Capítulo 8
RENZO
A veces siento envidia de esas personas que pueden elegir su destino, las observo vivir sus vidas simples, donde sus mayores preocupaciones son aprobar las clases, que la persona que les gusta les ponga atención o cuántos likes reciben en las redes sociales, y algunas veces solo puedo desear eso, un poco de superficialidad.
Mi vida no es normal, dejó de serlo cuando mi hermano murió siendo solo un bebé, desde entonces mi familia se sumió en una depresión insoportable, nadie supo como llevarlo adelante, todos nos fuimos oscureciendo lentamente.
Fue un "accidente", así lo llamaron, un imbécil que iba conduciendo y cruzó el semáforo en rojo, solo porque sí, mientras mi mamá cruzaba con mi hermanito en uno de sus brazos y tomando mi mano con la otra.
Yo venía dos pasos por detrás, ella siempre se quejaba de que tenía que jalarme para que caminara porque iba muy lento, desde que mi hermanito había nacido yo estaba celoso y quería llamar la atención, o eso me contaron...
Dos pasos por detrás, por eso el sujeto no me atropelló a mí, esa fue la historia que me contó mi madre, la verdad es que yo no la recuerdo. Solo hay algunas imágenes débiles en mi cabeza, mi mamá jalando mi mano y yo deteniéndome justo a tiempo, miedo, sangre, ambulancias...
Mi madre estuvo seis meses en el hospital, no quería hacer la rehabilitación y su lesión se volvió permanente, no puede caminar, la mayoría de los días ni siquiera se levanta de la cama.
Me contaron que hubo un juicio, pero como el hijo de puta que conducía era muy rico, logró llegar a un acuerdo por una gran suma de dinero.
Y mi papá aceptó... dejó en libertad al hombre que mató a mi hermano, solo por dinero.
"Lo que pasó ya pasó, no lo podíamos arreglar, y tu mamá necesitaba medicamentos", me dijo.
No es de extrañar que en los momentos mas rebeldes de mi adolescencia me metiera en asuntos peligrosos, eso pasa cuando sientes que tu vida no tiene valor, cuando la mitad de tus días despiertas deseando que aquel día no hubieras estado dos pasos por detrás...
Fue entonces que la conocí a ella. Ella me rescató de mí mismo, me hizo sentir que no estaba solo y que mi vida no tenía que estar destinada a la mierda. Lo primero que hice para recuperarme fue alejarme de mis padres, conseguí una beca en una universidad lejos de casa y me fui a vivir allí, me sumergí tanto en ese mundo que me gradué en abogacía en tan solo tres años, al terminar no quería regresar a casa, y la idea de trabajar como abogado sin poder hablar aún, tampoco me seducía, así que me decidí a comenzar una nueva carrera.
Supuse que la psicología me ayudaría a entenderme a mí mismo, y aunque revolver en mis propios traumas me estaba dañando más de lo que pretendía, de alguna forma sentía que estaba funcionando. Sin embargo, no la pude terminar porque... pasaron cosas.
Renzo – en línea
No tengo más explicaciones que esa, pero lo necesito.
Ella siempre suele responderme con audios, odia escribir, dice que pierde demasiado tiempo.
Su voz resuena en mi oído, hace tiempo que no hablamos, extrañaba escucharla.
"¿Y quién es? ¿Por qué está cerca de ti? Si no me das explicaciones coherentes no moveré ni un dedo"
Renzo – en línea
Solo es una amiga, no la conozco mucho, pero me vieron con ella, tal vez dos o tres veces.
"Tú no tienes amigos, no jodas, Renzo, me estás viendo la cara de estúpida" —Obviamente iba a molestarse, pero no tenía alternativa, era hablar con ella o que Ámbar siguiera corriendo peligro.
Renzo – en línea
¿Vas a dejar que Dionisio mate a una chica inocente solo porque eres insegura? No estamos jugando, Jazmín, una bala me atravesó el abdomen, y era para ella.
Cada cosa que escribo en realidad solo empeora la situación, pero en definitiva sé que ella va a aceptar, a pesar de su apariencia frívola es una buena persona, y no dejaría morir a nadie por una causa que le corresponde a ella.
"Y tú como eres tan heroico arriesgaste tu vida para salvar a una desconocida, desde luego suena muy creíble" —vuelve a ironizar.
Renzo – en línea
Una amiga, nada más, ¿puedes confiar en mí?
Su respuesta llega de inmediato, y es lo que estaba esperando.
"No, no confío, pero igual lo haré. Solo dos personas, e intenta que se resuelva rápido, no aguanto más estando aquí"
Renzo – en línea
Gracias, sabía que no me ibas a fallar. Prometo que resolveré todo pronto, te extraño...
Definitivamente ya no puedo perder el tiempo, tengo que encontrar una solución a esto y tengo que hacerlo ya. Primero porque Ámbar está en peligro y eso no me dejará dormir, y segundo porque me está quitando el foco de mi objetivo, que es encontrar al sujeto que mató a mi hermano.
Antes de despedirnos le recuerdo que debe deshacerse del celular, solo hablamos en caso de emergencia, y mantener a Ámbar protegida mientras resuelvo los asuntos de Jazmín con Dionisio me parecía una, sin dudas.
Ahora sé que al menos dos hombres cuidarán sus espaldas, y si resuelvo esto lo suficientemente rápido tal vez podríamos... no lo sé, volver a hablar...
Es muy probable que ella no quiera, y también es muy probable que no le sea igual de importante que para mí, tal vez solo quiere pasar de todo el drama y... estoy consciente de que mi vida no es apta para amistades, pero no puedo obviar el hecho de que ella generó cosas en mí, llevaba años sin hablar y aún no sé por qué con ella se me hace tan fácil.
_____
Pasaron un par de semanas hasta que pude moverme con normalidad, dos días después de que Ámbar me visitó en el hospital tuve que escribirle y avisarle que había enviado a dos personas a cuidar de ella, para que no se asustara si los veía deambulando cerca, le envié un par de fotos y esperé sus preguntas, pero no llegaron, solo agradeció y me preguntó si estaba mejor.
Luego de eso volvió a escribirme mas o menos cada tres días, algo dentro de mí sabía que no se alejaría ni aunque se lo pidiera, su persistencia es envidiable a veces.
Le dije que mi teléfono era seguro, pero que por un tiempo no podía volver a acercarse, y desde entonces me ha escrito a diario.
Florecita – en línea
Vamos, envíame un audio, se te olvidará cómo hablar, y a mí se me olvidará tu voz.
Renzo – en línea
Pasé tres años sin hablar antes de ti, creo que no olvidaré cómo hacerlo.
Florecita – en línea
Una sola palabra, nada más, por favor.
El texto venía acompañado de una foto haciendo puchero, me hizo reír, pero de ternura. Ni siquiera sabía que era capaz de sentir eso.
Acerco el micrófono a mi boca, no entiendo por qué me estoy dejando convencer de hacer algo tan ridículo, ni por qué me sumerjo con ella en conversaciones tontas por tantas horas, yo nunca he sido así, en definitiva creo que ella me recuerda al mundo real, a esa normalidad que tanto he anhelado.
Florecita – en línea
Una palabra...
Insiste al ver que aún estoy en línea y el audio no llega.
Vuelvo a acercarme el micrófono y hago lo que me pide, una sola palabra.
"Loca."
Un audio suyo llega como respuesta de inmediato, entre risas un tanto nerviosas.
"¿Acaso quieres ponerme caliente? No, Renzo, así no se puede..."
Su risa me hace reír, al igual que su reacción, porque tengo claro que solo son bromas. Nunca he sentido que entre ella y hubiera otro tipo de vibras, de ser así ya no le hablaría, no porque no quiera, sino porque sería lo correcto.
De hecho no tengo muy claro por qué le sigo hablando, pero estas pequeñas conversaciones de algún modo me hacen sentir... ¿feliz? ¿Será que esa es la palabra? No estoy seguro, pero a veces siento que es como un pequeño escape, un momentito en el que me olvido de todo lo demás.
David, el chico que me acompaña en la misión de hoy, regresa. Lo conocimos en la universidad y le debe un par de favores a Jazmín, al igual que unas cuantas personas más.
Aprovecho el momento para despedirme, ya no tenemos tiempo.
Renzo – en línea
Estoy en algo, al ratito te hablo.
Ella nunca me hace preguntas, como si supiera que son cosas que no puede saber, porque al no contarle, de algún modo la estoy protegiendo. En ocasiones siento que sabe que tal vez no son cosas tan correctas, y de todos modos no me juzga, me encanta eso de ella.
Florecita – en línea
Cuídate, por favor.
—¿Florecita? —se ríe David—. Si Jazmín supiera que la llamas así vomitaría del asco.
Bueno, tendría sentido, su nombre es el de una flor. Podría aclararle a este idiota que no hablo con ella, pero sería innecesario y me llevaría explicaciones, así que solo guardo el teléfono y lo miro de mala gana.
No la registré con su nombre por si mi teléfono caía en manos equivocadas, recordé que era lo que estaba pintando la primera vez que la vi y sentí que de igual forma la identificaba e iba con ella.
—No te enojes, no se lo diré —se vuelve a reír ante mi falta de simpatía.
No tengo idea de cómo Jazmín reaccionaría a esto, pero sin dudas no sería de buen modo, así que agradezco que se quede callado.
—Me aburre que me envíen contigo, no hablas y solo me miras como si fueras a matarme, es mejor cuando...
Lo golpeo en el brazo para interrumpir sus quejas, alguien acaba de salir de la casa y es nuestro momento de accionar. Es una chica de servicio, no me gusta involucrar a personas que no tienen nada que ver, pero a veces no hay alternativa, y menos cuando la vida de alguien que amas está en riesgo.
Deslizo el pasamontañas por mi cabeza, David hace lo mismo y nos acercamos a ella muy rápidamente, la tomo por la espalda intentando no hacerle daño, tengo un arma pero tampoco quiero utilizarla, de hecho si pudiera hablar, hasta me disculparía por tener que utilizarla a ella para entrar.
—No queremos lastimarte —le dice David hablando con mucha calma—, si pones la contraseña del portón aquí no ha pasado nada.
La chica mira a las cámaras, preocupada.
—Están apagadas, solo colabora y no te verás involucrada, ni tú ni ninguna de tus compañeras.
Y simplemente con eso cede sin más insistencia, es inteligente, yo haría lo mismo en su lugar.
Sortear la seguridad del lugar no hubiera sido cosa fácil, pero el plan está bien estructurado, y en cuanto entramos ya tenemos la zona despejada. No preguntaré cómo, son datos irrelevantes que nunca me interesan, ni siquiera hago esto por convicción, lo hago porque siento que se lo debo a Jazmín.
Una vez dentro, solo resta llegar a la habitación, teníamos planos de la casa bastante específicos, y esta es la hora en la que la chica que buscamos estudia, en base a su estructurada rutina.
Al abrir la puerta soy el primero en entrar, y me sorprende el hecho de no encontrarla estudiando, sino llorando.
Se sobresalta un poco al vernos, pero no parece asustada, más bien molesta.
—¡Lo único que me faltaba! —se queja bajando de su cama— ¡Ahora me invaden los matones! ¿Saben qué? ¡Secuéstrenme! Me harían un favor sacándome de aquí.
—Tranquila, princesa —se burla David bastante en confianza—. No te vamos a hacer daño, solo queremos hacer negocios con tu padre.
—¡Los ayudo! —De pronto voltea, su mirada se centra en mí y una sonrisita entre lágrimas se asoma por su rostro—. Eres tú... reconocería esos ojos donde fuera.
Asiento levemente y sentándome al borde de su cama me quito el pasamontañas, si logro establecer un vínculo será más fácil que nos ayude, ya que parece más que dispuesta.
—¿Dónde está ella? ¿Por qué demonios me dejó aquí, sola?
Bianca es la hermanita menor de Jazmín, y aunque nunca la había visto, al parecer sabe de mí.
—Es cierto... no hablas... —recuerda de pronto—. ¿Me llevarás con ella? Dime que viniste a buscarme...
Niego en respuesta y ella parece decepcionada. Necesito que podamos entendernos, y la necesito de nuestro lado. Me pongo de pie y levanto mi camiseta negra, la herida de la bala aún está allí, intentando cicatrizar.
—¿Qué te pasó? —se preocupa rápidamente— ¿Quién te disparó? ¿Mi papá?
Asiento confirmando su teoría, y David completa para hacer mas clara la explicación.
—Está buscando a Jazmín, pero no porque la quiera de vuelta, sino porque ella se enteró de algo muy grave y lo amenazó con denunciarlo.
—Papá dice que Jazmín le robó mucho dinero, que es una traidora.
—Eso también es verdad, pero solo lo hizo para escapar, él intentó lastimarla y no tuvo opción.
Busco en mi teléfono un video que Jazmín grabó para ella, donde le explica quienes somos nosotros y que puede confiar sin dudar, yo creo que ya la habíamos convencido, pero una prueba más igual estaba bien.
—¿Qué tengo que hacer? —asume, dispuesta.
—Necesitamos pruebas de lo que tu hermana descubrió, tú solo serás la distracción mientras otras personas que trabajan con nosotros las obtienen.
—¿Cómo?
—Te tomarás algunas fotos con Renzo en donde sea visible que están aquí, en tu habitación. Nosotros nos iremos y entonces comenzaremos a enviárselas, tú solo te quedarás aquí, con todas las puertas bien cerradas, y tienes que fingir que eres su rehén. ¿Crees que puedes con eso?
—Sí, lo tengo. ¿Y qué haré cuando entren?
—Cuanto más puedas hacer que demoren mejor, Renzo no habla así que será lógico su silencio, toda la situación de pánico depende de ti, tienes que lograr que les aterre entrar.
Ella asiente, los rastros de llanto han desaparecido de su rostro, parece concentrada.
Sinceramente, no pensé que sería tan fácil, pero Jazmín estaba convencida de que su hermanita colaboraría y de que lo haría bien, así que no queda más que confiar. Tomamos las fotos en las que finge estar secuestrada, es buena actriz, sus lágrimas son reales, y les da dramatismo con rastros negros de que se corrió su maquillaje. Ni siquiera lo traía, fue su idea ponérselo.
Le damos un teléfono por el que puede contactarnos y nos vamos, dejando la base de nuestro plan en las manos de una niñita de trece años.
Suena ridículo, pero es todo lo que tenemos.
Nos alejamos del lugar lo suficiente antes de comenzar a enviar las fotos, estoy un poco nervioso, mientras nosotros hacemos esto y Bianca se monta un show, otros dos chicos están entrando en las oficinas de la empresa de Dionisio como infiltrados, a estas alturas, ya deberían estar dentro. Cuando él salga desesperado hacia su casa pensando que busco venganza porque casi me mata, ellos entrarán en la oficina y tendrán el tiempo que podamos darles para forzar la caja fuerte y robar de allí todos los documentos que encuentren.
Lo de Bianca es distracción, lo hará mover a todos sus hombres hacia la casa, y sobre todo, que el foco de atención esté allí.
Procedo a la negociación a través del teléfono, demoro en responder cada mensaje para desesperarlo, nos lleva casi una hora y me sorprende que la chica lo haya actuado tan bien, tanto que a estas alturas, Dionisio está dispuesto a lo que sea para que no la dañe. Los chicos que estaban en las oficinas nos avisan que ya lo consiguieron, entonces le damos aviso a Bianca de que fue suficiente, y le digo a Dionisio que la negociación acabó.
Le debemos una muy grande a esa niña, cuando su papá esté en la cárcel y Jazmín pueda regresar, me encargaré de que tenga lo que sea que desee.
_______
Me tomó una semana más prepararme para presentar las pruebas en un tribunal, jamás llevé un caso como abogado, pero sentía que este en particular no podía confiárselo a nadie.
Las pruebas eran claras y contundentes, por lo que esa misma tarde, Dionisio Di Tomassi fue detenido en prisión preventiva sin derecho a fianza, e inculpado por realizar pruebas clandestinas, siendo culpable de la muerte de más de cuarenta personas y de causar efectos adversos permanentes de al menos otras cien.
Jazmín descubrió que buscaba a gente de bajos recursos y les pagaba una gran suma de dinero para que se prestaran a eso, sin haber pasado las pruebas previas, y en una red de mentiras en la que lograba deslindarse de las responsabilidades muy fácilmente.
No entendí mucho de cuáles eran las intenciones de las pruebas, sé de leyes, no de química, pero si lo hacía de manera clandestina dudo mucho que fuera con fines legales.
Lo detuvieron a él y a varios de sus cómplices, ahora me queda todo un juicio que afrontar, pero tranquilo de que Jazmín y Ámbar por fin están a salvo.
Todo está en su lugar otra vez, así que después de casi un mes que me cubrió el seguro por el disparo, vuelvo a la universidad, a mi casi normalidad.
Tengo ganas de verla, de decirle que ya está a salvo, y sobre todo, que ya podemos volver a hablar sin que nadie nos quiera matar.
Me meto dentro de una de las oficinas que están en su pasillo, creo que aquí es a donde vienen a hacer fotocopias para los exámenes. Espero verla acercarse por la ventanita que está en la puerta, y cuando está relativamente cerca saco una mano y la jalo dentro conmigo.
—¡Estúpido! Me asustaste —me acusa llevando una mano a su pecho.
Un segundo después sonríe, parece feliz de verme, es raro generar eso en alguien. De inmediato me abraza, me toma por sorpresa por lo que mi cuerpo se tensiona como reacción natural. Creo que no hay ninguna persona en mi vida con la que me dé abrazos, ni antes ni ahora, supongo que es normal entre amigos, pero no deja de ser raro.
—¡Estás aquí! —exclama muy entusiasmada.
—Lo detuvieron, ya no hay peligro.
Mi voz sale rara, o en realidad siempre tengo esa impresión cuando hablo, tal vez solo suena así, muy distinta a la de mi mente.
—¡Lo sé! Lo vi en las noticias... No puedo negar que me sorprendió descubrir que eres el abogado del caso, ¿qué más me ocultas, chico pastelito?
—¿Cómo...? —elevo una ceja.
—Chico pastelito, porque...
—No, que cómo lo sabes —la interrumpo, sorprendido.
—Ah, ¿recuerdas que me quiso matar y puse una denuncia? Bueno, me avisaron que ya lo tienen, entonces mi familia accedió a los informes y eso.
—No puedo explicarte... Lo siento —murmuro bajando la mirada.
—Lo sé —me sonríe—, está bien, estamos bien ¿no?
¿Cómo es que ella lo vuelve todo tan simple? ¿Y por qué ahora el que quiere abrazarla soy yo?
La tomo por detrás de la cabeza y la atraigo contra mi pecho, ¿cómo es que solo un mes hablando por WhatsApp te puede acercar tanto a una persona?
No lo puedo explicar porque el sentimiento que me invade es completamente desconocido, nunca antes había tenido una amiga, o lo que sea que ella esté siendo conmigo.
—Estamos bien —repito, dejando un beso en su cabeza.
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Hola Pollitos 🐣
Me gustan los capítulos de Renzo, siempre descubrimos cosas nuevas♥
También me gusta el rumbo que están tomando las cosas ☺
Los quiero, no olviden seguirme en mis redes♥
Besos, mil besitos 💋
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