Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

13

Cómo habían organizados a las tres llegaron juntos a la casa de sus padres, aquellos que adoptaron a Massiel cuando era solo una niña, y le dieron el hogar que necesitaban.

Su madre estaba feliz de verlos juntos de nuevo, casi, casi, lloro de alegría, acomodaron en la mesa los alimentos que pasaron a comprar y se sentaron los cuatro.

— Appa —dijo ella— Omma.... ¿Vamos de campamento?

— Solo los cuatro —dijo Nam— este fin de semana.

— Joonie pidió permiso en la empresa y yo no debo ir.

— Me gusta la idea —dijo su madre— Yeobo.

— Vamos, de hecho, podríamos irnos en la tarde, preparemos todo y así aprovechamos mejor el fin de semana.

Y así como se dijo, se hizo.

Cada uno fue a su casa a preparar sus cosas, Massiel estaba emocionada, tanto que ni tiempo le dió de pensar de Jungkook.

Preparo un bolso con ropa, arrendarian una cabaña así que, no debía llevar mucho, aún así, se preparó, es una mujer muy precavida, y la sonrisa no se la quitaba de su rostro.

Jungkook la observaba a la distancia, intento bajar en reiteradas ocasiones para decirle la verdad, pero fue un cobarde que prefiero no hacerlo, aún tenía la esperanza de que fuera mentira y estuvieran al fin juntos.

A la distancia y mientras hablaba con Namjoon por teléfono miro el carro de Jk.

— Jungkook —musito.

— ¿Está ahí?

— Oppa te llamo luego —dijo y corto de inmediato, dió pasos hacia su dirección, pero apenas el la vio encendió el carro y se alejó, dejándola destruida y confundida.

Massiel no se movió de dónde estaba hasta que lo perdió en el camino, no sabía que la decepcionaba tanto si no era la primera vez.

Con una sonrisa totalmente falsa, volvió a su carro y siguió guardando sus cosas, una vez más, tenía que endurecer su corazón con la promesa que está vez, nada lo ablandaria.

Paso por Namjoon a su casa, ya eran las seis de la tarde, y debían ir por sus padres, en autos diferentes se irían al campamento de Daegu, un lugar al que los llevaron de niños, en dónde no se hablaban ni por si acaso, pero disfrutaron del aire libre, y el amor familiar.

— So... —dijo en Inglés.

— No quiero hablar de ello —se acomodo en el asiento

— Ok

— Tu amigo es un idiota, imbécil, es un... —resongo con molestia— Ya no quiero que se acerque más a mí

— ¿Y que harás para ello? —ella pensó un momento— No me digas que te irás de nuevo.

— Pediré una orden de alejamiento

— ¿Una ... Qué? ... Creo que estás siendo muy extremista.

— ¿Extremista, Oppa?... Te recuerdo quien me visito anoche, destruyó mi pastel y además me golpeó, y solo porque el se me acercó. Ya no permitiré que me hagan daño por su culpa.

— Massiel... —solto en un suspiro— Quizás, si hablas con el y le dices como te sientes con ello, puede que el solo se aleje al ver que te está dañando.

— Bien, hablaré con el, le diré que ya no se me acerque, le diré todo lo que he a dañado de su parte, pero si no entiende, si el sigue insistiendo en estar conmigo mientras aún está en un compromiso, lo denunciaré y pediré una orden de alejamiento.

— Bien... Y te apoyaré solo en ese entonces

En un silencio absoluto llegaron hasta su destino, el clima feo les encantaba a todos, la niebla entre los árboles era el paisaje más atractivo que Massiel podría ver, era su clima favorito y siempre que estaba en algo parecido se imaginaba a Jungkook abrazarla de su cintura, metiendola entre sus brazos y chaqueta abrigandola del frío.

Pero no sería así.

Se acercó a la recepción para pedir una cabaña mientras que Nam y sus padres bajaban viendo la belleza del lugar, había cambiado mucho, en esos casi 20 años.

— ¿Y Massy? —pregunto su madre buscándola con la vista.

— Está en recepción, arrendando una cabaña —contesto Nam— Iré a ver porque demora tanto.

Y se encamino hacia allá, pillando a la chica que venía también en su dirección.

— ¿Todo bien?

— Si, solo quedaban cabañas con 8 habitaciones.

— Te daré la mitad del dinero

— Aish.... ¿Acaso te la pedí? —Apeto las mejillas del mayor.

— Ah... Me duele, me duele ... —dijo entre quejidos.

— ¿Namjoonie?  —ambos vieron en aquella direccion— Oh, cariño —dijo con alegria— Hace mucho que no nos vemos, estás tan guapo.

— Muchas gracias, es un gusto volver a verla.

— Yeobo —dijo al hombre que se acercaba— Mira quien está aquí...

— Kim Namjoon —grito y su esposa golpeó su brazo.

— Shh... No queremos que invadan su privacidad —reprendio al hombre— Lo siento, y está niña tan hermosa, ¿Es tu novia?

— No, No, No!! —dijeron a la vez.

— Ella es mi hermana, usted la conoce, ella es Massiel.

— Omo... ¿Kim Massiel?

— Ahora soy Lee, pero si —dijo ella.

— Oh, por dios!! —la tomo de sus hombros y la miro con detalle— Estás tan hermosa muchachita —Massy sonrio— aún recuerdo cuando mi hijo dijo que una niña se le había declarado y estaba nervioso —M, dejo de reír, incluso el aire le falto— a la competencia siguiente le pedí que me dijera quién era, en serio estás preciosa, cariño.

— ¿Señora Jeon?

— Puedes llamarme HeeSun —la chica se quedó viéndola fijamente, poco a poco las lágrimas comenzaron a asomarse, ella podría ser su suegra y nunca lo sabría — ¿Estás bien?

— Si... Lo siento.

— Amor, creo que ya deberíamos irnos.

— ¿Ya se van? —pregunto Nam.

— Si, ya no quedan cabañas, y no trajimos tiendas, además hace mucho frío para quedarse a la interperie.

— Ya veo... —dijo Nam viendo por el rabillo de su ojos, leyendo los pensamientos de su hermana.

— Tenemos una cabaña —dijo Massiel muy rápido antes que ellos se fueran, con emoción y sonriente— es una cabaña grande y tenemos habitaciones de sobra.

— No queremos molestarlos —dijo la señora Jeon.

— No es molestia —tomo de la chaqueta de ella evitando que se fuera— sería un placer compartir nuestro espacio con uds —reverencio ante ellos.

Namjoon se sentía orgulloso de su casi hermana, sonrió al verla tan educada y bondadosa, no esperaba más de ella.

Los señores Jeon, estaban conmocionados, esa reverencia era perfecta en todo sentido, la manera en la que hablaba y expresaba llevaba en todo momento admiración y respeto, y el ofrecimiento era perfecto para convivir un fin de semana diferente y descanzado.

— No quedaremos —dijo la mujer tomando de sus hombros y levantando a la chiquilla — ¿Vamos?

— Vamos —dijo ella tomando los bolsos en el piso y caminado al auto, Nam le seguía los pasos con las maletas que los Jeon llevaban.

Los Jeon habían llegado en Taxi, no querían perderse en el camino hasta allá, habían oído del excelente lugar que era y solo se enfocaría en llegar y disfrutar, habría sido un viaje perdido si Massiel no le ofreciera quedarse con ellos.

— Iré en el auto con Mamá y Papá —dijo Nam.

— Nam...

— Estarás bien, lo haces bien —beso su frente y abrió la puerta para la mujer que subiera de copiloto, el hombre subió atrás y Massiel cerraba la cajuela con todas las maletas.

Apenas subió se sintió nerviosa, pero estaba feliz y no sabía por qué, comenzó a subir por la colina manejando el carro prudentemente.

— ¿Has visto a Jungkookie?

— Oh.. si, lo he visto un par de veces.

— Está muy guapo, debería buscarse una chica como el.

— Pero... El ya tiene una chica

— ¿Lara?... Esa muchachita, estaban saliendo un par de meses cuando le pidió el compromiso, no me extrañaría que así fuera por un embarazo prematuro —Massiel trago pesado— Además, yo sé que el corazón de mi Kookoo pertenece a otra niña.

— ¿A sí?

— Por supuesto, no sé quién sea, ni como es, pero es una niña muy hermosa, la he visto en unos cuantos cuadros que mi niño tiene en un cuarto.

Masiel aclaro su garganta un momento, miro a su lado discimuladamente encontrándose a la mujer sonriente viéndola en su dirección.

— Hemos... Hemos llegado —dijo con nervios y estacionando el carro.

Todos recorrieron la casa que Massiel había elegido, la encontraron perfecta, muy parecida a una mansión, justamente con dos alcobas matrimoniales que ella insistió en que los mayores usarán cada una, y mientras ellos preparaban sus cuartos, los más jóvenes comenzaron a bajar todo de los autos.

— Fue muy lindo lo que hiciste

— Sería injusto que perdieran el viaje, teniendo nosotros cuartos de sobra.

— Mjm!... Quieres conquistar a tu suegra... —murmuro en su dirección ganándose una mirada fulminante de la chica.

— Ella no es mi suegra, y no lo será, nunca.

— No lo sé, el amor no se puede negar, enana.

M, dió un suspiro largo, ojalá y fuera cierto, ojalá y algún día ella y Jungkook rompan todas las barreras que se interponen y puedan al fin, estar juntos.

Se quedó viendo al vacío, los espacios entre los árboles era tan nostálgico, era imperfecto, solo faltaba uno, para que fuera icónico.

Cuando ya todo estaba preparado, comenzaron con la cena, una que la misma muchacha preparo, una que conquistó el paladar de todos, una que fue epicamente deliciosa para los presentes.

Luego de eso, una maravillosa sobremesa, dónde los hombres veían un partido de fútbol y las mujeres, jugaban cartas entre risas y conversaciones, las mejillas de las tres se adormecian, el alcohol, también hacia lo suyo.

— Entonces, cariño —dijo la señora Jeon— ¿Eres tú la de los cuadros? —tiro una carta a la mesa y Massy se quedó helada.

— ¿Que cuadros? —pregunto la señora Kim haciendo su jugada.

— Jungkookah tiene unos cuadros en un cuarto de su edificio, sabes que de vez en cuando pinta y lo hace muy bien, y está, está chica que la dibuja muy seguido.

— ¿En serio? —volvio a preguntar inquieta y viendo a su hija.

— En serio! —confirmo enérgica— y por como la dibuja se que es el amor de su vida, y no es la niña con la que publicó su compromiso, no tienen ningún parecido.

La mirada de Namjoon fue en dirección a ellas, escuchaba perfectamente la conversación, pudo notar los ojos enrojecidos de su hermana, y como sonreía por obligación ante la plática de las adultas.

— Es mi turno —dijo en titubeos, y recogió el naipe para botar otra.

— Ya admitelo —golpeo su hombro delicado— Se que eres tú, el parecido en... —los golpes de la puerta interrumpieron todo.

— Iré a ver quién es —dijo ella levantándose, era su salvada de campana, quizás, algún vecino necesita ayuda y así, pondría como excusa no responder las preguntas de la mujer tan agradable, madre del amor de su vida.

Al abrir la puerta se sintió el frío de afuera, un viento se levantó sacudiendo sus cabellos, y dejando ver un congelado muchacho que tiritaba de nervios y frío.

Massiel cruzó la mirada con el, sus corazones, cómo siempre se unieron en latido, más que mal, siempre han sido uno, Jeon suspiro y el vapor salía de su boca.

— Jeon...

— M...

Se nombraron al otro conteniendo las ganas de abrazarce.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro