Tenía un plan bien estructurado, aunque ella no lo quisiera, la iba a confundir.

La recuperaría.

Sabía perfectamente que M, no volvería a salir con el, pero, eso no quería decir que no tomara en cuenta sus detalles, así que eso haría.

Entro a aquel cuarto lleno de recuerdos, uno que mantenía bajo llave para que nadie entrase en el.

Miro uno por uno, fotografías, cuadros que el pinto, notas que aún guarda, aquellas también de aquel paparazzi, que intento sobornarlo, era un espacio completamente dedicado a su Quería M.

Esta vez, los papeles cambiarían, si ella llegó a conquistarlo de una manera tan tierna, el haría exactamente lo mismo.

Por su cabeza pasaban imágenes, ideas venían a él como oleadas y con cada una su sonrisa se ampliaba aún más.

Tomo de su cajón, un pos it en donde escribía notas para canciones. Las usaría en otro ámbito desde ese momento.

Costara lo que le costara, evitaría a toda costa, que ella cometiera un error al casarse, y si nada de eso funcionaba, era capaz de llegar de improvisto y se la robaría como en las películas de Hollywood, en las que ambos se aman, y por una estupidez, no estaban juntos.

Esto, era exactamente lo mismo, y asi como en las películas, arreglaría todo, reconquistandola o bien, secuestrando a la novia.

Su teléfono sonó con varios mensajes, reviso uno por uno, era Nam que estaba organizando aquella cena en la que ella se quería disculpar, todos estaban realmente emocionados por asistir, lo poco y nada que la conocieron ella les agrado de inmediato, más que nada por las cosas que Namjoon y Jungkook les contaba.

Solo presto atención a la hora y el día, luego, simplemente ignoro todo.

Sintió presionar las teclas de su puerta, se quedó escuchando quien podría ser.

— Jungkook, ¿Estas en casa? —asomo su cabeza al sentir la voz de la fémina. — ¿Puedo pasar?

— Sí... ¿Necesitas algo?

— Solo venía por mis cosas. —bajo la cabeza avergonzada— ya que, te termine decepcionando y ya no somos nada, creo que es mejor que saque mis cosas de aquí.

Jeon la veía tímida, las cosas que le dijo quizás la hicieron sentir mal, y debido al momento no fue para nada sutil.

— Pasa, tu sabes dónde está todo.

Le ayudo a guardar cada una de sus pertenencias en su maleta y una mochila que el mismo presto, había mucho de ella en el departamento.

Massiel recordaba las palabras del Señor Go en las que le contaba todo lo sucedido hace unos años, juntaba fuerzas para subir al departamento y pedirle que contase su versión de las cosas, si era tal cual lo que ya sabía, creyó que sería una posibilidad de ignorar todo ese remordimiento y dejarlo atrás.

Confundida entre un si y un no, pego su frente en el manubrio pensando realmente en sus sentimientos, era momento de al fin ser feliz, pues, los pocos días que estubieron juntos en serio fueron impresionantes.

Tomo aire aliviada, el ya no estaba con aquella chica y ella solo se casaría por conveniencia y con un amigo.

Sin más darle vuelta al asunto, decidió ir por el, tomo su bolsa y descendió del auto, estaba a punto de caminar hacia el elevador, cuando miro que Jungkook venía con la que presentó como su novia.

El corazón se le paralizó, levantó sus tacones para que no hicieran ruido y volvió su carro, entrando con total sigilo, observando desde ahí que tanto ocurriría.

— Lamento lo que pasó, Lara.

— Yo si te amo, Jungkook, así que... Cuando veas que ella no quiere nada contigo, estaré esperando.

— No debes hacerlo, aunque ella me rechace, no podré estar más contigo sabiendo que no podré amarte como te mereces.

— Oppa... ¿Estas seguro de esto? —Jeon levantó su mano y acarició su rostro con total ternura.

Massiel quería no seguir viendo aquella escena, pero quizás, si observaba hasta el final, así, se daría cuenta que en realidad, nunca pasará más.

— ¿Nos podemos despedir como corresponde?

— ¿Quieres un abrazo? —ella asintió apunto de llorar.

Kook tomo de su espaldas y la atrajo a su cuerpo.

Lara, en un intento de acomodarse, miro hacia el costado, notando a aquella chica que los observaba con atención, no había que ser adivina para conectar todo, incluso le pareció verla en una de las tantas fotografías por ahí.

La maldad oscureció su espíritu, subió las manos al cuello de Jeon y movió su rostro besándolo a vista y paciencia de quien los observaba.

Lee, se preguntaba cómo pudo ser tan estúpida, era obvio que sus palabras eran mentiras, siempre lo fueron, Jungkook jamás la amo como dijo en verdad, y se aprovechó de la petición de su padre para serle infiel, ahora mismo, le había fallado diciéndole que la ama y besándose con otra.

Sin más, encendió su carro para salir pronta de ahí, había quitado la vista de ellos solo para introducir la llave y prender el motor, más, cuando volvió la vista de nuevo a ellos, Kook sostenia de los hombros a la chica y observaba en su dirección.

— Massiel —murmuro asustado, se quedaron así unos segundos, M, bajo su rostro a la vez que sus lágrimas se deslizan por sus mejillas, con sus manos tiritonas puso en marcha y salió mientras Jeon intentaba acercarse a ella — ¿Que demonios hiciste?

— Solo me despedí de ti, tu me diste la oportunidad.

— Con un abrazo, Lara, ¿Como mierda le explicaré esto ahora?

— No me hagas responsable de tus actos.

— Tu me besaste!!

— Tampoco te negaste, Jungkook, me correspondiste, lo que significa que aún sientes algo por mi.

— Solo significa una cosa... Nuestra despedida, No quiero que vuelvas a mi departamento, si te faltan cosas envíame un mensaje y las llevaré a la agencia.

— Como digas —subio las cosas a su auto y se fue del lugar.

Jeon no sabía que hacer en ese presiso momento todo se había complicado, y sentía que sus planes se derrumban.

Ahora sí, ella estaría con un muro de cinco metros para que el no se acercará jamás.