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31. Regreso

Han pasado dos días y un nuevo comunicado por parte de la universidad ha llegado a mis manos, incluso a mi celular por mensaje y correo. Estoy gravemente en problemas. Tengo que hacerlo como sea pero tengo que continuar estudiando, no puedo dejar otra cosa más, porque ya lo hice con el fútbol americano, ya lo hice con mi felicidad, y con eso es suficiente. Pero es que tampoco quiero salir y ver a la gente, me da miedo, más después de lo que hice. Investigué más a fondo sobre el brote psicótico.

¿Qué si me da un ataque en la escuela y lastimo a alguien como lo hice con Daphne?, o incluso peor.

No quiero pero tengo que ir.

Con pereza y debilidad me levanto del cómodo colchón que ha sido mi mejor amigo durante estos cortos días, he pasado el 90% de mis días en él, solo lo abandono cuando voy al baño o voy a escondidas por botellas de agua y manzanas a la cocina, porque eso es de lo único que me he alimentado, no me da hambre así que no le veo caso el alimentarme con una comida balanceada.

Entro al baño y abro la llave del agua fría regulándola con la caliente. Mientras tanto yo me quito el pijama que ya se podría decir que es como mi segunda piel, me meto en el agua tibia y comienzo a lavarme con el jabón a una lentitud espantosa, es que ni bañarme quiero. Después de lavarme el cuerpo, comienzo con mi cabello, aunque no quiera admitirlo este sí que necesitaba el agua, su aspecto y sensación aceitosa es desagradable ¿Pero podría no importarme más?

Cuando por fin termino de darme la ducha paso a lavarme los dientes, luego de esto voy a mi habitación y comienzo a cambiarme, primero la ropa interior, luego una layera color negro, seguido de un pantalón deportivo y finalmente unos simples tenis. De verdad que es muy desaliñado para un estudiante de medicina, se supone que debería ir bien vestido, pantalón formal, camisa, bata, zapatos de trabajo, etc, pero qué más da, estoy por ser dado de baja, estoy por regresar al principio.

Definitivamente.

Estoy parado donde inicié, he corrido en círculos, tan simple es de ver, me enamoré, di todo de mí, y al final no ha resultado en nada, he vuelto a caer, y es tan estúpida la sensación, yo me siento estúpido ¿Cómo es posible que he vuelto a caer? Después de todo el trabajo, las ganas, la dedicación, terapia, lágrimas, golpes, rasguños, gritos...

He vuelto al principio.

Quedarse a la mitad es doloroso, porque te rindes y te quedas con eso, pero correr en círculos es desgarrador, porque tienes ganas de terminar la carrera, de ser ganador y salir victorioso, pero que al final termines en la salida es el peor premio de consolación. Después de todo ese sudor perdido.

Es lo que siento, que por mas que quiera terminar sigo corriendo sin conseguir objetivo.

Salgo de la habitación con mi mochila en los hombros, al cerrar la puerta me gano la atención de mis amigos, los cuales están a punto de salir del departamento. La sonrisa de Leo me hace sentir una paz en mi interior, porque extrañamente siento que están enojados conmigo, y no sé porque, no hay una razón concreta que lo afirme, pero así lo siente mi pecho, o al menos hace unos segundo atrás antes de esa sonrisa.

—Vamos, Jace, iremos juntos— aclara acercándose y tomando mi mano haciéndome sentir seguro.

—¿Si me siento mal prometes traerme a casa?

—Lo prometo, pero se que lograrás sobrevivir.

—Okay— susurro para luego caminar a su lado hasta donde están mis otros dos amigos.

Ken me sonríe y luego revuelve mi cabello aún más de lo que y estaba.

—Nos vemos chicos, si necesitan algo no duden en llamarme y vendré lo mas pronto posible.

Mi amigo se retira y se pierde de mi vista a través del ascensor.

Los tres comenzamos a caminar por el pasillo en silencio, la sensación incomoda de la mirada pesada de Daphne me inquieta, no la he podido mirar por mas de medio segundo desde que salí de mi habitación, es que aún me siento tan mal de lo que sucedió, siento que me odia, que ya no quiere ser mi mejor amiga, incluso que está harta de mí, siento que en algún punto será tanto ese cansancio que encontrará una forma de deshacerse de mí.

El camino en el auto fue un poco incómodo, Leo tratando de sacarnos platica a Daphne y a mí, nosotros contestando con una mínima frase de máximo cinco palabras, y ya, de verdad siento que nos estamos distanciando, y me siento horrible porque sé que es por mi culpa.

Al llegar a la escuela hemos ido hasta el salón de clases, me he sentado al lado de Leo y del otro lado de él Daphne.

—¿Ella está enojada conmigo? —le pregunto en un susurro.

—Claro que no—garantiza.

—¿Por qué no me habla?, sé que hice cosas malas, pero...

—No te odia, ni está enojada, ni nada, solo está pensando.

—¿En qué?

—En... —se detiene de golpe guardándose las palabras—...cosas.

—Cosas... —susurro— sé que estoy destruyendo nuestra amistad, la de todos en realidad.

—Eso es lo que tu piensas, pero no es verdad, nosotros te queremos pase lo que pase.

Sonrío y luego me acomodo correctamente en mi asiento mientras espero al profesor, las personas continúan entrando, y me importa realmente poco quien cruza esa puerta, sólo son personas haciendo un papel terciario en mi vida, hasta que entra ella, luce tan bonita con su sonrisa, pero todo rastro de aquel lindo gesto se borra con rapidez cuando sus ojos se topan conmigo, realmente deseo que se siente a mi lado y me hable, pero no soy estúpido, sé que eso no va a suceder, la he herido, la he defraudado, y tal parece que he jugado con ella. La sigo con la mirada hasta que se sienta cuatro bancas alejada de mí, regreso mi mirada al frente y suspiro pesadamente.

Arruinando todo a mi paso. Tenía que ser Jace Grey y su estúpida cabeza repleta de problemas.

—Joven Grey, me alegra verlo después de tanto tiempo.

Todas las miradas recaen en mí haciéndome sentir muy incómodo, lucho contra los impulsos de hundirme en mi asiento y lucir aún más vulnerable.

—Sí, es que... —aclaro mi garganta ante el bajo tono de voz que ha salido de mí—... tuve unos cuantos problemas.

—Pues espero que los resuelva, como también espero que pueda estudiar lo suficiente como para sacar mínimo un siete, porque mañana hay examen, y no pienso retrasarlo por usted.

—Sí señor — Bajo la mirada a la banca y asiento.

La clase continúa como siempre, solo que me ha parecido una tortura, las constantes llamadas de atención por quedarme mirando a un punto fijo han sido tediosas, y ni hablar de todos los intentos fallidos de que Charlotte voltear a verme. Definitivamente necesito hablar con ella. Necesitamos aclarar las cosas de una vez por todas. Cuando el profesor por fin ha dado por terminado todo saliendo del salón, todos comienzan a irse incluyendo ella, casi ha salido huyendo, y sé que es por mi causa, no quiere hablarme, pero ambos sabemos que es justo y necesario

.

—Charlotte— le llamo caminando detrás de ella pero sin conseguir ninguna mínima mirada. —Por favor, hablamos.

—Soy yo quien no quiero hablar ahora, Jace—afirma aun caminando sin voltear a verme.

—Tenemos que hablar.

Se detiene en seco y se gira de repente dándome la cara.

—Teníamos que hablar desde hace un par de malditos días, Jace, yo quería hablar y tú no quisiste, ahora que tú quieres yo no quiero.

—Pero tenemos cosas que aclarar.

—¿Cómo cuáles?, ¿qué solamente estabas experimentando conmigo?, ¿qué realmente sólo querías saber si aún te puedes enamorar de verdad?, estabas fingiendo todo. —pregunta entre dientes acercando su dedo a mi pecho.

—Yo no estoy fingiendo nada.

—Mejor déjalo así, yo también tengo el valor para esconderme y dar la cara cuando quiera, aún así tengamos cosas que aclarar.

—Estoy mal, de verdad que estos días han sido los peor...

—De verdad Jace—me corta haciéndome callar al instante—hoy no, estoy muy triste y enojada como para escuchar lo que sea que me quieras decir. Tu cambio de humor fue tan brusco que a mí también me afectó

.

Se da la media vuelta y continúa su camino a cualquier lugar donde yo no exista, al parecer, me quedo ahí parado viéndola alejarse y perderse entre docenas de personas pasando a mi alrededor como un tronco estorbando. Me doy la media vuelta dispuesto a ir con mis amigos pero no tengo que hacerlo ya que ya están detrás de mí a unos cuantos pasos.

—¿Quieres que te lleve a casa?—pregunta Leo.

—Estoy bien, no necesito ir a casa.

—Charlotte tampoco te odia, solo está dolida, pero todo mejorará al final del día.

—Eso es totalmente mentira, nada ha mejorado desde hace cuatro años y cuando parece estar mejorando todo se arruina.

—Solo calma tus impulsos y verás que todo mejorara—susurra Daphne aferrándose del brazo de Leo. La miro con seriedad y asiento entrecortado, creí que no me hablaría nunca más.

Después de todas las aburridas horas de clase en las que me han reprendido por mis eminentes faltas, por fin la escuela termina y podemos regresar a casa, el camino ha sido extraño, Daphne voltea a penas a verme y ahora Leo no me ha preguntado nada, solo ha tarareado canciones. Extrañamente lo agradezco ya que no quiero hablar de nada, ni mucho menos que me pregunten sobre Charlotte y nuestra pelea en medio del campus.

Al llegar hemos subido por el ascensor en silencio, y al entrar nos encontramos con Ken y Sucy ya en casa haciendo comida.

—Hay, justo a tiempo, hicimos la comida— dice Sucy con una sonrisa.

—Sí, salí temprano y luego fui por Sucy a su departamento, como teníamos tiempo decidimos hacer la comida para cuando llegaran.

—Gracias, de verdad estoy hambrienta— habla Daphne. Ya extrañaba su voz normal y no en susurro.

—Yo igual, tenemos proyectos nuevos, tenemos que llevar una lámina con cuatro tipos diferentes de suturas, aunque eso podemos hacerlo en un tris, no nos preocupamos mucho, así que a comer—comenta Leo.

Todo comienzan a sentarse y colocar los platos en la mesa, pero yo me quedo parado solamente mirándolos de lejos.

—¿Te sirvo? —pregunta Ken con una leve y amable sonrisa.

—No, tengo mucho que hacer—murmuro y camino hasta mi habitación, antes de poder entrar y cerrar la puerta alcanzo a escuchar "Está igual que al principio"

Y no lo niego, estoy incluso peor que antes. Me recuesto en mi cama y cubro mi rostro con exasperación, el estrés me está carcomiendo, tengo el nuevo trabajo de suturas, más todo mis trabajos atrasados que incluyen informes, exposiciones, más trabajos de sutura, Luego tengo todos los problemas rebotando en mi cabeza de un lado a otro haciéndome reaccionar de forma errónea siempre, y para colmo estoy peleado con Charlotte y Daphne.

Simplemente esto me está acabando.

El principio me está consumiendo, como si hubiera corrido miles de kilómetros pero en una máquina de correr inmóvil, porque siendo sincero me siento en el mismo lugar del principio, pero un poco más cansado.

Como desearía que el pasado no me importara, que fuera insignificante para mí si una persona se va o no, todo sería más fácil, podría seguir viviendo sin problemas, sin depresión, sin ansiedad, sin pánico, sin psicosis, sin nada, solo viviendo feliz, conociendo gente y sonriendo.

Si... ese sería un Jace Grey agradable y lleno de vida, pero al parecer solo seguirá siendo producto de un deseo.

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