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Capítulo 1

A las cinco en punto de la mañana un somnoliento Jungkook se levantó, como de costumbre a hacer su rutina de todas las mañanas que consistía en hacer sus necesidades, bañarse, cambiarse a su traje de oficina, desayunar y tomar un taxi a la empresa KimLY la empresa de Kim Taehyung, el hombre del que estaba profundamente enamorado. Iba muy contento ya que se había dado cuenta que en los últimos días había tenido un avance con el rubio. Este, pues le había contado unos momentos graciosos que había tenido con su mascota Yeontan.

Al llegar a la empresa fue a su puesto y comenzó sus labores de secretario, programando citas y contestando el teléfono, entre otras cosas.

A las siete de la mañana llegaba Kim Taehyung que ni siquiera lo saludaba y entraba a su oficina apresurado a hacer su labor.

Mientras Jungkook contestaba el teléfono siempre, pero siempre le tenía que llegar una llamada de la esposa de Taehyung diciéndole que se lo pase, él a pesar de decirle que Taehyung esta ocupado, nunca entiende y al final termina pasándole la llama a su jefe. Taehyung siempre lo regañaba por eso, pero al parecer hoy no habían llamadas de una esposa histérica y celosa. «Gracias a Dios» pensó Jungkook. Aunque también se preguntaba cuál era la razón para llamar a su secretario, en vez de llamar a Taehyung por su teléfono privado.

Mientras él castaño estaba organizando unos documentos para después pasárselos a su jefe escuchó como la puerta del despacho de Taehyung se abría. Rápidamente dirigió la vista a la puerta viendo cómo al frente de él se encontraba el rubio viéndolo con la misma expresión fría de siempre.

—¿Necesita algo señor Kim? —preguntó mientras pensaba lo bien que se veía con traje.

—El señor Min ya tiene terminados los nuevos diseños y quiero que los revises cuidadosamente de que todo esté perfecto. Si le das el visto bueno infórmame —dijo estando a punto de darse la vuelta y volver a su oficina, pero la voz chillona del menor lo detuvo.

—¿Por qué quiere que vaya yo? ¿No tendría que ir usted? Digo, porque que tal que cometa un error, además usted sabe más.

—Te digo que vayas tú porque mi agenda está muy apretada y el único cupo que tengo disponible lo voy a utilizar para ir a cenar con Soyeon... —dudo un momento en continuar, pero lo hizo—. Además, confío en ti. Haces muy bien tu trabajo y no es que sea muy difícil utilizar un teléfono como de costumbre.

—¿Habla en serio? —preguntó un muy sorprendido Jungkook, tanto como nervioso.

—Muy en serio —Taehyung le dedicó una pequeña sonrisa y volvió de vuelta a su despacho dejando a Jungkook con el corazón a mil. Dirán que es una exageración, pero ver cómo la persona que siempre se había comportado frío y distante contigo de la nada te dice que confía en ti. Eso, eso fue un gran logro para Jungkook. Pero eso no quitaba el hecho de que Taehyung fuera casado y se sentía mal al desear a alguien así. Estaba consciente que algunas veces se le lanzaba a Taehyung sin importarle eso, pero cuando ya era consciente se lo reprochaba.

Dejo de darle vueltas al asunto y fue al lado de la empresa donde estaría Min con el nuevo diseño. Caminó a paso lento, sin apuros. Cuando estuvo frente al nuevo modelo saludo a Min.

—Buenos días, señor Min. ¿Este es el nuevo modelo? —preguntó Jungkook mientras miraba un teléfono. El señor Min asintió y le devolvió el saludo.

—Buenos días igual señor Jeon. Sí, este es el nuevo modelo. Le explicaré —aclaró su garganta y comenzó a hablar mientras movía sus manos cada que explicaba algo—. Como puede ver seguimos manteniendo las funciones de antes, la misma cámara, el mismo diseño. Pero lo que cambia es que agregamos nuevas funciones y mejoramos algunas. Usted ya debe saber todo lo nuevo que añadimos —Jungkook asintió dándole la razón—. Bien, entonces pruébelo. Estamos seguros que por ahora esta perfecto, pero tenemos que probarlo por un tiempo para ver si es seguro. Que no nos vaya a pasar lo que les paso a la empresa de Park —Min rio, pero al ver como Jungkook seguía serio continuó de vuelta al tema después de carraspear un poco—. Estamos seguros que con esto vamos a destruir a las demás empresas —aseguró Min con mucha seriedad.

—En eso tienes razón, Min —finalmente Jungkook se animó a hablar y cogió el aparato entre sus manos. Comenzó a utilizar y ver todas sus funciones. También entró a redes sociales como normalmente lo haría alguien y devolvió su vista a Min—. Por ahora funciona perfectamente. Voy a activar el EDI —Min asintió emocionado. Jungkook presionó la acción que decía EDI y vio un pequeño mensaje en la pantalla que decía «Comenzando con la Extracción De Internet. Este proceso puede tardar unos minutos» vio como un círculo en la pantalla comenzaba a girar mientras cargaba lentamente a cien. Cuando ya iba en noventa y nueve el teléfono se congeló. Levantó la vista hacia Min que lo miraba ansioso.

—La pantalla se congelo —informo y vio como Min tragaba grueso.

—Si es así es mejor que deje el teléfono lejos, no sabemos que pueda pasar... —justamente cuando acabó de decir eso el teléfono en manos de Jungkook comenzó a apagarse y prenderse. Cuando Jungkook iba a dejar el teléfono en la mesa una pequeña explosión lo cogió por sorpresa. Soltó un grito de dolor y tiró el teléfono rápidamente. Agarró su mano que se veía hinchada y roja.

Min y sus asistentes se acercaron rápidamente a revisarlo.

—¡Le dije que soltara el teléfono! —gritó alterado Min.

—¡Lo iba a dejar en la mesa! —respondió Jungkook entre jedeos de dolor.

—¡Avísale al señor Kim! —ordenó Min a uno de sus asistentes. Él asintió y cuando estaba por darse la vuelta Jungkook lo detuvo.

—¡Espera! No es necesario. Él está ocupado y ya debe estar saliendo para una cita con su esposa.

—Aun así, es necesario informárselo, si no lo hacemos y después se entera es capaz de despedirnos. Ve —volvió a mandar al chico que corrió apresurado a la oficina de Taehyung.

Al llegar toco la puerta.

—¿Quién? —preguntó extrañado ya que Jungkook no solía tocar antes de entrar a su oficina.

—¡Jefe, ha ocurrido un accidente en la oficina de Min con el nuevo teléfono!

Taehyung se paró apresurado. Él había mandado a Jungkook ahí. ¿Y si le había pasado algo?

—¿Qué pasó? —preguntó a la misma vez que abría la puerta.

—Mientras el señor Jeon probaba el teléfono se le ha estallado en las manos.

No falto oír más para que Taehyung se apresurara a llegar a la oficina de Min. Abrió la puerta y entró viendo como Jungkook estaba sentado en una silla mientras otra persona le ponía una bolsa de hielo en la mano lastimada que se veía roja e hinchada. Al verlo todos se pararon e hicieron una reverencia mientras decían «buenos días señor Kim» no les hizo caso y se dirigió a donde estaba Jungkook.

—¿Te duele? —le preguntó viendo como hacia muecas. Obviamente le dolía.

—No tanto —dijo en voz baja mientras devolvía la vista a su mano lastimada.

—¿Se puede saber por qué ocurrió eso? —hablo con voz fuerte mientras miraba fijamente a Min Yoongi, que para él era el culpable—. ¿Acaso no tenemos medidas de seguridad? Dime Min. ¿Qué fue lo que pasó? —se acercó a él y Yoongi trago duro mientras encontraba las palabras correctas para narrarlo.

—Jeon simplemente estaba probando el teléfono cuando ha comenzado a parpadear y antes de que pudiera dejar el teléfono en la mesa le explotó en la mano.

—¿Y no es tu trabajo y el de tu equipo revisar que todo esté en perfecto estado antes de entregárselo a una persona? Pudo ocurrir algo peor. ¡Jeon pudo perder la mano! —gritó sin paciencia viendo como todos en la oficina se estremecían y daban un paso atrás.

—A sido mi culpa —dijo Jungkook.

—¿Ah sí, y por qué? —Taehyung lo miró sin dejar su tono duro de lado.

Jungkook no encontró que decir. Pues la verdad no había sido culpa de él, ni de Min.

—Ves que no tienes nada que decir. Siempre tan entrometido y haciendo de abogado con todos.

Jungkook tragó duro en su lugar.

—Min, llévalo al hospital —el más bajito asintió y ayudo a parar a Jungkook mientras salían de la oficina.

—Perdón —se disculpó Jungkook.

—No tienes porqué pedir perdón. No ha sido tú culpa —Min trató de tranquilizarlo.

—Pero por mi culpa Taehyung te ha regañado.

—Siempre regaña a todo el mundo. Además, no es la primera vez que lo hace.

—¿Crees que es grave? —preguntó Jungkook refiriéndose a su mano.

—Mmn... La verdad no lo creo, pero si vas a tener que estar en reposo unas semanas, incluso un mes.

Jungkook volteó a mirarlo con los ojos abiertos.

—No puedo. Tengo que venir a trabajar.

—No, si puedes. Y por el trabajo no te preocupes que Taehyung puede conseguirte un reemplazo mientras estes en reposo.

No, Jungkook no quería un reemplazo. ¿Y si su reemplazo hacía mucho mejor su trabajo y Taehyung lo despedía? Eso no podía pasar.

Min se subió a un taxi junto con Jungkook y le dio la dirección de un hospital. Mientras esperaban en el taxi Jungkook notó que su mano ya no le dolía tanto, pero sentía que le punzaba.

Al llegar al hospital les dijeron que esperaran en unas bancas hasta que llegó una doctora y los llevó a un consultorio. Les pidió que le contarán lo que había pasado, y cuando terminaron de decirlo le pidió a Min que salga un momento de la habitación.

La doctora comenzó a examinarlo y después de un buen rato le vendaron la mano derecha, le dieron unas pastillas y unas recomendaciones.

Cuando Jungkook salió de la habitación encontró a Min sentado en una silla del pasillo mientras veía su teléfono. Se acercó y le toco el hombro con la mano buena. Él levantó la vista y le sonrió. Jungkook le contó todo lo que le dijo la doctora.

—La empresa ya pagó por lo que le paso a tu mano —Jungkook asintió y cuando tomaron un taxi Yoongi le preguntó la dirección de su casa.

—Tengo que ir a la empresa —se negó a dársela.

—¿A qué? Con esa mano lastimada no puedes hacer nada a menos que seas zurdo.

—¿Qué ha dicho Taehyung?

—Me ha dicho que te lleve a casa y que te tomes una semana libre.

Asintió y le dio la dirección al taxista. Cuando llegó a su apartamento se bajó y cuando estaba por pagarle Min le dijo que no era necesario.

Estaba furioso. ¿Cómo era posible que eso haya pasado en su empresa?

Cuando estaba por devolver la vista a su computador para seguir con su trabajo su teléfono sonó. Lo vio y miró que era su esposa. Contestó y lo llevó a su oreja.

—¿Cómo estás, amor?

—¡Otra vez me dejaste plantada!

Carajo. Era verdad, la había dejado plantada.

—Perdón, amor. Ha ocurrido un accidente en la empresa y me olvidé por completo.

—Otra de tus excusas, ¿no? Estoy harta de esto. Parece que ni estamos casados. ¿Cuándo tienes tiempo para mí? Ningún día. ¡Tampoco quieres tener hijos! ¿Crees que soy un adorno en tu casa? Todos los días estoy encerrada en estas cuatro paredes.

—En ningún momento te he prohibido salir. Y ya sabes que no quiero tener hijos, o por lo menos, no ahora. Estoy ocupado con el trabajo.

—Siempre estás ocupado. Dime para que me propusiste matrimonio si ni siquiera te vas a meter en tu papel de esposo. Si las cosas siguen así... Es mejor que nos divorciemos.

Y ahí estaba otra vez Soyeon intentando manipularlo.

—¿Qué? —Taehyung se quedó sin respiración.

—Me voy de la casa ahora.

—Soyeon, deja de jugar.

—¿Crees que estoy jugando?

Se la oyó sorprendida y se calló por un momento para después volver a hablar.

—Me voy de la casa y no me busques, Taehyung. Quiero el divorcio.

Y finalmente colgó.

Taehyung salió de la oficina apresurado y condujo a su casa. Al llegar pudo ver a Soyeon salir con dos maletas a punto de subirse a un taxi. Se bajó apresurado del auto y cerró la puerta del taxi.

—Gracias. Ya no necesitamos sus servicios.

El taxi se fue.

—¡Taehyung! —gritó enfurecida.

—¿De verdad te pensabas ir? —frunció el ceño y la encaró.

—Te dije que no estaba jugando.

—¿En serio me ibas a pedir el divorcio? ¡Soyeon! —gritó enfurecido de la misma forma.

—¡No quería seguir viviendo con un esposo ausente!

—Podíamos hablarlo. ¡Pero tú querías el divorcio!

—¡Ya he intentado hablarlo miles de veces! —gritó con la voz rota.

Taehyung la abrazó al verla a punto de llorar. Ella correspondió el abrazo y sollozó en su pecho.

—Perdóname, amor. Puedo trabajar menos para poder estar contigo —dejo un beso en su cabeza.

—¿Cuantas veces ya no has dicho eso? Y... Y siempre mientes —dijo entre sollozos.

Y era la verdad, eso se lo había prometido incontables veces, pero nunca lo cumplía.

—En cambio de eso.... ¿Puedes llevarme a tu trabajo algunos días? —preguntó mientras salía de su pecho y lo miraba. Él asintió. Ella sonrió y lo abrazó.

—Entremos. Hace frío —la abrazo y entraron a la gran casa que los abrigo.

Soyeon se giró y comenzó a besarlo, Taehyung correspondió el beso y llevo sus manos a la cintura de su esposa. Bajo sus besos al cuello de ella, al instante la oyó suspirar y soltar un jadeo. Comenzó a dejar chupones en su blanco cuello. La sujetó de la cintura con fuerza y la hizo enredar sus piernas en su cintura mientras la llevaba a la habitación.

La dejo en la cama y quitó su camiseta. Miró sus pechos y llevó una de sus manos a ellos, tocó uno y pudo ver como su esposa se sonrojaba.

Hace mucho tiempo que no lo hacían. Por el trabajo y las pelas no había quedado tiempo para la intimidad.

Se acomodó entre sus piernas y comenzó a besar su cuello mientras seguía tocando su pecho. La mujer bajo de él gimió y llevo sus manos a su cabello rubio apretándolo.

Taehyung bajo su cabeza a sus pechos y comenzó a lamer uno lentamente. Ya podía sentir la erección entre sus piernas. Sin aguantarlo quitó su sostén y lo tiró a una parte de la habitación que no vio. Miró los pechos de su esposa con deseó y hundió su cara en ellos. Llevo uno a su boca y comenzó a chuparlo y delinear con la lengua su pezón.

—Mmn ahg —gimió su esposa mientras sentía la necesidad de tener atención allá bajo.

Taehyung sin hacerla esperar comenzó a quitar su pantalón y vio la humedad en los pantis de su esposa. Sonrió y se lo quito dejándola al descubierto delante de él. Ella abrió sus piernas y Taehyung comenzó a masajear su clítoris mientras seguía besando sus senos. Oyó como su esposa gimió con fuerza y pudo sentir como sus piernas temblaban.

Se paro y fue a un cajón, sacó un condón y bajo su pantalón junto con su ropa interior. Se puso el condón y fue a la cama de vuelta con su esposa. Ella lo miró no tan contenta como estaba antes mientras gemía su nombre, sabía que estaba molesta porque se había puesto el condón, pero no quería volver a discutir.

Ella se paró y le quitó la camisa. Taehyung la volvió a recostar en la cama y a abrir sus piernas. Volvió a tocar su clítoris y entró en ella lentamente.

—¿Dónde está el lubricante? —preguntó ella con el ceño fruncido.

—Se nos acabó —respondió Taehyung.

Dejo que su esposa se acostumbrará y cuando estuvo lista comenzó a embestirla lentamente, al cabo de unos segundos se encontraba embistiéndola con fuerza mientras gemía a gritos.

Flexionó las piernas de ella pegándolas a su abdomen y la embistió con más facilidad. Sabía que Soyeon no se corría fácil así que mientras la embestía comenzó a tocar su clítoris. Vio como tembló con más fuerza y soltaba más gemidos. Sonrió y continuó así hasta que sintió como Soyeon lo apretaba con fuerza, estaba a punto de venirse. Siguió con sus movimientos y admiró su cara cuando se vino. Quedo con unos espasmos por unos segundos y Taehyung continuó embistiéndola hasta que él también se corrió.

Al terminar vio a su esposa con las piernas temblando y sus piernas llenas de sus fluidos. Botó el condón al tarro de la basura y volvió a acostarse con ella. Soyeon se dio la vuelta y lo abrazó. Taehyung se acobijo y a su esposa también, mientras acariciaba su cabello se quedó dormido.

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