☁︎ 𝐴𝑐𝑐𝑖𝑑𝑒𝑛𝑡𝑒 ☁︎
Los días pasaban, Yeon Seo no salía para nada de su cama, en ese punto ya nada le importaba, a pesar de que sabía perfectamente que llevaba una vida en su vientre fue descuidada, dejó de alimentarse correctamente, no paraba de llorar mientras abrazaba la almohada de Yoongi, las pocas veces que salió de su hogar fue únicamente para ir al columbario para seguir llorando frente a las cenizas de su amado.
Yoongi la seguía a todas partes, era un fantasma y aún así mantenía sus sentimientos, su pecho sentía una presión que lo hacía querer llorar cada vez que veía a la chica marchitarse lentamente como una flor recién cortada. El quería con toda su alma poder hablar con ella, poder decirle que no siguiera deprimida, que todo estaría bien y que debía cuidarse correctamente, un embarazo no era sencillo y si su estado de ánimo seguía igual podría afectarle a la criatura.
Min Jeong, llamaba y buscaba a su mejor amiga para ayudarla de alguna manera, pero esta se negaba, no deseaba seguir en un mundo donde el amor de su vida ya no estaba.
No fue hasta que un día, Hoseok entró en el hogar sin autorización, pues ya sabía la clave ya que Min nunca la cambió, fue directamente a la habitación y regañó a la mujer.
—¡Min Yeon Seo!¡Ya basta de esto que estás haciendo! —habló fuerte y claro, ella solo se cubrió con las cobijas para ignorarlo. —A mí también me duele lo que le sucedió a Yoongi, más de lo que te imaginas, pero tenemos que salir adelante —no obtuvo respuesta. —Carajo Yeon Seo, ¡estás esperando un bebé maldita sea! Recuerda lo mucho que Yoongi quería tener un hijo y lo mucho que les costó a ambos que quedaras embarazada, y ahora, ¿qué haces? ¿Lo matas lentamente? Porque déjame decirte una cosa, a ese bebé que tienes dentro, lo estás matando por tus descuidos irresponsables, por no comer, no dormir y no parar de llorar.
—¡Ya deja de hablar Hoseok! —Yeon Seo se descubrió, gritó y soltó nuevamente el llanto. —Solo quiero que vuelva, días antes del accidente me porté muy mal con él, creyó que ya no lo amaba y aunque se lo aclaré muy probablemente se fue pensando lo mismo y me duele el alma de solo imaginarlo.
—《Mi pequeña Yeon Seo, no te sientas culpable》
—No pienses en eso, Yoongi sabía perfectamente que lo amabas con todo tu ser, se lo decías cada cinco minutos, incluso delante de la gente —Hoseok soltó una ligera risa que logró tranquilizar un poco a la chica. —Vamos Yeon, yo sé que tú puedes seguir adelante, confío en ti.
—Entonces... ¿crees que él estará tranquilo? —Hobi asintió. —Está bien, trataré de seguir.
—Es bueno oír eso, arreglate, Min Jeong y yo te llevaremos a comer algo, pasaremos por ti más tarde —Yeon dio una ligera sonrisa. —Y ya no llores, ¿sí?
Hoseok se había quedado más tranquilo, así que se retiró del hogar para ir por su esposa y más tarde volver por Yeon para sacarla y hacer que se despejará un poco, ninguno de los dos quería abandonarla.
Justo cuando el hombre se fue, Yeon se sentó en el sofá de la sala y sin poder tolerarlo más volvió a llorar, simplemente no podía ignorar la pérdida, cada cosa en ese lugar le recordaba a Yoongi.
—《Eres una mentirosa》 —Yoongi la miró entrecerrando los ojos. —《Engañaste a Hoseok diciendo que ya no llorarías y mira que estás haciendo》
Así fue durante 8 meses, delante de todos fingía que estaba bien, que había superado por completo el dolor, pero cuando se encontraba sola lloraba un mar de lágrimas, nada estaba bien.
Por otro lado su trabajo también cambió, dejó de ser la mejor abogada de toda Corea, como solía llamarla Yoongi, comenzó a perder varios casos, hasta el punto de que sus compañeros llegaban a decir que estaba embrujada. Su jefe realmente le tenía un gran aprecio, así que decidió disminuirle la cantidad de clientes porque creía que estaba demasiado estresada por el embarazo, jamás se atrevería a despedirla.
Al llegar a su hogar, se encerraba en el estudio de Yoongi, veía su piano empolvado, extrañaba escuchar aquellas melodías que él tocaba para ella, o los pequeños regaños que le daba cuando le enseñaba a tocarlo.
En el escritorio del estudio, había dos fotografías de su boda, una donde ambos estaban sonriendo y la otra en la que se besaban, Yeon inconscientemente llevó sus dedos a sus labios, con la esperanza de aún recordar lo que se sentía besar aquella boca con sabor a menta, dejó las fotografías en su lugar, salió del estudio y lo cerró, no sabía hasta cuándo, pero así permanecería por un largo tiempo.
La señora Lee, madre de Yeon, la visitaba de vez en cuando, siempre que su marido no se daba cuenta, le llevaba cosas para la bebé, pues anteriormente la ginecóloga les había dicho que sería una niña, y desde que la futura abuela se enteró, se encargó de comprar ropa, pañales, juguetes, todo lo que le hiciera falta a la pequeña.
Yeon estaba cerca de cumplir los 9 meses, aún así iba al trabajo como si nada, pues la doctora al revisar su salud, notó que estaba en perfectas condiciones por lo que no era necesario dejar su trabajo, con la condición de que no hiciera movimientos pesados y no se excediera del límite.
—Buenos días —saludó a sus compañeros como era su costumbre, nunca obtuvo una respuesta, caminó directamente hasta su oficina, tomó los papeleos necesarios para el juicio que tendría por la tarde.
—Noona, buenos días —un joven de sonrisa cuadrada entró en la oficina. —Te traje un delicioso té que tu madre me recomendó para darte.
—Taehyung, ¿cuándo vas a darme café? Ya te dije que no me gusta el té —se quejó.
—Cuando esa pequeña esté afuera de ti y ya no necesite leche de tus pechos, te daré tu café, mientras tanto beberás esto —respondió dejando la taza sobre su escritorio.
—Jamás creí que tener un secretario sería de lo más molesto.
—Yo sé que me amas noona y solo hablas así por tu embarazo —habló emocionado. —Estoy ansioso por poder conocerla.
—《Yo también lo estoy, mi hija será la más hermosa después de su madre》
—Unos cuantos días más y podremos por fin verla —sonrió ligeramente. —También me emociona mucho poder cargarla en mis brazos.
El juicio que tendrían era de un divorcio, uno muy difícil, Yeon tenía que defender al hombre mientras que la mujer quería quitarle absolutamente todo y él no quería darle nada de nada.
Por desgracia no fue un día de suerte, Yeon Seo terminó perdiendo el caso, ganándose un fuerte regaño por parte de su cliente, ella se disculpó y sin más se despidió, no tenía ningún ánimo de seguir en ese lugar.
—No te preocupes noona, tendremos más suerte en el próximo —en ese momento el teléfono de Tae comenzó a sonar, era su madre diciendo que pasara a la tienda a comprar un par de cosas antes de regresar. —Lo siento noona, me tengo que ir, ¿quieres que llame un taxi para que te lleve?
—No, gracias, puedo yo sola.
Se despidieron, Taehyung comenzó a caminar, solo se alejó un par de metros cuando de pronto escuchó un sonido estruendoso que le heló la piel, se giró hacia donde provenía el ruido y cuando vio lo que había sucedido soltó el maletín que llevaba entre las manos y corrió lo más rápido que pudo, Yeon Seo estaba tirada en el suelo, su piel se tornaba pálida con rápidez y su parte baja estaba sangrando, un auto la había golpeado con bastante fuerza.
—M-mi bebé —Yeon estaba llorando y suplicaba por la vida de su hija. —P-por favor, mi niña tiene que estar bien.
—Noona, tranquila, vas a estar bien y la pequeña también —Taehyung trataba de calmarla, ella no podía moverse ni un solo centímetro. —¡Alguien llame a una ambulancia ya!
En ese instante, Yeon Seo perdió la conciencia.
—《Yeon Seo... no... ¡Yeon Seo! ¡Despierta! Por favor... 》 —Yoongi presenció todo el accidente, no pudo evitar llorar, se estaba volviendo loco de solo verla a ella ahí inmóvil mientras toda la gente miraba entre murmullos y algunos pedían por ayuda.
Sus lágrimas recorrían sin parar sus mejillas, él no quería que ella muriera, su única familia tenía que estar viva y saludable.
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