POV CHRISTIAN

Mi celular avisa una llamada entrante. Contesto de inmediato al ver el indentificador que dice «papá»

— Papá— le digo... Hoy en la mañana hablamos por teléfono — ¿Todo bien?

— Hijo ¿Estás viendo el televisor?

— No. Estoy en mi estudio trabajando un poco ¿Por qué?

— Hubo disturbios en Arizona State Prison Complex. — ¿Y a mí que me importa?— inclusos hay algunos presidiarios muertos.

— Honestamente no lo siento— sé que está mal, y tal vez no son grandes criminales– espero que no sea así— los que han muerto o tal vez si.

Es muy diferente un violador, pedófilo, asesino, ladrón, o alguien que insista al odio, a una persona que esté detenida por causas mínimas.

— Uno de los posibles muertos es Jack Hyde— de repente pongo toda la atención en mi padre

— ¿Cómo haz dicho?

Hace algunos años atrás llevé a los tribunales a Jack Hyde, por intento de asesinato  en contra de mi esposa y mía e intento de secuestro contra Ana, él imbécil alegó inocencia incluso dijo que tenía un romance con mi esposa y yo al enterarme quise matarlo y le reventé un testículo, pero su estúpido y falso argumento no fue lo suficientemente creíble para ganar... Tras las declaraciones de Jason, Swayer, Elizabeth, algunos empleados de la editorial más la declaración de Ana y mía, Jack fue encontrado culpable y lo condenaron a veinticinco años de cárcel y sin derecho a fianza. Supe que lo tuvieron en New York, y después lo trasladaron a Phoenix Arizona.

— Lo que escuchas. Según informan en los noticieros que:  habían o hay  algunos presidiarios contagiados con el covid 19, y tras enterarse se habría armado el disturbios.

— ¿Estás seguro de lo que me estás diciendo?

— Si, al parecer esto empezó anoche... Oficialmente se hablan de doce presidiarios muertos a causa de las quemaduras.

— ¿Que estás diciendo?—

— Algunos presidiarios ntentaron quemar vivos a los que estaban contagiados.

No me esperaba algo así.

El mundo está cada vez más loco.

— ¿Entonces Jack era uno de los contagiados?

— No lo sé... Al parecer el incendio se salió de control y mató a doce presidiarios.

— Si sabes algo me avisas, de todos modos le pediré a Welch, que averigüe.

— Hazlo hijo... Hablamos más tarde.

Tras colgar la llamada me voy a la sala de televisión y busco las noticias en CNN.

Cómo me comentó mi padre, efectivamente hubo un incendio en la cárcel y doce presidiarios resultaron muertos... Uno de ellos Jack Hyde.

Salgo al enorme jardín.

Desde que empezó la pandemia mi esposa con la ayuda de mis hijos se pusieron a plantar vegetales. Ana quiso entretener a los niños para que no se aburran encerrados. Para ellos es difícil entender porque no pueden visitar a sus abuelos, sus tíos o primos. A pesar que les explicamos lo que está sucediendo en el mundo ellos no logran entenderlo del todo.

Ojalá que después de esto florezca un mundo diferente, uno donde seamos más tolerante, menos racistas o menos cruel. Hay veces que pienso que Ana tiene razón cuando dice que los mismos seres humanos nos hemos buscado lo que está sucediendo... Nos habíamos vuelto egoísta, crueles, el mundo está corrompido por culpa de la avaricia y el poder.

— ¡Papi... He cosechado mi primera calabaza!— Me grita mi hija de casi seis años

— ¡Que bien cariño!

Me acerco a ellos.

Wow, tienen una cesta llena de fresas y lechugas.

— ¿Ya están cosechando?—

— Por supuesto... — me dice mi esposa— y tú no nos tenía fé... Mira— me regala una fresa.

Con gusto lo tomó y me lo llevo a la boca.

Mmmm ¡Deliciosa!

— ¿Crees que podemos llevarle al abuelo?— Pregunta Teddy

El es muy cercano a Carrick.

— No creo que podamos salir— mi hijo de ocho años se desanima de inmediato— está bien, iremos a visitar al abuelo... Pero no olviden llevar sus mascarillas.

Hace aproximadamente una semana atrás que por fin pude abrazar a mis padres después cuatro meses sin verlo físicamente... Fue horrible estar lejos de la familia, gracias a Dios tengo a mi esposa y mis hijos... Sin ellos no hubiera podido soportarlo.

— ¿Saldremos?— Me pregunta Ana insegura.

— Me encantaría que mis padres nos vengan a visitar, y vean lo que ustedes han hecho en el jardín, pero sería muy arriesgado— ellos ya son adultos mayores y sé que sería más arriesgado para ellos que para nosotros si se llegaran a contagiar.

Gracias a Dios en la familia no hubo ningún contagiado, aún así hay que cuidarse, no sabemos cuánto tiempo durará está enfermedad... Solo ruego que pronto encuentren la cura... Ya han Sido muchos los inocentes que han perdido la vida por gente estúpida e irresponsable.

—  Entonces hay que hacerle una cesta de fresas a los abuelos— dice Ana.

— ¡Siiiiii!— Chillan emocionados mis niños.

Por fin verán a sus abuelos.

   ***

Dos horas después y con medida de seguridad y sanitarias estamos en Bellueve, específicamente enfrente de la puerta de la mansión Grey.

— ¡Niños!— Grita mi madre llevándose las manos en la boca para ahogar el llanto.

— ¡Abuela!—

Los niños corren emocionados hacia Grace.

— ¡Oh por Dios... Están aquí!

Grace se inclina hasta quedar a la altura de mis pequeños y abre los brazos para recibirlos.

Es imposible no llorar por un anhelado encuentro entre una abuela y sus nietos.

— Mis niños— susurra llorando — por fin los tengo conmigo... Por fin puedo abrazarlo y decirles cuanto los amo.

Ha Sido muy duro para Carrick y Grace estar lejos de sus hijos y sus nietos.

— ¡Oh dios!— Grita Carrick

Los niños dejan los brazos de Grace para correr a los brazos de Carrick.

Grace se nos acerca. Tiene el rostro empapado de lágrimas... Todos estamos llorando por la emoción.

— ¡Ana!— Chilla y abraza a mi esposa — ¡Gracias a Dios puedo abrazarte nuevamente!

— Oh Grace, no sabes cuánto anhelé tus maternales brazos— ambas lloran a mocos tendidos.

Ana, ama a mi madre como la suya propia. Ella ha recibido todo el amor de parte de Grace que Carla le negó. Hablando de Carla, ella murió hace aproximadamente cuatro años atrás... Por mi esposa intenté ayudarle llevándola a un centro de rehabilitación para alcohólicos, pero no aceptó... Finalmente una cirrosis fulminante acabó con su vida... A pesar de no merecerla mi esposa lloró su muerte.

Tras el emocionante reencuentros, Ana le entrega a mi madre una pequeña cesta con fresas.

— Cultivadas por tus nietos— le dice mi esposa

— Seguramente están deliciosas.

— Lo están— le digo.

— No saben cuánto he orado para que por fin se acabe todo esto— mi madre nuevamente se le llenan los ojos de lágrimas y mira a los niños que están jugando con Carrick — ha Sido realmente horrible ver la televisión, ponerse en el lugar de esa gente que ha perdido un ser querido y no tiene la posibilidad de decirle adiós. Temí tanto por ustedes, por nosotros.

— Lo sé... Ojalá fuese una pesadilla— murmura mi esposa y se limpia las lágrimas

— Pero lamentablemente no lo es, sólo hay que tener fé que pronto terminará.

Mis abuelos dirían lo mismos si estuvieran con vida.

Mi amado abuelo ya no está con nosotros, el murió hace dos años atrás, cuatro meses después lo siguió la abuela. Fue un golpe muy difícil para nosotros.

— Fé, debemos tener fé— nunca fui un hombre devoto, pero desde que formé mi familia me he vuelto devoto... Mi esposa dice que hay que aferrarse a algo, no importa las creencias o religiones.

Después de la emoción empezamos a conversar de todo los que no ha pasado estos últimos cuatro meses... No ha Sido mucho porque hemos permanecidos encerrados. Pero me alegra saber que a pesar de todo esto, mis hermanos están bien. Elliot tiene una niña de siete años con Kate, han querido tener otro bebé, pero por ahora está descartado... Mía y Ethan tienen un niño de seis años y una niña de dos. Yo estoy esperando que vuelva más a la normalidad para ir a visitarlos.

— ¿Que la ha parecido las fresas?— Pregunto.

— Han estado deliciosas, pero lo mejor es que ustedes mismos lo cultivaron — dice Grace con orgullo

— Christian no nos tenía mucha fé— añade mi esposa con tono burlón.

Fui un tonto al creer que no les resultaría.

— Una semilla es como la vida, se siembra, espera que germine y finalmente da sus frutos— murmura Carrick.

— También es como el amor— dice Ana mirándome— sembrar una semilla puede ser algo así como conocerse, germinar, puede ser como enamorarse y finalmente los frutos son como los hijos.

— Muy cierto señora Grey— la abrazo y le doy un beso con mucho amor  en la frente.

Observo a mis hijos que no dejan de hablar como prepararon la tierra luego cultivaron las semillas, le regaron agua, los cuidaron hasta conseguir el objetivo deseado.

    ***

Después de una emocionante tarde estamos de regreso a la casa.

— dime qué por ahora las visitas a casa de tus padres estarán limitadas— me dice mi esposa acomodando su cabeza en mi brazo.

— No te preocupes, tomaré todas las medidas.

— ¿Viste lo emocionados que estaban Carrick y Grace?

— Si, no lo podían creer que los niños y tú estaban ahí.

Ella suelta un suspiro.

— Ojalá que pronto encuentren la cura para esa maldita pandemia.

— Ojalá..

Tras unos minutos acostados en silencio le digo.

— ¿Hace cuánto que no te hago el amor?

— Mmm, hace aproximadamente siete horas.

— Eso es mucho.

Ella suelta una risita.

— ¿Propones algo?

— Por supuesto que sí señora Grey. Le propongo complacerla.

— De acuerdo.

A pesar de los obstáculos, de los rencores, incluso las pandemias... Doy gracias a Dios de tener una familia como la que tengo. Si lo hubiese Sido  por una venganza, Ana Jamás hubiese llegado a mi vida.

   Fin

Gracias a tod@s que se tomaron el tiempo de leer, votar y comentar.

Gracias a ti CSHerrer por tu ayuda.

   ¡¡¡Gracias!!!