83
—No puedo creerlo —exclamé con furia.
Teníamos más de 20 minutos discutiendo por lo mismo. Y mi furia solo aumentaba, cada vez un poco más.
—Axel...
—¡Intentó besarte, Less! ¿Quién se crees que es?
Claro que no era culpa de Lexy. Ella impidió el beso e incluso estaba tan molesta como yo, pero me pedía que me calmara.
Y yo no podía controlar mi temperamento.
—Ya basta, Axel.
—No, Less. No puedo.
Salí dando un portazo, furioso.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro