9.
Nubes aglomeradas alrededor,
pálido el cielo, tan blanco, vacío,
tan semejante a mi mente
que no deja de pensar.
Viento suave y taciturno,
canto en gotas de lluvia,
tan semejante a mis ojos cubiertos de lágrimas.
Saltando en mi mente por un precipicio
sin fondo, sin luz, sin nada.
Entonces veo a lo lejos,
¡Ahí estás!
Tu, mi salvación.
Mi roca, mi luz, solo tú.
Si, mi salvación.
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