Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 8

Por primera vez, Kitty luchó por sortear a todas las personas con las que pudo cruzar la mirada y corrió hasta su casa, la posada. De paso a las escaleras tiró la bolsa con moras en la barra de la recepción, donde su madre costuraba un paño.

—¡Ekaterina! —la reprimió la señora apoyándose sobre el mueble. Sin querer se pinchó el dedo con la aguja—. ¡Auch! ¡No corras!

El grito fue un susurro a los oídos de Kitty, los latidos de su corazón la privaban casi por completo del resto de los sonidos. La piel le ardía, sus labios estaban hinchados de los besos, porque no había tenido la voluntad de detenerse. Robaron al tiempo hasta el último suspiro. ¿Qué ocurría? Ekaterina no comprendía, eran sentimientos nuevos para ella.

Sin Nikolai ocupando su habitación, Kitty se permitió hacer el ruido que le plació. Aporreó los zapatos, se impulsó por el pasillo, trastabilló. Y cuando llegó a su habitación, utilizó más fuerza para cerrar la puerta. Atravesó su cuarto y se tiró en el sillón pegado a la ventana, tomó una almohada y gritó hasta que su garganta le dolió.

Quería hablar con alguien, pero la pondría en riesgo. Lo que sea que estuviese sucediendo entre ella y Nikolai tenía que permanecer en secreto del resto del mundo. Incluso sus amigas quedaban dentro de ese grupo, especialmente Vera. No quería ni imaginarse las tantas ocasiones en las que podría soltar el secreto. La adoraba, pero era una chismosa.

—¡Kitty! ¡Ya llegó la mamá de Ígor!

—¡Ya bajo! —respondió en grito. Volvió a tirarse sobre la almohada e intentó controlar su respiración—. Mierda —susurró con los dedos en sus labios.

De todas las personas, la madre de Ígor tuvo que aparecer.

***

Acarició su mejilla, mientras veías su rostro convertirse en una pequeña mueca de dolor. La jovencita abrió los ojos y él descendió a un costado de su oído. Le susurró las palabras dulces de un amor que permanecería más allá del amanecer. Ella le respondió encontrando sus labios y besándolos como pocas veces alguien lo había hecho.

Entre besos y caricias, tentando a las estrellas y cayendo en lo prohibido, se internó en ella, hasta llegar tomados de la mano a una cima que los dejó sin aliento. El joven se alejó lo suficiente para contemplarla en su desnudez, su piel de leche, sonrojada, contrastaba con las telas oscuras de la cama.

La vio distinta con la mancha de sangre entre sus piernas, tiñendo las sábanas. Así lucía una mujer desvirgada, ésta con cuerpo de una mujer joven y todavía con rastros aniñados en su rostro, ¿o era la ilusión que le daba un toque distinto?

La joven se recargó en su brazo flexionado, dejando caer sobre su pecho los tirabuzones que la luz pintó por esa noche de un dorado oscuro. Sonrió complacida con el desenlace del acto, mas no con el encuentro. Se retiró el cabello y gateó hasta él.

—Por esta noche... —tomó una de las manos del joven y la posó en su seno unos segundos antes de bajarla por su cuerpo.

—¿Segura? —preguntó con voz ronca y una nota excitada.

Ella asintió sin titubear y él tomó la oportunidad que otra le había negado...

***

Para el regreso de Nikolai, los distintos sabores de pastel ya estaban servidos en diferentes platos. Habían tardado más de lo previsto por andar platicando principalmente, después se les juntó con el atardecer.

En Novka, siempre se salía a la terraza durante el atardecer para convivir con los vecinos de la cuadra. Con la futura suegra en casa, una que no se llevaba bien con los vecinos, sólo habían disfrutado unos quince minutos de la conversación. Sin embargo, fue ese pequeño retraso el que hizo que sucediera el para nada cómodo encuentro de esa noche.

Kitty puso los ojos cuadrados cuando oyó el tintineo de la campanita atada a la puerta. Sus hombros se tensaron y casi tira al suelo un pedazo de tarta de manzana.

«No sé si debería desaparecer a la mamá de Ígor, a Nikolai o salir corriendo.»

Se había liado con Nikolai en Berrie Farm, tenerlo presente era sinónimo de peligro. Bastaba una mirada más larga o con una pequeña muestra de cariño para levantar sospechas. ¡Había violado su compromiso! ¡Había besado a otro hombre! Y no una vez, sino dos... al mismo. Además de ser pecadora, era reincidente.

«Voy a sufrir un linchamiento social, madre mía.»

—¡Nikolai! —Exclamó la madre de Kitty extendiendo los brazos para recibirlo en un fuerte abrazo. Su hija no entendió nada, ¿se había vuelto loca?—. Te presento a Vika Titarenko, esposa del alcalde y madre del prometido de Kitty... creo que todavía no lo conoces, ¿verdad?

Nikolai pasó la mirada a Kitty, quien rápido bajó los ojos a los pasteles que servía.

—No, todavía no he tenido ese placer —sonrió a la señora e inclinó la cabeza en signo de respeto—. Nikolai. —Se presentó con cierta reticencia.

—¿Dónde quedó tu muchacho, Vika? ¡Lo vi esta mañana en el mercado y dijo que vendría!

—Estaba ocupado arreglando unos asuntos con el sastre, medidas para el traje, me parece —Vika se encogió de hombros—. ¿Te gustaría probar los pasteles? —invitó Vika a Nikolai tendiéndole uno de los platos con todos los sabores.

Nikolai aceptó sin rechistar o inventarse un motivo para salir corriendo. Había cinco sabores distintos, y mucho pastel para el resto de la semana. Probó una diminuta porción de todos, dedicando miradas furtivas a la joven. La notó nerviosa, se cercioraba constantemente de no ser observada por su madre o Vika y mordía su labio como muestra de la tempestad en su interior.

«¿En qué estaba pensando?», pensó anulando en su paladar el betún de naranja del último pastel.

—¿Y bien? ¿Cuál te gustó más? —preguntó la madre de Kitty.

—Este de betún de naranja está bueno —señaló con el tenedor—, pero nada será igual que el sabor de las moras en mi paladar. —Agregó fijando su mirada en el espacio por encima del hombro de Vika, justo en Kitty.

La chica se puso colorada. Incapaz de controlarse, se dio la media vuelta y desapareció por la puerta a la cocina. Nikolai deseó que el mensaje haya llegado completo e impoluto a Ekaterina, más tarde hablaría con ella, cuando todo yaciera calmado y sólo fuesen dos corazones despiertos.

«Kitty, Kitty...»

***

En el siguiente... ¡la plática de la verdad! ¿Qué creen que vaya a suceder? *O* Amaría escuchar todas sus teorías. 

Subo otro hoy... porque me quedé con ganas de escribir más en el capítulo anterior. ¿No les pasa a veces? Yo ando bien rara con esta historia. Anda todo muy rápido, pero luego se vienen las cosas heavy y BOOM. 

Me retiro a la feria del libro de mi ciudad (FILEY), acepto recomendaciones :D

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro