
2O
Jungkook estaba hablando, hablando y hablando, había estado sentado junto a mi leyendome el libro, parecía no cansarse y yo estaba feliz por tenerlo junto a mí, claro que quería preguntarle sobre su estado, pero dado que hablaba sin parar sabía que estaba bien.
─Uh, ésto nos recuerda a nosotros. Tremendo sexo de vampiros, amigo ─soltó después de un párrafo ─. Me lo imaginé, que vampiro tan sexy, Dios.
─Hey ─solté, él me miró, sus ojos se abrieron grandes, me saqué la mascarilla y le miré como regaño ─. Al único al que le debes decir sexy es a mi.
Jungkook dejó el libro y puso sus manos sobre mi brazo, sus ojos estaban lagrimeando y su labio inferior temblaba.
─Despertaste ─cortó a todo lo que quería decir, le sonreí.
─Desde hace un rato. Ven aquí.
Me moví en la camilla, era lo suficientemente grande para que dos personas se acostaran en ella aunque no era lo esperado, Jungkook subió y recostó su cabeza en mi pecho. Su respiración se sentía cálida ya que la bata era delgada y su cabello olía a fresas. Se sentía tan bien tenerlo entre mis brazos.
─Tenía tanto miedo ─dijo.
─Lo sé ─respondí ─, pero ya estoy aquí y ya todo está bien. Esteremos bien.
Jungkook asintió, posiblemente estando de acuerdo conmigo o aguantando los sentimientos que tenía dentro. Por lo que, con una mano comencé a acariciar su espalda y con mis labios alcancé a dar besos en sus cabellos.
─Tengo tanto que decirte, pero no tengo la energía para hacerlo. ¿Qué me inyectan? ¿Tranquilizante para elefantes?
Jungkook comenzó a reírse y todo estuvo bien.
Por ahora.
[...]
Odiaba estar en el hospital.
Tenía esta cosa adentro de mi brazo, el suero, odiaba las agujas y tenía una a dentro de mi brazo que era incómoda y me causaba molestia cuando movía el brazo. No podía dormir bien, no sin Jungkook entre mis brazos o cerca de mi, ese hecho lograba que yo despertara de mal humor y la enfermera se reía de mi en mi cara.
─Eres igual a mi esposo, él también es un gruñón ─dijo ella mientras limpiaba la herida y volvía a sellarla con vendaje nuevo, bajando la bata y cubriéndome con la manta ─. No te preocupes, el señor Choi está por llegar con tu novio.
Eso sin duda me puse un poco mejor, aunque seguía adormilado y después de traerme comida asquerosamente insípida, Jungkook apareció por la puerta mientras me quejaba.
─Si te dan esa comida es por algo, Jiminssi ─bromeó él.
Empujé la charola al mueble junto a la camilla y puse mala cara, él se río mientras caminaba a la silla junto de mi cama en el otro lado.
─Como tu comida si tiene sabor ─me quejé.
─Ay, ya ─expresó en risas, tomando mi mejilla derecha como si le causara ternura, subió los labios para hablar como una anciana a su nieto ─. Eres un bebé quejumbroso.
Le gruñí, volteando mi cabeza para morder su mano, pero la quitó rápido, siguiendo con su risa que alegraba mi día y por la cual trataba de no sonreír.
─Cuando te den autorización de comer cualquier cosa te haré bolas de carne con verduras y mucho arroz en la salsa que tu gusta, ¿de acuerdo?
─Eres el mejor novio del mundo.
─Lo sé, chupame la polla.
─Ponla en mi boca que de rodillas no puedo estar.
Nos echamos a reír cuando vimos a Kwan entrando a la habitación y poniendo cara de haber interrumpido algo, Jungkook hizo ese gesto de sonreír y arrugar su nariz al igual que se achicaban sus ojos. Tan hermoso.
─Que bueno que ya estés mejor, Jimin ─dijo el hombre de traje, entrando lo suficiente para dejar ver un ramo de flores en su brazo derecho, sabía eran para su esposo.
─¿Cómo está Minho? ─pregunté rápidamente, poniendo esa expresión de arrepentimiento.
─Quita esa cara, muchacho. No fue culpa tuya, él tiene eso de salvar a los suyos y bueno, yo igual ─confesó, haciéndome sonreír al escucharle, miré a Jungkook el cual asintió sabiendo lo que yo sentía ─. Él despertó antes que tú y posiblemente hoy le dan el alta, el balazo le dio, pero afortunadamente no dañó mucho por el chaleco. Que de hecho, tengo que jodidas regañarte porque no te pusiste el que yo te di.
Me encogí en mi lugar, sintiendo como si el padre que nunca tuve estuviera regañandome por haber roto un vidrio con el balón. Algo así, tan común pero temeroso cuando era más grave que eso y no había ni un poco de parentesco.
─¿Te dio un chaleco? ─preguntó Jungkook.
Uh-oh
─Estaba pensando en encontrarte y en asesinar a Yoongi que se me olvidó ponerme el chaleco. De veras, ¿que pedo con Mierda Yoongi? ─cambié de tema, Jungkook rodando los ojos y Kwan juntando sus cejas.
─Sí, venía a hablarles de eso. Escapó.
─¿Qué?
Jungkook hizo un sonido afirmativo, le miré y él tenía sus ojos sobre el suelo, sus dedos se movían yema sobre yema de los índices.
─Mi hermana descubrió fotos de Yoongi con un hombre y le pidió el divorcio. Él se lo dio sin más.
─Y escapó ─acompletó Kwan.
Mi mano fue a parar a la orilla de la cama, golpeando la barilla de metal, había golpeando tan fuerte que uno de mis nudillos estaba sangrando.
─¡¿Qué haces?! ─se alarmó Jungkook, Kwan parecía estar impresionado también. Mi novio tomó el aparato con el botón para llamar a la enfermera y lo presionó, luego tomó mi mano ─. No eres de plástico o algo así para estar haciéndote daño de esta manera. Primero el balazo y ahora tus nudillos. ¿No entiendes que lo que te duele a ti me duele a mi? ─se quejó.
Me sentí mal y lo miré entre mis pestañas, susurrando un "lo siento" al mismo tiempo que entraba la enfermera y Jungkook le indicaba la herida en mi mano. Cuando ella se acercó con las cosas para curarme, Jungkook le expresó que él quería hacerlo.
─¿Qué pasará con Mierda Yoongi? ─pregunté, mi mirada sobre el hombre de traje que sostenía el ramo de flores.
─Mi gente y la de Mingo ya lo están buscando, no te preocupes por ello. También serán cuidados por policías ya que son testigos clave ─dijo Kwan en un suspiro ─. Minho y yo tratamos de que no estuvieran involucrados, pero fueron vistos por los otros secuestrados y son parte clave.
─No te preocupes, con tal de que lo atrapen.
Kwan asintió y se despidió con un iré a ver al amor de mi vida" y salió de la habitación, dejándonos solos. Jungkook seguía curando mi mano, poniendo el vendaje esta vez.
─¿Estás bien? ─pregunté.
Jungkook movió su cabeza para encontrar nuestros ojos, luego volvió su vista a el vendaje.
─Hmm ─afirmó ─, lo estoy.
La cosa de vivir con alguien, de amar a alguien, de tener pareja, era que conocías la mayoría de él, que sabías sus reacciones, sabías lo que posiblemente diría, sabias si es sincero o no con algo. Y yo sabía que Jungkook estaba mintiendo.
[...]
Comencé a escuchar sonidos raros que ya eran conocidos, gimoteos bajos y roncos de dolor que hicieron que me despertara. Encendí la lámpara de noche y me acerqué a mi novio para abrazarlo comenzando a besarlo.
─Mi amor, despierta, bebé. Nada de eso es real, Jungkookie. Estoy aquí, estoy bien, tú estás bien, en mis brazos.
Jungkook comenzó a tener pesadillas desde la primera vez que decidió cerrar los ojos para descansar un poco, lo que fue mientras yo estuve inconsciente. Fueron cinco días en donde yo había estado en una camilla sin mostrar respuesta y en las que él se había mantenido cerca para ser el primero que viera cuando despertara y así fue.
Yo supe de sus pesadillas hace unos meses, una semana después del alta en el hospital. Me había asustando tanto que desperté a Jungkook muy mal y el se expresó con "sólo una pesadilla", pero sólo esa pesadilla la tiene dos o tres veces a la semana por todos estos casi tres meses.
Su sueño era una recapitulación más tétrica posible del secuestro, de lo que vivió secuestrado, de lo que vivió sobre yo herido. Le había preguntado tantas veces que había sucedido cuando estuvo cautivo y él me decía que ni quería hablar de ello, que era pasado y no importaba. Pero todo eso lo tenía mal.
Y era peor siendo que Mierda Yoongi seguía suelto.
El hijo de puta se las había librado bien para no ser atrapado y salir del país (o no) antes de que pudieran atraparlo.
Mi novio despertó lentamente, me miró y limpió sus ojos con sus manos, comenzó a negar y se acercó más a mi, abrazándome.
─Amor...
─Estoy bien, Jiminnie. Todo está bien.
No estaba bien. Jungkook estaba temblando, era como un terremoto violento azotando la tierra y lo que había sobre ella, estaba temblando tanto que su labio inferior parecía un ala de colibrí al chocar contra el superior.
Mi corazón dolía una vez más.
─No lo estás, Jungkookie. Debes decirme que sucedió, debes desahogarte, fue demasiado lo que te paso para que los sigas callando. Claramente te está afectando.
Jungkook se separó de mi, moviéndose lejos para mirarme, limpiando sus ojos y luego queriendo restarle importancia con un gesto de su mano, como si empujara una mosca.
─No pasa nada, estoy bien.
─Amor...
─¡Estoy bien, Jimin!
Se levantó de la cama, moviéndose en boxers lejos de las sabanas y con los pies descalzos sobre la alfombra, tomó sus caderas y su frente. Estaba estresado.
─No lo estás ─me senté ─, no lo estás, deja de mentir. Si no quieres decírmelo a mi, dicelo a un experto. Necesitas ayuda profesional.
─No estoy loco.
─Yo no dije eso, Jungkook. En serio tienes que ir. No estás bien.
─¡Estoy bien! ─gritó de nuevo ─, ¿no captas? ¿No puedes comprender mis palabras?
Me levanté de la cama, agitando las manos mientras hablaba, enojado por lo que estaba tratando de hacerme entender según él.
─¡Deja de mentir! ─continúe gritando yo ─. ¡Hablame!, ¡yo estoy aquí!
─¡No quiero jodidas hablar de eso!, con una chingada, entiende de una puta vez. ¿Tu grado de escuela no te permite entenderlo?
Jungkook y yo estábamos tan cerca, como si fuéramos a besarnos o a golpearnos, nuestras respiraciones eran agitadas y me dolía la cabeza.
No era la primera pelea que teníamos, de éstas habían más porque él no podía dormir bien o yo era demasiado insistente. Habíamos tenido demasiadas peleas por cosas que pequeñas y estúpidas que más me estresaba porque la relación no parecía ser como antes. Porque él no me hablaba con sinceridad.
Estaba mal.
Estaba triste.
No quería perderlo.
─Mejor relajate ─solté con humo liberándose de mi nariz ─. Vas a decir cosas de las que te arrepentirás. Solo quiero ayudar, eres el amor de mi vida y no soporto que sufras.
Me moví a la cama, tomando mi almohada y luego una manta del mueble frente a la cama donde guardábamos mantas y otras almohadas.
─Tienes el don de los Jeon para hacer mierda a una persona con palabras. Iré a dormir en el sillón, buenas noches.
Y me fui, azotando la puerta y con el corazón hecho trizas.
De verdad lo amaba.
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