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Capitulo único

— ¡DÓNDE ESTÁ BRUNO! — Gritaba Agustín mientras caminaba por los pasillos con total furia — ¡NO VOY A DEJAR QUE SE SIGA SALIENDO CON LA SUYA!

— Basta Agustín, no cometas una tontería — Dijo Julieta tratando de calmar a su esposo

— Se lo merece por meterse con mi niñita, a cometido un gran error

Supo la verdad, habia sido una casualidad, se sintió un idiota pues todavía sucedido tan cerca de ellos, miles de veces sospecharon que algo no andaba bien con Mirabel y su cuñado ya que pasaban mucho tiempo juntos y pues como ella se había ofrecido para ayudarle a recuperar la confianza al hombre asumieron que estaba bien y que solo estaba haciendo una buena sobrina. Que equivocados estuvieron.

— Papá por favor no lo hagas — Mirabel se acercó a su padre — Él no es malo, no me obligó a nada

— Bruno se aprovechó de tu inocencia, mi vida, tu solo eres...

— ¿Una niña? No, pronto cumpliré los 16

— ¡Eres una niña! No sé que te haya dicho para que creas que ese hombre es bueno, pero se que no te conviene, es tu tío

— No me importa el parentesco

Alma se acercó a su nieta y estaba por proporcionarle una bofetada cuando fue detenida por Julieta.

— ¡Mamá no!

— Ella si sabía lo que hacía, Bruno también tiene la culpa por supuesto, pero Mirabel debía ponerse a pensar en que el incesto es malo, espero no le hayas abierto las piernas

Isabela, Luisa, Dolores y Camilo veían la escena en un rincón, Isa vió a su tío que estaba acercándose a la escena cuando decidió atacar, con sus enredaderas hizo que este se tropezara y lo inmolizó con estas.

— ¿¡Por qué mi hermanita, tío... POR QUÉ!?

Él sabía que no saldría bien de esta, temorosamente vió a su sobrina mayor — Lo lamento, yo...

Agustín aprovechó que no podía moverse para poder darle un puñetazo en el rostro.

— ¡¡¡NO!!! — El grito de Mirabel resonó por todo el lugar, la detuvo de los hombros Pepa. El vidente volvió a recibir otro golpe solo que un poco más fuerte que el anterior — ¡No sigas, papá, déjalo!

Isabela también lo golpeó solo que con una de sus plantas — ¡ERES UN MALDITO INFELIZ!

Otros golpes más vinieron, pero cuando estaba por recibir otro Mirabel logró safarse del agarre de su tía y se atravesó resultando que ella recibiera el golpe por parte de su progenitor. Agustín se quedó estático, la culpa dentro suyo por haber golpeado a su hija, aunque el orgullo le impidió decir algo al respecto.

Bruno como pudo se safó de las plantas y ayudó a levantar a Mirabel, pero Julieta le pidió que se alejara.

— Eres mi hermano, y no puedo creer que hayas hecho eso

— Julieta...

— No se ni como sentirme... Te dejé estar cerca de mi hija porque pensé que pensarías en su bienestar

— Y lo hago

— ¡NO ES ASÍ PORQUE DEJASTE QUE LO SUYO SIGUIERA! — Las lágrimas nublaban su vista, las limpió y respiró profundamente — Desde el principio de sus primeras interacciones más allá de lo que son, familia debiste haber pensado en lo mal que está esto, en el dolor que le ibas a causar a la familia

— Pero...

— ¡Y TE IMPORTÓ UN CARAJO!... Ya no se como considerarte

Las miradas de decepción de los demás, las palabras de su hermana pudieron con él, se soltó a llorar. Alma lo observó y se contuvo las ganas de golpearlo, estaba tan dolida que ni siquiera las palabras le salían, no quería sacar lo que estaba sintiendo en esos momentos.

Mirabel estaba tan inquieta, deseaba abrazar a Bruno, tomarlo del brazo y pedirle que se fueron de ahí, pero al igual que el pelinegro aquellas palabras la afectaron, solo que no podía ni llorar ni hablar, simplemente se quedó ahí parada mirando como todos lo juzgaban.

Agustín tomó a su cuñado de la ruana mientras trataba de controlarse — Más vale que te largues de aquí

— Si me dejaran explicarme...

— No tienes ese derecho, perdiste cualquier derecho desde que decidiste faltar al respeto a nosotros, a tu madre, a esta casa y al cariño que te teníamos... Si, teníamos porque a partir de este momento dejas de considerarte de mi familia

— Lo mismo digo

— Mamá...

— Vete ya, Bruno, espero que mañana no estes aqui sinó las consecuencias de eso serán mucho peor de lo que te imaginas

Más tarde, Bruno en su torre estaba guardando sus cosas, observó a la mesa de noche, en esta había una fotografía de la familia, en el centro Mirabel y él, esta tomándolo del brazo, tantas veces se imaginó que así sería su fotografía de casados cosa que por obvias razones nunca iba a suceder, pero le gustaba imaginarlo.

De repente escuchó unos pasos, era la chica la cual lo tomó de la muñeca — No te vas a ir

— ¿Cómo pudiste entrar? Se supone que te estaban vigilando

— Logré salirme con la mía solo que no creo que sea por mucho tiempo, en fin debemos hablar

— No hay nada de que hablar, Mira, ya todo esta hecho, lo nuestro obviamente se ha terminado

— No, me niego a dar por terminado lo nuestro, lo que es tan hermoso y...

— ¡Es enfermo! Es incorrecto, inmoral y más. Fue... — Suspiró, sabía que lo que estaba por decir le iba a doler y no porque se lo iba a creer, era obvio que Mirabel entendería porque lo decía, pero si sería doloroso al ser una señal de renuncia — Fue un error

— Error — Rió sarcástica — El amor no es un error

— Lo que dices sentir por mi no es amor, es un capricho de una niña que ni siquiera sabe lo que quiere

— Se que me estás diciendo estás cosas para que más adelante pueda olvidarte, pero por favor, no te rindas — Entrelazó su mano con la suya — Recuerda todas esas veces en las que nos veíamos directo a los ojos y sin palabras nos decíamos cuando nos amamos. Todas esas promesas e ilusiones de estar juntos a pesar de todo

Se soltó de su agarre — Olvídate de todo eso, es por tu bien

— No, no hagas ese discurso de que es por mi bien, que estaré mejor sin tí y todo eso. Vámonos, vámonos juntos

— No puedes irte, tienes una vida por delante aquí, yo no pertenezco a tu mundo y tal vez nunca estuve destinado a estarlo — Tomó su maleta, besó su frente y luego sus labios y caminó hacia la salida — Adiós Mirabel

— Bruno... — Al ver que este caminaba lo siguió y lo nombró varías veces sin que le hiciera caso — Bruno por favor espera, escúchame... ¡Bruno! — Julieta al escucharla la tomó de los hombros — Mamá suéltame... ¡BRUNO!

El hombre sin mirar atrás y con lágrimas en los ojos salió de casita.

Mirabel aún con el agarre de su madre cayó de rodillas y se soltó a llorar desconsoladamente.

Días después una terrible noticia retumbó por todo el pueblo hasta que fue a oídos de la quinceañera. Bruno había perdido la vida luego de un derrumbe a pocos kilómetros de Encanto. Los Madrigal quedaron atónitos ante aquello, Alma se mantuvo callada por varias horas hasta que sus primeras palabras fueron «Bueno, sino hubiera tomado malas decisiones...«
Julieta y Pepa trataban de verse lo más tranquilas posible aunque obviamente por dentro estaban tan dolidas por la muerte de su trillizo, Agustín lo ocultaba tras una expresión de seriedad, pero también le dolió mucho perder al que había conciderado como el hermano que siempre quiso.

Por supuesto Mirabel fue la más afectada, el día en que se realizó una especie de velación se mantuvo en una esquina, con los brazos cruzados y la mirada perdida, Isabela quien se había disculpado por haber reaccionado de esa manera tenía la intención de consolarla, pero la chica se negó y le pidió que la dejara en paz. Mirabel se sentía muerta por dentro.

Esa misma noche, Camilo se dirigía a la cocina cuando de repente tuvo la necesidad de voltear hacia arriba y se encontró con la escena de su prima en el techo, muy cerca de la orilla.  Rápidamente fue en busca de ayuda de sus tíos y los demás y de inmediato Julieta, Isabela y Agustín subieron al techo.

— Hija, no saltes por favor

— La vida ya no tiene sentido sin él, mamá. Yo lo amaba

— Eso no era amor, mi vida

— ¡Claro que sí lo era, él era el amor de mi vida!

Isa también habló — Hermanita, yo te entiendo, entiendo perfectamente lo que sientes, la sensación de estar muerta por no poder estar con el hombre que amas por el lazo sanguíneo es terriblemente doloroso — Ignoró por completo las miradas confundidas de que sus padres y siguió hablando — Pero estamos contigo, perdóname por haber reaccionado así y...

Agustín sin ponerse a pensar en ser delicado se acercó a su hija — Escúchame bien Mirabel, debes dejar de hacer berrinche y enfócate en olvidar a ese infeliz

Mirabel los vió por última y sonrío triste — Los quiero — Y saltó

Isabela intentó tomarla con sus enredaderas, pero no logró a tiempo. Mirabel se había ido para siempre.
Desde abajo la abuela vió como su nieta menor había muerto, se quedó en shock total y horrorizada. Casita también hizo su esfuerzo por querer salvarla y también sin lograrlo a tiempo.

...

Un mes después cuando la familia se reunió para cenar se llevaron una visita inesperada.

— Hola

Todos al escuchar aquella voz y posteriormente voltear a verlo no podían creerlo. Bruno estaba vivo.

Julieta se levantó y lo abrazó sin importarle que dirían los demás — Estás vivo, no puedo creer que estás vivo yo... Lo siento tanto

— Hermana, yo de verdad lo siento, no quise...

— No te disculpes, nosotros debimos haberte dado la oportunidad de explicarte

— No te preocupes, entiendo que estaban tan molestos y asqueados por lo que hice. Ok, ¿Dónde está Mirabel? Quiero hablar con ella — Al mencionar su nombre se dió cuenta de ellos se estremecieron — ¿Qué pasa?

Agustín cegado por el enojo se levantó y se acercó a este — Ella está muerta por tu culpa

— ¿Q-Qué... No

— ¡Si, ella saltó desde el techo y murió por pensar que una vida sin ti no tenía sentido, por tu culpa ella ya no está con nosotros, la corrompiste!

— ¡¡NO!!

— Y no solo eso, ella estaba esperando a un bebé producto de tu enferma obsesión y...

— ¡BASTA! YO NO LE QUISE HACER DAÑO, YO LA AMABA

Agustín se abalanzó contra Bruno y lo golpeó tantas veces hasta que sus nudillos ardieron y no le hizo caso a la llamada de su esposa y cuñados además de que estos también intentaron alejarlo solo que este logró salirse con la suya— ¡TE VOY A MATAR, MALDITO ENFERMO!

— ¡HAZLO! — Sangre salía de su boca y tenía un ojo morado — Mátame, no merezco vivir

Agustín respiró profundo y lo dejó en paz, Bruno sin pensarlo 2 veces se levantó, tomó un cuchillo y se lo clavó en el abdomen. Julieta lo pudo sostener antes de que cayera al piso, quiso darle un remedio que tenía a la mano, pero ya era demasiado tarde, él ya no presentaba signos de vida.

Pepa también se acercó a su hermano y besó su frente. Alma solo se quedó en su asiento sin decir nada y sin querer moverse. La culpa carcomiendola.

Un amor prohibido que terminó en tragedia y una familia que se corrompió tras esas muertes y después fueron las de Alma y Julieta que no pudieron con el dolor. Los Madrigal no volvieron a ser la misma de antes y terminaron por separarse con excepción de Camilo e Isabela quienes se prometieron luchar por su amor y viviendo con el miedo de tener el mismo destino que Mirabel y Bruno.

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Lo sé, que triste y trágico, pero ésta idea estaba rondando en mis cabeza desde hace días y se me ocurrió mientras estaba trabajando jajaja.

En fin espero les haya gustado.
Hasta la próxima :3

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