POV  CARLA.

No puedo creer qué haya caído tan bajo y todo por culpa de la inútil de mi hija. Pero el fin justifica los medios, y cómo mi hija se fue de viaje con el hijo de Grace, por qué al parecer solo está pensando en ella y no en mi, yo he decidido arruinar su felicidad. Es lo justo. Ella no piensa en mí ¿Por qué yo si pensaría en ella y su bienestar?

Hace unos días atrás hablé con Elena y me comentó qué ella quiso atrapar a Ana, pero el hijo de Grace la defendió. Es evidente que ese idiota está enamorado de mi hija, y Seguramente ella siente algo por él, y obviamente está enamorada del dinero, pero como no quiso continuar con  mis planes, me veré en la obligación de destruir su estúpida felicidad.

Ahora estoy enfrente de la puerta de la casa del perdedor de José. Sé qué sí le digo dónde está la perra de mi hija él irá a buscarlo.

— ¿Carla?— Dice sorprendido, cuando abre su puerta— ¿Qué haces tú aquí? — Idiota

— Buenas días José— tengo que fingir amabilidad

— Buenos días ... ¿Que estás haciendo aquí?— Dice un poco cortante.

— He venido a verte...¿Me dejas entrar a tú casa? Necesito hablar contigo. Es Acerca de Ana— abre los ojos cómo platos.

El tarado me responde después de unos segundos.

— Está bien, entra— se aparta para dejarme entrar— disculpa qué no tengo grandes lujos— añade con tono sarcástico.

Maldito, sólo por qué puedes ser útil para arruinar la vida de esa mocosa te he buscado.

— No te preocupes— este pobretón no debe ni tener ni siquiera un vaso de agua limpia.

— Si gustas puedes sentarte— dice mientras quita los residuos de comida que hay en el sofá.

¡Que asco!

— No te preocupes... estaré bien así— ni loca me voy a sentar en su sucio sofá

— Entonces di tu asunto. No tengo mucho tiempo para escucharte—que imbécil!

— Pero deduzco que te interesa mi hija todavía, si no lo hiciera no me dejarías entrar.

— Lo que a mí me interese no es asunto suyo, así que si tiene algo que decir hable ahora— imbécil, pero ahora fingiré ser honesta y es sólo por qué me conviene.

— Seré honesta contigo José— el idiota frunce el ceño — Ana no sé marchó por qué quiso—

— ¿No?— Me interrumpe sorprendido

— Yo la obligué... ella no quería irse por qué estaba muy enamorada de tí— te diré una verdad a medias.

El tonto abre los ojos como platos.

— ¡¿Pero por qué mierda hizo eso?!— Me grita furioso.

— Por venganza. Ella tenía que vengarse por el daño que nos hicieron.

El estúpido está furioso y desconcertado.

— Tú...tu estás realmente loca—masculla y empieza caminar como un león enjaulado— ¿Ósea Ana, se fue por qué tú la obligaste?

— Yo la obligué irse... Y aunque no me crea, no fue fácil para mi ver partir a mi única hija, pero ella tenía que hacer justicia. Ella debía vengar a su padre.

Tengo que fingir culpabilidad. Debo verme mortificada.

— No lo puedo creer— susurra y se deja caer en su sucio sofá.

— Mi plan era que ella seduzca, mienta,  finja... ella debía destruir a esa maldita familia que tanto daño nos hizo—

— Estás enferma Carla, ¿Que madre obliga a su actuar incorrectamente?

— Tu lo ves así, por qué no tuviste que ver como el amor de tu vida era asesinado por una poderosa familia— para que mi actuación se vea creíble me obligo a sentarme a su lado— durante años Ana, me vio llorar por Ray, y cuándo tenía quince años me prometió que ella cobraría venganza, pero cuando le recordé su promesa, ella estaba profundamente enamorada de ti, pero aún así se fue— finjo que me limpio una lágrima

— Esto es horrible... Anastasia ¿Hizo lo que le pediste?

— Claro que no, ella no fue capaz de hacer nada.

— Debo ir a buscarla— ¡Siiiiii! Esa era la reacción que esperaba. El idiota se pone de pie— dime en donde está ella.

Con la llegada de este imbécil a tu vida, no seguirás fingiendo Anastasia.

— Si yo supiera, ya lo hubiese ido a buscar— responde con fingida tristeza— pero tengo una amiga en Seattle, que estaba siguiendo sus pasos, tal vez ella te diga en donde está mi niña.

— Dime como y en dónde vive tu amiga.

Lo siento Anastasia, pero debiste hacerme caso y no sólo pensar en ti, ahora te enviaré a tú ex novio a Seattle, quién se encargará de separarte del hijo de Carrick y Grace.

     POV ANASTASIA

—Aún estás a tiempo de arrepentirte— me dice Kate, con tono burlón.

—Nunca me arrepentiría, ni por todo el oro del mundo— le aseguro

Doy la vida antes de renunciar a Christian. El es mi todo.

Acaricio mi vientre plano donde está el fruto del amor que nos tenemos Christian y yo.

— Solo es un broma, se que jamás lo abandonarás—me dice ella.—Lo amas. Se aman— añade con nostalgia

—¿Extrañas a Elliot?—Mierda. Yo y mi bocota—lo siento...

—No te preocupes. Y admito que extraño a ese idiota— dice con tono triste.

No se que decirle. Seguramente no se siente cómoda hablar de Elliot.

— No pensemos en el pasado, y mejor ponte el vestido.

Kate, está ayudándome arreglarme con mi vestido de novia. En poco menos de una hora me estoy casándose con el amor de mi vida.

— Gracias por hacer esto—  desvío la atención.

No es mi intención hacerla sentir mal.

— De nada— sonríe— debo reconocer que nunca imaginé la boda de Christian.

— ¿Por qué lo dices?

— Por qué nunca antes lo ví con una mujer, sólo contigo— una enorme sonrisa aparece en mi rostro mientras el corazón se hincha de felicidad.

    ***

Una hora después ya estoy casada y feliz bailando con mi marido.

Todo es maravilloso, a Christian no sé le fue ningún detalle. Es el hombre perfecto.

Termina la música y nosotros terminamos de bailar, no sin antes besarnos mientras Kate, aplaude.

— Se ven preciosos los dos— nos dice cuando se acerca.

— Gracias Kate, gracias por acompañarnos en este día que es muy importante para nosotros— le dice mi marido seriamente.

— No agradezca Christian, soy yo quien aprecia que ustedes me hayan hecho partícipe de éste día.

— ¿Cenamos?— Sugiero por qué ya me ha dado hambre.

— Lo que usted diga, señora Grey— responde Christian, mientras me mira a los ojos con una mirada brillante de amor por mi.

Éste maravilloso hombre es ahora mi esposo.

   ***

Ya hemos disfrutado del baile, la comida, y por supuesto la compañía, aunque los invitados sólo eran Kate, y Taylor, aún así todo fue hermoso y perfecto.

Ahora Christian me ha traído al dormitorio.

— ¿En que momento mandaste adornar la habitación?—

Estoy asombrada: hay algunas velas encendidas de color blanco y rojo, de ellas desprende un olor a vainilla, en el suelo hay pétalos de rosas blancas y rojas, y en la cama hay una hermosa rosa roja, con una pequeña nota que dice: Gracias por hacer mi sueño realidad. Eres el mejor regalo que llegó a mi vida, sin esperarlo y sin merecerlo. Te amo Anastasia Grey. C. G

— Esto es preciso— le digo emocionada.

Lo abrazo y el me corresponde.

— Te amo Christian.

No dice nada, pero yo sé que sonríe.

— Ahora si no te importa, te voy a desnudar para amarte y adorarte, esposa mía— me susurra y se aparta de mi.

— Soy tuya para siempre.