22. Noche De Fogata
Hay unas 30 personas juntas alrededor de una mesa de picnic cantando y aplaudiendo la canción de feliz cumpleaños mientras las velas del pastel de la madre de Charlotte luchan por no apagarse.
—Pide un deseo, mamá— le dice la Princesita mirándola con emoción. La mujer cierra los ojos unos segundos y después sopla las velas, aplaudimos y ella nos regala una sonrisa agradecida. Comienza a partir trozos triangulares y colocarlos en platos de papel color azul.
—Los padres de Charlotte son las personas mas buenas que conozco— comenta Luca mientras toma un trozo de pastel y me tiende uno a mí.
—¿Por qué?
—Son amables y buscan lo mejor para su hija, durante toda su relación con Garret intentaron ayudar a Charlotte a que se separaran, y cuando finalmente lo lograron y comenzó el acoso hicieron todo lo posible para sacar a su hija de aquí. Ellos hablaron con el director de tu universidad.
—Son buenas personas, es lo que hace un padre...
Hacer todo por sus hijos, incluso parar la venganza
—Y Charlotte no se opuso, de verdad odia mucho a Garret, él le afectó mucho, pero es muy fuerte y ahora ha crecido física y emocionalmente, aunque toda la situación le dejó como... secuelas, a veces normaliza algunas actitudes y situaciones un poco malas.
—Me he dado cuenta, ella me ha contado un poco sobre su historia con ese chico, si le ha afectado, pero tienes razón, es muy fuerte.
Ambos miramos a Charlotte quien intenta darle pastel a todas las personas presentes, regalándoles una sonrisa amable y compartir una pequeña conversación con cada una.
—¿Ustedes tienen etiqueta? —pregunta Luca para después meter un poco de pastel a su boca.
—No.
—¿Se han besado?
—Sí.
—¿Y cómo se conocieron?
—Me preguntó una dirección, ahí la vi por primera vez, luego en una fiesta chocamos, me tiró su bebida encima y hablamos un poco, desde ahí hemos estado juntos.
—¿Tienes más amigos?
—Sí, tengo tres amigos, trato de incluir a Charlotte, y ellos la están recibiendo con bien.
Luca sonríe y toma con su dedo un poco de dulce.
—Me alegra, ella es social, pero pues ya sabes... las amistades muchas veces ya están hechas desde la niñez y adolescencia, no es muy normal que incluyan a alguien, conoce gente pero no es como que pueda contarles su vida.
—Pues nosotros la estamos incluyendo.
—¿Y has tenido novia?
—Es complicado de explicar.
—¿Por qué?
—No me gusta hablar de eso, Luca.
—Oh, está bien, perdóname por hablar mucho y hacer muchas preguntas.
—No te preocupes, sabes, me recuerdas tanto a uno de mis mejores amigos, se llama Leo, y es igual de divertido y parlanchín que tú.
—¿Enserio?, eso es genial, tengo mi propio yo pero en Ohio.
Charlotte regresa a nosotros con una sonrisa.
—¿Se están llevando bien?
—Claro, le decía a Luca que me recuerda a Leo.
—Es verdad, Leo es muy divertido, al igual que tu Luca.
—Bueno, espero que ese Leo no te guste, o me sentiré remplazado.
—No me gusta, él es novio de la mejor amiga de Jace.
—¿Enserio?, ¿y no es extraño?—pregunta dirigiéndose a mí.
—A veces es raro, más porque nos conocemos desde pequeños, y vivimos juntos, por eso prefiero pasar la mayoría de mi tiempo en el sofá de Charlotte.
Luca le da una mirada a Charlotte con complicidad y una sonrisa. Extraño pero no tanto para preguntar.
La tarde pasa rápida, el sol cada vez se oculta más y el agua clara del muelle cada vez se oscurece más, la familia de Charlotte es muy divertida y unida, nos hemos sentado todos en un gran círculo de sillas y han contado anécdotas y chistes, ha sido muy divertido convivir con gente que no conozco.
Ahora mismo estamos saliendo de la casa Hamilton, con rumbo a la playa y su famosa tarde-noche de fogata. El Jeep rojo de Luca conduce por las calles con el capo abajo, dejándonos llegar el aroma a brisa del mar a nuestras narices cada vez que nos acercamos más a la playa.
—Bueno, nos vamos a divertir, tal vez Luca conozca un chico y luego nosotros dos, Texanito— murmura Charlotte asomando su cabeza entre los dos asientos en los que estamos Luca y yo sentados— vamos a hacer todo lo que te dije que se hace en una fogata, cantar, convivir, sentir la arena entre nuestros dedos. Será fantástico.
Minutos después llegamos al estacionamiento de la playa, el cual ya está repleto de autos, algunos vacíos y otros con algunas personas hablando y bebiendo cerveza, caminamos a la entrada de la playa que está decorada con madera y un par de tablas de surf a los lados. Al adentrarnos más la luz de las varias fogatas ilumina el entorno, hay bastantes personas, algunas bailan, otras sentadas en la arena, algunas se besan, otras beben cervezas y otras nadan en el mar.
—Voy por algo de beber, ¿qué quieren?
—Un par de cervezas está bien—murmuro. Luca nos da una sonrisa y se va hacia una palapa tipo bar con techo de paja.
Charlotte toma mi mano y comienza a jalarme hacia una fogata que está medio vacía, solo con un par de gente sumida en sus conversaciones.
—Hola, Charlotte—le saludan un par de personas.
—Hola.— les saluda con una sonrisa.
Nos sentamos en un tronco y miramos la luz de la fogata.
—Habías dicho que no tenías amigos.
—Ellos son amigos de fogata, es muy diferente, Luca es mi amigo, mi mejor amigo.
—¿Los amigos de fogata no son reales?
—No, compartes con ellos y te diviertes, pero en realidad no puedes hablar con ellos ni les tienes confianza. Son solo conocidos.
Es razonable, los amigos son quienes están para ti en las buenas y en las malas, con los que puedas hablar de cualquier tema sin sentir pena, quienes no se burlen de tus tragedias de mala gana, sino con el afán de mejorar tu humor y sacarte de tu tristeza.
—Luca me dijo que nos podríamos encontrar a Garret.
—Es lo más probable.
—No te preocupes por él, te defenderé a toda costa.
—Luca ya te dijo sobre el acoso, ¿verdad?
Asiento.
—Disfrutemos la noche, no nos preocupemos por él.
Sonríe y recarga su cabeza en mi hombro, tengo que admitir que este ambiente es relajante, y con Charlotte aquí es un más, siento el cuerpo vacío, sin preocupaciones y lamentaciones, por un momento me olvido de todo, de mis amigos, de Ohio, de Texas, de... Charlie.
—Aquí tienen sus cervezas—habla Luca mientras se sienta en un tronco y nos da una cerveza a cada uno.
—Mucha gracias—agradezco.
—¿Sabes a quien me encontré en la palapa?, a Otis, y me invitó a dar un paseo por la orilla del mar.
—Uhh, Luca está teniendo suerte.
—¿Quién es Otis? —pregunto para estar en contexto.
—Es el crush supremo de Luca, le gusta desde secundaria, solo que él no era gay ni bi, pero hace dos años se declaró del otro lado, desde entonces Luca no le habla porque le da vergüenza, ya sabes, cosas que pasan cuando se tiene un crush.
—Pues es ahora o nunca, Luca—le digo para animarlo. Nos sonríe y se levanta para ir a quien sabe donde, tal vez a donde está su crush supremo.
—Luca es...— alcanzo a decir cuando alguien me interrumpe.
—Hola, Lottie—dice una voz varonil a mis espaldas.
Noto como Charlotte se tensa de inmediato, su espalda se endereza y sus labios se aprietan. Giro la cabeza y me encuentro con un chico rubio, alto, de piel bronceada y ojos negros. Está parado ahí, sin camisa y con unos shorts de baño rojos. ¿Y este quien se...?
—Hola, Garret— murmura Charlotte mientras se pone de pie y le mira de frente.
Así que ese maldito pan tostado es el energúmeno llamado Garret.
—Esperaba un: "hola cielito", ¿no es así como me llamabas?
¿Cielito?
—Como te llamaba, en tiempo pasado, muy pasado.
Me pongo de pie y miro al energúmeno dorado por el sol, me escanea de pies a cabeza y luego se detiene en mi rostro.
—¿Quién eres?— me pregunta con el ceño fruncido.
—Soy Jace Grey— le extiendo la mano con una sonrisa falsa. Él mira mi mano y levanta la suya dispuesto a estrecharlas, pero antes de que me toque con sus asquerosas manos, bajo la mía y lo dejo con su brazo en el aire.
—¿Y qué hacen?— pregunta con una sonrisa forzada.
—No te importa— dice Charlotte. Toma mi mano y salta el tronco haciéndome imitar su acción para no caerme.
—Alto— alza la voz— yo no me he presentado con tu lo que sea que es este.
El chico se acerca a mí y me mira con altivez. ¿De verdad cree que me va a intimidar de alguna manera?
—Soy Garret Reynolds, ex novio de Charlotte.
—¿Ah sí?, mira que buena información me acaba de proporcionar tu boca, me servirá de mucho.
—Eramos la mejor pareja, nos queríamos tanto, y siempre estábamos juntos—presume con una gran sonrisa, alza su dedo índice y pulgar hasta el mentón de Charlotte y lo acaricia haciéndola lucir incómoda, obligándome a bajar su mano con un poco de fuerza.
—Oww— hago con sarcasmo—tal como ella y yo.
Su sonrisa se borra.
—¿Como?
—Sí, pasamos juntos todo el día, Jace a veces se queda a dormir en mi casa, en mi cama, conmigo.
Sonrío ligeramente al escucharla sacar valor para hacer que se sienta intimidado e inferior ante nosotros y nuestro lo que sea que tengamos.
—Tal como la pasábamos nosotros, tú en mi cama, conmigo, con mi ropa, mis cosas. ¿Ya se te olvidaron todos esos bellos momentos, Lottie?, los momentos con tu "Cielito".
—Sí, los recuerdos con Jace han borrado todos los recuerdos buenos que tenía yo contigo, y no eran mucho. Que lastima que el único que los recuerde seas tú.
Garret aprieta la mandíbula con exasperación. Tal vez al notar que ya no tiene ninguna clase de poder o influencia sobre Charlotte, ya no la intimida como antes, y eso le está molestando muchísimo.
—Te ves muy bien con esa ropa ceñida a tu cuerpo, ¿por qué no la usabas conmigo?
—Mmm, no sé, tal vez... ¿porque no me dejabas utilizarla?
—Lo acabo de decir, conmigo, para mí.
—Eres muy idiota, ¿sabías eso?—hablo haciendo que me mire.
—Niño de Ohio.
—En realidad soy de Texas, pero no importa si no sabes dónde está, los idiotas como tu que creen que el mundo debe conocerlos a ustedes y no ustedes al mundo, no saben mas que lo que tienen en su cabeza y no no siempre es mucho.
—Niño de Texas...— comienza pero le interrumpo de nuevo.
—¿Si?
—Te advierto que...
—¿Estás enfadado?—pregunto con un toque burlesco.
Aprieta sus puños, y efectivamente Luca tenía razón. Si ese chico piensa golpearme terminará con un dedo pulgar totalmente roto.
—Claro que no.
—Claro que sí—se burla Charlotte.
—Así es, yo creo que estás enfadado porque te gusta intimidar gente y que se arrodillen a tus pies, y te molesta que a mi no me intimides ni un poco, pero se que te molesta aun mas ya no tener poder ante Charlotte. Una lastima que dependas de tu miserable ego.
Garret se acerca a mí y me toma de la orilla del cuello de mi playera y me acerca a él con amenaza. Charlotte se pone a la defensiva y toma el hombro de la playera de Garret.
—Si piensas golpearme con ese puño terminaras peor que yo.
—Contigo estoy dispuesto.
—Ya basta Garret, déjanos en paz.
—¿Por qué?, ¿lo quieres besar a solas en un lugar de la playa?
—Sí, así que suéltalo— le responde la princesita cruzándose de brazos y dándole una mirada desafiante que lo hace enfadar aún más.
El chico se gira a verme y jala más mi playera. Lo miro con diversión y una sonrisa burlona.
—Estás en mi ciudad, en mi área, así que no vengas a hacerte el machito, porque...
—Golpéame y terminarás con un dedo fracturado, ¿lo volveré a repetir?—le empujo haciendo que me suelte.
—¿Para que lo has traído?—le pregunta mientras se acerca a ella. Charlotte inmediatamente se echa un poco hacia atrás y me toma de la mano apretándola. —¿Para darme celos?
—Por los mismísimos Dioses—exclama Charlotte sacando una risa alta y falsa. — Ya te lo dije, para besarlo toda la noche en la playa y mi habitación, así como lo beso todos los días en Ohio, ¿crees que está aquí para darte celos?— pregunta burlona— Por el mismísimo San Luca, tu te pones celoso hasta de una planta, además ya no me importas, ya no me provocas nada, ni siquiera cariño, repulsión si, y mucha, pero cariño no.
—Con tu permiso Garret, nos estás quitando tiempo importante donde se hacen cosas importantes, y si tu cerebro tan pequeño no comprende indirectas bien directas. Charlotte y yo vamos a besarnos por ahí, hasta el amanecer, y lo disfrutaremos mucho. Tal vez tú también debas hacer algo, no sé, algo como perderte de nuestra vista y dejarnos en paz.
Garret se queda en silencio mirándome con furia y la mandíbula apretada, estoy seguro que me quiere golpear, una lastima que no sabe hacerlo.
Charlotte y yo le damos la espalda y nos alejamos hasta un lugar donde no hay nada de gente, y nada de energúmeno, nos sentamos en la arena y miramos al frente, al mar tranquilo, mientras la música y risa de las demás personas solo queda al fondo, Miro la arena y suspiro para después escuchar una risa baja de Charlotte, haciéndome mirarla algo desconcertado.
—¿De que te ríes?
—Le enfrenté—me mira con una sonrisa y ojos brillantes.
—Lo hiciste— susurro con una sonrisa orgullosa.
—¡Lo hice!, le dije muchas cosas, lo hice sentir mal, lo hice sentir inferior, lo hice enojar sin tener posibilidad de defenderse, lo hice sentir todo lo que él me hizo sentir en toda nuestra relación, y fue gracias a ti, porque me hiciste sentir segura.— termina acercándose y dándome un abrazo pasando sus brazos por todo mi torso y escondiendo su cabeza en mi hombro.
—Lo hubieras podido hacer sola, estoy seguro.
—Agradezco haberte traído a este viaje.
—Al menos ya conocí una parte de ti, una nueva.
Charlotte se separa y vuelve a mirar al frente, el silencio entre nosotros es largo, solo el sonido de la música y las olas combinándose nos abraza.
—Me alegra que me tengas la confianza de mostrarme tu lugar de origen y un poco más de tu historia de cerca —murmuro.
—Tu me mostraste un poco de tu vida en Ohio.
—Pero el comienzo de mi historia está en Austin.
Siento su mirada encima.
—Y te la mostraré— susurro para después tomar su mano y tirar de ella haciendo que se ponga de rodillas a mi lado —Pero solo si me das un beso— susurro con una sonrisa coqueta.
—Creí que eras muy correcto y no irrespetarías a mis padres.
—Pero no están aquí.
Sonríe de forma maliciosa y pasa sus rodillas sobre mis piernas y sus manos por mi cuello, dejando nuestros rostros muy juntos.
—Hola— ríe por lo bajo.
—Hola— respondo tomando su cintura entre mis manos, con un par de sonrisas nos acercamos y nos damos un beso corto para después juntar nuestras frentes.
—Me encanta como se ve tu sonrisa con la poca luz— susurra pasando sus manos a mi mandíbula. Siento que mi corazón va a salir de su lugar, suena tan sádico, pero por la forma en que lo siento latir es una posibilidad que no descartaré, puedo sentir mis mejillas enrojecer y un cosquilleo en mi estomago.
Sonrío por un segundo.
—Y a mi ciertamente me encanta como tus ojos brillan cada vez que me miras.
—No puedes decir algo que no suba tu ego.
—Si, si puedo.
—Demuéstralo.
—Bueno, ya te dije, me gustan tus ojos, tu cabello...—le retiro un mechón que cubre su rostro—... aunque esté alborotado a veces— sonríe— me gustan tus manos, porque siempre me dan un calor genial, me gustan tus labios, definitivamente. ¿Eso te parece menos egocéntrico?
—Menos egocéntrico.
—Genial— me acerco con una sonrisa a ella para después comenzar un beso bastante largo en la arena de la playa de Miami.
Así se nos pasa la noche, entre risas y fugaces besos, bajo la luz de la luna, disfrutando uno del otro sin importar nada ni nadie, solo nosotros dos en el presente, dejando atrás el pasado
Bueno, dejándolo casi atrás.
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