37
Mi vida estaba perdida.
Pasaba los días recluido en mi habitación. sólo hablaba con mi madre y una que otra vez con mi hermano. Mi padre ni siquiera pasaba cerca y a veces lo escuchaba discutir con mi madre. Mi hermano trataba de no involucrarse en sus peleas, pero yo sabía que eran por mí.
Ambos insistían en que aún tenía muchas razones por las cuales vivir.
Yo seguía sin ver cuáles eran.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro