☁︎ 𝐿𝑎 𝑣𝑒𝑟𝑑𝑎𝑑𝑒𝑟𝑎 𝑚𝑖𝑠𝑖𝑜́𝑛 ☁︎
Yoongi y Yeon habían pasado toda la noche haciendo cosas de adultos, su cama se volvió su refugio y su amor se intensificó con cada roce, con cada caricia, con cada beso. Ambos se habían extrañado y aunque por la noche las palabras se esfumaron, sus acciones hablaron en su lugar.
Los ojos del mayor lentamente se abrieron, se posaron sobre el cuerpo desnudo de la mujer de su vida y una sonrisa apareció en su rostro, por fin había recuperado su vida y sólo quedaba saber si esa era la misión que dios le había dado.
Con sus brazos rodeó a Yeon para abrazarla y tratar de que ese momento se alargara un poco más.
—Buenos días —pronunció la chica con la voz ronca.
—¿Te desperté?
—No, ya estaba despierta pero no quería abrir los ojos —rieron. —Es sábado así que no hay trabajo, ¿hacemos algo?
—Hay que vernos por la tarde, tengo que ir a hablar con el chamán que me está ayudando, aún tengo que resolver este pequeño problema de mi estadía.
—Cierto, aún no estamos seguros si te quedarás —se enderezó con una expresion de tristeza. —No quiero que te vayas.
—Yo tampoco quiero irme —Yoongi se acercó a ella para tomarla de ambas mejillas. —Voy a hacer todo lo que este en mis manos para quedarme.
Él junto sus labios contra los de ella, esa sensación siempre podía calmar la intranquilidad en el corazón de ambos.
Yoongi había llegado muy temprano para hablar con el chamán Kim Seokjin el cual lo recibió con una cara de angustia y lo hizo pasar inmediatamente.
—¿Qué sucede? Tu cara me está dando nervios.
—Hay que tenerlos —respondió pensando las palabras correctas —Esta mañana por fin me informaron de tu verdadera misión.
—Entonces lo de recuperar mi vida, ¿no era? —Jin negó con la cabeza.
—No sé como decir esto —suspiró con frustración. —Yoongi... tu verdadera misión es encontrar la causa de tu muerte.
—¿La causa? Es obvio, tuve un accidente automovilístico.
—Bueno sí, pero ah... ¿como decirlo sin que suene tan mal? —guardó silencio por un momento. —Tú no moriste por un accidente, a ti te mataron, alguien lo provocó y debes encontrar la razón del porqué lo hizo.
—¿Qué? —su cuerpo comenzó a temblar con solo imaginar a alguien causándole daño no solo por la tristeza si no por el enojo y la rabia que comenzó a sentir en ese momento por saber que no fue Dios, sino, una persona la que le había arrebatado la vida y junto con ella a la familia que tanto amaba.
Fue en ese preciso momento en el cual los recuerdos de su último día llegaron a su cabeza, mientras él estaba sentado en su auto con su último esfuerzo sus ojos lograron captar la presencia de dos siluetas humanas y sus oídos razonaron las palabras que salían de sus bocas.
—¿Crees que muera con esto?
—Esperemos que sí, el jefe dijo que tenía que parecer un accidente, no podemos meter mano.
Su pensamientos estaban hechos un nudo, por más que intentaba tener una idea clara de quien fue el desgraciado que le hizo algo tan cruel no podía saberlo.
—¿Tienes algún posible sospechoso? —la voz de Jin lo trajo nuevamente a la tierra, fuera de su cabeza. —No lo sé, ¿algún enemigo o algo por el estilo?
—Enemigos, no estoy seguro. Nunca me llevé mal con nadie a excepción del padre de Yeon, desde un principio se opuso a nuestro matrimonio porque yo me dedicaba a la música pero nunca tuvo la intención de hacernos daño, además no lo llamaría como tal enemigo, solo no logramos conectarnos positivamente.
—¿Solo con él tenías problemas?
—No... —recordó a su único rival, aquel hombre que una vez tuvo una historia con Yeon Seo. —Kim Namjoon...
—¿Recuerdas la última vez que me diste una amenaza de muerte? —recordó su último encuentro. —Dime, Min Yoongi. ¿Quién fue el que terminó muerto? Solo asegúrate de que esta vez no vuelva a ocurrir.
—¿Kim Namjoon? —cuestionó el chamán. —¿Y ese quién es?
—Un hijo de perra que me las pagará —salió de la habitación sin esperar respuesta para ir directamente a casa de Hoseok y pedirle ayuda para enfrentar a Namjoon.
Por otro lado, Min Jeong se encontraba con Wosik y Youngsu en el parque luego de salir del preescolar pues ambos menores querían jugar un poco antes de volver a casa y hacer sus deberes.
Era una tarde linda y tranquila, la mayor los veía jugar en los juegos mientras estaba sentada en una banca, para ella eran adorables. No obstante, cuando un niño juega siempre corre el riesgo de caerse y eso le sucedió a Wosik, se cayó de uno de los columpios y comenzó a llorar.
La mujer preocupada corrió hasta su lugar para tranquilizar al pobre niño que había raspado su rodilla dejando de lado el tobogán que era donde se encontraba Young.
—Hola pequeña —un hombre se acercó a ella, Young lo miró de arriba para abajo y decidió ignorarlo, sabía que no debía hablar con extraños. —Oh vamos, soy amigo de tu papá Yoongi.
Esas simples palabras fueron suficientes para que la niña le prestara su atención.
—¿Conoce a mi papá?
—Por supuesto, es un gran amigo además me pidió que viniera por ti, él nos está esperando en la heladería.
—Pero vine con mi tía Min Jeong —la niña buscó con su mirada a su tía en la banca en la que se suponía debía estar pero no la encontró.
—Ella ya se fue, le dije que irías conmigo y aceptó, vamos —el desconocido extendió su mano y la pequeña Young aunque estaba muy dudosa terminó aceptando porque Jeong no estaba a la vista y había creído que era cierto que se había ido.
Cuando Young se marchó con el hombre, Jeong logró tranquilizar los lloriqueos de Wosik y era hora de marcharse.
—Te curaré ese raspón al llegar a casa —acarició la cabeza de su hijo. —¡Youngsu! ¡Es hora de irnos! —alzó la voz para llamar a la niña pero al no tener respuesta se preocupó y comenzó a mirar a todos lados. —¿Youngsu? ¡¿Youngsu?! ¿Dónde estás?
Busco por todos lados en el parque pero no había señales de la menor.
—Disculpe —preguntó a las personas que estaban cerca —¿Ha visto a una niña? Es de la misma altura que este pequeño, cabello largo, negro, piel blanca, uniforme escolar.
—No, lo siento.
—No, no, no, no, esto no puede estar pasando.
—Mamá... ¿Por qué Youngsu no está?—Wosik quería volver a llorar.
—Tranquilo, ella debe estar por aquí en algún lugar, no te asustes. Llamare a tu papá —sacó su teléfono e inmediatamente llamó a Hoseok. —Hobi, Youngsu desapareció, ya la busqué por todos lados y no la encuentro, no sé qué hacer —pronunció con desesperación.
—¿Qué? —respondió tratando de guardar la calma pues tenía a Yeon Seo sentada frente a él, ella había llegado minutos antes para recoger a la pequeña. —Entiendo, quédate ahí, llama a la policía y voy enseguida —colgó.
—¿Llamar a la policía? ¿Sucedió algo? —preguntó Yeon con el ceño fruncido, su preocupación comenzaba a crecer.
—Yeon...
—¡Hoseok! —Yoongi entró casi sin aliento en el restaurante, miró a Yeon y se calló, no sabía como decirle el hecho de que cierta persona podría ser el responsable de su muerte.
—Yoongi que bueno que llegas —Hobi lo miró mientras se acercaba a Yeon Seo. —Necesito que los dos respiren hondo y no vayan a entrar en pánico, esta situación debe llevarse con calma, ¿está bien?
—¿Qué está pasando, Hoseok? Me estás asustando —Yeon Seo sintió un nudo en la garganta.
—Min Jeong acaba de llamarme... —guardó un segundo de silencio. —Youngsu...
—Youngsu, ¿qué? ¿le pasó algo? —Yoongi lo interrumpió.
—Desapareció del parque en el que estaba con Jeong, al parecer se descuido un minuto y cuando llamó a Young para irse ella ya no estaba.
—¿Qué? No, no, no, no puede ser posible —las lágrimas de Yeon comenzaron a salir descontroladamente, ella no podía creer que su pequeña y adorada hija estuviera desaparecida. —Tengo... tengo que ir a buscarla —se levantó de su asiento para salir del restaurante pero en el momento en que se puso de pie sus piernas flaquearon y de no ser por Yoongi hubiera caído al suelo.
—Amor, tranquila, la vamos a encontrar —trató de aparentar que todo estaría bien pero por dentro se estaba rompiendo.
—Y-yoongi... mi bebé, debe estar sola y asustada, debemos encontrarla —sus mejillas parecían un par de cascadas de lo inundadas de lágrimas que se encontraban.
—Y lo haremos, vamos —la ayudó a mantenerse en pie.
Hoseok cerró el restaurante para que los tres juntos fueran al lugar en el que se encontraba Min Jeong.
Al llegar se percataron que ella hablaba con un par de policías mientras Wosik se abrazaba de su pierna y escondía su rostro.
Al ver esa escena Yeon Seo sintió como el mundo se le venía abajo y su corazón se rompía en mil pedazos, era verdad que su niña no estaba y si algo le sucedía ella se moriría de la tristeza.
Han pasado 84 años desde la última actualización, pidoperdon.
Ya queda poco para el final 👀
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