• • •

Abrí mis ojos viendo como los rayos de sol ingresaban por la ventana avisando un nuevo día y a mi lado se encontraba aún con los ojos cerrados, una tranquila Haneul cubierta por la sabanas mientras me abrazaba como si fuera una clase de peluche.

Me agradaba sentir sus brazos recorrer mi cuerpo y sentir su aliento caliente sobre mi cuello. Todo en ella era particularmente tierno.

Que desprendía en mí las ganas de abrazarla también pero no quería despertarle. No interrumpiendo una escena donde se veía tan delicada y bonita.

Y por esa razón me perdí en el tiempo dando suaves caricias en su cabello castaño que resbalaba de mis dedos.

—Buenos días, Yoongi —Escuche su voz algo somnolienta mientras frotaba sus ojos repetidas veces.

—Buenos días, Haneul —Sonreí.

—Aún tengo sueño pero tengo que vestirme para trabajar.

Se levantó con pereza y despojo de las cobijas calientes para irse a cambiar inmediatamente. Y antes de que pasara la puerta sentí necesario decirle algo.

—Haneul

—¿Si? —Volteo a mi dirección.

—Si yo desapareciera algún día ¿Qué harías?

Pensó su respuesta viendo hacia arriba y se acercó lentamente a mí. Quedándose a solo centímetros lejos.

—Tan temprano y tú ya con esas preguntas —Acaricio mi cabello despeinado subiendo las comisuras de sus labios —Te ves preocupado.

—Responde —Insistí.

—No sé a qué te refieres con desaparecer exactamente Yoongi, pero las cosas malas que sucedieron en tu vida y lo que sea que estés pasando en este momento, vamos a pasarlo juntos. No vas a desaparecer mientras esté aquí y si lo haces, voy a buscarte—Finalizo dejándome en blanco al irse de la habitación.

[...]

Tenía el presentimiento de que esto ocurriría si te soy sincero. La primera vez que lo vi fue bastante obvio -Hablo Namjoon.

—¿Soy demasiado obvio? —Me alarme enseguida.

Nunca te mentiría así que sí —Entré en pánico agarrando mi cabeza por los costados —Pero descuida, estoy seguro de que ella no se ha dado cuenta.

—¿Que te hace estar tan seguro de eso?

—Los he visto Yoongi, ella es tan ingenua como tú e incluso al estar hablando con ella me dijo que... —Se quedó un shock un mini segundo.

—¿Qué te dijo? Cuéntalo Namjoon —Insistí mientras me mordía las uñas con desesperación.

—No puedo decirlo, se me olvido —Rasco su nuca —¿Qué cosas no?

Suspire y tomé de mi taza de café observando mi celular que como si hubiese recibido una señal, se encendió por la llamada de un número desconocido.

—Disculpa, ahora vuelvo —Comunique a Namjoon abandonando la cocina y descolgué la llamada inmediatamente.

—¿Quien llam...?

—Sabía que volvería a verte como siempre. Ya ves que las nuevas noticias siempre vuelan y llegan tarde o temprano.

—¿Papá? ¿Pero qué haces llamándome? No quiero escuchar ni una sola palabra tuya —Exclame furioso.

—Hijo, te he dicho que seas más maduro con esto. No podrás evitarme por mucho tiempo.

—Hablas de madurez ¿tú? No me hagas reír ¿Quién fue el que me echo de la casa porque decidí seguir mi sueño?

—Y lo abandonaste, porque te diste cuenta de que simplemente no sirves para eso. ¡Tienes que trabajar en algo que te de dinero!

—Tiempo antes te explique que prefiero morirme antes de servir como un robot en una puta compañía de mierda. El dinero no me importa si yo no puedo ser feliz.

Escuche su horrible risa claramente burlándose de mí —Claro, y por eso trabajabas en la empresa. Te diste cuenta de que yo siempre tuve la razón.

Me quedé sin palabras ante eso pues al comenzar a trabajar en la empresa las primeras palabras que se me vinieron a la cabeza fueron las de mi padre.

"Te darás cuenta de que la música no sirve, es un simple capricho. No llegaras a nada si sigues por ese camino. Tu fracaso hará que me recuerdes, no olvides que te lo he dicho"

Después de eso estuve luchando sin descanso en mi carrera musical. Pero no logre nada y fue cierto. Todo lo que dijo mi padre era cierto.

—Yo puedo retomar ese sueño, lo hare —Dije en un amargo intento de mantenerme firme.

—¿Puedes? —Volvió a reír —Eso siempre dijiste y mírate ahora. Es hora de que despiertes Yoongi, sé un verdadero hombre y por favor, deja de avergonzarme.

Y colgó la llamada.

Namjoon se encontraba viéndome desde hace unos minutos pero no había dicho nada al verme tan alterado.

—¿Fue tu padre? —Sin recibir respuesta se quedó simplemente observando —Yo lo lamento, pienso que...

—Perdón por pedirte esto Namjoon pero necesito que me dejes solo ahora —Sugerí enseguida.

—Esta bien, lo comprendo —Abrió la puerta y antes de marcharse dijo —Pero por favor, llámame cuando te sientas mejor.

Sin decir nada más se marchó dejándome solo.

¿Por qué no podía permanecer feliz todo en tiempo? Desearía ser más fuerte y dejara pasar esto como antes lo hice.

Pero no soy la misma persona que hace tres años, olvide quien era y ahora permanezco en un cascaron vacío a punto de quebrarse.

Me senté en el suelo sintiendo mi cabeza doler y mi vista nublarse. Me quedé ahí por un largo tiempo sin moverte. Incapaz de hacer algo.

[...]

Desperté con una fiebre alta en la oscuridad de mi habitación y lo poco que alumbraba era una lámpara que poseía mi mesa de noche.

Estaba sudado y mi respiración se tornó pesada e irregular. Todo mi cuerpo se sentía arder.

Pero por supuesto esto era mucho mejor que pensar en lo de esta tarde.

Escuche la puerta principal en conjunto con pasos en camino a mi habitación. Así que rápidamente fingí estar profundamente dormido.

—¿Yoongi? —Se escuchó a Haneul ingresa al cuarto—Bahh, está dormido —Seguido de cerrar la puerta.

Así sería mucho mejor, sin causar más molestias. Y volví a dormir pensando que se me pasaría al despertar.

Tiempo después, me sentía confundido y con la boca completamente seca junto al intenso dolor de cabeza. La dificultad para respirar también estaba presente.

—Tengo que ir abajo por agua —Susurre para mí mismo.

Baje lado escaleras con cuidado de no caerme pues me balanceaba de un lado a otro por mi creciente incomodidad.

Pero al soltar el barandal de estás, caí de espaldas en el suelo haciendo demasiado ruido y sintiendo más enfermedad presente.

Ni siquiera tenía fuerzas para levantarme.

Vi las luces prenderse y escucharse pisadas rápidas hacía mí.

—¡Demonios, Yoongi! —Puso una mano sobre mi frente —Estas ardiendo. Debo llevarte al hospital rápido —Tomo mis brazos y los paso por su hombro ayudándome a levantarme con dificultad.

—Estoy bien, estoy bien— Intentaba convencerme a mí mismo— No necesito ir a ese lugar.

—Claro que no lo estás, vámonos -Siguió insistiendo y en camino hacia la salida.

—Enserio, no me gusta ir ahí —Intente decirle pero incluso era difícil hablar de lo cansado que estaba

—Cállate. Vamos a ir quieras o no.

[...]