6 meses después.

Para ninguno había sido facil la distancia.

Luego de que Massiel saliera del hospital, se enfoco solo en su trabajo, estaba enojada con ella misma, se odiaba por negarse a las peticiones de esa llamada, se odio por rechazarlo de esa manera.

Le mintió y Jungkook jamás volvió a llamarla luego de eso, lo que quería decir que el tambien la odio.

Jeon hizo exactamente lo mismo, comenzó a concentrarse en Gong, que cada vez estaba más grande y regordete, más lindo  e inteligente,  y cuando el no podía cuidarlo su madre se quedaba con el.

O eso era lo que le decía.

Pues apenas el chico desaparecía, lo llevaba junto a Massiel y de paso se familiariza con su hermana que era solo dos días mayor a él.

Para Massiel verlos en el corral jugar con bloques, gatear y balbucear entre ellos como si fueran adultos y se entendieran a la perfección era lo más perfecto que podía existir en la tierra.

Al escuchar a HyeSan decir Omma costosamente también Gong tomo el hábito y ella intentaba rechazar y enseñarle a decir Massiel.

Esos días, luego de tenerlo por casi una semana en su casa, lo despidió con un dolor en su corazón, quizás cuánto tiempo pasaría para volver a tenerlo consigo.

Era como si arrancarán una parte de ella al alejarla del que veía perfectamente como su hijo.

Pero quién la manda a decirle a Jungkook que aún no lo perdonaba del todo, que era mejor mantenerse alejados por un tiempo más extenso.

Por otra parte, Jeon llegaba a su departamento luego de unos días fuera del país y solo quería ver a su hijo.

Apenas su madre entro por la puerta se lanzo hacia el, lo abrazo y beso, su aroma seguía siendo un tanto peculiar.

Le gustaba, era agradable, era memorable, pero seguía ignorando de dónde era.

— ¿Omma? —dijo el pequeño en un balbuceo.

— Appa —enseño con lentitud el sentando en su regazo.

— Mmamm —respondio el bebé queriendo llorar.

Entonces Kook comenzó a jugar y hacerlo reír para que no llorase.

— Jungkook —dijo su madre y se sentó frente a él— Haz, llamado a Ma...

— Omma... Gracias por cuidar a Gong —interumpio en seco—

— Debo irme, felicidades por el concierto. —beso la frente de su hijo y su nieto y se fue de la casa.

Solo ahí, Kook se permitió suspirar, la extrañaba tanto, pero Massiel le pidió un tiempo más y el solo quería respetar aquello, no quería llamarla o la presionaría, y hablar de ella era muy complicado porque, apenas y la pensaba y sus ojos de aguaban y el llanto se hacia incontrolable.

— Vamos por una ducha bebé —camino hasta el baño y dió el agua llenando la bañera.

Comenzó a desnudarse y quitarle la ropa a su hijo acomodo jabón y uno que otro juguete de hule, se adentro y en un tiempo de calidad jugaron juntos en el agua. Jeon reía a carcajadas por las expresiones del bebé cuando salpicaba agua en su rostro, lavo su cabello y cuerpo y siguieron jugando juntos.

Ya se había acostumbrado, al principio todo fue difícil, pero al tomar experiencia y hacer una rutina, cómo las que hacía en sus ejercicios, todo fue llevadero.

Lo vistió, seco su cabello negro y le dió una mamila con la leche que la nodriza aún le enviaba, y el congelaba para mantenerla, hasta que se durmió profundamente.

Jeon se lanzo a su cama y entre pensamientos y preguntas con relación a M, se durmió en un profundo sueño.

Eran las 5am cuando su hijo lo despertó llorando, intentaba calmarlo pero nada, meció, alimento, cambio pero nada. El bebé lloraba y sollozaba.

Su madre llegó a las 7 por el, ese era su horario, se lo llevaba para cuidarlo, supuestamente, y Kook comenzaba a prepararse para ir a la agencia.

— ¿Paso mala noche?

— Despertó a eso de las 5, y no ha dejado de llorar.

— ¿Quieres que lo lleve a medico?

— ¿Crees que este enfermo?

— Tiene un poco de calentura —dijo tocando se frente y Jeon se preocupo.

— Lo llevaré

— Hijo tranquilo, yo lo llevaré, no te preocupes, te avisaré cualquier cosa.

— ¿Segura?

— No debe ser nada, está baboso y tiene fiebre, puede que sus dientes comiencen a salir.

— Ah!.. me asusté... Bien, el bolso está listo Omma... Avísame por favor.

— Si... —dijo ella y tomo el bolso y al bebé y salieron del departamento.

Se dejó caer en la cama un momento, y sus ojos se cerraron sin previo aviso, durmiendo un par de horas antes de irse a la agencia.

Iba en su carro, manejando mientras oía música, en un semáforo en rojo estacionó, y miro los edificios, siempre pasaba por ahí, pero nunca noto la nueva cafetería que se había levantado, estaba llena, y una fila que salía por la puerta.

— Debe ser buena —dijo así mismo y vio el nombre, asombrandose, el no creía en las casualidades.

Los automóviles tocaron la bocina, el semáforo había cambiado y el aceleró lentamente estacionándose en frente de esta y viendo hacia dentro por los ventanales.

Sin esperar mucho, tomo una mascarilla y un jokey, y bajo para ver y confirmar sus sospechas.

Al hacer el ingreso se paseo por las paredes, dándose cuenta que no era una casualidad, recordó sus palabras, las escritas en aquel papel "No te darás cuenta cuando regrese".

Los cuadros, las notas, las fotografías, todo gritaba Massiel.

— ¿Puedo ayudarlo? —pregunto una voz suave.

— ¿Cuál es la especialidad?

— tarta de chocolate y Café, té, leche o soda.

— Quiero uno —dijo y giro hacia la chica— Con café

— Inmediatamente Señor —Kook se sentó en una mesa y espero su pedido — Aquí tiene.

— ¿Desde cuándo abrieron esto?

— Mmm, si no me equivoco, se cumplirá un año.

— ¿Y la dueña?

— Lo siento, no puedo dar esa información.

— Lastima, quería que mi firma estubiera junto a las de ellos —dijo y quitó el barbijo para beber el café, apuntando los autógrafos

— Lo siento mucho —reverencio a el— Ella está en el segundo piso, es exclusivo para Vip, y ella tiene una cocina donde hace los pasteles... Por aquí, por favor.

Siguió a la chica por unas escalas al fondo, ella en su bandeja llevaba el café y el pastel y Jeon, tenía las manos sudorosas en sus bolsillos.

Al fin podría verla de nuevo.