76
—El día del accidente —comenzó mamá a hablar con gran seriedad—. Ese día murió una parte de mí. Tuvieron que amputarte la pierna o morirías. Tuve que firmar sobre estar de acuerdo en ello.
—Mamá...
—Incluso haciendo eso —siguió—. Había posibilidades de que no sobrevivieras. Sé que estás frustrado con la vida, molesto. Ya no sonríes como antes, pero lo lamento, Axel. Soy una egoísta, porque aun cuando tú odias esto, yo soy feliz de verte con vida.
—Lo lamento.
Mi madre negó con la cabeza, su sonrisa era triste y desesperada.
—Yo lamento más no saber cómo ayudarte.
—Me ayudas mucho más de lo que puedes imaginarte.
Ella solo sonrió con tristeza.
Y yo me sentí aun más culpable.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro