Capítulo 17
S T E F A N O
—Cuanta felicidad, Stef —comenta mi hermana en cuanto nos bajamos del auto en el colegio— ¿Algo que me quieras contar?
—¿Felicidad? —cuestiono, al parecer soy muy evidente porque no he dicho ni una palabra en el trayecto.
—Sí, parece tu cumpleaños... en realidad ni en tu cumpleaños estás así de eufórico.
—Le dije a Luna... —murmuro, no quiero mentirle a mi hermana pero no quisiera que nadie más lo escuche hasta que pueda hablar con Arianna.
—¿Que te gusta? —pregunta muy sorprendida.
—Que la amo, y ella me dijo que siente lo mismo.
Isabella se detiene en seco a mitad del patio repleto de otros alumnos y me toma por el brazo para que me voltee a verla.
—¿Y apenas me lo dices? —reclama, dándome un abrazo— Debe ser el mejor día de tu vida, estoy muy feliz por ti.
¿Ah? No, definitivamente mi hermana jamás me abraza ni me dice cosas bonitas, así que hoy los astros se alinearon para darme un día perfecto. ¿Será que me muero mañana? Tengo miedo.
—Pensé que no te importaría tanto, ella no te agrada.
—Tú eres la persona que más amo en este mundo, si tú eres feliz yo también lo soy.
—Ya, me asustas... —murmuro abriendo grandes los ojos y haciéndome hacia atrás.
Ella se ríe y me da un golpe en el hombro como respuesta.
—Estoy en mis días, estúpido. Déjame estar sensible.
La atraigo a mi pecho, aprovechando la sensibilidad para mimarla un poco, y dejo un beso en su frente.
—También te amo, Isa.
Caminamos algunos metros más en silencio, y no puedo evitar que la felicidad se vuelva evidente en mi rostro.
—Borra esa sonrisa si vas a cortar con Arianna, no seas cruel.
—No es cortar... no somos novios, solo es ponerles fin a los encuentros casuales.
Muerde su labio inferior entrecerrando los ojos, justo cuando nos toca separarnos en el pasillo, y se aleja murmurando.
—Hombres...
¿Qué quiso decir? ¿Qué le voy a hacer daño a Ari?
No había pensado en eso, pero toda la escuela sabe que tenemos algo, yo quería mantenerlo más privado pero nunca se lo dije, así que ella publicó fotos en las redes, y bueno... también estábamos juntos acá en el colegio.
Solo fueron unos días, pero ahora nos tocará enfrentar los rumores que se generarán a partir de esto.
¿Qué le voy a decir? La verdad, evidentemente, pero tampoco quiero herirla ni dañar su autoestima. Es el claro ejemplo de que aunque seas sincero y claro desde el comienzo siempre corres el riesgo de dañar a otras personas.
Diviso a Park en la puerta del salón, está solo, las chicas no están con él. Luego de intercambiar saludos me siento a su lado.
—¿Dónde está Ari? —pregunto ahogando un bostezo en mi mano.
Estaba muy eufórico anoche, me costó dormir y luego me desperté muy temprano.
—No viene, iba a pasar por ella pero me dijo que no.
Lo suponía, desde ayer en la tarde no me responde los mensajes. Me pone ansioso, necesito dejar las cosas claras cuanto antes.
—¿Qué le pasó? —cuestiono intentando llamarla una vez más sin obtener respuesta.
—No lo sé, cada tanto se desaparece, así es ella.
—¿Y no te resulta extraño?
—Sí, pero cada vez que intento hablar de eso se molesta conmigo.
Me fijo en las expresiones de mi amigo, se ve triste, él siempre es super efusivo y alegre, y ahora no quedan dudas de que algo anda mal.
Voy a preguntar qué pasa, pero basta con seguir su mirada para comprenderlo. Ese chico lo está apagando, no sé cual es la historia porque solo me la contó estando muy borracho, pero como sea lo está dañando.
Está aquí, en el mismo pasillo, dándose una excesiva muestra de afecto pública con su novia, aún sabiendo que Park está aquí.
—Deberías alejarte, te está haciendo mucho daño.
—¿Quién? —pregunta haciéndose el tonto.
—Bastian.
—Ya no somos amigos... no sé de qué hablas.
—Me lo contaste en la fiesta, Park —le recuerdo para que no se esfuerce en mentir—. Y él ya sabe que lo sé, hasta se puso celoso de mí.
—Agh... —se queja cubriéndose el rostro con ambas manos— Recuérdame no volver a tomar.
—Perdóname por el consejo, sé que no me lo pediste, pero no te merece ni un poquito. Puedes tener al chico o a la chica que quieras...
—No lo conoces... —murmura por fin mirando en mi dirección.
—La está besando aquí, en tus narices sin ninguna necesidad. No te cuida, si no te cuida no te ama y no me hace falta conocerlo para saber eso.
Tal vez me estoy metiendo en donde no me incumbe, nunca he tenido amigos, pero sí una familia, que me ha enseñado que quienes se preocupan por ti siempre te dicen la verdad en la cara, porque es la única forma de ayudarte a abrir los ojos.
—Es que ni siquiera sé qué estoy haciendo... —comienza a decir, pero nos vemos interrumpidos por la figura de Bastian frente a nosotros.
—¿Podemos hablar? —le pide a Park evitando mirarme.
Mi amigo me lanza una mirada, que no estoy seguro de estar interpretando bien, pero pareciera que quiere que lo ayude.
—¿Qué no ves que está hablando conmigo? —pregunto sonando bastante prepotente.
—Algunos tenemos preferencia... —Me da una sonrisa sarcástica y vuelve a poner los ojos en Park esperando a que se ponga de pie.
Sin embargo, no lo hace, pero tampoco tiene el valor de enfrentarlo, solo mantiene los ojos fijos en el suelo.
—Park... —murmura el chico sonando un tanto amenazante— No lo tires todo por la borda...
Park tiene toda la razón, yo no conozco a este chico y tal vez me equivoque al hacer un juicio antes de tiempo, pero tiene todo el aspecto de ser un manipulador emocional.
Al ver que mi amigo no logra moverse ni articular palabra me veo obligado a intervenir otra vez, esta vez con menos amabilidad, devolviéndole su sarcasmo.
—Que triste ese momento en el que descubres que no eras tan indispensable.
—Park... —vuelve a repetir ignorando mi sonrisa burlona.
Mi amigo por fin levanta la cabeza, no es capaz de mirarlo a la cara, pero algo es algo; se inclina hacia un lado mirando por la ventana que tenemos en frente y habla con mucha seriedad.
—¿Te puedes ir? Nos tapas el sol...
El chico finalmente se va, dejando que los débiles rayos del sol de la mañana lleguen a nosotros que acabamos de estallar en risas.
—Eso fue genial —lo felicito porque soy consciente de lo mucho que le costó.
—Gracias por defenderme, pero no debiste... ahora se encargará de decirle a todos que estamos juntos y creerán que eres gay.
—¡Oh, no! —dramatizo llevando ambas manos a mi cabeza— ¡Mi frágil ego masculino está herido!
—Anda... que con los bomboncitos que te comes nadie dudaría de ti.
—Ese es el punto, Park —señalo poniéndome de pie porque el profesor acaba de entrar al salón—. No me importa si dudan o no, es asunto mío.
—Ojalá fuera tan simple para mí... —lo oigo murmurar cuando entramos a clase.
___
Las horas de clase pasan lentas y tortuosas, nos sacamos un ocho en la presentación, desde mi perspectiva es una buena calificación, pero luego de eso nada mas interesante pasó en el día. Arianna sigue sin contestar, y de verdad necesito aclarar las cosas cuanto antes, de otra forma me siento mal, aunque ella no sea mi novia, no lo sé, siento que le estoy yendo por la espalda cuando ya estoy con otra persona y ella no lo sabe.
Cuando salgo de clase le envío un mensaje a Luna, quedamos de ir a patinar pero debo ir a casa antes a buscar mi tabla de skate y ponerme algo más cómodo.
Stéfano – en línea
¿En el parque en una hora?
Luna♥– en línea
Hola, mi amor... también te he extrañado...
Suelto una risita tonta que llama la atención de mi hermana que está esperando conmigo a que mi mamá nos recoja.
Stéfano – en línea
Hola, hermosa. Estuve todo el día pensando en ti ♥
Luna♥ – en línea
Ahora me gusta más, en el parque en una hora ¿me traes mis patines?
Stéfano – en línea
Claro que sí, hermosa.
—Diu... —se queja mi hermana arrugando la nariz mientras curiosea en mi teléfono— Sobredosis de azúcar.
—¿Para qué miras? Eres una amargada.
Mamá llega, y ambos nos subimos al auto, Isa en la parte de adelante y yo en la de atrás.
—No soy amargada —continúa con la conversación—, no me gusta lo meloso, lo dulce a mi vida se lo pongo de otra forma.
—Tú no le pones dulce, le pones picante y eso no es lo mismo. —Vuelvo a poner los ojos en el teléfono y me vuelve a robar una sonrisa— Un día te enamorarás y lo entenderás.
—¿De qué me perdí? —pregunta mi mamá, con la que todavía no he compartido nada de mi drama actual, pero que mi hermana no tarda en ponerla al día.
—Stéfano está con Luna, pero aun no termina con Arianna.
Mi mamá suspira, en su voz está la intención de regaño pero finalmente termina saliendo con bastante ternura.
—Hijo...
—No es tan así, Arianna no es mi novia.
—¿Y ella lo sabe?
—¡Claro que lo sabe! Ella fue quien puso las distancias, además la he buscado todo el día para dejar las cosas claras, pero no me responde las llamadas.
Dadas las explicaciones, mi mamá no siente la necesidad de decir nada más el respecto.
—Me alegra que estés con Luna, ya era hora...
Isabella resopla en el asiento de adelante, nunca la logro entender, jamás, sus actitudes son extrañas y contradictorias, hoy en la mañana le dije que estaba con Luna y parecía que iba a llorar de la emoción, y ahora parece molesta exactamente por el mismo motivo.
—Me preocupa que nadie ve que realmente vas a lastimar a Arianna...
—¿Tú sabes algo que yo no sepa? —cuestiono entrecerrando los ojos.
Antes de que Isabella se separara de Pablo, solía ser bastante buena amiga de Ari, tal vez sabe algo y por eso se comporta así.
—Está enamorada de ti desde el primer año...
—No es cierto —la contradigo—, todo el tiempo solo me hizo sentir que estaba jugando conmigo, venía a lo que venía, ni siquiera manteníamos una conversación y después se iba, pasa días sin responder un mensaje; no creo que se le venga el fin del mundo por terminar conmigo, puede conseguir otro juguete en cualquier lugar.
—Nunca te vi quejarte de su tipo de relación.
—No me quejo, pero tengo derecho de terminarla cuando yo quiera.
—No debiste ilusionarla... —insiste, y suena exactamente como un reproche.
—No lo hice, desde el primer momento le dije que me gustaba alguien más.
Me siento molesto por tener que estar dando explicaciones, y mucho mas a quien no debo, porque si Arianna me las pidiera se las daría, obviamente, pero no entiendo por qué mi hermana me reclama esto cuando ella misma le ha roto el corazón a la mitad de los chicos de la ciudad.
—Me parece muy hipócrita que justo tú me hagas un planteo como este... —no temo en hacerle saber.
—¡Lo sé! Porque yo soy una mierda y daño todo lo que toco, ¡Pero tú no! Eres un chico increíble, siempre lo has sido y no quiero que cambies, no quiero que nadie te cambie, no quiero que seas como yo porque entonces dejarás de ser feliz.
El silencio reina en el auto después de sus palabras, mi mamá nunca interviene en nuestras discusiones, pero hoy obviamente se ve en la necesidad de hacerlo. Se nota claramente que tiene ganas de llorar, igual que mi hermana que ha dejado caer una única lágrima para limpiarla de inmediato antes de que toque su mejilla.
—Isa... ya no podemos vivir así —murmura sin despegar los ojos del camino—. Te amamos, todos nosotros, y estamos desesperados porque ya no sabemos como ayudarte. No nos dejas, no podemos llegar a ti, y tenemos miedo de lo que pueda pasar.
—Pues no se preocupen tanto, no me voy a suicidar.
—¡Es que no lo sé! —exclama dejando que las lágrimas caigan— Tienes un problema y no lo quieres ver, no nos dejas ayudar, no tienes idea de lo desesperante que es...
—Estaré bien —murmura, parece molesta consigo misma por dejar ver una fibra sensible.
Mi mamá tiene razón, ya no sabemos qué hacer, ella siempre se muestra muy superada, como si su vida estuviera resuelta, pero solo con pincharla un poco se puede ver que en realidad está sufriendo.
—Si no comienzas a aceptar la ayuda nos obligarás a tomar otras medidas, no vamos a esperar a que sea tarde —proclama mi mamá, sin dudas en su voz.
—Mejor métanse en su vida... —murmura bajando del auto y golpeando la puerta.
—¿Me llevas al parque en diez minutos? —le pido a mi mamá, abriendo mi puerta también.
—Llévate el auto, conduce con cuidado —responde estirando las llaves hacia atrás.
Entro a la casa pensando en que tengo que ver cómo llegar a mi hermana, soy la persona mas cercana a ella, probablemente soy el que tiene mas posibilidades de hacerla entender la realidad, tal vez puedo hablar con mi tío Frank en cuanto llegue del trabajo y puede decirme cual es el mejor modo, para que no se sienta atacada.
Por el momento esperar que se calme y no presionarla, eso siempre causa el efecto contrario.
Entro a la casa solo a ponerme algo cómodo, luego voy al garaje por mi tabla de skate y los patines de Luna, y en unos minutos voy de regreso al parque.
Me toma unos minutos encontrar dónde estacionar, papá me enseñó a conducir a los dieciséis, pero no lo he hecho mucho y la práctica es necesaria.
Luna aún no llega, así que aprovecho para ir a comprarle el algodón de azúcar y la espero junto a la pista. Cuando la veo llegar me siento el ser humano mas afortunado sobre la faz de la tierra. Es absolutamente hermosa, la mezcla justa entre ternura y sensualidad. Solo trae mi sudadera, tal vez algún short debajo pero no se alcanza a ver, solo sus piernas desnudas que me emboban en un segundo.
—Me gustas mucho —es lo primero que le digo en cuanto está lo suficientemente cerca.
—Y tú a mí. —Me deja un beso lento y dulce, y luego roba el algodón de azúcar de mis manos sentándose sobre mis piernas— Me va a envidiar mucha gente por aquí...
—A mí... a mí me van a envidiar —aseguro volviendo a darle un beso.
—Oye... no quiero romper el momento pero... ¿hablaste con Arianna? No quiero que parezca que te presiono, ni nada así... me incomoda un poco no saber.
—Está bien —le doy una sonrisa quitándole tensión al asunto—. Lo intenté, pero no fue al colegio y no responde el teléfono... de todos modos no tenemos nada formal, no la estoy engañando ni nada así.
—¿Estará bien? —pregunta mostrando una genuina preocupación en su mirada.
—Siempre hace eso, se desaparece y regresa luego de unos días...
—¿Sabes dónde vive?
—Sí, es aquí cerca...
Quiero preguntarle por qué se puso así, pero me interrumpe nuevamente.
—Ve por ella, ahora, ya.
—¿Qué? Pero, ¿por qué? Íbamos a patinar, y ya te dije que no estoy haciendo nada malo...
—No es por eso, mi amor. —Suspira pensando cómo decirme algo— Voy contigo, tenemos que buscar el modo de sacarla de su casa.
—¿Me puedes explicar, al menos?
Me siento confundido, pero es evidente que ella sabe algo que yo desconozco. No me explica nada, solo camina hacia el auto y me veo obligado a seguirla.
¿Y ahora? Al parecer iremos por Arianna los dos, estoy nervioso.
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Hola Pollitos🐣
Perdón por la demora, estuve escribiendo un final y un nuevo comienzo♥ Pero ya volvimos a la normalidad♥ Gracias por la paciencia.
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Los invito a pasarse por mi nueva historia LLuvia con Sol, estoy segura de que les va a gustar♥
Los amo♥
Besos, mil besitos 💋
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