—¿Uvas? Deberías comer algo más que eso —sugirió Aron, tras encontrar a la morena en su escritorio, comiendo dicha fruta, una por una.

—Lo haré —sonrió con maldad —. Mi plato principal no tarda en llegar —confesó mientras relamía sus labios y dos de sus dedos, para tomar su celular y enseñarle el último mensaje que había recibido hace una hora.

«Estamos saliendo del hotel. ______ ya sabe la ubicación y está armada»

Aron bufó divertido y le robó una fruta de la fuente antes de tomar asiento frente a ella. Había venido a traerle el informe de seguridad, que le resultaba innecesario sabiendo que solo sería cinco ratas las que se atreverían a entrar allí. Aun así, le aseguró a la morena que todo estaba en perfecto orden y las trampas meticulosamente ocultas en cada rincón.

—¿Planeas jugar al gato y al ratón una vez más? —preguntó sin quitarle la mirada de encima.

—Ajá —sonrió y se acercó más a él, gateando sobre su escritorio para alcanzarlo —. La haré suplicar por su muerte.

—Eso no pasará —dijo un tercero, interrumpiendo a los descarados jóvenes que se encontraban hablando de sus artimañas —. Tenemos un trato. Nosotros nos llevaremos a ______. No me importa qué hagas con el niño y el resto —sentenció Jin, seguido de Namjoon, su mano derecha.

—Tsk, como sea —chistó la morena, regresando a su asiento —. Pensé que llegarían mañana.

—Me informaron que ella arribó la madrugada de ayer, así que vine tan rápido como pude.

—Uhm... la zorrita te tiene comiendo de su palma —se burló con cinismo y lustró una manzana por su blusa antes de morderla —. Sabes que hagas lo que hagas, ella no te aceptará. Lo mejor sería matarla ¿no crees? —sugirió, intentando engatusarlo.

—No pretendo que lo haga. Ella debe ser castigada.

—Uhm, ahora sí hablamos el mismo idioma —canturreó divertida —. Que te parece si yo me quedo con ella. La haré sufrir más de lo que te imaginas. A cambio, te entregaré a Ren.

Jin gruñó molesto. El solo hecho de oír ese nombre, ya lo ponía de los nervios. Si había algo que odiara de toda la humanidad, era el tener que compartir el oxígeno con ese sujeto. Si tan solo hubiera estado al tanto de aquella misión de la joven. Si tan solo hubiera sabido que se trataba de él, lo hubiera asesinado el mismo. Ahora más que nunca es cuando se maldice por haberlo rescatado de aquel edificio en llamas. De no ser por su corazón justiciero, no hubieran tenido que llegar a eso y ______ sería completamente suya.

Por otro lado, Namjoon sabía que su amigo, o lo que quedaba de él, solo trataba de ocultar su dolor con un odio barato. ______ había sido, es y siempre será el amor de su vida. Sin embargo, hay cosas que Jin ahora no podía perdonar como nuevo líder del clan Yenaid, y eso es una traición. Muy en el fondo, al igual que V, J-Hope y Jimin, quería ayudar a _______ como última muestra de amistad. Sí quizás todo esto había comenzado por ella, pero si en un principio su padre no la hubiera enviado a matar a Ren, ahora todos estarían viviendo otra historia.

—Hecho —espetó Jin, arrastrando fuera de sus pensamientos a su amigo —. Disfrutaré torturar a ese maldito hasta que suelte su último aliento.

Dicho esto, el joven líder se giró para salir de esa pequeña sala, seguido de un Namjoon confundido. Sin duda, cada vez le costaba más reconocer a la persona que aún decía ser su amigo; su hermano. Aron, que hasta el momento se sentía más ignorado que un ficus, carraspeó para llamar la atención de la morena ardiente que tanto lo ponía.

—Supongo que, si dejaron que te quedaras con ______, quiere decir que son confiables. Jamás pensé que llegaría el día en que los Mikage y Yenaid se unieran por una causa.

Nubia carcajeó divertida por la conclusión del mayor. Sin duda todo esto estaba tomando cierto color, hasta parecerse a la leyenda de los trágicos amantes.

—Lástima que esta vez seremos nosotros quienes acabemos con sus vidas —comentó, antes de intentar una segunda mordida en su fruta, de no ser por una notificación en su celular.

—Mira lo que tenemos aquí... —susurró, ahora sí, dándole un gran bocado a la manzana.

«Estamos a dos kilómetros de llegar. Recuerda nuestro trato. Nada debe pasarle a mis amigos»

—¿Haciendo tratos con un cobarde traidor? —comentó Aron, apareciendo detrás de ella, pasando sus manos por sus hombros, apretándolos con suavidad y lujuria.

La morena se encogió de hombros y disfrutó unos segundos el increíble masaje antes de poder pronunciar palabra alguna.

—Siempre... siempre debes dar algo a cambio —ronroneó —. Pero el que prometa dejarlos con vida, no significa que no les irá mal —sonrió tétricamente, contagiando el gesto en el contrario.

Alguien del otro lado de la puerta, no podía evitar seguir escuchando lo que se decía allí dentro. Más allá de los años, no terminaba de creer cuanta maldad podría recorrer el cuerpo de esa mujer que siempre estuvo loca por Ren. Literalmente loca. Por un segundo se detuvo a pensar qué sería de ellos si Maximus estuviera en condiciones de seguir al mando. Él jamás hubiera aceptado una alianza con su mayor enemigo de toda la vida. No hubiera permitido que esa mujer regresara de aquel internado; por no llamarlo cárcel de locos. Y mucho menos, permitiría que torturaran de esa manera a un niño indefenso. La idea de Maximus siempre fue deshacerse de ______ y criar al niño como uno de los suyos, después de todo, eso era exactamente; un Mikage.

Ahora la suerte ya estaba echada y sabía perfectamente que las cosas terminarían a favor de estos dos clanes, una vez que _____ se atreviera a penetrar la barrera subterránea.

—Espero que sigas el plan, ______ —masculló rendido y continuó con su camino antes de que alguien lo descubriera merodeando por una zona que no le correspondía.

Una vez terminó de atender ciertos "asuntos" con la morena, Aron salió de la oficina, camino a la sala de vigilancia para terminar de asegurarse de que cada detalle estuviera cubierto.

—¿Y JR? —le preguntó a su asistente, quien monitoreaba el movimiento de todos allí dentro. El menor tardó unos segundos en responder, revisando cada cámara de las diferentes áreas hasta dar con el nombrado. Con una tenue sonrisa, le indicó que se encontraba en ese gimnasio casi desierto que se encontraba en el último piso del subsuelo. El pelinegro bufó entretenido esperándose eso del moreno. Conociendo a su amigo más que a nadie, sabía que estaría de lo más relajado en un momento como ese.

Tanto él como Nubia, sabían que, además de ellos, quien más le guardaba rencor a ______ era JR. Sabía que esa mujer había perturbado el sueño de su amigo más de una vez. Sabía que el solo hecho de escuchar su nombre ya lo hacía ponerse como loco. Y sabía, claro que sabía, que sería el primero en intentar posar sus manos sobre ella y arrancarle la vida, así como lo hicieron con Minhyun y Baekho.

Suspiró al recordar a sus menores después de tanto tiempo. Esto también era por ellos. Era consciente de que no los traería a la vida cuando ella muriera, pero al menos podría vengar sus muertes como se lo merecen. Desde el momento en el que gran parte del clan cayó, planeó su lenta venganza que ahora estaba llegando a su punto culmine. ¿Iba a disfrutarlo? Claro que lo haría. Cada grito que planea arrancarle a esa perra valdrá totalmente la pena.

—Te he estado buscando —habló cuando vio a su amigo, todo sudado, levantando una barra con pesas de veinte kilos a cada lado.

El moreno gruñó y dejó todo ese peso en su base para recobrar un poco el aliento antes de incorporarse en su sitio. Miró a su mayor presintiendo por qué había ido hasta allí. Desde hace unas horas había percibido un ambiente tenso entre todos los de seguridad, vigilancia, y el equipo de tiro. Parecían prepararse para algo que él aún no había sido informado.

—______ planea invadir la base —anunció Aron, sin perder esa divertida sonrisa de sus labios. Viendo como poco a poco el rostro de su amigo se desfigura con el cólera que lo invade lentamente.

—¿Cuándo pensabas decírmelo? —vociferó y tomó la pequeña toalla de mano para secar el sudor de su rostro y hombros.

—Uhm... ¿Ahora? —respondió entretenido y le lanzó un revolver calibre 48 —. Te daré el honor de estar al frente del escuadrón norte. Nubia no quiere que la mates, solo que la captures. El resto déjaselo a los Yenaid —aseguró antes de girarse sobre sus talones —. Estaré en la sala de vigilancia pasándote la información que necesites. Asegúrate de estar listo pronto.

El moreno ni siquiera respondió cuando su mayor terminó de hablar, solo bebió un poco de agua de su botella y la escupió para quitarse ese horrible sabor de la boca. Rápidamente, se puso de pie para ir a prepararse, ya tendría tiempo para una ducha más tarde. Lo que no podía esperar, era su dulce venganza. La había ansiado por tantas noches este momento, que no planeaba dejar pasar una oportunidad así.

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Como cuando te olvidas de actualizar y tus lectores no te reclaman el capítulo D:

No sé qué me pasó que lo olvidé xD 

Espero que hayan disfrutado el capítulo. <3