22
Parecíamos dos pubertos en su primera cita, sin tomarnos de la mano, cada quien yendo por su lado, viendo todos y sin decir nada. Tal vez dos amigos que se acompañan a casa y no son mucho de hablar, no lo sé, cualquier cosa desde afuera podría ser más creíble que lo que eramos.
Dos novios que jodían 24/7 y se amaban con saliva y risitas, que sufrieron una gran cosa, uno casi muriendo y el otro siendo secuestrado, pasando por un momento frío.
Tal vez si parecíamos eso. Una pareja en un momento frío. Sin saber cual es la magnitud de lo que nos congeló.
Nos paramos en un semáforo, el sol daba sobre nosotros y a pesar de estar en su punto de calor, el frío congelaba la punta de nuestras narices rosadas, los cabellos de Jungkook se movían con el viento y sus manos se movían frente de su pecho para calentarlas.
Suspiré y me acerqué, tomando sus manos, las llevé cerca de mi boca y comencé a exhalar caliente mientras las frotaba. Después de un rato, con sus ojos sobre mí y los míos sobre el semáforo, saqué unos guantes de mi bolsillo y se los extendí.
─Sabía que los olvidarías ─comencé a caminar sobre la línea diagonal hacia la otra calle antes de que pudiera decir algo.
Actuar como si no fuera nada el hacer estas cosas, como si no quisiera verlo a los ojos y decirle lo bonito que es siendo descuidado, lo mucho que me gusta, lo mucho que acelera mi ritmo cardíaco y los ataques de ternura que me dan cada que lo veo, joder. Todo era tan difícil cerca de Jeon Jungkook.
Me paré frente a una tienda de ropa, donde el reflejo del vidrio me mostraba a Jungkook yendo lento detrás de mí y luego deteniéndose junto a mi para mirar el restaurante del otro lado de la calle.
─Pudiste haberme dado los guantes.
Eso significaba "no tenías que calentar mis manos" y lo ignoré, cruzando la calle y caminando al restaurante.
Esto es gracioso, ignorándolo, pero calentandole las manos, yendo por mi cuenta, pero esperándolo en cada cruce, no fui por él a la universidad, pero lo invité a una cita. Me pareció tener un tipo de Dejavú a pesar que nunca había vivido este tipo de situación antes y sentí que mi estómago se revolvía cuando le abrí la puerta y el rodó los ojos, pero una sonrisa tiró de sus labios lentamente.
─Bienvenidos, ¿mesa para dos? ─indicó el hombre detrás del mostrador.
─Oh, sí, sí. Hice una reservación a nombre de Park Jungkook ─solté rápidamente, reservando a propósito con ese nombre porque sabía tendría que decirlo frente de mi novio.
El hombre vio la lista en el computador y asintió con una sonrisa, abrió la puerta, tomó dos menús y nos pidió le siguiéramos dentro. Sacamos nuestros abrigos, los dejamos sobre la silla y tomamos lugares para ver los menús.
─Pide lo que quieras, Jungkookie.
─Claro que pediré lo que quiera, tú vas a pagar.
─Tampoco pidas demasiado por hacer llorar mi cartera, te dolerá el estómago como cada vez que venimos aquí.
─Ahí vas, a regañarme como si fueras mi padre.
─Soy tu papí de alguna manera, ¿qué no?
Ahí observé por arriba del menú a Jungkook y no entendí su reacción, ¿estaba evitando reírse o se había sentido incómodo?, no dijo nada más, cobró su compostura mientras leía el menú e ignoré que Jungkook habían dejado un silencio mortal.
─¿Qué pedirás esta vez?, yo quiero costilla, tengo antojo.
─Hmm, no lo sé. Crema de zanahoria, sopa de verduras, arroz con un corte de carne, también aros empanizados, ¡zanahorias rellenas!
─Eres un tragón, Jungkook ─solté y me eché a reír ─. No entiendo como es que sigues tan delgado, comes demasiado.
─Estás celoso de mi figura.
─Sí, de tu escultural y deliciosa figura.
Eso volvió a instalar un silencio en el ambiente. ¿Qué mierda había sucedido?, ésto era normal entre nosotros, entonces tomé la nota de no sacar nada sexual durante la cena otra vez.
La cena continuó como debía ser, la comida llegando y haciendo lugar en la mesa entre Jungkook y yo, el castaño rápidamente tomando de sus cubiertos para llevar la comida dentro de su boca y yo comiendo lentamente, hasta que me recargue sobre las palmas de mis manos y mis codos en la mesa, mirando a Jungkook comer.
Jungkook tenía la boca llena de comida, se notaba en sus mejillas hinchadas, había arroz pegado a la comisura de su labio y sin importar aquello continuaba comiendo de todos sus platillos. Se veía de mejor humor ahora que estaba comiendo que otros días donde rechazaba alguna golosina.
El castaño pronto se dio cuenta que yo no estaba comiendo, apenas y había tocado mi comida, llevando alguno que otro bocado. Es que no tenía verdadero apetito, al menos no de la comida en el plato. El castaño dejó de comer, llevó la punta de su lengua sobre sus labios para quitar el resto de la salsa y grasa de los aros y el corte de carne, tomó su vaso y bebió un poco de refresco, pasando lo que tenía y volviendo a llenar su boca.
─¿Hay algún problema con tu comida? ─pude entender entre todos los sonidos raros que Jungkook produjo con la boca llena, algo fácil por todo el tiempo juntos y la manía de Jungkook de hablar con la boca llena. Era tan joven.
─No, no lo hay ─respondí con una sonrisa y un encogimiento de hombros, ganándome una ceja levantada de mi novio.
─¿Entonces por qué no comes? ─volví a traducir.
─Estoy observándote.
─¿Y por qué?
Tardé en responder, mientras miraba como su mano derecha se posaba en su vaso, reposando cerca y con la otra llevaba cucharadas de arroz a su boca. Habían otras personas en sus mesas, estaba consciente de su presencia y la atmósfera que se creaba en cada mesa.
Mi mano se escapó de sostener mi rostro, cambié de posición y dejé que la otra se moviera con nerviosismo sobre la tela de mi pantalón para apretujarla a su antojo. La que se había escapado se movió discretamente hasta la mano de Jungkook y la sostuve, ganando su mirada.
─Porque eres hermoso.
Su mano se deslizó fuera de la mía, había dejado de comer para ocultar sus manos sobre sus pantorrillas y su mirada entre sus cabellos cuando bajo la mirada. Las lágrimas se juntaron en mis ojos.
─¿Por qué has echo eso? ─solté.
─Jimin, vámonos.
─Responde, ¿por qué has echo eso?
─No, ya vámonos.
Mi tono de voz había comenzado a subir, ya no hablaba como estábamos hablando, ahora estaba casi gritando y él también.
─¡¿Qué mierda te pasa?! ─grité.
─¡Te he dicho que no tengo nada! ─gritó de regreso ─. ¡Y tú sigues putas insistiendo!
─¡Porque es más que claro que no estás bien! ─me levanté cuando el se levantó, ambos estábamos a casa extremo de la mesa, gritandonos.
Hasta que llegó alguien del personal, nos pidió retirarnos por molestar a la clientela y Jungkook sin dudar tomó su chamarra y comenzó a caminar a la salida, yo saqué mi billetera, pagué de más y salí corriendo detrás de él.
Esto no está siendo como esperaba.
─¡Jungkook ven aquí!
Mi castaño caminaba rápidamente en dirección a la casa, yo iba detrás de él y se rehusaba a detenerse, pero tomé su brazo y tiré de él para que no caminara más. Sin embargo, se soltó bruscamente.
─¡Dejame tranquilo, Park!
─¡No puedo! ─grité ─. ¡No puedo hacer eso!
─¡¿Por qué no?!
─¡Porque no dejo de pensar que estás conmigo por compromiso!
Los ojos de Jungkook ardieron en un fuego cegante de pura furia, queriendo carcomer cada parte de él que pudiera resultar adorable. Un nuevo hombre provenido de las tinieblas y con los puños ardiendo en una colosal venganza, cobrada en el preciso momento, en el que su pasos de hierro fueron hasta y como un jaguar se aventó contra mí, sentándose arriba en una sensación tan conocida para mi polla, pero que no tenía nada que ver con lo sexual. Nada que ver. Nada que ver con sus nudillos estrellándose contra mi rostro, implorando con su boca llena de veneno que me defendiera y reclamando lo que había dicho.
─¡Defiendete!
─¡No te pondré una mano en cima, Jungkook!
─¡¿Cómo pudiste pensar algo así?!
Pude maniobrar para girarnos y rodar por el pavimento, hasta que estuve sobre de él, con sus muñecas detenidas entre mis manos, mis dedos afianzando su carne y mis piernas inmovilizando sus caderas. Lo miré desde arriba, observando su intento por safarse.
─Pensaba en que no tienes a nadie más, en que como yo te salve y casi muero tú sientes que debes estar conmigo.
Mi lengua salió de mi boca para recorrer mis labios, avivando el dolor en la herida que estaba en el inferior,percibiendo rápidamente el sabor metálico y que Jungkook en realidad me había destrozado.
─¿Por qué haces esto? ─pregunté, mi corazón queriendo escapar para no volver a ser roto ─, ¿Por qué nos haces ésto?
─¡Tú eres quien sigue insistiendo!, deja las putas cosas tranquilas y no seguiremos peleando. ¡Sal de encima!
Fui empujado y caí sobre mi trasero, me levanté en el momento en el que Jungkook lo hizo, rígidamente estaba de pie frente a mi. Mantenía la postura que tenía al principio.
─¿Cómo puedes pensar eso, Jimin?
Las lágrimas estaban juntas, indignadas de desbordarse para caer por mis mejillas y brillar su tristeza ante la luna. Pasé mi lengua por mi labio inferior, avivando el ardor y sintiendo ese sabor metálico.
─No me cuentas nada, todo es frío, llegas y te vas sin decir nada. Cenamos en silencio y a veces ni siquiera juntos. Dormimos separados. Es como si ya no me amaras, Jungkook.
Él no dijo anda.
─Debiste dejar las cosas como estaban. ¡Deberías dejar de joderme!
─¡Pero seguiremos sin hablarnos!, sin besarnos, sin tocarnos, sin...
─¡Tú solo piensas en follarme!
–¡No solo es eso, joder! ─tomé mis cabellos, con exasperación me moví en el mismo plano y aspiré mi nariz, las lágrimas seguían juntas en mis ojos─. ¡Quiero que todo vuelva a ser como antes!
─¡Entonces regresa en el tiempo y evita que me secuestren y... Y....
─¿Y?
Jungkook tenía su saco puesto, su postura era firme, como un mástil, como el soporte de un castillo. Y una vez más, ese castillo se derrumbó en cachitos frente de mis ojos. Las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas y su cuerpo a tiritar, sus exhalaciones eran nubes blanquecinas y salían de sus palabras heladas, su mirada se posó con determinación sobre mi y con dolor reveló.
─Y evita que Yoongi me viole.
Jungkook no era bueno ocultando cosas, menos algo doloroso, yo lo vi sufriendo muchas veces, lo vi destruido y lo sentí en mis brazos, me contaba todo porque tenía la idea de que no me tendría de nuevo. Pero aquí estoy, con él.
─No quiero que me toques porque me siento sucio, Jimin. Me... Me recuerda a él, cada que dices algo sexual me recuerda a cuando estaba atado y él... Él hizo muchas cosas conmigo durante muchas horas. Me usó.
Traté de acercarme, lentamente, para rodearlo entre mis brazos, aunque al momento de siquiera rozar las yemas de mis dedos con su ropa, se apartó como si mi tacto provocara la muerte instantánea y mi corazón se sintió más vacío, más frío, me sentí sin opciones.
─No me toques.
─Te amo, Jungkook. De verdad te amo y quiero estar contigo por el resto de mi vida, pero no podemos seguir así, no puedes seguir así. Casi cumplimos un año de estar juntos y la mayoría de esos meses la has pasado mal, yo entiendo que te duele y entiendo lo que sientes. Pero si me amas, aunque sea un poco, vendrás conmigo a la cita que tenemos hoy.
─¿Cita de qué? ¿Con un psicólogo?
─Sí, rehabilitación de pareja.
─No voy a ir.
─Entonces siento que nosotros debemos terminar aquí, Jungkook.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro