POV CHRISTIAN

Me siento en mi silla detrás de mi escritorio y como un idiota me quedo viendo la puerta.

Joder, ¿Por qué se ha complicado todo de repente? Pienso en todo lo que me ha dicho Ana, estos días. Debo perdonar a mis padres, pero siento que no puedo... No todavía, al menos no puedo perdonar a mi padre.

Ana, tiene un corazón muy noble, ella ha perdonado a todos, incluso a su madre cuando no lo merecía. Yo no podría ser algo así.

Resignado suelto un suspiro y tomo el teléfono.

— Hola— contesta al otro lado de la línea. No digo nada ¿Que puedo decir?— Hijo mío ¿Eres tú?

— Hola mamá— mascullo

— Hola mi niño ¿Cómo estás?— Dice mi madre.

— Bien... Yo sólo llamaba para saber cómo estabas. — Que idiota eres Grey.

Estoy preocupado por ti mamá. Me siento culpable por no verte, ni siquiera he hecho una simple llamada para preguntar si estás bien.

— Estamos bien hijo... Bien de salud, pero ahora que escucho tú voz estoy feliz. ¿Vendrás pronto a casa?— Mmm, no lo creo

— No lo sé. Tal vez. — Se queda callada un momento y creo que está dudando de la sinceridad de mi respuesta.
Sin embargo, estoy siendo honesto.

No estoy preparado para que nos sentemos todos los Grey alrededor de la mesa todavía, espero estarlo pronto.

— Cuando decidas que estás listo para vernos, tú padre y yo estaremos felices de recibirte a ti y a Ana.

— Te lo agradezco—

— Ay cariño, no sabes cómo extraño esos días dónde nos reuníamos todos aquí— parece melancólica. Joder, no era mi intención entristecerla.

— Debo colgarte— me estoy sintiendo como la mierda. Soy un pésimo hijo, ella no se merece esto — te prometo que muy pronto iremos a verte.

— ¡¿Es enserio?!— Pregunta sorprendida e entusiasmada.

— Si. — Hazla feliz Grey, ella ha Sido tú ángel.

— No sabes lo dichosa que me haces sentir— ¿Lo ves idiota? Ella no te está pidiendo nada imposible, sólo te pide que la visites.

— Ya debo irme.

— Dale un beso a Ana de mi parte.

— Lo haré.

— Hijo ... Gracias por llamar—

— Discúlpame por no haberlo hecho antes— le digo

— No te disculpes cariño— tan comprensible como siempre.

— Hasta pronto— cuelgo.

Ahora iré a buscar a mi mujer. Me porté un poco frío con ella.

Entro al dormitorio, y mi esposa está tumbada en la cama mirando hacia el techo. Me quito los zapatos, la corbata y la chaqueta y me acuesto a su lado.

— Te faltó la camisa y el pantalón— me dice

— ¿Ah?

— Faltó quitarte la camisa y el pantalón.

— Pensé que tal vez tú querrías sacarlo por mí.

— ¿Es una propuesta?— Su tono de voz seductor me provoca una inmediata reacción de mi miembro.

— Por supuesto.

— Será un honor desvestirlo señor Grey— añade desafiante.

                  ***

El pelo le cae en cascada sobre los hombros, mientras sube y baja. Yo me deleito con la espectacular vista de mi esposa cabalgando encima de mi.

— Oh... Ana— digo con la respiración acelerada.

Oh, que sensación.

Ella sigue subiendo y bajando. Estoy saboreando hasta el último ápice de mi mujer. Juntos encontramos el ritmo. Nos complementamos perfectamente. Sus deliciosos pechos se bambolean mientras me sigue montando.

— ¡Ah... Ah!— Grita extasiada mientras acelera los movimientos.

— Abre los ojos... Quiero verte— ella hace lo que le pido y nuestras miradas se encuentran.

Estoy a punto de llegar al climax.

— Juntos nena— le digo y agarro sus caderas y empiezo moverme debajo de ella.

— ¡Ah... Christian!— Grita cuando llega al orgasmo.

— ¡Ana!— Digo explotando en su interior.

Joder, estoy casado con una diosa.

Ella se derrumba en mi pecho.

Permanezco inmóvil debajo del cuerpo de mi Diosa mientras trato de recuperar el aliento.

— He llamado por teléfono a mi madre— digo rompiendo el silencio después de tres minutos.

— ¿Enserio?— Alza la cabeza

— Si, creo que he Sido injusto con ella—

— ¡Aleluya!— Chilla de forma exagerada — ya era hora que te des cuenta que no puedes juzgarlo.

— Lo sé... Aunque creo que con mi padre será más difícil.

— El tiempo lo dira— recuesta su cabeza nuevamente en mi pecho.

Sigo en su interior. Mi lugar favorito en el mundo.

— ¿Segunda ronda señor Grey?— ¡Está insaciable!

— ¿Otra vez?— Finjo estar sorprendido

— Si... ¿No puedes?

— Claro que puedo. Ahora mismo te lo demostraré.

Salgo rápidamente de ella.

— Creo que empezaremos con el oral señora Grey.

— Perfecto.

         ***

Los días continúan pasando y mi relación con mis padres no ha cambiado en nada, excepto he hablado por teléfono con Grace y Mía, pero con Carrick, todo continúa igual. No nos estamos hablando.

Mi Ana ya está en su quinto mes de embarazo y hoy tenemos cita con la doctora Greene. La doctora nos dijo que si tenemos suerte, tal vez hoy podremos saber el sexo del bebé. Reconozco que estoy preocupado, yo quisiera un niño, por qué no estoy preparado para una niña.

Llego hasta SIP.

— Buenas tardes señor Grey— me dice la recepcionista nerviosa.

— Buenas tardes— no me detengo y voy caminando hasta la oficina de mi esposa.

— Buenas tardes señor Grey— me dice Hannah con amabilidad.

— Buenas tardes Hannah ¿Está la señora Grey en su despacho?

— Si señor.

Entro al despacho de mi esposa.

Ana está leyendo un manuscrito. Debe ser interesante lo que está leyendo por qué no se ha percatado de mi presencia.

Me aclaro la garganta y ella levanta la mirada.

— ¡Christian!

— Hola señora Grey— le digo con una sonrisa.

Ella me devuelve la sonrisa y deja el manuscrito sobre el escritorio y se pone de pie.

— Que agradable sorpresa—

Se acerca a mi.

Cuando la tengo cerca, la tomo por la cintura y le doy un sonoro beso.

— Sé que nos veríamos más tarde, pero te extrañé y quise venir antes.

— Me encanta tenerte aquí— pega sus labios sobre los mío.

Ella trata de apartarse pero yo hago más intenso el beso.

Nos separamos por falta de aire. De repente mi pantalón se ha encogido.

— Mira como me pones— le digo mientras presiono mi duro miembro contra su vientre.

— Es usted un descarado señor Grey— susurra

— No lo soy, sólo reacciono ante los besos de mi mujer.

Ella sonríe y ésta vez si logra apartarse de mi.

Podría follarte nena.

— Creo que le pondré seguro a esa puerta para que nadie nos interrumpa.

— ¡Ni lo pienses!— Chilla alarmada

¿Cree que me detendré? Si quiero follarte lo haré nena, y no podrás evitarlo.

— Debemos irnos.

— La cita con la doctora Greene es en una hora más. Tenemos tiempo señora Grey.

Mi móvil comienza a vibrar inoportunamente en mi bolsillo.

— Responde— me dice Ana.

Seguramente es Ross.

Saco mi móvil del bolsillo.

— Es Mía—

Presiono contestar.

— Hola Mía.

— Christian— ¿Está llorando?¿Que ha ocurrido?

— ¿Por qué estás llorando?— Le pregunto asustado.

Ana pone toda su atención en mi

— Es papá.

— ¿Que ocurre con papá?— La angustia de inmediato se forma en mi pecho.

— Ha tenido un accidente.