XII
19 de febrero de 2019
Josephine
Miro el rostro de Marco y no puedo creer que este aquí. Pero toda mi felicidad se desvanece en cuestión de segundos cuando caigo en la cuenta de lo que su presencia podría generar: si se le llega a escapar el nombre de Kate frente a Aron mi plan se va a ir a la mierda.
No me preocupaba que Aron conozca a mis padres porque ellos jamás nombrarían a mi hermana muerta... para mi padre es una deshonra que su hija lo haya desconocido y para mi madre... bueno, ella hace lo que dice mi padre asique tampoco me preocupé porque ella abra la boca. Pero con Marco aquí puedo llegar a tener un grave problema.
Además, tampoco se me escapa el motivo de su presencia: mi padre lo invitó para poner celoso a Aron. Sabe que Marco significa muchísimo para mí y piensa que mis sentimientos por él podrían ser más fuertes que mi relación con Aron. Pero se equivoca. Para mí, mi relación con Aron significa conseguir la verdad sobre la muerte de Katherine, y nada, repito, nada, es más fuerte o más importante que eso.
Marco y yo terminamos nuestra relación hace aproximadamente un año, justo antes de la muerte de Kate, porque básicamente nunca habíamos tenido esa conexión. Éramos como hermanos... estuvimos de novios tres años y en todo ese tiempo no nos peleamos ni siquiera una sola vez. Él es una de las mejores personas que conozco, pero le costaba entenderme. Se preguntaba cómo podía juzgar tanto a mi padre porque, ante sus ojos, él era un santo, y eso a mí me ponía los pelos de punta, pero jamás llegue a explicarle del todo mis sentimientos para con mi familia. Creo que eso fue lo que nos separó: yo nunca confié completamente en él.
Pero todo eso no quita que haya sido una de las personas más importantes de mi vida. Tres años de una relación armoniosa no se borran de un día para el otro. Nunca llegué a estar enamorada de él, lo nuestro era más costumbre que otra cosa, pero igual le tengo cariño... cariño fraternal, del que se le debería tener a la familia.
Me preocupa cómo su presencia va a influir en mi plan. Por el momento todo está tranquilo, aunque debo reconocer que cuando Marco le dijo a Aron que era mi ex novio temí que este se desmayara.
Para colmo, Marco puso su tono de voz sobreprotector y posesivo y estoy segura que Aron pensó lo mismo que yo: gilipollas.
Repito, Marco es buena persona, pero a veces se dejaba llevar por las influencias de mi padre. Todavía no pude hablar con Aron acerca de su charla privada con mi padre, pero estoy segura que nuestro invitado es consecuencia de lo que estuvieron hablando.
Estamos los cinco sentados en mi restaurante favorito. Aquí venden el mejor sushi de todo Miami.
El viaje en auto hasta aquí fue bastante incomodo porque nadie se atrevió a hablar, pero ahora la conversación está fluyendo mejor de lo que esperaba.
—Entonces, Marco —comienza a hablar mi padre—, ¿ya eres accionista en la empresa de tu padre?
Por supuesto, Garrett quiere crear una competencia para ver quien la tiene más grande entre Marco y Aron.
Solo espero que mi novio no caiga en su trampa.
—Si, he comprado un 40% de las acciones totales de la empresa y he invertido en nuevos proyectos. Las ganancias aumentaron a niveles descomunales, mi padre está muy feliz.
El padre de Marco es el dueño la fábrica de golosinas más grande de Miami, todo el tiempo están creando nuevos dulces para vender. Recuerdo cuando estábamos juntos que siempre que tenía alguna idea nueva me obligaba a probarla para darle mi opinión. Por supuesto, yo era la persona más feliz del mundo.
Que superficial.
—Me encantaría invertir algún día en alguno de esos nuevos proyectos, sería un honor para mí —continúa mi padre.
—Por supuesto, estaríamos encantados.
La familia de Marco es multimillonaria, invertir en esa fábrica es un negocio seguro.
Aron está sentado al lado mío observando las piezas de sushi. Todavía no comió ni una, pero sé que no es porque no le gusten, de hecho, le encanta el sushi, pero está demasiado incomodo como para que la comida deslice por su garganta.
Paso una mano por debajo de la mesa y la mantengo sobre su pierna. Él me mira y me sonríe, y solo espero que ese leve gesto haya sido suficiente para calmarlo o sino mi padre se lo comerá crudo. Sé que lo está midiendo mientras espera el momento justo para dejarlo en evidencia, pero para meterse con él primero tendrá que pasar sobre mí.
Estoy nerviosa. Me preocupa lo que pueda llegar a pasar... lo medí todo, pero no contaba con los imprevistos que surgieron. ¡Hasta le dije a Aron que lo quería para que no esté incomodo! ¡Accedí a ser su novia para que el plan continúe a la perfección! Mataré a mi padre si arruina todo.
—¿Cómo se conocieron tú y mi Jossie? —le pregunta Marco a Aron.
¿¿¿¿SU Jossie????
—Primero, no es tu Jossie. Ahora es MI Jossie —le contesta Aron con tono amenazador—. Y segundo, en la universidad.
No puedo soportarlo, necesito intervenir.
—Yo no pertenezco a ninguno, no soy un objeto, soy una mujer. Asique no vuelvan a decir nada igual nunca más porque si no me volveré a la casa dejando la cena por la mitad —mi amenaza se dirige hacia Marco y Aron, pero espero que el mensaje llegue a todos los comensales sentados en esta mesa.
—Lo siento, tienes razón —dice Aron mientras me besa la mejilla—. Volviendo al tema, nos conocimos en la universidad...
—Pero Jo... ¿tú no ibas a estudiar Medicina? Ese era tu sueño cuando estábamos juntos... no me digas que dejaste que un hombre cambie tus planes...
Aron aprieta los dientes ante la provocación de Marco, pero yo solo puedo preocuparme porque mis padres no descubran la verdad.
—Si, estoy estudiando en la facultad de Medicina y Aron en la de Derecho —aclaro con la voz más tranquila que tengo—, pero quedan muy cerca una de la otra y los estudiantes de ambas carreras solemos frecuentar los mismos sitios. Allí nos conocimos.
Me meto una pieza de sushi en la boca para evitar seguir hablando y meter la pata.
—Lo siento, ni lo pensé —me susurra Aron en secreto.
Pero no le respondo, más bien lo fulmino con la mirada. Por su actitud de machito posesivo casi me descubren.
Él nota lo que me pasa y respira hondo. Me da pena porque sé que no lo hizo adrede, pero tengo que dejarle las cosas claras: nunca voy a bancarme actitudes machistas y nadie va a volver a tratarme como un objeto.
Yo soy mi única dueña.
Mi madre nota la tensión que recorre la mesa y cambia rápidamente de tema.
Otra vez Marco toma el protagonismo de la conversación y Aron cada vez está más distante.
En un momento dado, mi padre lanza el primer dardo:
—Jossie, ¿Qué te parece si mañana quedas con Marco para cenar? Me refiero a los dos solos... así pueden ponerse al día... por los viejos tiempos.
Aron casi se atraganta.
No tendría nada de malo quedar con un amigo a cenar, pero si ese amigo es tu ex novio y para poder hacerlo debes dejar a tu actual novio en la casa de tus padres, supongo que no es una buena idea.
—No. Mañana quedé con Aron para ir a South Beach. Quizás en otro momento... —no quiero hacer sentir mal a Marco con mi negativa.
—Pues entonces puedes quedar con Marco mañana al mediodía —sigue insistiendo mi padre.
—South Beach nos tomará todo el día —estoy empezando a enfadarme.
—Entonces deja la excursión con tu novio para la próxima vez que vengan, quien sabe cuándo Marco volverá a tener la agenda disponible.
—Está bien —interviene Marco—, si ella no quiere...
Maldita sea, no quiero despreciarlo.
—Está bien —interrumpo a Marco—, almorzaremos juntos mañana... pero Aron también viene.
—¿Qué? —gritan mi padre, Marco y Aron al unísono.
—Lo que escucharon... yo decido con quien comparto mi almuerzo. Y si alguien no está de acuerdo con mis términos pues que no venga y punto.
Noto el enfado de mi padre mientras fulmina a Aron con los ojos.
Por supuesto, mi madre no piensa intervenir para calmar a su marido.
Terminamos la cena entre silencios incomodos y miradas de odio.
Rune nos está esperando en el coche y rápidamente nos lleva hacia la mansión. Me mira por el espejo retrovisor y niega con la cabeza. No entiendo mucho su gesto, pero no me detengo a pensar en ello. Ahora tengo cosas más importantes en mi cabeza.
No lo pensé cuando invité a Aron al almuerzo, simplemente no quería que se sienta desplazado o inseguro, pero ahora que lo razono mejor, sé que es una mala idea. Se me ocurren un millón de oportunidades para que Marco nombre a Kate. Debo cancelar el dichoso almuerzo cuanto antes.
Espero a que solo queden algunas manzanas para llegar a la mansión por si tengo que salir corriendo del coche y lanzo la bomba:
—Me duele la cabeza y quiero descansar bien esta noche. Marco, ¿te parece si dejamos el encuentro de mañana para otra ocasión?
Mi padre se gira hacia mí y su nariz empieza a aletear en mi dirección.
—Jossie, no es de buena educación cancelar los planes a último momento —me dice Garrett.
—Está bien —cede Marco—. De verdad no me ofende. Dejémoslo para la próxima vez.
Llegamos a la mansión y me despido de Marco. Rune lo llevará hasta su casa. Le doy un abrazo más extenso de lo necesario y me pongo un poco incomoda cuando nuestras zonas pélvicas se tocan. Se está apoyando más de lo necesario para poner celoso a Aron. Sé que Aron lo nota, pero por suerte ni se inmuta.
Ambos hombres se saludan con la mano y no puedo evitar refunfuñar por la absurda lucha de poder.
Mi madre, Garrett, Aron y yo entramos a la mansión y en cuanto las puertas están cerradas mi padre se gira hacia mí.
—Josephine, ¿en qué estabas pensando cuando cancelaste el almuerzo de mañana?
Pero tomo a Aron del brazo y lo obligo a subir conmigo hacia mi habitación.
—Josephine Hastings, no me dejes con la palabra en la boca.
Sigo caminando mientras escucho los gritos de mi padre, pero no me importan. Hoy ya tuve suficiente. Sé que no le agradan este tipo de actitudes de mi parte, pero para ser honesta, a mi directamente no me agrada él.
Una vez dentro de mi habitación cierro con llave y expulso un largo suspiro. Me acerco a Aron para besarlo, pero él se aparta.
—¿Qué pasa, mi amor?
—¿Qué fue todo eso? Y me refiero a todo, desde el principio. ¿Por qué no me contaste sobre tu ex novio? ¿Por qué tu padre está tan desesperado por qué vuelvas con él? ¿Por qué aceptaste almorzar con él? Y no solo eso... ¿Por qué querías que yo vaya para después terminar cancelando todo? —se agarra del pelo y eleva un poco la voz—. ¡¿No te das cuenta que me acabas de hacer quedar como un idiota en frente de tu familia y tu ex novio?!
—Lo siento, no fue mi intención. No sabía que mi padre lo invitaría. Ni siquiera sabía que mi padre iba a estar aquí este fin de semana y lo sabes perfectamente. Y no puedes ofenderte porque no te haya hablado de Marco, todavía no hemos tenido esa conversación en donde hablamos de los ex novios del otro.
—Pero si yo no tengo ex novia y lo sabes —me grita.
—¿Ah no tienes? ¿Y esa chica Katherine Lockwood que nombró Ian el otro día?
Escupí las palabras sin pensarlo. No puedo creerlo, acabo de ponerme celosa de mi hermana... acabo de ponerme celosa de mi hermana que está muerta.
No era así como quería tener esta conversación. Quería hablar con Aron sobre el exabrupto con Ian Ribs desde que sucedió, pero estaba esperando el momento indicado... que claramente no es este.
—Ian en ningún momento dijo que Katherine había sido mi novia. Era mi amiga y murió. No tienes de qué preocuparte —me dice mientras se gira para darme la espalda.
Tiene razón. Ian no dijo que fueron novios, eso me lo contó Kate, pero él no puede saberlo.
—No me costó mucho deducir que pasó algo entre tú y ella.
—Ya te dije que está muerta Jo, fa-lle-ció. ¡¿Qué parte no entiendes?!
Él piensa que estoy presionándolo con este tema porque estoy celosa, pero en realidad quiero saber si él la mato.
—¿Qué le paso? —le pregunto tratando de sonsacarle alguna prueba de que él la asesinó.
Aron gira otra vez hacia mí. Su rostro se tranquiliza y me extiende su mano. Algo me dice que él también quiere aclarar este tema.
—Siéntate aquí —me dice mientras nos dirigimos a la cama—. Quiero contarte algo... necesito contarte algo.
El corazón empieza a palpitarme a mil por hora. No sé qué voy a hacer en cuanto me confiese la verdad.
—Unos meses antes de que tu llegaras a la universidad, yo mantuve una relación informal con una chica...
—Katherine —aclaro por él.
—Si, Katherine. Ella era... era especial. Era buena persona. Era sencilla...
Lo sé, conocía a mi hermana.
—Ve al punto, Aron —no puedo seguir escuchando su descripción de ella.
—Un día discutimos... no solíamos hacerlo porque, como te dije, lo nuestro era algo informal, ella no me debía nada y yo a ella tampoco. Pero discutimos por una pavada y...
—¿Por qué discutieron? —necesito tener todas las piezas del rompecabezas.
—Su padre dejó de pasarle dinero y tuvo un problema con su fideicomiso. No sé más que eso asique no me preguntes, ni siquiera sé el nombre de él, solo sé que es un hijo de puta.
Siento que el corazón se me contrae. No puedo hablar asique aguardo a que Aron continúe.
—Ella necesitaba dinero y yo me ofrecí a dárselo, pero era demasiado orgullosa para aceptarlo. Por un momento temí que se metiera en problemas ilegales, pero ella era demasiado moralista para hacer algo así.
Las lágrimas empiezan a recorrer mis mejillas.
¿Debo creer en la versión de Aron? Me cuesta pensar que Kate murió por un asunto relacionado con dinero.
—Discutimos —continúa Aron—porque yo no podía entender que ella no quiera aceptar mi dinero. Me trató muy mal, me dijo que yo siempre quería arreglar todo con dinero y que era un pobre niño rico. Me fui de su residencia hecho una furia. Yo solo quería ayudarla...
Aron hace una pausa como si estuviera recordando.
—¿Y entonces...? —lo incito a terminar.
—La encontraron muerta a las pocas horas. Fui el principal sospechoso, varios testigos me vieron salir de la habitación. Pero luego investigaron y el caso se cerró como una muerte natural. Yo no la mate.
No puedo soportarlo más. Necesito cambiar de tema. Pensé que cuando llegara el momento iba a ser fuerte, pero no es así.
—Está bien —le digo—, confío en ti. ¿Tú crees que fue una muerte natural?
—Después de tanto tiempo, yo dejé de creer...
Su respuesta no me tranquiliza, pero decido dejarlo correr por ahora.
Nos quedamos unos minutos en silencio y luego de un buen rato, decido hablar para romper el hielo.
—Creo que hay una guitarra en algún lado de esta mansión, si quieres puedo ir a buscarla...
—Te espero aquí.
Le doy un beso y voy a buscar mi antigua guitarra rosa.
Mis padres me la compraron cuando era una niña y el instrumento era demasiado grande para mi cuerpo. Luego crecí y me negué a usarla por su color... pero el hecho de imaginarme a Aron tocando mi guitarra rosa hace que se me llene el estómago de mariposas.
Todavía no pude pensar con claridad si le creo o no lo que me dijo sobre la muerte de Kate, pero no tengo por qué decidirlo ahora.
Abro la puerta del altillo e ingreso en él. Está lleno de polvo porque nadie, absolutamente nadie, ingresa aquí, ni siquiera para limpiarlo. Aquí guardamos las cosas que ya no usamos, pero que nos da pena tirar, son cosas sin importancia, pero que no podemos desarraigarnos de ellas.
Rápidamente me dirijo hacia dónde estaría guardada la guitarra. Yo misma la guardé aquí cuando tenía trece años.
En cuanto la agarro para sacarla de su sitio, unos papeles que estaban escondidos de la vista se caen hacia el suelo. Mi curiosidad me gana y decido leerlos. Sospecho que son importantes, si no quien sea que los haya dejado aquí no se hubiera molestado en esconderlos en el lugar más remoto de la mansión.
Me quedo de piedra en cuanto veo lo que es.
Pensé que a mi padre no le interesaba saber la verdad sobre la muerte de Kate, ¿Qué hace aquí su autopsia forense? La tomo y me la meto debajo de la remera para esconderla. No tengo tiempo para leerla ahora y no quiero que mi padre me sorprenda husmando aquí mientras Aron está en mi habitación.
En cuanto llegue a Vermont averiguaré de qué va todo esto.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro