5
Estaba molesto, lleno de irá, pero contra el, ella tenía toda la razón, el fallo, no le pregunto y la traicionó, estuvo con otra chica,
Y ahora la hería con sus palabras.
— Massiel —murmuro.
— Déjalo así Jungkook, estaré bien, como siempre.
— Te amo —el cuerpo de ella se congelo completamente— Nunca deje de hacerlo, y Dios... Lo único que quiero es tenerte en mis brazos.
— Me voy a casar, en un par de semanas. Es mejor dejarlo así.
— Te voy a confundir, te confundire tanto que te darás cuenta que me sigues amando.
— Para que harías eso si estás con alguien más.
— Eso se acabó —Massy volvió a verlo— Cuando te vi de nuevo me di cuenta que estaba perdiendo el tiempo. — estiró una mano hacia ella— Solo un abrazo.
Sin pensarlo ella se levantó chocando su cuerpo con el de el, usaron fuerza se necesitaban, se querían, se amaban. Sus aromas se mezclaban gratamente, ella seguía oliendo a aquel perfume que Jungkook compro solo para recordarla, y el, seguía oliendo como cuando la estrecho en sus brazos la primera vez.
— No me confundas —el metió su rostro en su cuello— Te lo ruego, podemos ser amigos, voy a casarme, estoy completamente enamorada de él y no puedo hacerle daño.
Jeon apretó desde su cintura, sus palabras lo estaban matando, llegó tarde, esta vez, sentía en sus palabras que hablaba en serio, no quería que la confundiera y definitivamente no se lo permitiría.
— No me hagas esto, te necesito conmigo.
— Deberías irte, —solto de su cuerpo— hablaré con Namjoon para que nos organicemos y vayan a mi casa todos.
— Te vas a arrepentir de esta decisión Massiel —dijo con reencor— y cuando te des cuenta, yo no estaré ahí.
Limpiando sus mejillas con rabia, Jungkook abandono la oficina.
Apenas cruzó el umbral, Massiel llamo por el citofono a su secretario, que veía como aquel chico se retiraba, las cosas al parecer no habían salido bien.
— Massiel?
— Si Namjoon aún no se va dígale que pase a mi oficina.
— Si, llamaré a la oficina de su padre para que le avisé.
— Gracias, Señor Go.
— De nada, cariño.
Pudo oír la tristeza en su voz, aquel quiebre que se forma cuando llora, pudo oír la aflicción, pero a la vez, ya no estaba tan sensible como antes lo hacía.
Llamo de inmediato a la sala de Kim dando el recado de Massiel, Nam apenas lo oyó, camino en aquella dirección preocupado por todo lo que oía de su padre.
La vida de ella estaba cada vez peor, no se esperaba la traición de los inversionistas que llenan sus bolsillos por los buenos negocios que ella ha hecho, sin mencionar que hace unos días, debió asistir al médico por unos malestares que ha sufrido y está a la espera de los exámenes.
Sin mucha espera, el señor Go hace el ingreso sin tocar como siempre lo hace.
— El señor Kim
— Que pase — se levantó de la silla y camino a la puerta, ambos se juntaron a mitad del lugar en un fuerte abrazo.
— Lamento lo de hace meses, Oppa. .. fue muy cruel.
— Está bien, lo entiendo, fuimos responsables de muchas cosas y no tomamos buenas decisiones.
— Ven, sentemonos. —fueron hasta el sofá— cuéntame,cómo van tus proyectos.
— De maravilla, todo bien en general.
— Eso es bueno... —se vieron a los ojos— Papá te lo dijo ¿No?
— Algunas cosas.
— No puedes decirle a Jungkook.
— ¿Por que?
— Porque si lo haces, el estará empecinado en cancelarlo.
— Podrías hacerlo con el, sabes que se aman, sabes que el lo hará.
— Y arruinar su vida,... Su profesión, sus proyectos... No seré responsable de eso.
— Massiel, un matrimonio no se debería tomar a la ligera, además eso no es impedimento para que el siga haciendo su trabajo.
— Y si luego de que me case con el piden que tengamos hijos, eso sí causaría un quiebre a su carrera.
— Claro que no, lo sabes, hay muchos artistas que se casan y tienen sus hijos, siguen con su carrera y se les ve más felices en televisión.
— Oppa,.. cuánto quisiera yo poder decirle, que sea con el, volver a besarlo, pero...
— Le tienes rencor por lo que pasó.
— aún no puedo olvidar eso ... Es algo que debo superar, lo sé, pero cada vez que lo recuerdo, mi corazón se aflige y lo único que quiero es llorar.
— Para que me llamaste.
— Tu número de teléfono, quiero hacer una cena en mi casa, una manera de pedirles disculpas por mi comportamiento, volver a hablar con uds como antes.
— Eso me encantaría. Debo irme, me imagino que Jungkook debe estar molesto.
— Cuidado, por favor, que no haga una locura.
— Sería mucho más fácil si aceptas que aún lo amas, —se levantó y camino a la puerta— o que se comprometieron al fin.
— Namjoon!!
— Ya me voy... Estamos hablando, Massy... Y gracias por recibirnos.
Se quedó pensando, busco uno que otro restorant para invitar a los chicos, dos le gustaron pero quería verlos en perdona, sería la excusa perfecta para volver a ver a Jungkook, aunque sea de lejos.
Entonces se fue de la oficina, tomo sus cosas y salió.
— ¿Se va tan temprano? —su secretario le siguió.
— Debo arreglar algunas cosas.
— ¿Tiene que ver con Jungkook? —se detuvo de pronto y giro su cuerpo con lentitud.
— ¿Por que lo dejó entrar Señor Go?
— Esperanza.
— Esperanza a qué?
— Se aman, debería casarse con el, en serio, de una buena vez y no de mentiras.
— El me engañó —dijo entre dientes.
— A petición de su padre, estoy muy seguro que el chiquillo jamás la tocaría, ni con un pétalo de una flor.
— ¿Y que? ¿Debo perdonarlo por destruirme?
— Debe perdonarlo por el amor que se tienen —tomo aire— Señorita Lee, la respeto, le he tomado un gran cariño, tiene la oportunidad de ser feliz con quién es el amor de su vida. No la menosprecie.
— Está cruzando la línea.
— Despidame, pero me oirá... Jungkook le imploro de rodillas a su padre que tomaran otra decisión, yo estuve ahí en ese momento, lloro y suplico, pero su padre no dio a torcer su brazo... Dijo que lo haría a su manera, porque su padre quería algo más cruel.
— ¿Termino?
— No... Quiso llevarla a Jeju, quería pasar los últimos días junto a ud, pero el Señor Lee le dijo que sería crear más momentos y la despedida sería más dolorosa, por eso adelantó todo. Si debe odiar a alguien, debería ser al Señor Lee. Y no digo que sea un mal hombre, solo uno que tuvo miedo por su hija y quiso protegerla.
— Gracias por esa información.... No me sirve de nada.
Se alejó del mayor con altanería. Pero, el señor Go, sabía que algo ocasionó aquello en su interior.
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