Emma Olivia Sumpter fue encontrada varias horas después de que se avisó de su desaparición. Emma fue encontrada por mí.

Emma Sumpter fue encontrada por un chico de quince años que, al parecer, fue directo al lugar como si supiera donde estaba desde un principio, como si ese chico fue quien la dejó ahí y ahora está más que arrepentido.

Pude haber corrido, pude haber llamado a alguien más, pero no lo hice. Encontré a Emma, la encontré debajo de un enorme contenedor de basura junto con restos de comida y cosas viejas llenas de agua apestosa por culpa de las lluvias de días anteriores. Vi su zapato salir de ahí y rápidamente fui a sacarla de ahí.

Su ropa estaba desgarrada, fue arrancada con tanta desesperación de su cuerpo que quedó completamente inservible.

Había sido la primera vez que vi a una chica desnuda, por obvias razones no fue algo grato. Si me dieran la oportunidad de borrar alguna memoria de mi cerebro, probablemente sería esa imagen.

Párpados y mejillas hinchadas, golpes y marcas de violencia por casi todo el cuerpo. La bella chica que hace horas estaba en la biblioteca me era completamente irreconocible; tanto que si no fuese gracias a su cabello, yo habría pensado que se trataba de alguien más.

Temblando, coloqué mi mano en su cuello tratando de averiguar si tenía pulso pues en su muñeca no había sido alentador el resultado y menos cuando su respirar no se notaba en lo absoluto.

Había pulso.

Creyeron que había muerto, creyeron que habían logrado su cometido y que lo único que quedaba era deshacerse de su cuerpo. La tiraron ahí, en un lugar que no es bien visto por todos, como si fuese una cosa que no vale, algo que la basura se llevaría al día siguiente junto con la culpa.

Comencé a gritar. Pedí ayuda cuando mi alma regresó mí. Avisé a todos que la había encontrado para después dar una larga explicación del cómo lo hice. Y ante rostros llenos de dudas y uno que otro de felicidad, me agradecieron.

La policía me interrogó de nuevo, incluso me pidieron que contara de nuevo la historia de la biblioteca. Yo lo hice justo después de que me aseguraron que Emma iba a recuperarse.

Pero lo que no sabía era que había cometido un pequeño error. Un pequeño error que me perseguiría por un largo tiempo; que venía acompañado de miradas injustas y repletes de repulsión y miedo. Yo no lo entendía; lo único que había hecho fue encontrarla a tiempo.

No dormí después de eso, ni los siguientes tres días; en la espera de que Emma regresara a casa.

Era el centro de atención en todas partes. La policía seguía en mi casa y todo ese mundo de teorías comenzó a golpear mi puerta. Porque ya no se trataba de Emma, ahora se trataba de mí.

No había rastros de mí en ella, ni testigos y el señor Mason me defendió diciendo que yo trabajé todas esas horas que ella estuvo desaparecida. Pero eso no era suficiente.

Cuando menos lo pensé, mi rostro comenzó a aparecer en los periódicos y mi nombre en la radio. Manchándome más de lo que debería, pero eso no les importó.

Él intentó matar a una chica y se arrepintió.

Era una etiqueta que nunca iba a poder desaparecer.