso.

—Necesiro hablar con Min Jeong, ahora —no espero autorización, sin más entró al hogar.

Hoseok cerró la puerta y corrió hasta llegar a su habitación, ahí le avisó a su esposa sobre el invitado inesperado que tenían, cinco minutos después salieron de la recámara, se sentaron para hablar.

—Entonces, ¿qué pasa? —preguntó la mujer.

—¿Sabes qué es lo que le ocurre a Yeon Seo? —entrelazó sus dedos pensativo. —Estos días ha estado muy rara, no me habla, no me deja que la toque, a veces nisiquiera me le puedo acercar, siento que esta muy distante y no sé el por qué.

—No sé a que te refieres —se notaba nerviosa.

—Min Jeong, ¿haz habladon con ella respecto algo en especifico? —Yoongi realmente estaba preocupado. —Cualquier cosa que podría hacerla cambiar de actitud.

—De verdad que no lo sé Yoongi.

—Siento que me mientes, sabes la verdad y no quieres decirla —se levanto del sofá. —Dime por lo menos una cosa, ¿ella... conoció a alguien más? ¿Ya no me ama? —su voz parecía romperse.

—¿Qué? No para nada —ella también se levantó. —Maldita sea... escucha, sí hay algo pero no me corresponde a mí decírtelo.

—Mierda lo sabía, sabía que esa frialdad con la que me hablaba no era normal, va a dejarme, ¿no es así?

—Escucha Yoongi —intervinó Hoseok. —Creo que estás pensando de más, vuelve a tu casa y tranquilízate seguro que Yeon te lo dirá todo.

—Sí... debo de pensar claramente, hasta... escuchar algo de parte de ella...

Yoongi dejó la casa de los Jung, regresó a su propio hogar aunque mantenía un nudo en la garganta, quería llorar pero no podía hacerlo.

—¡Maldita sea Min Yeon Seo!¡quiero matarte! —Yeon alejó un poco su teléfono de la oreja ya que los gritos de Jeong casi la dejan sorda.

—¿Por qué?

—¿No le haz dicho a Yoongi de tu embarazo?

—Pensaba decírselo mañana... —fue interrumpida.

—Está bien, pero entonces ¿por qué te comportas tan fríamente con él? Estuvo aquí hace un momento y piensa que ya no lo amas, que conociste a alguien más y que lo dejarás... Yeon Seo, tienes que hablar con él cuanto antes, no dejes que haya malentendidos.

—Carajo... Unnie, está decidido mañana sin falta le diré todo —escuchó que la puerta principal se abrió. —Tengo que irme, ya llegó.

Rápidamente Yeon caminó a la entrada y lo recibió, su intensión nunca fue parecer fría o que ya no lo amara, pero sus hormonas hacían las cosas por ella sin autorización, se acercó a Yoongi y lo abrazó sin más.

—Cariño, perdóname —dijo sin soltarlo —Te amo con todo mi corazón, no pienses que te dejaré por alguien más.

—¿hablas enserio? —su voz ronca apareció, la chica afirmó. —Que alivio, por un momento creí que te irías de mi lado.

—Jamás haría eso —levantó su rostro y Yoongi se agachó ligeramente para besarla.

—Cariño, despierta o llegarás tarde al trabajo. —La mujer le despertaba depositandole un beso en la sien.

Yoongi solo asintió para seguido levantarse y dirigirse al baño.
Minutos más tarde, terminaba el desayuno cuando su pareja salía de la habitación, muy bien vestido para dirigirse a la escuela.
Yoongi miró a su esposa, le dedicó una ligera sonrisa para agradecerle la comida y comenzó a ingerirla.

— Yoongi... —Yeon llamó su atención, él se tensó, luego del pequeño malentendido no creyó que Yeon lo llamaría nuevamente por su nombre en lugar de "cariño o amor" el miedo de ser abandonado volvió a él.

—¿Sucede algo? —respondió con semblante serio.

—Vayamos a cenar juntos esta noche, te tengo una sorpresa —el rostro de la chica se iluminó y su sonrisa se agrandó.

—Está bien. —Se tranquilizó internamente, realmente tenía miedo de perder a esa mujer, la amaba de verdad, cuando ella lo llamaba por su nombre sabía que las cosas eran serias y eso era algo a lo que le temía pues imaginaba que algún día ella se iría.

Ambos estaban en la puerta de entrada de su hogar, Yoongi se colocaba los zapatos mientras Yeon Seo sostenía su abrigo para ayudarle a ponérselo
Al estar listo, él dudoso la miró.

—Gracias por el abrigo.

—No me agradezcas, hace frío afuera, si te enfermas o te pasa algo yo me moriría, eres lo más importante que tengo —su mirada era cálida y llena de amor.

— Yeon Seo, yo te... —las palabras se le cortaron. —Te veo en la noche —acarició levemente la mejilla de Yeon para después darle un suave beso sobre esta y se despedirse.

Se sentía un completo idiota por no haberle dicho sus sentimientos en ese momento y no sabía por qué no pudo, pues otros días ya lo había hecho y después de todo no era ninguna mentira, lo sentía de verdad y estaba dispuesto a decírselo esa misma noche y recordárselo todos los días por el resto de su vida.

El primer día de clases siempre era tranquilo, Yoongi caminaba a su paso hasta llegar a su respectivo salón para comenzar con su trabajo, no contaba con que al abrir la puerta encontraría a sus alumnos con un cartel de bienvenida.

—¡Profesor Min! —todos gritaron al unísono. —Lo extrañamos.

—Chicos, solo me fui por dos semanas de clases y las vacaciones —rió. —Esta bienvenida es exagerada.

—Para nada profesor, enserio nos hizo falta, el director Han es un muy buen maestro pero definitivamente no se compara a usted.

—Por favor, no vuelva a irse —rogaron.

—Tranquilos les aseguro que algo como lo que sucedió, no volverá a pasar —caminó hasta su escritorio y dejó el maletín que llevaba sobre el mismo. —Ya que me extrañaron tanto espero que vengan con muchas ganas de aprender, comenzaremos ahora la clase.

Los alumnos de Min realmente lo amaban y esperaban que fuera su profesor por bastante tiempo, aunque el destino es incierto, no se sabe cuando será la última vez que una persona hará algo.

Las clases habían terminado, todos los chicos salieron del salón mientras se despedían de Yoongi, al estar vacío el aula, él también tomó su camino, no quería llegar tarde a su cita con Yeon Seo.
Se dirigió tranquilamente hasta su auto, puso sus cosas en el asiento de copiloto y se dispuso a conducir.
Durante el día estuvo nevando, según el noticiero habría algunas nevadas antes de terminar la estación.

Llegó hasta un semáforo en rojo, se detuvo para respetarlo, esperaba a que este mismo cambiara de color, cuando de pronto, sin esperarlo unas luces golpearon su rostro dejándolo sin la posibilidad de visualizar algo, alcanzó a notar como un auto se acercaba a él a máxima velocidad, no tuvo tiempo de reaccionar, todo pasó demasiado rápido, el choque fue tan fuerte que su vista se nubló al haber impactado su rostro con el volante, parabrisas se rompió y los cristales fueron a parar en Min, escuchó un ruido sordo, sintió un líquido recorrer su rostro, su cuerpo comenzó a sentirse caliente, no podía moverse, todo le dolía, de pronto vió como un par de sombras se acercaban a él, no logró distinguir sus rostros pero sí lo que decían.

—¿Crees qué muera con esto? —voz masculina.

—Esperemos que sí, el jefe dijo que tenía que parecer un accidente, no podemos meter mano —otra voz masculina, un poco más grave que la anterior.

Fue ahí cuando perdió por completo la conciencia, no supo cuándo ni cómo fue que llegó al hospital, lugar donde Yeon Seo su amada esposa lo vería por última vez.

Yeon Seo terminaba de arreglarse para su cita, estaba contenta, su vida y la de Yoongi estaba a punto de cambiar para siempre, avanzó todos sus casos pendientes para tomarse libre esos días, pues quería pasar todo el tiempo al lado del amor de su vida.
Escuchó su móvil sonar, corrió hasta la sala de estar, lo tenía en la mesita de centro.

—Debe de ser Yoongi —susurró antes de tomar el teléfono. —¿Mmh? ¿Un número desconocido? —sin pensarlo un poco más atendió la llamada. —¿Diga?

—¿Es la señora Min Yeon Seo? — la voz de un hombre.

—Sí... ¿Quién habla? —respondió un tanto nerviosa.

—Necesitamos que venga al Hospital Universitario, el señor Min Yoongi acaba de tener un accidente.

No logró formular palabra, un nudo en su garganta se formó, su corazón latía a mil por hora, su respiración comenzó a ser agitada, quería llorar pero sabía que tenía que descubrir lo que había pasado, pero sobre todo quería saber si su esposo estaba bien.

—Hubo un accidente, al parecer había hielo en la calle, un auto derrapó y por desgracia se estrelló contra el coche del señor Min —el doctor le explicaba a Yeon.

—Pero... ¿Él está bien? Necesito verlo — Yeon Seo sentía un dolor muy grande en el pecho.

—La llevaré a que lo vea, pero tiene que saber que está muy grave así que es muy poco probable que sobreviva.

La acompañó hasta la habitación donde tenían a Yoongi, ella lo miró y se acercó, sus ojos se encontraban cerrados y tenía golpes y cortadas en el rostro y cuerpo, un collarín protegía su cuello y algunos cuantos cables que lo conectaban a las máquinas.

—Cariño... —trató de aguantar las lágrimas. —¿Qué fue lo que te pasó? —sostenía la mano de su amado con cuidado. —Por favor tienes que luchar.

—Y-yeon Seo... —Yoongi despertó, pero hablaba con dificultad, su mirada parecía perdida. —M-mi amor...

—Aquí estoy, vas a estar bien —ella trataba de animarlo.

— T-te amo —su respiración se entrecortaba.

—No hagas eso, por favor —Yeon no logró aguantar el llanto y todas las lágrimas que retenía comenzaron a salir.

—T-te amé, te a-amo y te amaré —Yoongi dio su último suspiro, cerró sus ojos, una lágrima de su parte salió y la máquina a su lado indicó que su corazón había dejado de latir.

— No, no, no, no, por favor no mueras ¡no me dejes! — Yeon Seo comenzó a llorar descontroladamente, daba gritos desgarradores. — ¡¿Por qué?! ¡No te vayas, Yoongi!

Los médicos entraron inmediatamente e intentaron reanimarlo, pero ya no había nada que hacer, se había ido.

—Yoongi... —No lograba parar de llorar. — Vuelve por favor, no nos dejes solos, ambos te necesitamos.

Con una mano sujetaba la de Yoongi y con la otra su abdomen, Yeon Seo lo invitó a cenar para decirle que estaba embarazada, sin saber que la vida le haría una mala jugada, que el destino le arrebataría al amor de su vida y que por ello, ambos vivirían un infierno en diferentes mundos a partir de ese momento.

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