Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

XXXIII

4 de julio de 2019

Aron

Hace exactamente tres semanas que mi vida es una mierda. Bueno, en realidad mi vida siempre fue una mierda, pero cuando conocí a Josephine Hastings tuve la esperanza de que eso cambiara. No fue así. De hecho, mi vida ahora es peor de lo que era antes de conocerla.

Si pudiera arrancarme este dolor de mi pecho, lo haría, pero desgraciadamente es imposible.

En estas tres semanas lo único que hice fue dormir, comer y llorar.

Lloré todas las horas como si no hubiera un mañana. Estoy seguro de que me hubiera deshidratado de no haber sido porque Theo se encargaba de que nunca me falte un vaso de agua. No sé qué hubiera hecho sin mi mejor amigo... toda mi vida fue mi gran compañero, mi hermano, el que me cuidaba la espalda, pero ahora... ahora siento que nuestra amistad pasó a un nuevo nivel. Es la única persona que nunca me falló, al único que le confiaría mi vida ciegamente.

De verdad creí que era feliz. Siempre tuve el presentimiento que tarde o temprano lo mío con Josephine terminaría, pero luchaba para convencerme a mí mismo de que solo se trataba de fantasmas en mi cabeza. Ahora sé que mi instinto no se equivocaba, Josephine Hastings siempre jugó conmigo y mis sentimientos. Me manipuló para obtener lo que quería, y lo peor de todo es que yo me dejé manipular. Caí a sus pies como un idiota.

Ella de verdad creía que yo había asesinado a su hermana y estuvo dispuesta a hacer que me enamore de ella para que le confiese la supuesta verdad. Mierda, ahora tiene sentido por qué se lanzó a mis brazos la primera vez que follamos. Aún recuerdo lo sorprendido que estaba de que fuera una chica tan fácil, pero ahora lo entiendo todo.

A ver, no me malinterpreten, no creo que una mujer por follar en la primera cita sea fácil, ellas tienen el mismo derecho que nosotros a follar cuando se les plazca y con quien se les plazca, pero me refiero a que yo creía que una mujer tan hermosa como Josephine, para mí sería un verdadero reto porque, seamos sinceros, podría tener a cualquiera a sus pies, y ella lo sabe... lo supo en su momento y lo usó para su beneficio... para atrapar al asesino de Kate.

Kate... cada vez que hablábamos de su hermana, ella fingía que no la conocía. ¿Cómo pudo haber sido tan sínica?

Todas las conversaciones donde Katherine me hablaba de su graaaan hermana se reproducen en mi mente una y otra vez. Ella me decía que su hermana era la mejor persona que conocía, una persona llena de amor, una persona que solo pensaba en la paz, que jamás podría hacerle mal a nadie... pero esa no es la misma persona que yo conocí hace 6 meses. Recuerdo como Kate se lamentaba en mi hombro por no poder verla tanto como quería a causa de que Jo vivía con su padre, pero ahora entiendo todo: Josephine Hastings es tanto o más mierda que su propio padre, y eso ya es mucho decir.

Decidí no asistir a la celebración del 4 de julio. Theo insistió con todas sus fuerzas, pero finalmente desistió cuando se dio cuenta de que no iba a poder convencerme. No tengo nada que celebrar.

—¿Estás seguro que no te importa que esta noche duerma en el departamento de Leah? —me pregunta antes de irse al parque donde se llevará a cabo el show de fuegos artificiales.

Lo único bueno de todo esto es que, por lo menos, Leah y Theo sí tienen una relación de verdad y no resultaron ser otro daño colateral del plan de Josephine.

—No, descuida. Estaré bien.

Mi voz suena apagada y no quiero preocuparlo así que finjo una sonrisa. No quiero quedarme solo, lo necesito, pero sé que él extraña dormir con su novia y no es justo que esté atado a mí como si fuera mi puta niñera, él tiene una vida propia y merece vivirla.

—Bien, nos vemos mañana. Cualquier cosa, llámame y estaré aquí en un minuto. Ah, Aron —me dice antes de irse, como si hubiera olvidado decirme algo—, Leah invitó a Josephine al show de hoy y ella accedió a ir. Está muy deprimida y Leah ya no sabe más que hacer. Te lo digo por si te decides a ir... no quiero que te lleves una sorpresa.

Está muy deprimida... Bueno, pues ella se lo buscó.

No le respondo y me retiro a mi habitación. No quiero ser distante con él, justamente es quien menos se lo merece, pero no tengo ánimos para emitir más palabras acerca de esa zorra.

Escucho la puerta principal cerrarse y me dejo caer en mi cama. Otra vez esta maldita sensación de pesadez no me deja respirar.

Una estúpida idea ocupa mi mente: Josephine estará en el parque, posiblemente disfrutando de los fuegos artificiales. Si voy, podré verla. Es más, si me escondo hasta puede que ella no note mi presencia. No tengo por qué interactuar con ella, simplemente necesito verla... mi cuerpo lo necesita de una forma inexplicable. Solo verla, nada más. Es estúpido sentir eso luego de lo que me hizo, sí, pero antes de que pueda pensarlo bien, ya estoy tomando las llaves de mi coche y saliendo por la misma puerta en la que minutos antes partió mi mejor amigo. Es como si la advertencia de Theo haya cobrado sentido en mi interior.

Theo pasó a buscar a Leah y a Josephine por su departamento, así que es lógico que al llegar no vea su coche por ningún lado, seguramente todavía no llegaron. Me quedo aparcado donde estoy, prestando atención por si aparecen.

La idea es que no sepan que estoy aquí. Sé que es un poco psicópata lo que estoy haciendo, ocultándome así, entre las sombras, intentando ver a Josephine en contra de su voluntad, pero la verdad es que tampoco me importa demasiado, el show es libre, cualquiera puede venir y yo decidí hacerlo también. Todo sea por la celebración de la patria.

Evito mandarle un mensaje a Theo avisándole que al final sí he venido, no quiero ponerlo en un aprieto porque se debatirá con sigo mismo entre contárselo a Leah o no, y si ella lo sabe, lo primero que hará es contárselo a Josephine.

Varios minutos después logro ver a Theo dejando a las chicas en el parque para ir a aparcar su coche. Disimuladamente bajo del mío y comienzo a seguirlas.

Vale, creo que alcancé un nuevo nivel de psicópata.

Logro quedar frente a ellas, a una distancia prudente para que no me vean, cuando deciden frenarse en un lugar vacío.

Me sorprendo cuando Theo, Luca y Christian se reúnen con ellas. No sabía que esos dos vendrían y siento un destello de odio hacia mi mejor amigo por no habérmelo dicho... aunque rápidamente descarto esa idea de mi cabeza porque sé que él es la única persona en este planeta que no se merece ese sentimiento de mi parte.

Además, tampoco tendría por qué habérmelo dicho, ¿no? Digo... no tiene nada de malo que dos amigos tuyos del sexo opuesto a tu novia se acerquen a ella... quiero decir, ex novia.

Los cinco se sientan en la manta y yo apoyo mi espalda contra un árbol. Hay muchísima gente entre nosotros y no logro ver a Josephine con claridad.

Lo poco que pude ver de ella me dejó anonadado. Está increíblemente bellísima. Que sea una zorra manipuladora no hace que deje de ser hermosa, pero Theo me dijo que estaba deprimida y la persona a la que estoy viendo luce de todo menos deprimida.

Me enderezo cuando la veo levantarse junto con Christian. Trato de concentrarme y pensar que él es mi amigo y jamás intentaría algo con ella, pero en cuanto veo que descansa su mano en la parte baja de la espalda de Jo, pierdo los nervios.

Por la dirección en la que van, deduzco que se dirigen a los puestos de comida. Comienzo a seguirlos y mi enojo crece cuando noto que ella no se lo quita de encima. No puedo creerlo.

—Ohh, lo siento —me dice una chica rubia luego de golpearme sin querer.

Hay muchísima gente aquí, así que ya me había acostumbrado a que me empujen.

—Descuida —le respondo y automáticamente se me ocurre una idea—, iba por un pretzel, si quieres puedes acompañarme para disculparte por haberme atropellado.

Trato de fingir una voz seductora, pero no sé si lo logro.

—Solo si luego me invitas a tu cama.

Mierda, es una atrevida.

Definitivamente, logré lo que quería.

No pienso follármela. Todavía no estoy mentalmente preparado para estar carnalmente con otra mujer, pero puedo dárselo a entender para obtener lo que quiero.

—Eso dalo por echo —le respondo guiñándole el ojo.

La tomo de la mano y la rubia no se niega.

Aligero nuestro paso porque por culpa de nuestro choque, Josephine y Christian se alejaron de nosotros y si no nos apresuramos, los perderé de vista.

Cuando finalmente los alcanzamos, sin que nos vean, por supuesto, reduzco la velocidad hasta frenarme cuando veo que ellos también lo hacen. Un segundo después, la veo a Josephine lanzarse a los brazos de él. Ambos caen al piso por la fuerza del impulso de ella.
Antes de que pueda reaccionar, mi cuerpo se acerca a ellos arrastrando a la rubia conmigo. Hago más fuerza de la que quiero en su mano, pero a ella no parece molestarle.

—Veo que no perdiste tu tiempo —digo cuando mis pies están a unos centímetros de sus cabezas.

Trato de parecer frío... trato de no mostrar mis sentimientos, pero es muy difícil cuando por dentro tengo ganas de llorar, como un niño de cinco años, por ver a mi ex novia en los brazos de mi amigo.

Evito pensar que todavía la amo, porque reconocerlo, aunque sea para mí mismo, es insoportable. Por más de que todos sabemos la verdad... ya no puedo amarla.

—A... Aron... —me dice Jo intentando levantarse.

Christian la toma de la cintura y la ayuda a ponerse de pie. Tengo que hacerme de todo mi autocontrol para no partirle la nariz en ese preciso instante. No puedo permitir que Josephine sepa cuánto me afecta.

—Cuéntanos, ¿a quién crees que él asesinó? ¿a tu prima? ¿a tu abuela? Digo, esa es tu motivación, ¿verdad? —le digo a Josephine señalando a Christian, en un intento por dañarla, pero me arrepiento al instante cuando Christian y la rubia a mi lado nos miran confundidos.

Honestamente, no sé por qué lo dije. Creo que me dejé llevar por el odio hacia ella, pero en realidad no quiero que la gente, ni siquiera mi amigo, sepan la verdad de nuestra ruptura.

El rostro de Josephine no emite ninguna expresión, es como si le diera igual mis palabras, pero sé que solo está haciendo tiempo hasta que se le ocurra alguna respuesta, es demasiado orgullosa como para dejarlo pasar.

Trato de obligarme a mí mismo a odiarla, pero al tenerla frente a mí, con ese corto vestido que hace que parezca una diosa, hace que en lo único que puedo pensar es en follarla. No me importa lo que me hizo, la quiero entre mis sabanas gimiendo mi nombre.

Pero tengo que apartar ese pensamiento inconcebible de mi cabeza con urgencia.

—No, creo que esta vez prefiero cambiar de rubro —ahí está su sínica respuesta—. Y te aconsejo que tu hagas lo mismo... deberías probar con una pelirroja esta vez.

Fulmino a Christian con la mirada cuando Josephine insinúa que pasa algo entre ellos. Él se percata de lo mismo y alza sus manos en señal de rendición.

—Hey, bro, solo íbamos por comida, no hay nada entre nosotros.

Sé que Christian no dudaría ni un minuto en follarse a Josephine si ella no fuera mi ex novia, pero es bueno saber que, teniendo en cuenta que sí lo es, no lo hará.

La rubia, que continúa tomada de mi mano, ni siquiera se incomoda ante las palabras de Josephine y eso solo significa que es de esas chicas a las cuales no les importa otra cosa que no sea follar, sin ningún otro drama. Excelente, quizás al final sí la invite a mi cama esta noche.

—Vuelve con los demás —le dice Josephine a Christian, claramente enfadada porque él no le haya seguido el juego—, me iré a mi casa. Ya no quiero estar aquí.

—No puedes irte sola —le responde él.

—Si, si puedo.

Josephine comienza a alejarse de nosotros y apoyo una mano en el pecho de Christian cuando veo que su intención es seguirla.

—Yo me encargo de ella —le digo para tranquilizarlo.

La rubia a mi lado pone mis ojos en blanco y se gira para dejarnos solos. Es una pena que no sepa ni su nombre porque de verdad podría tenerla en cuenta para otra ocasión, se nota que sabe entender las indirectas.

—Leah me advirtió que Jo no está pasando un buen momento luego de haber roto contigo —me dice Christian como si él la conociera mejor que yo—, ten cuidado con lo que haces... y si le haces algo y Leah o Theo amenazan mi vida, tu responderás ante ellos.

Bufo y me separo de él. Ya me cansé de escuchar sus estupideces.

Las palabras de Christian fueron una distracción y cuando me giro en dirección a donde Josephine se fue, no la veo por ningún lado. Comienzo a buscarla de forma desesperada. Es imposible que se haya alejado tanto, me distraje solo un minuto.

Cuando finalmente logro ver su melena rubia, mi corazón deja mi garganta y vuelve a mi pecho.

La veo tomar su celular y comienzo a acercarme a ella. Cuando estoy apenas a unos centímetros de ella, asomo mi cabeza por su hombro y logro ver que está en una aplicación para pedir un chofer a domicilio que la lleve a su casa. Ni loco voy a permitir que se suba a un auto con un desconocido. No me importa lo que me haya hecho. Es muy peligroso para ella siendo mujer.

Rápidamente le quito su iPhone de las manos y cierro la aplicación.

—¿Qué mierda haces? —me grita intentando alcanzar su celular otra vez.

—No te volverás con un desconocido a tu casa, es peligroso y lo sabes.

Josephine me fulmina con la mirada, pero rápidamente se recompone y vuelve a su expresión: sin sentimientos a la vista.

—Aron, no quiero discutir, por favor, devuélveme mi celular, no voy a repetírtelo.

—Solo si vuelves con Leah y Theo. Ya te lo dije, no permitiré que vuelvas a tu departamento sola.

No entiendo por qué está considerando hacer eso... a ella nunca le gustó tomar un taxi sola, es más, ni siquiera estando con Leah lo haría.

—Tú no puedes decirme qué hacer y yo no te debo ningún tipo de explicación.

¿Por qué mierda no vino con su coche? Así todo hubiera sido más fácil.

—¿Quieres tu celular? Pues ya sabes lo que tienes que hacer —le digo firme.

—¡Que te den, Aron! —me grita—. ¡Quédate con el iPhone, me compraré otro!

Sin darme tiempo a replicar, Josephine se gira y comienza a correr para alejarse lo más posible de mí. Hay demasiada gente a nuestro alrededor y eso me impide alcanzarla con facilidad. No puedo correr hacia ella a mi máxima velocidad y eso hace que me saque mucha ventaja. Luego de varios metros corriendo detrás, finalmente nos alejamos del tumulto y logro alcanzarla. La tomo del brazo y la obligo a girarse frente a mí.

Está llorando.

—Por favor, solo déjame en paz —me suplica mientras las lágrimas se deslizan por sus mejillas—. Sé que te herí... lo sé perfectamente... pero eso no te da derecho a refregarme en la cara que ya estás con otra mujer.

—Lo dices como si yo no te hubiera encontrado entre los brazos de Christian hace unos momentos —bufo y comienzo a enfadarme.

—Yo no... —pero no finaliza esa frase—, ¿sabes qué? No tengo que darte explicaciones de mi vida. Si quieres tirarte a esa rubia, o a cualquier otra, hazlo. Yo haré lo mismo con cuanto idiota se me cruce.

La conozco, ella no haría eso. Sé que me está engañando. Solo está buscando una reacción de mi parte, me está manipulando como lo hizo durante toda nuestra relación.

—No, tu no tocarás a otro hombre mientras yo pueda impedirlo —le respondo, sin pensar, cayendo en su trampa.

El show de fuegos artificiales comienza, iluminando el cielo con los colores de nuestra bandera, pero ni Jo ni yo le damos importancia.

—Hace tres semanas me dijiste que me odiabas, cumple tu palabra y aléjate de mi vida —me dice sin fuerza en su voz, esquivando mi mirada.

—Tienes razón, te odio —es lo único que puedo responderle porque verdaderamente no sé cómo alejarme de su vida... es como si fuéramos polos opuestos que están destinados a atraerse.

Con mis palabras logro que vuelva a mirarme a los ojos y me doy cuenta que está llorando otra vez... o quizás nunca dejó de llorar, no lo sé.

Me paralizo cuando Josephine se acerca a mí, toma mi rostro entre sus manos y estampa sus labios contra los míos. Me niego a cerrar los ojos porque necesito comprobar que esto no es un sueño. Su lengua intenta abrirse paso entre mis labios, pero no se lo permito. Me hirió demasiado como para olvidarlo tan fácilmente con un simple beso... aunque los besos de Josephine son de todo menos simples.

—Por favor —susurra en mis labios.

¡Que nos den! Me dejo llevar y tomo su cintura con mis manos para acercarla más a mí. Si este va a ser nuestro último beso, quiero que sea inolvidable para ambos. Para mí... porque quiero conservar un último recuerdo de ella. Para ella... porque quiero que no vuelva a besar a nadie como me besó a mí.

Abro mis labios para dejar que su lengua me invada. Josephine comienza a caminar hacia atrás arrastrándome con ella hasta que su espalda choca contra un árbol. Bajo mis manos hasta la parte posterior de sus rodillas para levantarla del suelo y hacer que ella cruce sus piernas por mi cintura, sosteniéndola entre el árbol y mi cuerpo.

Josephine gime en mi boca cuando nota mi creciente erección y maldigo en silencio a mi pequeño amigo por traicionarme así... odio que ella vea el efecto que aún tiene en mí.

Me alegro de que el resto de las personas estén concentradas en los fuegos artificiales y no en nuestro propio espectáculo.

Separo nuestras bocas y deslizo mis labios hasta su cuello. Ella toma mi cabello y tira de él suavemente. Le muerdo el lóbulo de la oreja porque la conozco y sé que eso la vuelve loca... o creí conocerla. Ahora me cuestiono todo lo que vivimos. Hoy por hoy ya no sé qué fue real y qué no... pero su cuerpo no puede mentirme, de eso estoy seguro.

—Vamos a mi departamento, por favor —me dice y sus palabras me sacan de mi trance.

Me separo de ella rápidamente y la noto confundida por mi actitud, pero no me importa.

Todavía ambos respiramos con dificultad y me obligo a mí mismo a tranquilizarme para poder hablar y terminar con esta absurda situación de una vez por todas.

—Si, te llevaré a tu departamento, pero solo te dejaré allí y me iré.

—No —me dice y se cruza de brazos como una niña caprichosa.

—No puedes negarte luego de básicamente besarme en contra de mi voluntad.

—Pues no pareció que fuera en contra de tu voluntad...

—No me lo preguntaste, solo me besaste y ya. Piénsalo, si yo lo hubiera hecho, ahora mismo sería un acosador, pero como tú eres mujer, no corres con esa suerte. Ahora te subirás a mi puto coche y te llevaré hasta tu casa. No te lo estoy consultando —intento que mi voz suene dura para lograr el efecto que deseo—, me lo debes luego de lo que acabas de hacerme.

—Como quieras... de igual modo, tenemos muchas cosas de qué hablar y el trayecto es largo.

—No, no hablaremos de nada. No quiero hablar contigo ni una palabra en todo el viaje.

Sin esperar que me responda, la tomo del brazo y la empiezo a arrastrar hasta mi auto. Cualquiera que nos viera posiblemente pensaría que la estoy secuestrando o algo así, pero, una vez más, tampoco me importa lo que los demás puedan pensar.

Creo que las cosas dejaron de importarme el día que me enteré que mi novia era una impostora.

Bueno, ahora ex novia.

Josephine se sube al asiento del copiloto y, como le pedí, no emite ni una sola palabra en todo el viaje. Cuando aparco frente a su departamento, me doy cuenta que no tiene intenciones de bajar de mi auto y me estiro sobre ella para abrirle yo mismo la puerta, pero ella la vuelve a cerrar.

—Por favor, no me hagas esto —me suplica con la cabeza agachada.

—Baja del coche.

—No, hasta que hablemos.

—No tenemos nada de qué hablar, Jo.

A ella no se le escapa la forma en la que la llamé y sus ojos se dirigen a los míos. Me maldigo a mí mismo por cometer semejante idiotez.

—Tenemos todo de que hablar, y lo sabes. Nos amamos y podremos superarlo...

—¡No hables por mí! Si tu aún me amas es tu problema —le digo haciendo un especial énfasis en la palabra tu—, yo ya no siento nada por ti. Bueno sí, sí siento... siento odio... odio y rechazo. Asco. Ya no siento amor, y estoy seguro que en realidad tu nunca lo sentiste tampoco. Así que deja de ser una sínica y vete a dormir. El papel que estás interpretando es lamentablemente humillante.

Sé que mis palabras le duelen demasiado... a mí también me duelen, pero no son nada en comparación a lo que ella me hizo a mí.

—Eres un idiota —me dice con lágrimas en sus ojos.

—Pero por lo menos yo sí soy honesto... y no puedo decir lo mismo de ti.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro