17
─Dilo de nuevo ─dijo él sonriendo, mostrandome esos tiernos dientes de conejo.
─Eres hermoso.
─No, eso no.
─Me encantas.
─Eso tampoco era ─rió.
─hmm ─tomé mi barbilla y luego me lancé cerca para abrazarlo por la cintura, besando sus labios y haciéndolo reír cuando comencé a besar su cuello ─. Te amo.
─Eso era.
Tomé su mano para caminar, la arena caliente estaba bajo mis pies, por lo que llevé rápido a Jungkook a aquella que el agua mojaba, sentíamos las gotas ir contra nosotros en cada ola. Jungkook sostenía mi mano con fuerza, como si temiera perderme sonreía con brillo, como si fuera demasiado afortunado al tenerme, yo lo observaba sin decir nada y pensaba en lo hermoso que era.
─Sé que soy feliz ─dijo de repente ─. No necesito de mis padres para ser feliz, tampoco de mis hermanas, ellas están haciendo su vida ─me miró ─, y yo la mía. Soy afortunado de tenerte, estaba solo y contigo tengo todo.
─Me quiero casar contigo ─revelé.
Jungkook me miró con ojos grandes, se detuvo en medio de la playa y luego comenzó a sonreír débilmente, sus ojos lagrimeando, yo acercándome para tenerlo entre mis brazos.
─No cambiaría nada ─dijo contra mi pecho, me alejé un poco para mirarlo ─. Extraño a mi familia, Seúl, eso es verdad, pero no cambiaría nada. Las decisiones buenas, las decisiones malas, no cambiaría nada porque cada una de ellas me llevó a ser lo que soy, a estar donde estoy ─sus manos tomaron mi rostro con delicadeza, como si temiera romperme ─, a encontrarte. No necesito nada, ni a nadie, si estoy contigo seré feliz por siempre.
Habían momentos como éste en el que no sabía que decir, me quedaba callado, porque mi corazón hablaba demasiado rápido y en un idioma desconocido como para poder responderle a mi novio, porque llenaba mi corazón, me llenaba de felicidad. Me hacía sentir la persona más fuerte del mundo, que podía contra todo y todos.
...
Kwan como todo un hyung no quería dejar que yo fuera con ellos, Minho de la misma forma estuvo tratando de retenerme cuando supimos la ubicación y yo casi estaba corriendo en su lugar. Ellos insistían en que sería peligroso y yo no estaba entrenado de ninguna manera para sobrevivir contra las los tipos a cargo de todo el negocio de Mierda Yoongi, por lo que solté un "sé artes marciales" y ellos en vez de seguir insistiendo o reírse, Kwan asintió y me dio un chaleco antibalas y una pistola en el último momento.
No era alguien que usaba la violencia, no tenía porque usarla, cuando estaba en lovers habían tipos que sacaban a la gente rara o que intentaba lastimarnos, nunca me pasó que tuviera que lidiar con alguna de esas personas. Sin embargo, cuando tocaban cada una de las fibras nerviosas de mi ser hasta querer reventar mi cabeza, era cuando de verdad me volvía un psicópata agresivo, como aquella vez en la que había golpeado al señor Jeon. Y esta vez, era mierda Yoongi al que no me detendría a tirarle cada uno de sus dientes.
Ahora, después de unas horas preparándonos, en donde había caído la noche y el clima parecía haber predicho que algo malo pasaría el día de hoy, pues la lluvia era espesa y fuerte contra los mortales de esta tierra; nos dirigíamos al punto de encuentro donde estaba mi novio, las personas secuestradas además de él y Mierda Yoongi.
Parecía ser que esta era la tercera carga que Yoongi secuestraba y enviaría, sin éxito porque iba en camino a patear su culo y romper sus huesos.
El plan era llegar sin aviso, escabullirnos por la zona y encargarnos silenciosamente de los que resguardaban ahí, Yoongi actualmente se encontraba en la zona, por lo que sacarían a los secuestrados y nos encargaríamos de Yoongi mientras tanto. Todo sería dejado a la ley cuando Kwan revisara que compañeros cercanos no estuvieran liados en ese aspecto, lo cual dudaba totalmente, pero no quería arriesgarse a alianzas rotas y guerras proclamadas, no teniendo ya personas a las que de verdad amaba.
Los tres subimos a una camioneta, ellos delante de mí, porque sabían la impotencia que tenía y no querían que saliera herido o jodiera la situación. ambos giraron a verse y luego a mirarme a mi. Sus rostros mostraban determinación, Minho más dulce de lo que Kwan podría ser, uno demostraba inteligencia y audacia, mientras que el otro mortalidad y malicia.
─ ¿Estás bien? ─dijo Kwan.
─Define bien. Si es querer golpear hasta sangrar y luego mutilar a Mierda Yoongi, oh sí, estoy muy bien.
Kwan sonrió con oscuridad soltando un "ese es mi chico" para después ser golpeado en el hombro por su marido, el cual le dijo "no lo alientes a ensuciarse las manos" y Kwan le respondió "ojo por ojo, amor de su vida por la vida misma". Decidí ignorar su conversación y concentrarme en mi objetivo, calmarme y llegar a donde era esperado, salvar a Jungkook y luego descuartizar a Mierda Yoongi.
El camino parecía ser interminable y el tiempo jugarme una broma, mi pie golpeaba el suelo del auto con rapidez e insistencia mientras mi mano izquierda se cernía sobre la pistola que Kwan me había dado, mis dedos entre mi labio superior y mi nariz sosteniendo mi rostro con perfección hasta conectar con la barbilla. Exhalaba agriamente, un aura de peligro que estaba destinada a hacer cagar a cualquiera que haya herido al más hermoso ser.
Ya había pasado demasiado tiempo sin él, me sentía tan mal, estaba tan preocupado de que lo hayan lastimado, de que haya pasado frío y hambre, de que haya llorado y sufrido sin yo poder estar junto a él para abrazarlo. Lo extrañaba en demasía.
Voy a rescatarte, amor mío.
[...]
La camioneta se detuvo detrás de unos mantorrales, grandes arboles cubrían nuestra estadía en el lugar, mi mirada estaba fija en las instalaciones construidas con motivo de una fabrica frente a nosotros, los hombres bajaron con rapidez y audacia, dejándome ver lo entrenados que estaban. Miraban a los lados y tomaban sus armas con agilidad.
Los silenciadores estaban en la boca de las determinadas a matar, apuntando a cada dirección en donde un trabajador del otro bando pudiera salir, Kwan delante de mí y su marido atrás mío. Miramos que todo estuviera de acuerdo al plan.
Y entonces todo comenzó.
Rodeamos la fabrica con rapidez y sin titubear, los hombres aparecieron y fueron asesinados silenciosamente, mi mirada en la espalda de Kwan, moviéndose dentro de la fabrica con atrevimiento, cubriendo todos los moros, su arma por fin decidió cobrar la vida de alguien, el silencio mortal se convirtió en un escenario lleno de gritos y disparos. Más hombres comenzaron a salir de alguna parte y nosotros seguimos moviéndonos sin esperar, aún no había disparado, no sabía totalmente como hacerlo, pero eso no importaba, porque con agiles patadas había tumbado a varios tratando de interferir conmigo.
Los hombres de mis amigos se movían por el camino, entrando a donde se veían puertas o haitaciones, saliendo para soltar un "despejado" y comenzamos bajar y bajar, cobrando más vidas, mientras menos ojos habían sabiendo sobre la relación del mafioso más buscado y el detective más famoso, todo estaría bien.
Mi mirada comenzó a moverse a todos lados, desesperado por encontrar al castaño dueño de mi alma, pero no podía verlo pro ninguna parte, ya habían encontrado algunos secuestrados, desnudos y golpeados, con marcas de ser abusados sexualmente. Mi corazón golpeaba en mis oídos y estrujaba mi garganta. Tenía que encontrarlo.
─Jungkook,amor mío, ¿dónde estás?
─¡Jimin cuidado!
Me giré para mirar a Minho quien había gritado, encontrándolo recibiendo el disparo que había sido destinado a mi. Kwan llegó, disparandole al agresor y acercándose a su marido, ambos estaban demasiado lastimados, su mirada fue a mi y creí me gritaría, pero solo me ánimo.
─Jungkook tiene que estar en esa puerta ─señaló y yo dirigí mi mirada hacia ella, él cargó a su esposo, diciéndome con sus acciones que lo sacaría de ahí para regresar ─ . Ahí hay más secuestrados, tranquilo. Iremos con cuidado.
Asentí, pero me giré con rapidez, corriendo a la puerta y abriéndola sin más, vi un corredor y escaleras, por lo que comencé a caminar, la pistola arriba cerca de mi rostro, Kwan gritandome que no debía ir solo, ignorandolo rotundamente mientras me dirigía cada vez más al fondo. Bajé las escaleras, cada vez siendo más escaso el muro que no me dejaba ver al cuarto inferior. Hasta que lo ví.
Mucho chicos y chicas desnudos, amordazados y amarrados en el suelo, sucios y temblorosos, en este lugar hacia un frío de mierda y olía asqueroso, a humedad y estiércol, algunos estaban inconscientes y otros lloraban en la cinta que cubría sus bocas o la venda que tapaba sus ojos. Me moví cerca de los cuerpos, hasta haber podido encontrar la cabellera de Jungkook, tenía los ojos cubiertos y pero su boca no, su boca estaba presionada en una fina linea. Tenía el rostro sucio, pero rayas por sus mejillas, como si hubiera estado llorando y aquellas lagrimas saladas hubieran limpiado su rostro, sus labios estaban partidos y había un gran moretón en ellos, como en todo su cuerpo.
Mi corazón dejó de latir.
En un momento rápido me moví para tenerlo entre mis brazos, pero él saltó, asustándose y comenzando a moverse con fuerza, tratando de golpearme mientras decía "no, dejame, dejame. Te dije que no, por favor, sueltame. Jimin vendrá por mi y te cortará la polla", mi corazón se partío y tenía ganas de llorar por lo descompuesta y suplicante que sonaba su voz.
─Jungkook, amor, soy yo ─quité la venda de sus ojos para que pudiera mirarme, los mismos cirstalinos y sorprendidos al verme, su rostro se rompió y las lagrimas salieron por sus ojos, lo acerqué a mi, abrazándolo.
─Yo sabría que vendrías, sabía que no me dejarías ─ dijo él, dejé la pistola en el suelo para poder abrazarlo mejor ─. Te extrañé jodidamente tanto ─ y se separó de mi, mirando a los lados ─ desatalos, a ellos, tienes que hacerlo rápido. Varios son estudiantes y están enfermos. Unos llevan tanto tiempo aquí que tendrán neumonía o morirán de hipotermia.
Sonreí, mi novio siempre preocupándose por otros más que por él mismo, me alejé un poco y tomé el nudo en sus ataduras.
─Primero déjame desatarte a ti.
Jungkook soltó un "oh sí, puedo ayudarte" y se giró para que fuera más fácil el sacar las ataduras, pero no terminé de desatarlo, sentí un gran dolor en mi cabeza, cayendo al suelo, miré lo que me había golpeado, aturdido encontré a Yoongi con un tubo en la mano y mi furia me permitío levantarme del suelo. Lo empujé contra una pared, su tubo cayendo de su mano y rodando por el suelo mientras los secuestrados gritaban y lloraban, golpeé con dos puños el rostro del hombre pálido, recibiendo una patada en el estomago y luego un puñetazo en el rostro, choque contra una mesa de madera desgastada que había en el lugar y me giró para golpear nuevamente mi rostro. Me recompuse pateando su espinilla y luego empujándolo al suelo, aunque se levantó rápidamente mientras me recuperaba y sin equilibrio pateé su pecho para que chocará contra un gabinete de metal.
Me acerqué, decidido a seguirlo golpeando, tomado por sorpresa cuando en el último momento Yoongi sacó un arma de su costado, había oído el disparo, pero no reparé en ello hasta que Jungkook gritó un feroz "no" con voz ahogada y luego había caído al suelo. Mi vista se volvía rabiosa, los pixeles apareciendo nuevamente, el hombre separándose del gabinete y poniendo su pie por mi herida, haciéndome gritar del dolor. Estaba desangrandome y solo podía encontrar a Jungkook llorando y tratando de arrastrarse para llegar a mi, mi mano se movió para intentar alcanzarlo, aunque sea tocarlo un poco para aliviar su dolor, pero no era posible.
─Tal parece que si lo encontraste ─escuché la voz de Mierda Yoongi ─, pero que desafortunado, morirás.
Su pie dejó de presionar mi herida, la imagen borrosa de él acercándose a Jungkook y levantándolo de los cabellos me hizo presionar mis dientes, lo escuchaba gritar y quería que dejara de hacerlo.
─¡Por favor! ─ imploró ─¡Tienes que llevarlo al hospital! ¡tienes que dejar que viva! ─él lloraba, mi corazón se partía. Yoongi jalaba más sus cabellos, él quería que Jungkook me viera morir ─ ¡Jimin, amor, no cierres los ojos! ─ seguía gritando y cada vez sonaba más distante para mí ─ ¡No cierres los ojos, mi vida! ¡mirame! ¡aquí estoy!
─No grites, bebé ─rogué con voz débil, ¿de verdad había podido decirlo? ─. Deja de llorar, me partes el corazón. Lamento no haber podido cumplir con mi promesa.
Y perdí la conciencia, recordando la sonrisa de mi novio, su voz, los momentos que pasamos juntos y sus mil y un "te amo" siendo el último gritando en un poderoso y desgarrador llanto que estrujó mi corazón.
Porque yo también te amo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro