02 de marzo del 2012.

Prometí escribir veintiséis hojas en honor a ti, no es obsesión, es mi clave de superación. La única manera en que puedo recordarte como se debe, dejar ese momento negativo atrás.

El día se encontraba lluvioso, nubes gruesas cubrían el cielo azul dejándolo gris. Hoy no pude salir de mi habitación e ir al trabajo, no podía, mi remordimiento no me lo permitía. Los mensajes de aquellos que llamaba amigos ya habían cesado hace meses, solo William aún permanecía ahí para mí. Tenías razón, él es la única persona a la que puedo considerar un amigo, siempre me decías que todos a mí alrededor eran falsas personas, que solo Will era en el que podía pensar como un amigo.

Gracias por decirme eso mil veces y nunca rendirte a pesar de que yo solo te decía que te callaras. Supongo que las personas aprenden de sus errores, aunque algunos de esos errores son imperdonables.

Lo que hice contigo fue mi peor error.

Estoy seguro que si tuviera la oportunidad de decirte esto en persona, tú hubieses arrugado la nariz como tanto te gustaba hacer cuando estabas disconforme. Pero sabes que es la verdad, todos lo saben, solo no lo dicen para no herirme.

Esas personas a las que solía llamar amigos, no los culpo, ¿sabes? Debe ser cansón no tener respuesta de los mensajes que envíes. Cuando te dije eso una vez tu solo me dijiste que los verdaderos amigos estarían ahí pase lo que pase, a cualquier costo.

Tú tenías razón en muchas cosas, me arrepiento de no haberte prestado atención.

André.