Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

34. El Deseo.

Tres días han pasado desde el perdón con Charlotte, hemos hablado por mensaje y llamadas, además que nos vemos en la escuela, incluso se ha colocado las mismas alarmas de mis amigos, me llama por video cada que suena una para asegurarse que tome mis pastillas, aunque algunas veces no lo hace, o yo no atiendo su llamada.

La escuela está igual, los profesores me siguen regañando por mis actitudes y faltas pasadas, como si ellos supieran lo que me pasa, creo que piensan que somos robots y todos vivimos lo mismo que ellos. Aún estoy a punto de reprobar, los trabajos aún siguen acumulándose, cuando terminó uno se me juntan tres más, con gran suerte lograré pasar con siete, y aún está en duda.

Respecto a mis amigos, ellos siguen igual, me siguen tratando igual, al menos Leo y Ken, Daphne ha guardado distancia, aunque ya comienza a hablarme de nuevo.

—Hablemos—dice directa mirándome desde arriba mientras yo estoy sentado en el sofá viendo la tv. Tomo el control remoto y apago la tv para prestarle atención. Ella se sienta y me mira con timidez.

—¿De qué?

—De absolutamente todo, de nuestra relación, de ti, de los problemas.

—Okay, comienza, creo que yo no tengo mucho que decir.

—Pues yo sí. No quiero alejarme más de ti, te extraño mucho Jace, demasiado, y no hablo del Jace Grey de preparatoria, hablo simplemente de ti, ya no hablamos como antes, no jugamos y mucho menos reímos, no quiero perderte, ya perdí a un mejor amigo, no quiero perder otro. Estoy saliendo con Leo, y si no sale bien lo perderé, entonces solo me quedaría Ken y Sucy. Solo quiero quiero volver a ser tu mejor amiga, la chica en la que confías plenamente, y no la chica que cada vez que se acerca a hablar contigo te hace explotar.

—Nunca has dejado de ser mi mejor amiga.

—Así lo siento. No quiero que tus problemas se interpongan en nuestra amistad.

—Mis problemas ya se interponen en todo, hasta en el ritmo de mi respiración, creo que debería elegir mejor tus frases antes de hablar.

—Es qué yo ya no sé cómo dirigirme a ti, cualquier cosa que digo es motivo de pelea, me da miedo provocar un ataque más.

Mis manos comienzan a hormiguear sin control obligándome a abrirlas y cerrarlas para tratar de calmar tal cosa.

—No soy un niño.

—Lo sé, solo ya no sé cómo hablarte sin que tú explotes.

Me pongo de pie haciendo que ella se levante lentamente.

—Pues simplemente se evita si no me hablas.

—Calmate, Jace, yo solo quiero arreglar todo.

—Y porque vienes y me dices que es siempre tan difícil hablar conmigo.

—Es qué yo...

—Pensé que querrías arreglar nuestra amistad, pero solo vienes a quejarte de mí.

—No me estoy quejando de ti.

—No sabes como hablarme porque siempre exploto sin control, pues si, tienes razón, si yo pudiera controlar mis humores créeme que a quien menos le gritara es a ti, pero aquí estoy, fuera de control frente a ti, con una inmensas ganas de golpear algo para calmarme y no hacer más grande esto.

—Tienes control de no malinterpretar mis palabras, he venido a disculparme y decirte cómo me siento y te me lanzas encima como fiera que acaba de perder algo.

—Tú tienes el control de elegir tus palabras, pero aún así decides elegir las ofensivas disfrazadas de lagrimillas y tristezas. "Ya no aguanto que seas así" "Deberías morir Jace"

—¡Yo nunca diría eso! —grita con voz cortada aguantando las lágrimas.

—Es lo que todos dicen, incluso tú debes de pensarlo.

—Yo no lo pienso, deja de acusarme.

—¡Y tú deja de reprender todo de mí! ¡No puedo cambiar de la noche a la mañana!

—Ojalá lo hicieras porque odio esta versión de ti, tú no eres así.

—¡Pues te presento al Jace que se quedará para siempre, y si te quieres deshacer de mi hazlo!

—¡Es que solo haces que esta plática sea más difícil! —grita desesperada—¡Yo solo quiero a mi mejor amigo!

—¡Pues olvídalo!

—Ojalá tú nunca te hubieras enamorado, ojalá ella nunca te hubiera correspondido nada.

Me quedo en silencio tras escuchar su grito entre lloriqueo, ella me mira con rabia y tristeza mezclada. ¿Qué estamos haciendo? Se supone que era una reconciliación.

—Ojalá fueras una buena amiga.

—Siempre he sido una buena amiga, he abandonado mi maldito sueño por ti.

—¡Nadie te pidió que lo hicieras! ¡Te hubieras largado a Nueva York a coser vestiditos y a mí me hubiera importado una mierda!

Cubre su rostro y continúa llorando mientras yo estoy muy cerca de su cara con un inmenso enojo y unas grandes lágrimas recorriendo mi rostro.

—Nadie te pidió que vinieras aquí conmigo, para estudiar una carrera que no querías en una universidad que no querías. Por mi puedes largarte ahora mismo y no me va a importar ni en lo más mínimo, porque logro ver el resentimiento que sientes por mi culpa. Nadie te pidió que me cuidaras como una madre, absolutamente nadie te está obligando a quedarte aquí.

Me doy la media vuelta y camino hasta mi habitación azotando la puerta detrás de mí, y es cuando comienzo a romper todo a mi paso, figuras de acción, trofeos, cuadros, fotos, todo lo que se me cruza.

—Mierda, nadie la necesita—murmuro arrojando el control remoto contra la pared haciendo que se rompa en pedazos. —Todo lo que hace es odiarme, yo no soy el Jace que ella quiere, no soy ese Jace que era su mejor amigo—tomo un par de lápices y los lanzo contra la puerta. Me siento en la orilla de la cama y tomo una almohada colocándola en mi rostro y gritando tan alto puedo para liberar todo rastro de rabia que se esconde en mi cuerpo. Levanto la mirada cuando dejó de gritar y miro las pastillas en mi mesa de noche casi llenas, sin pensar tomo cada una de ellas lanzándolas a cualquier lugar de la habitación para no verlas, me levanto de golpe y camino hasta mi escritorio, abro el cajón del lado derecho y tomo la pequeña lámina plateada, voy a un rincón de mi habitación y me siento en el suelo, miro mi brazo y posiciono la lámina cerca de este, mi brazo tiembla, y mi mano igual.

El recuerdo de la noche que pintó en mi espalda llega a mi cabeza, sobre todo esa persona tratando de salir del fondo del mar, de verdad que así se siente la depresión y la ansiedad, como una ola arrastrándote sin posibilidad de salvación.

Presiono ligeramente la punta de la navaja en mi antebrazo, aprieto la mandíbula tratando de dejar de temblar.

Ella con esto eliminaba su ira y dolor.

Sin más que penar suelto la navaja y la dejo en el suelo.

¿Qué estoy haciendo con mi vida?

LEO POV

Ken y yo entramos a casa con varias bolsas en las manos mientras reímos de un chiste de internet nuevo, pero todo rastro de diversión se esfuma cuando veo a Daphne acurrucada contra sí misma en el sofá. Dejo las bolsas en el suelo y me acerco a ella preocupado, con mis manos retiro su cabello de la cara y levantó su rostro para que me mire, parece que ha llorado durante horas. Cuando me fui ella estaba feliz.

—¿Qué ha pasado? —pregunta Ken sentándose a su lado y poniéndole una mano en la espalda para reconfortarla.

—He intentado arreglar todo con él, pero solo se arruinó más.

—¿Se pelearon?—pregunto mientras me pongo de rodillas frente a ella y le tomo las manos, asiente y sin poder evitarlo llora de nuevo.

—Me dijo que le odio, que yo deseo que muera, cosas como que me quiero deshacer de él, mala amiga...

—No habla en serio, Daph—murmura Ken.

—Creeme, se veía muy sincero, luego se ha ido a su habitación y solo se ha dedicado a lanzar y romper cosas.

—¿Y dónde está ahora?, hay mucho silencio.

—Entré a su habitación hace una hora y se quedó dormido en un rincón en el suelo. Su habitación es un desastre.

—No ha tomado sus pastillas.

—Y tampoco lo hará, hablé con Charlotte hace rato y aunque intenta ayudarlo no logra ningún cambio.—murmura Ken con desgana.

—¿Qué vamos a hacer? —pregunto angustiado.

—Hablé con sus padres hace unos cuarenta minutos—confiesa con tristeza.

—¿Qué te han dicho? ¿Dejarán qué termine el año?

Niega.

—Ellos ya decidieron. Jace se irá tal vez más rápido de lo que pensamos.

El silencio más doloroso hasta hoy es este. No nos hemos separado desde hace años...

yo le quiero, pero si se tiene que ir y pasar un año lejos para no seguir lastimándonos y sobre todo lastimándose, creo que es lo mejor para todos, sobre todo para él.

—Lo despertaré y hablaré con él. —me pongo de pie y camino hasta su puerta, pero Ken me detiene por los hombros alejándome del pomo de aquella puerta.

—No lo hagas, no ahora.

—Claro que lo haré, lo quiero, pero Daphne...

—Sé que estás triste y enojado, pero Daphne ya tuvo suficiente como para que tú hagas un pleito nuevo que escuchar, lo mejor que puedes hacer es ir y darle todo el amor que Leito tiene para dar, no hagamos las cosas más difíciles, él se irá muy pronto, lo mejor que podemos hacer es tratar de no pelear.

—Es qué yo... —aprieto los ojos para evitar llorar—... estoy harto, de todo, de esta situación, quiero lo de antes—comento. Ken se acerca y me abraza.

—Lo sé, yo también, quiero las tardes de reír con mis amigos, de verdad creí que cuando Charlotte llegó todo eso iba a regresar, y por lo que me contó estuvo a punto de pasar, pero él sigue atado voluntariamente al pasado. Mañana seré yo quien lo lleve a la terapia para que no dejes sola a Daphne.

Solo quiero un poco de paz.

JACE POV

Ken está en la sala de espera mientras yo estoy sentado en el sofá azul frente al doctor Henderson quien espera que responda su pregunta.

¿Cómo estás?

—Jace, ¿cómo estás?—repite mirándome atento.

—Mal.

—¿Quisieras contarme la razón del malestar?

—No, simplemente estoy mal.

—Debe haber una razón sencilla de explicar.

Guardo silencio y miro el centro de mesa de un pequeño cerebro colorido.

—Fui malo.

—¿Con quien?

—Con Daphne.

—¿Qué sucedió?

—Peleamos otra vez, le grité cosas feas y al día siguiente ya estaba arrepentido, pero ya era muy tarde para disculparme.

—¿Qué le dijiste?

—Que ella me desea la muerte, que es mala amiga y que no me importa lo que ella haga, que se largara a Nueva York y a mi no me importaría en lo más mínimo.

—¿Cómo te sientes después de todo esto?

—Enojado conmigo.

—¿Por qué?

—Ella solo quería arreglar las cosas conmigo y yo solo las arruine al doble.

—¿Has tomado tus pastillas?

Guardo silencio y no dejo de mirar aquel cerebro colorido en la mesa de centro.

—Jace.

—¿Sí?

—¿Has tomado tus pastillas?

—Sí.

—¿Es verdad?

—No. La verdad es que apenas las he tocado.

—Jace, las pastillas que te estoy dando no son para perjudicar tu vida y tu alrededor, son para salvaguardarse.

—No quiero pastillas.

—Voy a ser firme respecto a este tema, si no tomas cada una de esas pastillas a su debido horario lo que va a suceder es que vas a tener más ataques de ansiedad y de pánico, y consigo vendrá uno psicótico, más fuerte que el anterior, mucho peor, y cuando eso suceda tendrás que ir con un psiquiatra o ser internado en un hospital.

—No quiero eso.

—Entonces hazme caso solo una vez y tomate estas pastillas.

—Es qué...

—¿Qué pasa?, ¿qué quieres contarme?

Finalmente después de largos minutos lo miro a los ojos.

—¿Alguna vez le conté cómo se suicidó Charlie?

Niega sin apartar la vista de mí.

—Ella se suicidó con pastillas para dormir, pastillas fuertes que no se combinan por su gran magnitud, ella las tenía a su alcance, y cuando decidió morir las tenía a la mano, y fue tan fácil para ella tomarla y consumirlas.

—¿Eso es lo que te detiene a tomar pastillas?

—Ella de verdad quería morir. No quiero esas pastillas a mi alcance porque cada vez que las miro me dan ganas de tomarlas todas juntas y desaparecer. No quiero tener cientos de pastillas de gran magnitud al alcance de mis manos y mis deseos.

—¿Deseos? —pregunta el psicólogo.

—Ella deseaba morir para curar su dolor, y solo le bastó tomar algunas pastillas.

—El suicidio con pastillas no siempre funciona si lo que int...

—Ayer intenté cortar mis venas, estuve a nada, la navaja ya estaba sobre mi piel, solo necesitaba un poco de fuerza para poder lograrlo. Sabe, no son en sí las pastillas, sino que a veces deseo lo mismo que Charlie para acabar con todo lo que me atormenta, a veces ganas son lo último que me faltan.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro