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21. Miami. 2/2

—¿Miami? —pregunta Leo con la boca llena de uvas ganándose una mirada de desaprobación de Daphne.

—Así es, me voy hoy después de la escuela, solo por el fin de semana.

—¿Ustedes solos? —pregunta Ken.

—¿Como una luna de miel? — sonríe Leo.

—No, va a ir al cumpleaños de su madre, y me ha invitado, solo eso.

—¿Y cómo es que aceptaste? —pregunta Daphne.

—Simple, Ken pasa todo el fin de semana en casa de Sucy, y Leo y tú solo van de aquí para allá tirando azúcar, rosas y besos. No era tan difícil decidirme.

—Oww, tienes tanta razón—suelta Leo haciendo una cara de ternura, Daphne suspira y sonríe ligeramente.

—Sabes, es buena idea que vayas a Miami, así despeja tu mente, te hará bien y seguro que Charlotte te dará un buen tour y te lleve a la playa.— comenta Daph.

—Sí, la verdad tengo ganas de ir a esa playa, me ha hablado de unas noches de fogata y tengo ganas de ir.

—¿Y ya le dijiste a tus padres? —pregunta Ken.

—Se lo diré más tarde, ahora hay que irnos o se hará tarde para la escuela. Iré en mi auto porque pasaré por Charlotte. Leo, ¿al finalizar las clases podrías ir al aeropuerto por mi auto?

—Claro, nos vemos en la universidad. Vámonos Daphne—le toma la mano y ambos cuelgan sus mochilas en sus hombros y se van.

—Nos vemos, Jace, pásala bien en Miami— murmura Ken como despedida ya que a él no lo veré hasta el domingo. Este sale de casa y yo lo hago rato después de tomar mi maleta y unas cuantas cosas más.

La verdad es que estoy muy emocionado por ir de viaje con Charlotte, presiento que será divertido, y tal como ha dicho Daphne, despejé mi mente de todas esas ideas, sobre todo que pronto volveré a Austin para celebrar mi cumpleaños.

Al llegar a la universidad con la princesita, ambos hemos ido a clases, cuatro clases sin un descanso, sin una hora libre, solo exámenes, explicaciones, proyectos, cosas que me hacen recordar lo que es el estrés estudiantil, ese que te hace querer llorar un segundo, al siguiente dar todo de ti, y al siguiente querer dejar todo en el suelo.

Pero finalmente estamos descansando en mi árbol esperando la hora adecuada para irnos al aeropuerto.

—Le he contado a mamá que llevo un amigo y se ha emocionado.

—¿De verdad?

—Sí, y mi padre está feliz de que tenga un amigo.

—¿Por qué tanta felicidad por un amigo?

—Ya te lo había dicho, Garret no me permitía tener amigos, y básicamente mi vida giraba alrededor de la de él, entonces no tenía ni tiempo de socializar en secreto.

—Oh, claro, Garret... —susurro en un suspiro cansado.

—Por eso cuando le comenté a papá si podía venir a estudiar aquí, no se ha negado y me ha ayudado con todo, y cuando les conté sobre Jace Grey, mi magnífico y texano amigo, se puso muy feliz.

—Se escucha que es un gran hombre.

—Lo es. Ha hecho muchas cosas por mí bienestar. Si él se ha sentido feliz contigo, quiere decir que yo estaré sana contigo.

—¿Ah?

—Papá tiene ese sentido extra que le hace saber cuando alguien no conviene, me lo dijo una y otra vez durante toda mi relación con Garret y no le hice caso, pero ahora que no me ha dicho nada de ti, le haré caso de que eres bueno.

—Es qué yo no tengo comparación con ese tal...—hago una pausa—... Garret—escupo su nombre.

Charlotte ríe.

—Ni siquiera le conoces.

—No necesito conocerlo, con lo que me has contado me basta, yo jamás trataría a mi novia así, al contrario, haría todo lo que tuviera en mis manos para verle feliz, incluso dejarla ir.

—¿Dejarla ir?, ¿no se debe luchar por el amor y ya solo cuando hay mucho daño dejarlo ir?

—A veces es mejor dejar ir a esa persona para que esté sana y en armonía con sí misma, de eso se trata el amor también, de saber cuando dejar ir, de cuando es mejor para no verla sufrir, no solo de retenerla para darle cariño que tal vez no pueda tomar. Todo eso aunque nos duela a nosotros.

—¿Dejar ir es amar también?

—Así es.

—Siempre pensé que amar era solo estar a disposición de esa persona, él me lo decía siempre, que me quería tanto que siempre debía estar para él, y si yo lo amaba entonces debía estar para lo que él quisiera.

Sonrío con burla ante las palabras tan ignorantes de un estúpido.

—Lo entenderás, entenderás que es amar, que es lo correcto. Sabrás hacerlo...

—Gracias por enseñarme algo nuevo. No sabía que eras tan romántico.

—En preparatoria era todo un cursi, sabes.

—¿Qué tanto?

—Uff, era infinitamente cursi—rio— Un estornudo me parecía tierno, un simple sí era lo mejor que me pasaba en la vida, me podría quedar mirando a esa persona durante un gran rato sin aburrirme. Incluso llegue a querer ser un papel.

—¿Qué? —pregunta con una carcajada acompañándola—¿un mísero papel?

—Te lo digo, era muy cursi.

—Pues me parecería lindo, eras un adolescente de diecisiete años, se entendería que al estar enamorado fueras de lo más cursi del mundo entero, no eras tan maduro.

—Exacto, por eso no me avergüenza decir que yo quería ser un papel solo para una chica, la mejor chica de todas.

—Eras tan lindo— sonríe con ternura poniendo sus manos en el pecho como si le hubiera movido todos los sentimientos.

—Pero ahora soy un hombre de casi veintidós años, soy más maduro en muchos aspectos.

—¿Cómo cuáles?

Alzo los hombros.

—En mis opiniones, en el amor, y en... otras cosas.

—¿Qué cosas?

—Cosas...

—¿Pero cuáles?

—Princesita, cosas que no puedo decir en voz alta. ¿Comprendes?

—Oh—parece pensar—oh—murmura ahora que ya comprende de qué hablo—¡Jace! — da un pequeño manotazo en mi brazo haciéndome reír.

—Creí que ya teníamos confianza.

—La tenemos, pero me ha impactado, ¿se puede madurar en eso?

—Pues... ganar experiencia, sí.

—¿Y tú eres experto?

—Eso ya no me toca confirmarlo a mí.

—¿Entonces alguna chica te lo ha dicho?

—Sí y no.

—Prosigue.

—Pues sé que maduré desde mi primera vez porque el tiempo de duración es mucho más.

—Y las chicas...

—Bueno, algunas me han dicho que les he dado el mejor sexo de su vida.

—Mmm, tal vez era su primera vez, por eso eres el mejor entre cero—dice para después carcajearse.

—No seas una envidiosa.

—¿Envidia por qué?

—Por no tener el mejor sexo de tu vida.

—Garret...

Ush

—Hablemos de otra cosa —la interrumpo de inmediato antes de que continúe su frase donde está incluido ese intento de hombre.

—¿De qué?

—Tal vez de... —pienso—... pues... —pienso de nuevo—... lo que sea menos Garret—termino mirando mis manos.

—Sabes...—susurra Charlotte haciendo que la mire— es muy probable que nos lo encontremos allá, tenemos el mismo círculo social, conocemos los mismos lugares, su casa está cerca de la mía, prácticamente está confirmado que lo encontraremos.

—Pues qué más da.

—Y si lo hace te hará preguntas, y tratará de intimidarte y demostrarte que él es mejor en todo aunque no te conozca.

—Mientras no te insulte estaré bien, pero si lo hace, conocerá mi excelente derechazo.

—Eso sí, Garret no sabe pelear, lo ha hecho en una ocasión y terminó con el puño hecho una papilla, esconde el pulgar cuando hace un puño.

—¿Solo una vez ha peleado?, como lo describes me hace dudar que alguien no le haya querido romper la nariz en más de una ocasión.

—Ya te dije, intimida, por eso nadie le hace pelea.

—¡Ja!, entonces que no se acerque a mi y trate de intimidarme, porque a comparación de él, yo sí sé cerrar bien mi puño.

—De eso estoy segura—termina la conversación levantándose—ven, vayamos a nuestra próxima clase.

Me pongo de pie y tomo mi mochila para comenzar a caminar a su lado.

—Te recuerdo que no me has dado un beso.

—¿Por qué debería dártelo?

—¿Y por qué no?

—¿Y por qué si?—advierte.

—Okay, solo digo, antes parecíamos perros callejeros que no se separaban, ahora no me has dado un beso.

—Solo ha pasado un día, no seas exagerado.

—Exacto, y en este día no ha habido ni un beso.

—Bueno, el día ha estado muy ajetreado como para darte uno.

—Es qué cuando estemos en Florida no podrá pasar nada de eso.

—¿Y por qué no? —pregunta.

—Porque no voy a ser un irrespetuoso con la casa de tus padres, me darán techo durante un fin de semana, no les daré gracias con eso. Tengo valores.

—Jace Grey, mi habitación tiene puerta y seguro, cortinas también por si te asusta el exterior.

—Me negaré, tu papá me tiene en las nubes ahora, ¿y luego llego yo y me beso y dejo toquetear por su hija?, no gracias.

—Ya veremos—sonríe para después entrar al salón de clases.

—No, no, ya veremos nada —le sigo.

[...]

—Claro que estaré bien, mamá— aclaro a través del celular.

—¿Tienes suficiente dinero en tu tarjeta?, puedo mandarte más.

—Tengo el suficiente dinero, tranquila, y ya me tengo que ir, estamos a punto de abordar.

—Mándame tu ubicación al llegar. ¿Tienes en cuenta que no tengo ni idea de con quién vas?, solo sé que es una chica.

—Se llama Charlotte Hamilton, tiene 20 años, estudia medicina conmigo, cumple 21 el 9 de Julio, es hija única y es originaria de Miami, le gusta cantar, es castaña y un poco más baja que yo, ¿eso es suficiente si me secuestran?

—Jace Grey, no digas esas incoherencias, anda antes de que...— se corta su voz pero al instante un grito hace que tenga que separar un poco el celular de mi oreja—¡Hola Jaceito!— grita Juliette.

—Hola, luciérnaga Julie.

—¿Oíste, mami?, Jaceito me dice así porque soy una Grey y siempre brillo.

En realidad le digo así porque por las noches es cuando menos para, prácticamente es nocturna y le gusta jugar a esa hora, como a las luciérnagas les gusta salir de noche, pero alguien ha resultado ser egocéntrica y le ha puesto un significado a su favor.

—Claro que sí, Julie, igual que su padre y hermano—dice mamá después de una ligera risa— adiós, Jace, manda un mensaje al llegar.

—Adiós, las quiero mucho.

Mamá cuelga la llamada y guardo el celular en mi bolsillo para después caminar hasta Charlotte quien me espera para abordar el avión.

—Listo— le sonrío.

Ambos abordamos el avión y vamos hasta nuestros asientos, los cuales están juntos, yo tomo la ventanilla y ella el pasillo. Nos ajustamos los cinturones y esperamos.

—¿Quieres escuchar música conmigo?— pregunta ofreciéndome uno de sus audífonos.

—Solo si prometes que será buena, música.

—Directa de mi playlist para los más rockstars del mundo entero y doble vuelta.

Sonrío y tomo el audífono colocándolo en mi oreja, la canción que me inunda la cabeza es nada más y nada menos que: somebody to love de Queen.

¿Puede alguien encontrarme a alguien para amar?

Por favor.

[...]

Charlotte abre la puerta de su casa e inmediatamente deja las maletas en el suelo para ir a abrazar a sus padres, ellos la reciben con una sonrisa y ahora soy visionario de un abrazo familiar. Durante un rato puedo ver a detalle a sus padres, su madre es castaña rubia de tez caucásica, es más baja que Charlotte, eso es evidente, y su padre es pelinegro y canoso de piel blanca, el si es más alto que su hija. Eso es lo único que puedo ver ya que sus rostros se esconden.

—Papá, mamá— dice Charlotte separándose de sus padres—él es mi amigo de Texas que en realidad conocí en Ohio.

—Mucho gusto, Jace Grey. — me acerco hasta ellos y les tiendo la mano.

—El gusto es nuestro, yo soy Amanda y él es mi esposo Jim. Charlotte nos ha hablado maravillas tuyas.

—Me alegra que sean maravillas. Quisiera darles las gracias por dejarme quedar en su casa.

—Espero no seas un criminal, si no me arrepentiré— dice su padre con una risa de por medio.

—Bien, vayan y dejen sus maletas a tu habitación, Charlotte— dice su madre.

Charlotte me dirige hasta unas escaleras de madera blanca para poder ir hasta la planta de arriba, al subir solo hay tres puertas blancas y al fondo una gran terraza que desde mi lugar se ve que tiene vista a un muelle que se comparte con todos los vecinos. Esto es tan... Miami. Entramos a la habitación de la princesita y dejamos las maletas en el centro. Su habitación grita chica surfista, hay collares de conchas colgados en las paredes blancas, muebles de bambú y un ventanal que deja ver el muelle, todo es en colores blancos, arena y azul celeste.

—¿Surfeas?

—Si.

—No me lo habías dicho.

—No era importante, además, soy muy mala.

—Aun así me lo hubieras dicho, siempre quise ser un chico surfista con piel bronceada y el cabello con ese estilo característico que tienen.

—¿Que te lo impedía?

—Texas no tiene mar.

—Oh, claro —sonríe.

—Tu habitación es tan... playera.

—Crecí en la playa, espero que tu habitación en Texas tenga un toro mecánico o ese tipo de cosas.

—Pará nada, eso se da más a las afueras de Austin por las personas de los tiempos de antaño, o en Houston, incluso mucho más en Wyoming.

—Mmm, que pena—suelta un suspiro fingido— en fin, la tonta Texas.

—Ya dime dónde dormiré.

—Según un mensaje de mi mamá cuando aterrizamos... —saca su celular y busca— ah, "Ya está lista la cama para que tu amigos texano y tu duerman, espero no le moleste o incomode, o podemos darte nuestras habitación, él duerme en tu habitación y tu padre y yo podemos irnos a un hotel, lo que le sienta mejor" — termina de leer y me mira con una sonrisa natural.

—No vine aquí para sacar a tus padres de su habitación y mandarlos a un hotel. ¿Estás segura que a tus padres no les importa si dormimos juntos?, me acaban de conocer, es darles una mala imagen mía.

—No pasa nada, son buenas personas, son un poco mayores pero son de mente abierta, no se infartan si compartimos la cama antes de un matrimonio y siete hijos.

—Okay, eso me tranquiliza de alguna forma.

—Bueno, Jace Grey, no estaremos mucho aquí así que ¿quieres dar un paseo nocturno?

—Claro.

Ambos salimos de la habitación y bajamos hasta llegar a la sala donde están sus padres.

—Saldremos.

—¿No es muy tarde, Charlotte? —pregunta su padre.

—Iremos a comprar cena, morimos de hambre.

—Oh, perfecto, tengan—dice su padre sacando su cartera— compren una pizza—nos tiende un billete.

—Yo invito, como agradecimiento por dejarme quedar—comento.

—Oh, de eso nada, eres el invitado y amigo de mi hija, yo invito—tiende nuevamente el billete. Esta vez Charlotte lo toma y ambos salimos de la casa con rumbo a... no sé, no conozco aquí.

—Extrañaba tanto caminar por estas lindas calles y oler el muelle y sentir ese calor de playa—susurra Charlotte mientras cierra sus ojos por unos segundos.

—Tengo que admitir que me agrada bastante.

—Que bueno, porque si no, un fin de semana sería eterno para ti.

Seguimos caminando pocos metros hasta que salimos a una calle bastante transitada donde hay locales iluminados y concurridos a su alrededor.

—¿A dónde vamos?—pregunto.

—Con Luca.

Toma mi mano y comienza a jalar me esquivando a todas las personas con prisa, al parecer alguien quiere ver a alguien.

¿Quién es ese tal Luca?, ¿es guapo?, ¿más guapo que yo?, ¿por qué vamos a él y no a nosotros?, ¿por qué...?

Mi pregunto queda al aire cuando nos detenemos frente a un local de ladrillos con letreros neón en sus ventanas que dicen: "Luca's Pizza"

Ohh, vamos con Luca, ahora entiendo.

Entramos al local e inmediatamente un chico alto y delgado de cabello castaño rubio con estilo surfista y su piel bronceada, usando un delantal a la cadera y una camisa con el logo del local sin mangas, nos mira.

—¡Charlotte! — alza la voz con una sonrisa encantadora.

—¡Luca! —le abraza Charlotte.

Oh, Luca.

—Que alegría que volviste, te extrañaba demasiado.

¿Por qué es tan guapo?, ¿por qué tiene que ser todo lo que mencioné en la habitación de Charlotte?, ¿por qué quiere a Charlotte?, ¿por qué Charlotte le quiere mucho?

—¿Y quién es este chico? —pregunta el hombre de las tablitas de mar mientras me mira.

—Es mi fabuloso amigo de Texas que conocí en Ohio, su nombre es...

—Soy Jace Grey—me presento teniéndole la mano primero tratando de mostrar quien manda, pero sorpresivamente este la estrecha con una sonrisa... ¿coqueta?

—Atrás, Luca, Jace no es gay.— voltea a verme asustada— A menos que lo seas y estoy evidenciándote. Lo siento lo siento, sabes, nunca pensé en su podrías ser bisexual, o...

—Tranquilízate—le dice Luca.

—Así es, no soy gay, soy totalmente heterosexual.

—Ah, entonces lo siento Luca, no es tu día de suerte.

—Lo sé, pero parece que el tuyo sí... —murmura mirándonos a los dos de forma intercalada. ¿Qué insinúa este Luca surfista?

—Bueno, basta de hablar, quiero una pizza de pepperoni, con doble, por favor, y aceitunas negras.

—¿Quién come esas cosas negras? —pregunta mientras anota en una libreta la orden.

—Yo.

—Mmm, fabuloso amigo Texano conocido en Ohio, llamado Jace Grey totalmente heterosexual, ya no me gustas por tener mal gusto en pizzas.

Sonrío con diversión y miro a Charlotte la cual me mira con una sonrisa cálida.

—Es una pena Luca, parecía que tenías muy buenos gustos—murmuro haciéndolo reír.

Me agrada Luca, al principio no porque no sabía quién era y como era, luego lo vi y resultó ser guapo, así que lo odie, pero luego resultó ser gay y gran amigo de Charlotte, así que me cae bien.

Es como Leo pero de Miami.

Después de que Luca ha metido la pizza al horno, ahora solo estamos platicando y esperando.

—¿Por qué has venido?

—Es el cumpleaños de mamá, al que estás invitado mañana en mi casa a las cinco.

—Ahí estaré, oh, y por la noche podemos ir a la noche de fogata en la playa.

—Definitivamente iremos, Jace tiene que vivirlo.

—¿Segura que quieres llevarlo?

—No me importa si está ahí—susurra.

Como si me diera miedo enfrentarme al gran e intimidante Garret que no sabe cerrar ni un puño.

—¿Sabes pelear, Jace Grey?

—Claro que sé pelear.

El horno suena indicando que la pizza está lista. Charlotte se pone de pie y mira a Luca.

—¿Puedo sacar la pizza yo?

—Claro, toma una de esas cosas de madera y ten cuidado.

Cuando ella se va Luca voltea a verme y pone sus manos en la mesa para después hablar.

— Garret es una horrible persona—murmura por lo bajo.

—Lo sé, por lo poco que me ha contado Charlotte.

—Mañana es muy seguro que nos lo topemos, él es déspota y va a tratar de intimidarte, va a querer hablar con Charlotte y coquetearle, y al verte con ella te va a presumir su relación, te la venderá como la mejor para que te sientas asustado, no dejes que te intimide.

—No iba a dejar que lo hiciera.

—Bueno, cuando vea que no te provoca nada, comenzará con cosas insultantes para Charlotte o para ti. Respóndele, no te quedes callado o se sentirá la mejor persona.

—Lo haré.

—Y si te cansa o se pone agresivo, no dudes en darle un golpe, no sabe pelear, y ninguno de sus amigos tampoco, por lo que no se meterán a defenderle.

—¿Por qué si ellos ya terminaron sigue molestandola?

—Porque está obsesionado con Charlotte, cuando estaban juntos solo la quería para él, quería que estuviera a su lado siempre, que no usara ropa linda para que nadie la volteara a ver, es un celopata en potencia, no dejaba que tuviera amigas y mucho menos amigos, yo solo veía a Charlotte cuando venía por las noches a comparar pizza. Garret está enfermizamente enamorado de ella, cuando Charlotte lo dejó la estuvo persiguiendo durante demasiado tiempo para que regresaran, él le juraba que cambiaría, pero de eso nada, sus padres le ayudaron a darse cuenta, y antes de que ella se fuera a Ohio estaba tan enfermo que le hacía escenas de celos siempre, porque ella comenzaba a usar ropa de su talla y muy linda, porque comenzaba a salir con personas

.

—Entonces doy por hecho que hablaremos.

—Estará tan celoso por verte con ella, mas porque eres guapo y ella no para de sonreír o reír, porque estará linda y contigo.

—Sabes, lo odio, mucho.

—Pues ya somos dos.

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