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Capítulo 2: Mi perdición.

Dahyun caminaba de un lado a otro por la habitación de Momo. La japonesa le había pedido que la esperase en su cuarto mientras ella terminaba de ducharse, para hablar sobre algo “importante” según la mayor. Estaba segura de que aquella charla que Momo quería tener, tenía que ver con lo sucedido la semana pasada.

Por culpa del trabajo, no tuvieron tiempo de estar juntas. A excepción de cuando debían reunirse a practicar o ir a alguna reunión con la empresa. Y con el debut de la sub-unidad japonesa, el tiempo que tenían para verse era casi nulo. Por lo que solo en las noches podían verse. Aunque sea unos cuantos minutos gracias a la cena, eso no era suficiente para ellas.

Dahyun dejo de morder sus uñas al escuchar como el agua de la ducha dejaba de caer y la puerta del baño se abría, dejando salir todo el vapor que se había concentrado ahí dentro.

Se volteó en esa dirección, encontrándose a la dueña de sus pensamientos con pequeñas gotas de agua, cayendo por su bien trabajado cuerpo. Este estaba cubierto por una pequeña toalla que no lograba cubrir del todo sus partes íntimas, y con otra del mismo tamaño secaba su corto cabello.

Dahyun trago saliva con pesadez al notar como la mayor le sonreía, comenzando a desatar el pequeño nudo de su toalla hasta dejarla caer al suelo, sin perder en ningún momento el contacto visual. No era la primera vez que Dahyun veía a Momo desnuda, no. Pero si era la primera vez que la hacía sentir tan nerviosa.

Sin poder evitarlo mordió sus labios, recorriendo con la mirada cada curva del cuerpo de la mayor, su mirada viajo desde sus perfectas piernas, hasta detenerse en sus partes favoritas; su abdomen y senos. Dahyun nunca había ocultado lo mucho que le gustaban esas zonas. Siempre, aunque sea en broma, le decía a la mayor lo mucho que deseaba por tocar aquellas partes de su cuerpo que ella consideraba prohibidas. La japonesa siempre reía y sin descaro alguno, tomaba las manos de la coreana hasta llevarlas a su cuerpo. Dahyun por la vergüenza que sentía, nunca llegaba a tocar el cuerpo de la mayor. Aunque esta se lo permitiera, se sentía demasiado tímida y creía que abusaba de la confianza que tenía su mayor en ella.

— Dahyunnie.

Dahyun levantó la mirada de sus senos con rapidez. Sus mejillas se sonrojaron con violencia. Momo se percató de eso.

A la japonesa le parecía gracioso verla tan avergonzada y tímida por su culpa. Sin duda, esa era una de las cosas que más le gustaban de su Dahyunnie.

Por otro lado, la coreana no podía despegar su mirada del suelo. Podía sentir como sus mejillas quemaban de lo rojas que, seguramente, estaban. Escuchaba como la mayor se desplazaba con total tranquilidad por la habitación en busca de su ropa. Pareciera no importarle estar en completa desnudez, en frente suyo.

— Ya estoy vestida, pequeña.— Momo se acercó lo suficiente a ella como para ver sus piernas, ahora siendo adornadas por un pequeño short de piyama que dejaba su tersa piel expuesta.— Ya puedes verme.

Dahyun con algo de timidez levantó la mirada, encontrándose con el rostro de la mayor a pocos centímetros del suyo. Sus ojos se conectaron e intercambiaron tímidas sonrisas.

Momo no aguantaba un minuto más, necesitaba abrazar a su pequeña.

Envolvió sus brazos al rededor de la cintura de la menor apegándola a ella. Las manitos de la coreana se envolvieron en su cuello, escondiéndose en la curvatura de este, como ya era costumbre en ella. Realmente la había extrañado.

Por culpa del arduo trabajo y las prácticas del Misamo, sin mencionar, que dentro de unos días las tres debían viajar a Japón para dar su primera presentación como una subunidad de TWICE. Teniendo a todos sobre ellas, sobreexigiendoles más de lo que deberían. Por eso mismo no había tenido tiempo para ver a su pequeña y estar a solas con ella, abrazándola y, quién sabe, haciendo mucho más que eso.

— Te extrañé mucho, bebé.— susurró en su oído con voz ronca. Los vellos del cuerpo de la menor se erizaron al sentir su caliente aliento golpear en su cuello.

Un gemido escapó de sus labios al sentir las manos de Momo bajar por su cuerpo hasta llegar a sus glúteos, donde los apretó a su antojo. Dahyun se separó un poco de la mayor para tomarla del rostro y besarla.

Momo sostuvo a la menor por la cintura, apegándola a ella hasta juntar sus caderas. Momo bajo sus manos hasta los muslos de la coreana y Dahyun dio un pequeño salto, enredando sus piernas alrededor de la cintura de la mayor. Momo se sentó en el borde de la cama con la coreana aún en sus brazos. Dahyun se apartó del beso para quitarle la camisa a Momo. La mayor estiró sus brazos hacia arriba para facilitarle el trabajo a la menor. Cuando su remera estuvo fuera de su cuerpo, Dahyun se bajó de su regazo hasta arrodillarse en el suelo en frente suyo. Sonrió sin despegar sus ojos del sonriente rostro de su mayor. Pequeñas gotas de sudor recorrían su cuello hasta caer por sus grandes pechos.

Relamió sus labios y se acercó al abdomen de la mayor, comenzando con un casto beso en uno de sus abdominales, siguiendo de muchos más cada vez más arriba. Llevo sus manos al corpiño color vino de Momo, cuando logro desabrocharlo, lo tiro lejos, dejando los pechos de Momo a pocos centímetros de su rostro. Momo sonrió al ver como la menor miraba su cuerpo con tanto deseo. Su pequeña la hacía sentir tan deseada.

Dahyun se sonrojó, bajando su cabeza. Levantó la mirada al recibir una caricia en su mejilla, encontrándose con los ojos de Momo, mirándola fijamente y con una burlona sonrisa en los labios.

— ¿Estás avergonzada, bebé?— Se burló.

Dahyun mordió sus labios y asintió. Momo la acercó nuevamente a su cuerpo, queriendo volver a sentir sus dulces caricias.

— ¿P-Puedo?— preguntó la coreana. Su voz salió temblorosa y algo indecisa. Momo tomó la mandíbula de Dahyun con algo de fuerza, sacándole un gemido. — Cómeme las tetas, bebé. No pares hasta que yo te lo ordene.— demando con voz ronca.

Dahyun solo pudo gemir, sintiendo como Momo tomaba su cabello con brusquedad, empujándola a sus pechos. Dahyun sin pensarlo dos veces, comenzó a comerse las tetas de la mayor, devorándola de una forma tan deliciosa. Los gemidos de Momo no se hicieron esperar. Dahyun chupaba y mordía su pezón derecho hasta dejarlo completamente duro, mientras que con su otra mano amasaba el pecho contrario.

— Aah, Dubu.— Momo gemía. Su espalda se arqueó, sujetando a la menor más cerca de su cuerpo. Dahyun se separó con una sonrisita, una pequeña tira de saliva la unía con sus pechos. Al parecer, lo que había visto en ese video porno, funcionó. Su unnie se veía contenta.

Los ojitos de Dahyun brillaban con emoción y sus labios estaban hinchados y rojos, viéndose tan linda y sexy ante los ojos de la japonesa. Momo se levantó de la cama, mirando desde arriba a la chica que se encontraba aún de rodillas en el suelo, sintiéndose de alguna forma superior a ella.

Luego recordó algo que Sana le había preguntado a Dahyun mientras jugaban hace unas semanas en la noche.

///

— Dahyunnie, ¿Tienes algún “fetiche” o algo que te guste hacer en el sexo?— Las chicas miraban expectantes a la pobre chica que se encontraba con sus mejillas completamente rojas.

— U-unnie.— le reprocho con vergüenza.

Sana simplemente se encogió de hombros con una sonrisa burlona. Acariciando los brazos de Tzuyu que se encontraban rodeando su cintura. La mayor se volteó a ver a la taiwanesa, besando sus labios. Le sonrió a su novia y desvió su mirada de nuevo a la pálida, esperando su respuesta.

Dahyun se sintió más pequeña de lo que ya era al sentir la mirada de todas sobre ella. No sabía cómo decirles que nunca había tenido sexo y que aún era virgen. Era muy sabido que todas ellas habían tendido sexo, pues existían varias parejas en Twice. La de Sana y Tzuyu era una.

Sin duda, la homosexualidad reinaba en su grupo.

— B-Bueno, yo…— aclaro su garganta al sentirla seca. Tomó del vaso que se encontraba en la mesa ratona en frente suyo y le dio un gran sorbo. Limpio la comisura de sus labios con su mano y dejo el vaso de nuevo en su lugar.— Soy virgen. — soltó con rapidez.

— Eso no me lo esperaba.— dijo Nayeon con una sonrisa en el rostro, tratando de no hacer sentir incomoda a su menor. Con una seña de mano le dio a entender que siguiera.

Dahyun asintió.

— E-es que, pensarán que es estúpido, pero aún no encontré a la persona correcta.— mintió.— Eso es todo.— las chicas asintieron.

— Volviendo a lo que pregunto Sana unnie… No creo que esto sea un “fetiche”— hizo comillas con sus dedos.— pero me gustaría, no sé… que me hablen sucio y usen juguetes, de todo tipo, conmigo.— murmuró lo último, sintiéndose tímida de repente al ver las caras de sorpresa de sus amigas.

Momo dio un sorbo a su cerveza mientas la veía con una sonrisa divertida. Miles de escenas en donde dominaba a su menor, se reproducían en su mente.

///

— Pequeña, ¿Estás segura de que quieres seguir?— la tomó por la cintura, levantándola del piso hasta sentarla en su regazo. Aunque tuviera ganas de follarla, debía respetar cualquier decisión que Dahyun tuviera. No pensaba obligarla a hacer algo que no la hacía sentir cómoda.

Dahyun confía en Momo.

— Estoy muy segura, unnie. Quiero hacerlo contigo.

Eso fue lo único que necesitaba Momo para lanzarse a sus labios.

Momo la besa lenta y sensualmente, disfrutando del momento. El sabor a chocolate de sus labios era tan adictivo, al igual que su deliciosa fragancia. Dahyun le regresa el beso con más intensidad. La mayor aprovecha e introduce su lengua en la cavidad bucal de Dahyun, deleitándose con los pequeños gemidos que su menor soltaba.

— M-momo.

El gemido de Dahyun la incitaba a seguir. Sus manos desabrocharon la camisa de piyama de la menor, dejando su blanquecina piel expuesta a sus hambrientos labios, que no dudan ni un segundo en atacar todo a su paso. Dahyun gime con fuerza. Momo toma a la menor por los muslos hasta dejarla caer en la cama matrimonial. Se sube sobre ella, devorando sus labios con hambre.

Dahyun no podía dejar de gemir ante las nuevas sensaciones que estaba experimentando. Clavaba la espalda de Momo con sus uñas, escuchándola gruñir sobre mis labios.

Dios...

Momo se volvería mi perdición.

Abran detalles, MUCHOS detalles. No se preocupen por eso jsjs

Quería agradecerles por los lindos comentarios que me dejaron en el capítulo anterior, realmente fue muy lindo de su parte. 🫶

¡Nos estamos leyendo!

Att: Yame.

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