Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

cap 7

🌮

JiMin estaba en videollamada con YoonGi aunque, desde el alcatel del pálido, y gracias al pixelaje, era difícil de descifrar si sus ojos lo estaban viendo o estaban bizcos. De momentos el sonido se saturaba, pero todo se arreglaba riendo abiertamente por algún chiste doble sentido que no comprendía y el pálido explicaba amablemente.

El menor estaba recostado en el sofá de su habitación con los pies en el aire, balanceándolos coquetamente, con el rostro ladeado sobre un cojín para intentar verse más lindo.

— "¿Qué harás este fin?" —Preguntó el pálido del otro lado de la línea, recargándose contra la pared verde menta de su habitación, siendo las diez de la noche la lámpara vieja de su habitación iluminaba torpemente, así que podía verse como un espectro en la pantalla.

— Creo que saldré con mi papá..., me dijo que quiere hacer una cena, o algo así. —Suspiró agotado, siempre le gustaba ir a las cenas porque implicaba usar ropa nueva y tomarse muchas fotos, sin embargo, convivir era lo más agotador. Siempre debía sonreír y portarse lo más recto que pudiera. Debía pretender interés escuchando quejas sobre celebridades políticas que no conocía y no le interesaba.

— "Neh, dile que tienes algo importante y vente conmigo." —Silbó afirmando.

JiMin, en el mismo gesto exhausto, lo acompañó encogiéndose entre sus hombros abultando sus labios.

— Me gustaría... —cerró los ojos y enterró su rostro contra el cojín— pero acaban de pasar las elecciones. Mi papá está ansioso por ver a sus amigos y hablar de eso, creo que Twitter no le basta, tiene como tres cuentas secretas, en todas ellas pelea diaro.

— "Podrías-..." —se escuchó un ruido extraño, levantó su rostro para observar el teléfono, percibió unas carcajadas y, entre los pixeles, pudo notar el rostro fruncido del pálido— "¿qué haces aquí, wey?", "vengo a hacerte un ofertón, wey". —JiMin sonrió, era JungKook, sonaba como siempre: con la voz adorable como si estuviese cantando entre palabras— "estoy en llamada" —respondió YoonGi— "¿apoco shi, mi todo enharinado? Adivina: no te pregunté." —Notó cómo alguien tomó el teléfono y, de inmediato, la imagen cambió al rostro de JungKook. Estaba demasiado cerca a la cámara, podía notar sus ojos redondos y su sonrisa radiante que le causó alegría. Siempre parecía con un buen humor independientemente de lo que hiciera.

— ¡Hola, JungKook! —Saludó sonriendo abiertamente, escuchándolo reír en el proceso.

— "JiMin, ¿no quieres venir a ayudarnos a vender? Será divertido."

— ¿Vender? —Preguntó curioso mientras, de fondo, se podían oír los quejidos de YoonGi intentando quitarle el teléfono, apresó más la almohada contra su rostro riendo.

— "HoSeok no consiguió los pejecoins que necesitaba." —Se escucharon otros quejidos y, al fin, el mayor logró quitarle el celular. La imagen regresó al pálido que le gustaba— "no lo escuches, está todo pendejo" —murmuró YoonGi jadeando.

— Pero sí me interesa... —hizo un puchero insistente— ¿de qué habla?, ¿qué venderán?, ¿qué son pejecoins?

JungKook se asomó hacia la pantalla y continuó hablando, recargando su mejilla en el hombro del pálido que seguía agotado.

— "Pondremos un puesto en el tianguis y venderemos cosas, será bien chido, vente."

— ¿Cosas?

— "Cosas." —Repitió JungKook.

— ¿Qué cosas? —Volvió a preguntar JiMin.

— "Muchas cosas." —Enfatizó con los ojos abiertos en sorpresa.

— Aish... —suspiró sabiendo que debía ser específico— sí, pero ¿qué?

— "¿Qué de qué?" —Frunció las cejas el menor de todos—. "Quiere saber qué vamos a vender, wey, qué objetos y comida." —Respondió YoonGi aún mirando hacia la cámara del teléfono— "ahhh" —soltó una risa el menor— "chicharrones preparados, tepaches, ropa usada y creo que namás.", "lo que se nos ocurra." —Completó, al final, YoonGi.

— ¿Y qué son pejecoins?

— "Dinero." —Afirmó el pálido, a lo que JungKook rápidamente intervino diciendo:— "¡Ah!, ¡pero ya se van a llamar sheintavos!"

JiMin soltó una risa y miró a su habitación en un gesto meditativo. Su papá siempre lo llevaba por mera formalidad pero nunca lo había obligado, si lo acompañaba era por mera consideración —y para usar ropa linda—.

— Okay. —Sonrió cómplice— quiero ir, nunca he vendido nada, ¿puedo?

🌮

— Entonces ¿ya sabías que tendrían un día de venta? —Preguntó JiMin mientras SeokJin conducía, sacó su espejo de mano colocando un poco de bálsamo sobre sus labios.

— Sí. —Respondió SeokJin.

— ¿Por qué no me dijiste? —Suspiró frustrado, haciendo un puchero para mirar por la ventanilla a su lado.

— Creí que usted saldría con su padre, no quería interrumpir... —se detuvo en un semáforo y acomodó sus lentes oscuros— además..., no se ofenda, pero creí que sería mi día libre.

Un jadeo se escuchó, miró por el rabillo del ojo a JiMin que había puesto un rostro sorprendido y genuinamente ofendido. No había visto una reacción así desde que uno de los empleados había perdido su sandalia Gucci en un crucero.

— ¡¿Estás diciendo que estar conmigo es por trabajo?! —Frunció el ceño, parpadeando rápido— ¡Tú a mí me agradas, ¿por qué dirías algo tan horrible?!, ¡Creí que nos llevábamos bien!, ¡¿Es que toda tu personalidad la construiste para complacerme?!

— Claro que no, joven. —Negó con los ojos fijos al frente, avanzando cuando el semáforo les permitió— usted es carismático, simpático, agradable, sonriente y compasivo.

— Oh... —JiMin sonrió complacido, relajando sus hombros al instante— gracias...

Después de unos segundos el menor se quitó sus propios lentes de sol con un gesto más ofendido.

— ¡No, espera! —negó aterrado— ¡Dijiste eso para complacerme!

— Pero usted es eso y más, joven Park. —Sonrió mecánicamente, lo suficientemente convincente para quienes rentaban un producto—. Es usted una persona maravillosa, no dudo que cualquiera quisiese su amistad.

— Oh... —JiMin volvió a sonreír, miró sus lentes y los cerró con un delicado gesto— bueno..., gracias.

Unos segundos más, volvió a escucharse un quejido.

— ¡Lo hiciste de nuevo!

🌮

JiMin observó a SeokJin sacando una charola cubierta de papel aluminio, misma que estaba en la parte trasera de la camioneta. Extrañado por la reacción de su empleado, acomodó su propia playera y, sacando su abanico, preguntándose en silencio por qué hacía calor si recién eran las siete y media de la mañana, habló:

— ¿Qué es eso? —el aire del abanico le acomodó mejor el cabello.

— Gelatinas, son de diferentes sabores, las hice ayer en la noche. —Murmuró SeokJin, acomodándose recto y encaminándose hacia un punto desconocido.

JiMin se asomó a la parte trasera encontrando otras dos charolas, golpeó más aire contra él y acomodó el abanico dentro de su mochila.

— ¿Para qué? —Preguntó arqueando la ceja, tomó una de ellas sin que se lo pidieran.

— Para la venta. —Asintió.

— ¡¿Debíamos traer algo?! —Susurró asustado, caminando a lado de su guardaespaldas que ahora llevaba ropa informal.

— No. —Negó también con un gesto formal— pero deseé ayudarles un poco.

— ¡Ay no! —Juntó sus cejas tímidamente— ¿qué dirán de mí?

— Nada, joven Park. —Confirmó con la misma seriedad que lo caracterizaba— estarán contentos con su mera presencia.

— Deja de decirme lo que quiero oír. —Soltó un puchero entristecido.

Al inicio de una avenida encontraron a múltiples personas colocando puestos con lonas y mantas de distintos matices de un solo color: rojizo. Muchas personas cargaban cajas con verduras, fruta, bultos de ropa y más curiosidades. Escuchó de fondo una cumbia que no había oído antes y que, además, se mezclaba con el resto de las voces y otros parlantes con música dispar. Encontró rápidamente a JungKook que estaba montado sobre una cubeta, amarrando una lona roja carcomida por el sol dándole un aspecto más pálido, fue fácil reconocerlo por sus tatuajes pero, sobre todo, porque estaba cantando a todo pulmón.

— "Y si algún día me voooooy al máááááás allá. En el cielooo, yo te esperooo y muy juntos alláááá viviremooooos"

HoSeok, mientras tanto, estaba instalando una mesa y NamJoon arribaba dejando una caja de huevo en el suelo.

— ¡Hola! —SeokJin sonrió llamando su atención, parecía aún más relajado viéndolos.

— Hey... —NamJoon correspondió el gesto, se acercó y le ayudó con las gelatinas, JiMin siguió a ambos para saber dónde colocarlas— no tenías qué, gracias.

— Espero que les ayude. —SeokJin sonrió amablemente. JiMin sólo se encogió entre sus hombros tímidamente deseando no haber sido grosero al no llevar algo.

— ¡JiMin! —Gritó JungKook aún peleándose con el lazo, sonriendo con todo el rostro— ¿sabes escribir?

El mencionado lo miró con un gesto extrañado.

— Eh... ¿sí?

— ¿Por qué me preguntas? —El menor arqueó una ceja.

— Es decir... sí. —JiMin afirmó levantando los hombros.

— ¡Tenemos suerte! —Soltó una risa amplia— ¿Puedes ayudarnos a escribir?

— Claro... —JiMin se acercó a la mesa que ya había sido colocada— ¿qué escribo?

HoSeok, que llevaba una playera pegada al torso con un estampado retro de coca-cola y unas bermudas amplias negras, le dio tres cartulinas fosforescentes en diversos colores: verde, naranja y amarillo, además de un marcador grueso.

— "Oferta, gelatinas a 15 pesos", "Ropa de buena calidad sin devolución", y "Chicharrones preparados". —Murmuró señalando con su uña pintada cada uno de los cartones.

— Oh... —asintió comprendiendo— ¿por qué los chicharrones no tienen precio?

— Porque son más caros. —JungKook suspiró bajando de la cubeta— preguntan, les decimos y, mientras lo piensan, ven otras cosas en el puesto. Mente emprendedora, ¿vistes?

— Ah... —volvió a afirmar con la cabeza, mientras escribía NamJoon se asomó.

— Súbele al precio de las gelatinas. —Murmuró el moreno.

— ¿Qué? —Detuvo su escritura y miró detrás de sí— ¿debería?

— Seh... —NamJoon sonrió sarcásticamente— Xóchitl se hizo millonaria así.

— ¡Ay, ya vas a empezar! —HoSeok suspiró sacando la otra lona para colocarla sobre la mesa.

El moreno sonrió abiertamente y levantó los hombros restándole importancia. JiMin, no comprendiendo el chiste, continuó escribiendo, mientras lo hacía la voz de JungKook seguía armonizándolos.

— ¿Por quién votaste, HoSeok? —Preguntó JiMin aún enfocado en hacer unos bonitos detalles al final de cada letra y probablemente un dibujito.

— Claudia. —Sonrió abiertamente.

— ¡¿Qué?! —Arqueó una ceja, decidido a no discutir, preguntó al moreno— ¿Tú, Nam?

— Anulé. —Murmuró en respuesta.

JiMin miró a su guardaespaldas que, acomodándose recto, respondió antes de cualquier aseveración:

— El voto es libre y secreto, joven Park.

— ¡Aish! —Negó. Entonces observó a JungKook que estaba cargando la pequeña paca de ropa usada mientras cantaba: "corazón andino, corazón serrano, tenías alas para volaaaaar y soñaaaar"— ¿Tú, Kook?

— ¿Yo qué? —Preguntó levantando el rostro con interés.

— ¿Por quién votaste?

— Ah... —sonrió— deja te muestro...

JiMin esperó ver una foto de su celular, sin embargo, lo observó caminando a su mochila. Extrañado, analizó sus movimientos, sorprendiéndose cuando lo miró sacando las múltiples hojas electorales notablemente arrugadas después de haber pasado unos días en un sitio como ese.

— ¿Por qué tienes las boletas? —JiMin murmuró frunciendo las cejas, tapando el plumón para prestar total atención al menor.

— Psss porque así es, ¿no? —JungKook extendió las hojas mostrando su voto a, nuevamente, morena.

JiMin, en lugar de sentirse molesto por el voto, parecía consternado.

— No, JungKook... —negó mirando las hojas— esto debiste entregarlo. Habían unas cajas, ahí debiste dejarlas.

— Ora... no seas chismosooo —habló cantadito— te dio coraje porque Cheinbau ganó. —Murmuró ofendido alejando sus hojas de la vista de JiMin, apresándolas contra sí.

— ¿Qué? —Negó nuevamente— no, no... pero es... esto debiste entregarlo.

— Envidioso. —Dobló nuevamente sus hojas y las guardó en su mochila del partido verde.

JiMin lo observó enfocándose en la paca, miró al resto que parecían estar bien con lo presenciado. Se giró, cruzó los brazos y los cuestionó en un susurro.

— ¿Por qué no le dijeron? —Miró a HoSeok que estaba comenzando a ordenar la mesa.

— Porque está chiquito, es la primera vez que vota y estaba emocionado. Quise regresarlo, pero NamJoon lo vió feliz y no pudo decirle que se había equivocado. —Habló sin siquiera mirarlo, sabiendo a qué se refería y que, claramente, aceptaba sin chistar.

— ¡Nam! —JiMin suspiró observando al moreno junto a su guardaespaldas, ambos ordenando las gelatinas en la mesa— debiste decirle.

— Es que... —se encogió entre sus hombros deteniendo su labor, sosteniendo una pequeña gelatina entre sus manos grandes— está pequeño, JiMin. Las próximas elecciones lo acompaño.

JiMin suspiró girando los ojos, justo cuando estaba por continuar con su labor de escritura escuchó la voz del menor:

— Oye... JiMin. —JungKook habló totalmente ajeno a lo discutido hace tan sólo unos segundos antes— ¿y Tae?

— Ah... no quiso venir. —Respondió. Ante el mutismo levantó la mirada chocando con los ojos enormes y expresivos, estos parecieron hacerse más grandes ante tan cortas palabras, incluso juraba ver su propio reflejo en las iris inocentes. Al mismo tiempo los labios hicieron un abultado movimiento natural de un puchero, detalló un par de parpadeos lentos, como esperando más que sólo eso. Pensó, por primera vez, que entendía totalmente a NamJoon. Parecía un cachorro que no entendía un "no" por respuesta, acostumbrado siempre a ser acariciado y mimado— bueno-, uh... le preguntaré si puede venir.

— ¡¿De veritas?! —Preguntó emocionado, iluminando sus orbes más.

— Sí... —se giró y sacó su teléfono para buscar el contacto de TaeHyung.

JungKook, que ahora sonreía con alegría contenida, observó a HoSeok, ganándose un ligero golpe en el pecho.

— Conmigo no, ojos de tapioca. —Murmuró negando.

🌮

— ¡Ya llegó la riata! —Gritó YoonGi mientras silbaba, dejando en el suelo un poco más de ropa y objetos del hogar como una cafetera vieja, a la que ya no le servía la resistencia, una taza sin pares, y platos de plástico ligeramente arañados en el vientre. Al hacerlo fue consciente de JiMin que lo miraba sorprendido— ¡Ay, perdón! —Tapó su propia boca.

— ¿Riata? Mmh... para tus miserias. —HoSeok negó tomando las cosas para ordenarlas y exhibirlas.

— Hola. —JiMin sonrió, acomodándose el cabello y juntando sus manos con timidez.

— Hey... —carraspeó tratando de peinarse— uh... ¿cómo tas?

— Bien. Estaba esperándote.—Murmuró tímido.

El pálido infló el pecho, en el que portaba una playera vieja de las chivas, corrigió su postura, carraspeó y asintió.

— Cargué esa caja hasta acá. —Afirmó presumiendo de su fuerza.

— No te vayas a quedar sin manos por cargar una caja con ropa y una cafetera. —Replicó HoSeok con una risa.

— ¡Shht! —Lo silencio con un manoteo y miró de nuevo a JiMin—. En realidad será un poco aburrido. Sólo estaremos ofertando. —Sonrió, animándose a tomar la mano del hombre que le gustaba.

JiMin se enfocó en los ojos del pálido y sintió timidez, bajó la mirada hacia el suelo y quiso sentarse con él detrás del puesto para sostener ambas palmas mientras hablaban de cualquier cosa, incluso podía preguntarle qué había traído, haría lo que fuera por oírlo hablar. Abrió sus labios brillosos y, cuando estuvo por decir algo meloso, JungKook interrumpió con voz animada.

— ¡PACHE, PACHE, PACHE, PACHE PACHE!, ¡LLEVE, LLEVE, LLEVE, LLEVE LLEVE! —Aplaudió animadamente haciendo que su cabello se revolviera entre movimientos— ¡SÓLO HOY PORQUE MAÑANA NOS AGARRA LA CHOTA POR ROBO A CASA-HABITACIÓN! AHHH, TE CREAS, LO ÚNICO QUE ME HE ROBADO ES EL CORAZÓN DE LAS DAMAS...

— Eres gay, JungKook. —HoSeok suspiró detrás del puesto.

JungKook no lo escuchó y continuó bailando.

🌮

Para cuando TaeHyung llegó, siendo conducido por SeokJin, encontró a JungKook aún gritando. El moreno llevaba una playera blanca simple y unas bermudas anchas de los muslos. Removió los lentes de su rostro y arqueó una ceja ante la imagen.

— AMIGA, SE TE CAYÓ... —señaló a los pies de una mujer, misma que se detuvo para observar el sitio, buscando algo específico que desconocía— ¡SE TE CAYÓ LA CARA AL VER ESTA OFERTAZA!, ¡UN VESTIDO A SÓLO TREINTA SHEINTAVOS!

— ¿Sheintavos? —TaeHyung se acercó aún extrañado.

— Qué pedo, precioso. —Sonrió jadeando por la actividad física— es la nueva moneda nacional.

— Qué naco eres, Kook. —Negó el moreno cruzando los brazos.

— Nam, dice que esa palabra es mala. —Lo señaló inquisitoriamente, abriendo los ojos como si fuese un niño escuchando una grosería.

Dado que ya no había nadie haciendo un espectáculo frente al puesto para llamar la atención, el pálido se levantó dejando las manos de JiMin.

— Ahora yo bailo. —YoonGi se acercó a ambos.

— Por favor no. —Pidió TaeHyung ladeando el rostro— no quiero que llueva.

JiMin, haciendo un puchero, se acercó tomando el brazo de YoonGi, pegándose a él con recelo.

— Qué grosero. —Le reclamó a su amigo.

— ¿Por qué iba a llover? —Preguntó JungKook.

— Kook. —NamJoon llamó su atención, queriendo evitar una pelea— ¿por qué no vas a comprarnos unos tamales y, de paso, llevas a Tae?

— Va, va, va... —Asintió aplaudiendo— vente, guapo.

— Aish... —TaeHyung giró los ojos pero de cualquier manera lo acompañó.

🌮

— ¿Para qué necesitas el dinero, HoSeok? —Preguntó JiMin mientras observaba a YoonGi modelando, por encima de su ropa, un vestido que su mamá ya no ocupaba.

— Se acerca el pride. —Murmuró con los brazos cruzados, sonriendo por ver a NamJoon haciéndole segunda al pálido, llamando la atención de más personas por sus gritos exagerados.

— ¿Vas al pride? —Preguntó emocionado. Él no podía ir por su padre que financiaba a varios partidos políticos conservadores. Su mejor amigo, TaeHyung, tampoco asistía, sus padres eran muy cercanos con las iglesias cristianas— ¡Qué emoción!

— ¿Ir? —Preguntó riendo, ladeó el rostro y se encogió entre hombros— nop, no voy, celebro aquí. —Extendió las manos hacia el frente, presentando un público inexistente.

— ¿Aquí? —Arqueó una ceja.

— Sip.

— ¿En... en este puesto? —Murmuró incrédulo.

— ¡No! —Carcajeó animado, se acercó a JiMin chocando su hombro contra él— en la colonia, me refiero... hacemos actividades para el barrio. —Inhaló con orgullo.

— ¿Actividades? —Se inclinó con los ojos interesados.

— Sip, tengo amigos que cortan el cabello, maquillan. Amigas que presentan shows de lucha libre o talleres de lecturas. Amigues que se visten precioso y diseñan ropa o accesorios. —Levantó los hombros animadamente— es el día de ellos, ellas y elles. —Aplaudió emocionado— pero necesito dinero para rentar una lona y todo...

— ¿Y... es como una fiesta? —Encarnó las cejas con interés.

— Casi. Hay baile, música, karaoke. Muchos de los que se presentan aprovechan y obtienen una latina extra. —Sonrió mirando a YoonGi y NamJoon, quienes ya habían vendido el vestido y ahora estaban probándose una blusa escotada, para lo que el pálido insistía en usar al moreno porque "tenía más atributos en la pechuga"— ese es nuestro pride.

— Suena... —desvió la mirada pensativo— suena muy bien... es... es donde me invitaste ¿cierto? —Recordó el día en la casa de YoonGi, donde HoSeok le había contado de un día donde "nos vestiremos bonito, será lindo". 

HoSeok analizó al joven a su lado, detalló la forma delicada que se comportaba lo mejor posible. Conocía esa precaución, la había visto varias veces en su vida.

— Sí. La invitación sigue abierta... puedes venir. —Lo animó, con una cálida sonrisa.

— Yo-, no, no... —carraspeó mirando sus manos, cuando lo invitaron pensó que sería una reunión íntima... pero algo con más personas, lo ponía nervioso—. Mis papás... ellos... bueno, son especiales.

— Nadie se tiene que enterar. —Susurró con las cejas hacia arriba en un gesto divertido.

— Si... si alguien me reconoce... —rascó su propio brazo con incomodidad.

— Te diré qué. —Aplaudió de nuevo, un gesto muy común en él, le quedaba bien con su figura esbelta y cuidada—. Puedes usar maquillaje exagerado, ese día es nuestro, pero no por eso vamos a forzar a alguien. —Sacó su teléfono y comenzó a buscar en él con un gesto rápido. JiMin analizó la funda lila, movió un poco el rostro para observarlo mejor, encontrando así una imagen de Kuromi donde estaba guiñando un ojo, le pareció apropiado para la personalidad del dueño— mira... esto hicimos el año pasado.

Observó la imagen de personas con maquillaje exagerado en una armonía extraña y estética, peinados extravagantes y ropa psicodélica.

— ¿Sabes quién es? —Preguntó encogiéndose entre sus hombros delgados, JiMin lo miró con duda. Regresó a la imagen y detalló uno a uno los rostros. Uno tenía las cejas pintadas sobre la frente y sombras azules, otro no tenía cejas pero poseía unas pestañas enormes que distraían de la falta de, el último, mientras tanto, poseía un delineado picudo hacia las sienes.

JiMin afinó la mirada para encontrar algún detalle que lo delatara.

— Mmh... —dudó— no creo.

— El de en medio es YoonGi. —Mencionó tapándose la boca para reír.

— ¡¿Qué?! —JiMin volvió a observar la imagen, pudiendo reconocer los ojitos almendrados y la sonrisa contenida, pintada en labial rojizo.

— Lo maquillaron. Nadie lo reconoció. —HoSeok asintió.

— Woah... —suspiró sorprendido.

— Podemos hacerte lo mismo. —Su sonrisa dejó de mostrarse extravagante, tornándose cálida y comprensiva— es justo que disfrutes también. —Colocó su mano sobre la rodilla del menor, viéndolo con el cariño de un hermano mayor.

JiMin se sintió arropado por el hombre a su lado, carraspeó tímido y asintió bajando la mirada. HoSeok siempre olía fresco: a vainilla y dulce, sus uñas siempre permanecían limpias y su rostro estaba perfilado. Siempre lo veía colocándose cremas y retocando el maquillaje café claro en las esquinas de sus ojos. Lo admiraba, él también usaba colores en los ojos, pero casi siempre eran sencillos, discretos y sutiles, no por deseo, sino por evitar llamar tanto la atención. Y, como regla, se desmaquillaba antes de llegar a casa. Pensó en lo mucho que quería intentar otras cosas, juntó los muslos y apresando su pantalón estuvo a punto de hablar cuando un silbido los sacó de su conversación.

— ¡Eh! ¡Shht! ¡Esa mano! —Gritó YoonGi que llevaba un gorro amplio con flores falsas— consíguete el tuyo.

HoSeok soltó una risa traviesa y negó. Se acercó más a JiMin y lo abrazó para juntar su mejilla, el menor soltó una carcajada por la acción, sintiéndose querido y en confianza.

— ¡EY, EY, EY! —Volvió a gritar el pálido.

— Fan de su relación. —Murmuró JungKook acercándose con una bolsa de tamales, siendo seguido por TaeHyung que ya bebía un champurrado de galleta.

— ¡Ey! —Gritó de nuevo el pálido señalando a JungKook— aléjense gatas rompe-hogares. —Se acercó a JiMin y le colocó el gorro en el rostro— no lo vean que se me desgasta.

Mientras los tres peleaban entre sí, JungKook sólo siguiendo la corriente porque lo divertía ver a YoonGi enojado, JiMin escuchó la voz de su amigo acercándose.

— JiMin... —TaeHyung murmuró— ¿vas a comer un tamal? —Sus cejas se fruncieron en incredulidad.

— Ay, Tae... —se quitó el gorro aún riendo, sintiendo aún los brazos de YoonGi alrededor de sus hombros, decidiendo no alejarlo— lo dices como si nunca hubieras comido uno.

— Bueno... —desvió la mirada avergonzado, cubriendo el sentimiento con arrogancia— pero no es lo mismo lo que hemos comido que...

— Si no quieres comer no lo hagas. —Sonrió viendo cómo repartían los platitos desechables— estarás bien sin comer ¿no? —Sonrió burlón al mismo tiempo que subía su mano para acariciar el antebrazo del pálido que aún lo abrazaba.

— ¡Ayyy! —Gritó YoonGi alejándose— iralo... me tas poniendo bien nerviosooo. —Se alejó dando brinquitos de la emoción.

Al final TaeHyung comió un poco del tamal de JungKook y luego pidió uno más para sí mismo.

🌮

Terminaron de vender cerca de las cinco de la tarde, aún hubo ropa que no fue atractiva, pero lograron conseguir mil pesos.

JungKook, mientras tanto, había sacado a TaeHyung a bailar en el fondo del puesto. Lo enseñó a bailar al ritmo de "el final de nuestra historia" que sonaba en un puesto de música cercano. El moreno, quizás animado por estar siendo ignorado por el resto, o porque no se pudo resistir a los ojos del menor, siguió los pasos con risas amplias.

— Creí que serías de otro tipo de música. —Murmuró TaeHyung aún sosteniendo su mano, aún cuando ya no bailaban.

— Ora... ¿de qué parezco o qué? —Levantó las cejas sonriendo.

— Como.... —levantó los hombros meditativo sobre sí mismo— no sé, usas ropa negra, y tienes tatuajes. —Acarició desde la mano hasta el brazo entintado—. Creí que... te gustaría más el rock o algo así. —Sonrió divertido.

— Ese es Nam. —Señaló recargándose en un poste de luz, atrayendo a sí al contrario— algún día te dedicaré una canción bien chula como tú, namás trátame bonito.

— ¿Es esa una condición? —Arqueó una ceja coquetamente.

— Es que si me tratas feo ya no podré oír la canción sin chillar. —Asintió convencido, entrelazando sus dedos.

— ¿A quién le has dedicado canciones? —Preguntó con curiosidad.

— A NamJoon.

— ¡¿A NamJoon?! —Sus ojos se abrieron incrédulos— ¡¿qué?!

— Seh, pero ese wey no me ha roto el corazón, así que no chillo. —Sonrió ladino.

— ¿Qué canción fue? —No estaba seguro de querer saber.

— Señora de las cuatro décadas.

TaeHyung quedó en silencio unos segundos, procesó observando los ojos de JungKook, queriendo encontrar en ellos una pizca de broma, una sonrisa ladina se colo en las esquinas de sus labios, pero lentamente se desvaneció al saber que era en serio.

— NamJoon no te lleva tanta edad. —Frunció las cejas.

— ¿Cómo no? —Arqueó las cejas— es un señor sabroso.

— ¿Se supone que hables de otros hombres frente a quien intentas conquistar? —Dejó la mano de JungKook y cruzó sus brazos.

— Tu también te lo puedes sabrosear. —Levantó los hombros.

— ¡JungKook! —Rodó los ojos.

— Me gustas. —Afirmó el mencionado— NamJoon me gustó, pero tu me gustas ahora, no tienes por qué enojarte. —Volvió a tomar la mano de TaeHyung.

— ¿Te gusto? —Lo miró incrédulo.

— Y un vergo.

El moreno languideció los brazos permitiéndolos moverse, JungKook volvió a tomar sus dedos.

— Sólo no me dediques algo de Arjona. Ni hoy, ni nunca. —Le advirtió.

— Órale. —Asintió.

JiMin, que estaba sentado sobre una cubeta, observó a su mejor amigo, hacía mucho no lo veía reír de esa forma ni ser tan íntimo. Recargó su mejilla contra su palma y mordió ligeramente su labio inferior, definitivamente llevaría a TaeHyung al día del evento, le gustaría mucho verlo así... feliz.

— ¿Por qué tan pensativo, bonito? —YoonGi se sentó junto a él en otro bote, entregándole una michelada que había ido a comprar.

— Es que... me gusta verlo feliz. —Respondió sonriente, tomando la michelada para darle un trago, rápidamente parpadeó confundido— uh... —carraspeó— esta... sabe distinto.

— Sí... —suspiró— las de aquí son culeronas pero pedí la más finolis para ti.

JiMin sonrió enternecido y bajó la mirada.

— Muchas gracias. —Tamborileó los dedos sobre el vaso de plástico y miró con ojos expresivos al pálido.

Llevaba ropa descuidada y estaba manchando su rostro con chamoy, encontrándose jadeando a la vez por el enorme trago que le dio a la bebida. Desde su posición pudo analizar lo bonito de su perfil y lo atractivo de su actuar natural, de su cuello desprendía un rosario de madera desgastada, del que, podía adivinar, faltaban algunas bolitas. En sus orejas había dos aretes dispares, uno de una piedra pequeña de fantasía y uno redondo de acero del que colgaba una cruz.

— YoonGi... —murmuró — ¿te molestaría que los acompañara al pride? Al que organizan ustedes, me refiero. —Preguntó sabiendo que era un día en el que ellos, como amigos y comunidad, compartían. No quería entrometerse aunque HoSeok hubiera sido amigable.

— ¿El qué?

— El pride.

— ¿El refresco? —Arqueó una ceja dándole otro trago a su michelada.

— Ese es "Sprite". —Rió.

— Ah... —frunció las cejas en confusión— ¿el qué?

— El... el día del orgullo, donde organizan.... umh... cosas. —Explicó con vergüenza.

— Ahhh... —asintió— no, no me molestaría ¿por qué? —jadeó con sorpresa— ¡¿vas a venir?! ¡Ayyyy no manches! —Sonrió— yo te maquillo.

— Nop. —HoSeok lo interrumpió dejando una caja a su lado— no sabes.

— Ey... —soltó un puchero— el año pasado me enseñaron.

— Necesitas más que una clase. —Levantó los hombros cerrando los ojos con dignidad.

Ambos lo vieron marchándose para continuar guardando el resto de cosas.

— Puedes pintar mis uñas. —Murmuró JiMin hacia el pálido.

— ¡Sí! —Se emocionó— siempre le pinto las uñas a mi mamá. Me quedan... UFFAS.

🌮

Mientras TaeHyung, SeokJin y él iban en la camioneta, pensó en la comunidad que YoonGi tenía y cómo lo había acogido con naturalidad. Recargó su codo para descansar el rostro ligeramente inclinado, la tarde comenzaba a filtrarse por las nubes vespertinas que no aminoraban el calor. Se detuvieron en el tráfico típico de la hora, SeokJin prendió la radio local para pasar el tiempo más rápido, detrás sólo podía oírse a TaeHyung tecleando rápido.

Después de un comercial empezó a sonar "fue su amor" de Alacranes Musical. SeokJin se estiró un poco para cambiar la estación, acostumbrado al tipo de música que los más jóvenes consumían, pensando que alguno conectaría música de su teléfono, pero la mano de JiMin lo detuvo.

— Déjale. —Murmuró desviando la mirada hacia la ventana— me gusta esa canción.

SeokJin no dijo nada, sólo miró al frente con los ojos sorprendidos y conteniendo una sonrisa.

— ¡Ay no! —Gritó TaeHyung— ¡Ya te contagió lo naco!

🌮

.

.

FELIZ CUMPLEAÑOS Nuna_13 un besuqui en las mejillas y un silbidito de aprobación. 



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro