Cap.30 No sabes lo que tienes...
Narrador
-Flex-
Mike ya se había tardado HORAS en volver y realmente me estaba preocupando, porque lo último que me dijo al salir, no me dejaba en paz. Max también estaba sentado frente a la puerta, tal vez rogando porque su dueño volviera; yo también lo rogaba.
La 1 de la mañana se hizo presente y simplemente no podía dormir otra vez, seguía invadiéndome la misma preocupación de siempre. En la madrugada llegó ebrio, pero esta vez no sabía si regresaría.
Pasó otra media hora y por fin, Mike se hizo presente en el hotel, pero se veía completamente normal, a diferencia de que su ropa estaba mal acomodada.
Flex: ¡Mike! ¿A dónde te fuiste todo el día?
Mike: Te dije que iría a caminar *carga a su mascota* ¡Hey! ¿Cómo estás, mi niño precioso? *hablando con Max*
Max le lamió la cara y empezó a chillar un poco, así que Mike se acostó con él en la cama.
Flex: Tardaste mucho para que solo fueras a caminar *se cruza de brazos*
Mike: Lo siento
Flex: Además, traes la ropa toda desacomodada
Mike: Si, eso no es importante, estaba enojado y me desquité conmigo
Bajé mis brazos y me senté a su lado.
Flex: Por cierto, ¿Qué opinas?
Mike: ¿Sobre qué? ¿Sobre lo de Diego?
Flex: Ajá *nervioso*
Mike: Pienso que son puras tonterías. Solo porque no lo conoces, no debes juzgarlo de esa manera. Tal vez deberían acercarse y conocerse mejor *sonríe*
Flex: ¿¡Qué!? NO, olvídalo
Mike: ¿Por qué no?
Flex: Porque yo lo odio y él me odia
Mike: Él no te odia
Flex: ¿Cómo lo sabes?
Mike: Porque me lo dijo
Flex: ¿Y confías en su palabra? ¿En serio?
Mike: Mira, Flex, te voy a ser sincero. Tú me estás poniendo entre la espada y la pared, porque a Diego y a ti los quiero mucho, más de lo que se pueden imaginar; a ambos les guardo gran aprecio. Entonces, simplemente no puedo ponerme del lado de nadie, ¿Si? Por eso quiero que dejes la rivalidad con él, por lo que sea que esté pasando
Flex: Mmm, será difícil, porque él no quiere convivir conmigo
Mike: Inténtenlo, no es tan difícil
Flex: No es difícil para ti... Tú lo a-amas
Pero había algo raro, Mike tenía mal puesta la ropa, su cabello estaba desarreglado y una marca roja en su cuello lo terminó de delatar. Eso hizo que me quebrara por dentro, más de lo que ya estaba.
No pude contenerme y mis lágrimas desbordaron de mis ojos, además de los sollozos; eso alarmó a Mike.
Mike: ¿Flex? ¿Estás bien? *se intenta acercar*
Flex: ¡Quítate! *se aleja* ¡N-no me toques!
Mike: ¿P-por qué? ¿Q-qué hice? *se levanta de la cama y retrocede unos pasos*
Flex: T-te fuiste a revolcar con Diego *snif* ¿V-verdad?
Él se quedó callado y miró el suelo, dándole la culpabilidad que esperaba.
Flex: Y-ya veo, ¡Ahora entiendo porque llegaste hasta ahora!
Mike: Flex... Perdóname
Flex: ¡NADA DE "FLEX" Y NADA DE "PERDÓN"! ¡SIEMPRE QUE ESTOY CONTIGO SALGO LASTIMADO! ¿¡ALGÚN DÍA RECUPERARÉ MI VIDA ANTES DE CONOCERTE!?
Eso no era lo que quería decir, pero fue tarde.
Mike: Perdón *snif* Ahora veo que las personas sufren mucho estando a mi lado. N-no lo volveré a hacer
Empezó a empacar maletas, ¿Por qué?
Flex: ¿Q-qué haces?
Mike: Yéndome
Flex: ¿A dónde te vas a ir?
Mike: A otro hotel o abajo de un puente, no sé, lo que encuentre primero
Mike había hecho pocas acciones, pero significaban bastante para mí. Me sacó del bar, me dió un nuevo empleo, bajó mis nervios durante el vuelo, me cuidó cuando fingí la enfermedad y... Simplemente estaba dejando que se fuera.
Mike: Lo lamento, Carlos. E-espero encuentres la paz sin mi *camina con su maleta y abre la puerta* Por cierto, Max se queda
Flex: ¿Por qué?
Mike: Porque haré lo mismo con él y no tiene la culpa de nada *snif* Cuídalo mucho, s-sabes como le gustan sus croquetas, a que horas debe ir al baño, los horarios de sus paseos. Cuídalo, en serio
Y se fue, no pude hacer nada.
Max se sentó a un lado mío y empezó a chillar viendo la puerta, yo le seguí.
Tal vez no debí actuar así, al fin y al cabo, Mike era feliz con Diego, pero solo me enojé. En ese momento recordé la primera vez que estuve con él, cosa que no resultó, pues pensaba que sería solo para mí.
En fin, no tuve de otra más que irme a acostar, no en mi cama, en la de Mike y Max hizo lo mismo. Ambos sufríamos por lo mismo y los sollozos no cesaban.
~~•Con Mike•~~
Narrador
-Mike-
La regué y estoy consciente, pero no encuentro la explicación del enojo de Flex. Tal vez fue por mis errores del pasado.
Por eso no quería involucrarme con un cliente.
Lo de vivir bajo un puente no sería como tal, el único lugar donde podía pedir refugio por ahora, era en casa de Diego, ya que mis problemas aumentarían eventualmente.
Llegué a su casa y toqué la puerta. Quien me abrió, fue Joel.
Joel: ¿Qué haces aquí, Mike? Pensé que estarías durmiendo en tu habitación
Mike: S-si, lo que pasa es que tuve una discusión con Flex y... Quería saber si me dejaban quedarme aquí
Joel: Pues no s-
Diego: *lo interrumpe empujándolo* ¡Pero claro que sí, mi amor! *extiende los brazos* Aquí estarás seguro, junto a mí
Mike: Gracias *sonríe y abraza al menor*
Diego: *le acaricia su espalda* Ya, ya, corazón, estarás a salvo conmigo y bajo mi techo
Mike: Eso espero *empieza a sollozar*
Joel: No tomarás en cuenta mi opinión, ¿Verdad?
Diego: No *sonríe*
-Narrador omnisciente-
Pasó un extenso tiempo desde que Mike se fue a vivir con Diego y Flex se había quedado en el hotel junto a Max.
Flex y Max se deprimieron bastante. El cachorro ya no era el mismo de siempre, pues ya casi no comía, no quería salir a pasear y ya no subía a dormir a la cama, solo se quedaba en el suelo.
El peliazul intentaba de todo con Max, pero no funcionaba, simplemente estaban como apagados.
La depresión de Flex también se hizo notoria, pues le pasaba lo mismo que al perro, no comía, no quería salir y dormía en la cama de Mike. Según él, aún tenía un poco del olor del rubio, ese olor tan exquisito de perfume para el menor.
Por su parte, Mike vivía en completa paz, pero se percataba de que Diego solo le pedía dinero y no le daba más muestras de afecto, solo se iba con Joel a algún lado, para regresar bastante tarde.
No quería preguntar ni interferir, porque ambos eran amigos de años y tampoco quería dañarlos como hizo antes con Flex.
Diego se la vivía rodeado de lujos, pues el dinero de Mike bastaba y sobraba para cumplir sus peticiones egoístas. Joel también gozaba del dinero y de su pareja, porque las veces que llegaban tarde a casa, ambos se iban a un motel a que el castaño siguiera poniéndole los cuernos al rubio.
Él nunca sospechó de su "pareja" porque le tenía excelente confianza, ya que la relación se basaba en eso y no quería tener más problemas con alguien que amaba.
Al pasar los meses, Flex se sentía menos útil ahí, así que varias veces intentó tomar un avión, pero le daban un miedo exagerado y no habría nadie para tranquilizarlo, además de que Max seguía sin querer moverse.
Todo se veía roto, deshecho y oscuro para ambos amigos, pero no había nada más por hacer. El orgullo les impedía hablar.
Aunque todo ya estuviera jodido, se iba a joder más.
Mike empezó a mostrar un cuadro de síntomas muy peculiares, tenía fatiga, empezaba a perder peso sin hacer nada, le dolía el abdomen, cuando comía se le dificultaba el tragar, tenía fiebre, pérdida de apetito, sudoración, tos seca, su lengua pasó de un color rosa a un color medianamente blanco y un montón de malestares más. Tuvo que ir al hospital.
Un día "normal" en la vida de Flex, era salir a veces a que le diera el sol, pero ese día se fue más lejos, llegando casi al hospital. Dió un vistazo rápido a su alrededor y estaba por irse, cuando vió a Mike saliendo de la clínica con unos papeles en mano. Tal vez no le correspondía, pero quería seguirlo.
Y así fue, Flex empezó a seguir a Mike, hasta que llegaron a un lado apartado de la cuidad, una especie de callejón y nadie pasaba por ahí. En ese lugar, el rubio se derrumbó en el suelo y empezó a llorar de manera desconsolada, mientras apretaba esos papeles en sus manos.
El peliazul no se resistió mucho y fue donde Mike a hablarle.
Flex: Ho-hola, Mike *en un tono de voz bajo*
Mike: *lo ve* ¿Flex? ¿Qué haces hasta acá?
Flex: Es que a veces salgo a pasear, pero ahora llegué aquí y te ví saliendo del hospital *pasa saliva* ¿T-todo está bien?
Mike: *niega con su cabeza, la baja y sigue llorando* Nada está bien ahora, NADA
Flex: ¿Qué pasó? *ve los papeles* ¿Qué traes ahí?
El menor tuvo que arrebatar los papeles de las manos de Mike y al tenerlos, los leyó.
Se quedó paralizado por lo que ahí ponía, no lo creía de alguien tan "sano".
Flex: ¿T-tienes SIDA?
Continuará...
Sin nada más que decir...
Dejo esto por aquí y me voy lentamente...
¡¡¡Bye!!!
-AshleyHgoRdz
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