Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

2. Fiesta

JACE POV

—Por favor, Jace, vamos a bailar—insiste Daph una vez más me jala de la mano tratando de llevarme a la improvisada pista de baile. Suspiro con pesadez, otra vez.

Estoy en un rincón bebiendo cerveza y luchando contra los jalones de Daphne porque no entiende que no estoy en condiciones de divertirme mucho. Cansado de los jaloneos cedo a su insistencia, bebo el último trago de la botella y me dejo guiar por ella hasta una pista improvisada donde Leo y Ken hablan con algunas personas.

—Al fin vienes—dice Ken colocando una de sus manos en mi hombro.

—Solo por un rato ya que alguien no dejaba de jalonear.

Las luces comienzan a parpadear y la música electrónica resuena contra los muros de la casa, miro alrededor sintiendo estrés por el ambiente y la cantidad de personas, pero al momento en que veo a Daph trae con ella una botella de whisky y entre bailes acercarse a mí, todo ese estrés se va.

—Solo cinco segundos—propone con una sonrisa. Se nota que está un poco borracha. Porque la soltería le ha pegado desde que terminó con Karl hace un año. Sí, la linda y prometedora pareja de preparatoria terminó.

Todo iba tan perfecto entre ellos, era una relación a distancia bastante sana, hasta que ella decidió darle una sorpresa yendo a su universidad en otra ciudad, Leo, Ken y yo la acompañamos en un viaje de tres horas en coche solo para volver a juntarlos y verla feliz, al llegar Daphne entró a la universidad con una sonrisa, pero salió llorando. Nos contó que lo encontró con otra chica.

Los tres nos las apañamos para no ir hasta la dichosa habitación y golpearlo, ¿cómo se atrevía a hacerle eso a Daphne? suerte tenía de ser su novio y le pagaba haciendo eso. Solamente la consolamos y manejamos de regreso, durante todo el camino escuchamos sus lamentos sin reprocharle nada, solo mostrando nuestro apoyo. Al llegar al departamento donde vivimos los cuatro ella sacó todas las fotos y recuerdos que guardaba en una caja, los hizo trizas y después los tiró a la basura. Eso la hizo sentir mejor. Después tuvimos que ver películas románticas con ella durante cuatro noches seguidas y comer todo lo que ella deseaba, porque de esa manera podíamos consentirla. Pero después de tanto duelo ahora es una chica soltera y codiciada en nuestro departamento de medicina.

La historia de Leo y Mel no es tan parecida, después del baile de graduación su relación se forjó hasta que se hicieron novios, exactamente duraron dos años, terminaron ya que no pudieron con la larga distancia ya que Leo vino a Ohio y ella se fue a Boston, ellos están bien como amigos pero como novios no se comprendieron sí era a distancia, además, creo que él comenzó a ver a alguien más con otros ojos cuando nos mudamos todos juntos, lo noté una semana antes de que terminara con Mel, y creo que fue mejor, decidió terminar algo antes de ser infiel. Y con ese alguien me refiero a Daphne. He notado miradas de él a ella, pero mi mejor amiga está concentrada en disfrutar su vida de soltera que no se da cuenta, y es tan incómodo ver los gestos de él cuando ella habla de sus aventuras con algún chico.

Y mi historia ya la saben todos...

Ken es el único afortunado en el amor, Sucy también está en la ciudad así que ellos no luchan contra las distancias, llevan tres años de novios y son los más cursis que puedo conocer, les tengo envidia de la buena, ellos sí están logrando ser felices.

Y es que no todas las historias de amor terminan con un final feliz. Algunas terminan en odio, otras en risas, y las peores en tragedia.

Daph acerca la botella a mi boca sin previo aviso y comienzan a contar mientras el líquido cae en mi boca haciéndome olvidar lo que estaba pensando por el ligero ardor que este provoca, pasan los segundos más largos de mi vida y me retiran la botella. Hago una mueca por el sabor del alcohol y me paso el dorso de la mano por la boca para limpiar el líquido que no ha caído donde debía.

—He perdido el gusto por eso.

—Por eso deberías salir más, así le encuentras el gusto de nuevo. Ahora sigo yo—grita y empina la botella sin ningún control, cuento cinco segundos pensando que beberá lo mismo que yo, pero continúa dejando caer el líquido por su boca hasta que baja una gran cantidad de líquido.

—No abuses, te vas a arrepentir mañana—grito para que me escuche sobre la música.

Estudiar para ser cirujano es muy tedioso, no entiendo como Daph y Leo estando en medicina pueden divertirse tanto y sacar buenas notas siempre.

—No te escucho, grita más fuerte— grita.

—Que mañana — dejo de gritar cuando mi celular vibra en mi bolsillo, hago un ademán con mi mano de que me espere un segundo, meto la mano al bolsillo y saco el aparato mirando la pantalla. Es mamá . —Iré afuera para contestar, vuelvo en un minuto—le aviso a Daphne en un grito que parece medio entender.

Camino entre la gente tratando de salir al patio pero es imposible moverme con toda la gente que hay. Mientras miro al celular sigo caminando hasta que choco con alguien y siento un líquido helado mojarme toda la playera haciéndome suspirar por lo frío que está, miro al frente con sorpresa y me encuentro con la chica que nos ha pedido direcciones en la universidad.

—Perdón, lo siento mucho, no iba prestando atención, iba mirando a otro lugar—se disculpa con mucha rapidez en sus palabras, extiende sus brazos hacia mi playera y trata de limpiarme con nulos resultados.

—No te preocupes, yo no iba mirando, además se seca, no pasa nada— trato de sacudir el líquido.

—Discúlpame en serio—dice angustiada.

—De verdad no pasa nada. En un rato iría a buscar un trago pero ya no lo necesito porque ya tengo uno en la playera—bromeo para liberar la tensión. Ríe un poco y mira el vaso vacío para luego extender su mano hacia mí.

—Soy Charlotte Hamilton—se presenta sin pena.

C y H. Es lo único que puedo pensar.

—Jace Grey—estrecho su mano—¿De dónde vienes?, no es muy normal que alguien se integré a la universidad a mitad del año.

—Vengo de Miami, y el motivo de tratar de irme lejos... nada más y nada menos que una ruptura amorosa.

Ah, al parecer tomamos confianza con rapidez.

—Wow, buena manera para tomarse un tiempo para sí mismo, cambiándose de ciudad. ¿Qué te parece Ohio?

—Es lindo aquí, su gente es agradable. ¿Tú naciste aquí?

—No, yo soy de Austin Texas.

—Oooh, nunca he estado en Texas. La tonta Texas—ríe cuando dice la última frase con un intento de tono vaquero.

—Ja-ja, es un chiste que siempre nos hacen a los de Texas. No es muy divertido en realidad — termino en un murmuro.

—Lo siento

—No te preocupes, allá es muy lindo, algún día deberías ir y te aseguro que lo último que te parecera es tonta—le digo con una sonrisa.

En tan poco tiempo ya me ha caído bien y desde hace tiempo me es difícil socializar con personas nuevas, pero ahora estoy aquí frente a una desconocida teniendo una conversación. Estoy orgulloso de mí. Mi madre estaría orgullosa si estuviera presente en este momento.

—¿Quieres ir afuera?—pregunto cuando noto que hay más gente y el espacio es más reducido, además de que algo me llama a seguir teniendo una conversación con ella y no solo dejarlo en una simple disculpa por el líquido derramado. Ella asiente y nos movemos hasta el patio donde es más tranquilo y menos ruidoso.

—¿Y tú por qué viniste aquí?—pregunta acomodándose en una de las sillas que hay como decoración. Me siento a su lado y suspiro ante su pregunta.

Según lo que recomendó un psicólogo: alejarme del pasado. Por eso he venido aquí, y conmigo he arrastrado a mis tres mejores amigos.

Leo quería ir a Los Ángeles, pero está aquí conmigo.

Kenneth quería ir a Boston, pero está aquí conmigo.

Daphne quería ir a Nueva York, pero está aquí conmigo.

—Necesitaba nuevas aventuras—miento.

—Que interesante, a mi me dan miedo las cosas nuevas, pero aquí estoy, en una ciudad nueva, en una fiesta nueva y conociendo gente nueva. Muy aventurero de mi parte, pero es lo que hay que hacer para olvidar el pasado. ¿No crees?

Completamente

—Eres muy agradable Charlotte— sonrio. Su mirada se ilumina y su sonrisa se agranda cuando escucha mis palabras. Como si necesitara escucharlas.

—¿En serio?, hace mucho tiempo no escuchaba eso, con mi relación sorprendentemente tóxica no podía tener muchos amigos ni salir libremente, así que los "eres agradable" eran nulos. —termina en un susurro y encogiéndose un poco en la silla.

Agradable y muy liberal

—Que lástima que tuvieras que pasar por eso— murmuro al ver que se queda pensando un poco por lo que acaba de decir.

—Sí, fue difícil pero con ayuda estoy logrando salir adelante y olvidando todo eso. ¿Has tenido un amor fallido? —me mira con una mini sonrisa.

Uff, no diría que fallido pero sí uno muy triste y doloroso, para mi va más por el lado del amor trágico.

—Sí, pero prefiero no hablar del tema.

—Oh, lo siento, no quise recordarte nada malo o...

—No te preocupes. Oye pides mucho perdón—suelto una risa ligera.

—Bueno, es algo que desarrollé durante cuatro años.

—¿Por tu relación? —susurro mirándola de reojo. Aprieta los labios y asiente.

—Con el tiempo espero que se me quite, es tedioso pedir perdón, me hace ver vulnerable.

—Si te veo lo último que pienso es que eres vulnerable.

—Así funcionan las apariencias, tenía una cortina de humo hasta que te tome confianza en un segundo y te conté ligeras cosas de mi pasado que tal vez no debí contar.

—No se las diré a nadie, puedes estar tranquila por ese lado.

—Eso espero o seré la nueva estudiante loca y tristona.

—No lo serás, me iré a la tumba con tus palabras— sonrio consiguiendo una sonrisa suya.

El tiempo pasa entre pláticas, risas y conociéndonos, hasta que Ken me encuentra para decirme que debemos irnos. Me despido de Charlotte y camino junto a mi amigo por un costado de la casa para ir al auto donde supongo que están mis otros dos amigos.

—Daph está muy borracha, ya está en el auto con Leo, pero Dios, me peleé con ella porque no quería soltar la botella.

Rayos, tendremos que volver a cargarla, pero para eso estamos, para cuidarla de todo mal. Subimos al auto, yo detrás con ella para cuidar que no le pase nada, por el nivel de borrachera creo que podría ahogarse hasta con su lengua.

—Dice que no está borracha y que aguanta dos horas más de fiesta—explica Leo mientras se pone el cinturón en el asiento de copiloto.

Miro a mi amiga forzando la mirada por la poca luz que hay, lleva el rimel corrido, el cabello hecho un nido de pájaros, su labial está en todos lados menos en su boca, su ropa arrugada, y un olor a borracho que abunda el auto. Ni en mil vidas aguantaría dos horas más de fiesta, ni siquiera un minuto.

—Duerme mejor—murmuro mientras le pongo el cinturón. Repentinamente me toma la cara entre una de sus manos haciendo que la mire confundido.

—Tú te perdiste, me mentiste y dijistwj de kaiduak—trata de... de algo.

—Es verdad ¿Quién era esa chica con la que estabas?—pregunta Ken mirando a través del retrovisor. Lo que más temía, tener que explicar.

—Chocamos y terminamos hablando de la vida. Se llama Charlotte Hamilton, es una buena chica, muy agradable en realidad

—Uuh, Charlotte, Charl Charlie —balbucea Daph, hace una mueca de lloriqueo y luego vuelve a dormir.

Lo mismo pensé desde que la vi...

No tienen mucho parecido, pero hay cosas que me dan un aire a mi Charl. Charlotte es una alma explosiva y parlanchina, y mi Charlie era un alma discreta y cohibida, pero lo que ambas comparten es que me han hecho sentir diferente, aunque haya sido por un tiempo muy corto.

—Te lo dije, estaba con una chica, mi vista no me falló —susurra Leo a Ken lo suficiente alto para escucharlos.

—¿Nos espiabas?

—No, yo iba al patio con una chica, pero primero tenía que informarle a Ken, tuve que volver cuando los vi.

Siguen siendo chismosos

Antes de poder responderle la borracha a mi lado resucita de golpe tomando ambos asientos de enfrente para impulsarse y asomar su cabeza en dirección a Leo.

—¿Una chica?, ¿por qué ibas al patio solo con una chica, Leonardo Evans?, ¿ah?—reclama Daphne sin ni siquiera abrir los ojos.

¿Son celos o cosas de ebriedad?

—Por las mismas razones por las que tú fuiste al segundo piso con un chico, Daphne Jansen—contraataca Leo con un tono evidentemente enfadado.

Cuánta tensión se ha generado en menos de un segundo.

—Que malo... —susurra la chica a mi lado echándose hacia atrás y acurrucandose contra mi pecho. Daphne la ciega tenía que ser. Es más que obvio que Leo solo tiene amigas, porque conozco sus sonrisas y la coqueta no sale jamás, no desde que le gusta Daphne y ni siquiera la usa con ella. Solo hace falta que él le diga sus sentimientos para que deje de enojarse y de tratar de arder su mundo.

Algunos minutos después, por fin llegamos al estacionamiento subterráneo que hay en el edificio donde vivimos. Todos bajamos del auto, excepto Daph. Parece un muerto, no se mueve, no hace sonidos, nada.

—Cárgame—extiende los brazos en mi dirección sin abrir los ojos. Como negarme a alguien que parece zombie. Trato de sacarla del auto pero me parece imposible, por más fuerte que la tomo de los brazos y tiro de ella parece que está atorada, en realidad es por el peso muerto de alguien ebrio.

—Ayudame, Leo—grito. Mi amigo se acerca y la toma de los hombros para poder sentarla y acercarla a la puerta, pero ella tira de sus brazos separándose del agarre con brusquedad.

—Tú no me toques.

—¿Y ahora qué hice? — pregunta confundido.

—No quiero que me toques porque con esas manos tocaste a la chica. Así que muévete, no quiero sus gérmenes en mi cuerpo.

Vaya vaya, tenemos a una celosa nivel diez aquí. Nunca había escuchado o visto a Daphne demostrar celos. Podría pensar que son celos de amistad, pero a mí sí me ha dejado tocarla, así que eso me confirma al cien por ciento que Daphne tiene celos... por amor.

Leo aprieta la mandíbula y se quita a regañadientes alzando las manos por los aires, en su lugar Ken viene a ayudarme hasta que por fin logramos cargar a la chica moribunda. Entramos al ascensor y pulsamos el número de nuestro piso.

—No quiero que este me toque, ni me hable, ni me mire, ni me toque otra vez... —señala al castaño, quien está cruzado de brazos y con el ceño fruncido en un rincón.

Y los celos siguen.

—Pues yo tampoco quiero que me toques—le responde entre dientes.

—¿Por qué no?—se queja Daphne mientras hace un puchero.

—Tocaste al chico, no quiero que me toques y me pases sus gérmenes.

—Pues el chico era muy tocable—sonríe con satisfacción haciendo enojar más a Leo, quien aprieta los puños y respira profundo.

—Deja de pelear con borrachos— digo entre dientes.

—La borracha pelea conmigo, yo no hice nada. — la señala y murmura entre dientes. Daph levanta su dedo índice con reproche.

—Yo no soy ningún borra — baja el dedo lentamente sin terminar su frase.

¿Se le acabó la batería o algo parecido? Bueno, por suerte se ha dejado de mover porque el peso muerto cada vez duerme más mis brazos, con mucha suerte no hemos caído al piso. Entramos al departamento y Leo abre la puerta de la habitación de Daphne y luego va a la suya sin decir buenas noches. Si está muy enojado, debe ser difícil ver a la persona que te gusta estar enamorado o simplemente estar con alguien que no eres tú.

Esquivo la cantidad exagerada de ropa en el piso hasta llegar a la cama, donde hay otro más de ropa junto a toda una bolsa de maquillaje regada por todos lados, encuentro un espacio y la recuesto ahí, pensé que se acurrucaria y luciría como una escena de mejores amigos de una película, pero al contrario de eso ella está toda estirada con baba seca en la comisura de sus labios, con un sonrisa me doy la vuelta dispuesto a ir a mi habitación pero su grito me detiene haciendo volver.

—Quítame los taconessssss—alarga la palabra y agita sus pies en el aire.

—Mañana te vas a arrepentir de haber bebido tanto. — deslizo el tacón por su pie hasta dejarlo tirado en el suelo.

—La vida es una y hay muchas vidas para beber, y mañana yo seré una bebida, tal vez una margarita porque ellas son bonitas y sensuales, así que mañana el arrepentimiento no funciona de esa manera, solo es un invento de los papás — termina en un balbuceo.

Junto el ceño. No sé qué es lo que ha querido decir, así que solo la arropo, apago la luz y cierro la puerta.

—¿Ya sé durmió?—pregunta Kenneth mientras se sirve jugo en un vaso de vidrio.

—Ya, mañana tendrá resaca en clases—me recargo en la isla de la cocina.

—Jamás debimos dejar que tomara doce shots de vodka puro—murmura Leo mientras se tumba en el sofá y cierra los ojos. Veo que a alguien ya se le paso su berrinche y ha decidido salir de su habitación a decir buenas noches.

—¿Debimos? tú estabas ocupado tocando tan solo el brazo de una chica—dramatiza mi otro amigo entre risas.

—Oh basta, no entiendo sus reclamos—se queja Leo. Y este es más ciego que la ebria moribunda.

—Está celosa. Dicen que los niños y los borrachos dicen la verdad así que esa chica sí debe tener gérmenes. — sonrió burlesco.

—¿Celosa?, pff, ella subió con ese chico a hacer sabe qué cosas y se besó con dos más, yo lo único que hice fue hablar con una chica de la cual no recuerdo su nombre, y ya, nada de besos ni caricias y coqueteos. Solo son celos de amigos.

Leonardo Evans es muy idiota.

—No, no son celos de amigos, si así fuera, Daphne le hubiera reclamado a Jace por estar con una chica, pero no lo hizo, solo se pasó todo el camino a casa murmurando y reclamando cosas sobre ti y esa chica.

—Te gusta Daphne, y parece ser que ella comienza a desarrollar sentimientos por ti—explico.

Leo parece pensar un poco mirando al piso, y por un momento creo que seguirá negando lo innegable, pero poco a poco una sonrisa va saliendo de sus labios acompañada de un suspiro secreto. Toma una pose de empoderamiento y afirma con su cabeza.

—Le voy a declarar mi amor ahora.

¿Se ha vuelto loco?

—¿Qué?, no, no puedes decírselo al menos por ahora, está ebria y— decimos Ken y yo al unísono.

—Estoy bromeando, par de imbéciles, solo me iré a dormir. No creo confesarlo hasta estar al cien por ciento seguro de que pueda pasar algo. No quiero un ambiente tenso en casa.

Tiene razón, tal vez solo nos equivoquemos respecto a los celos de mi mejor amiga, y que Leo le diga lo que siente y ella no lo corresponda crearía un ambiente tenso en la casa.

No necesitamos más drama.

—Yo también me iré a dormir—dice Ken.

—Yo igual.

Caminamos hasta nuestras puertas las cuáles están una al lado de la otra.

—Jace, duerme, por favor—murmura antes de entrar a su habitación

Asiento cuando ya no me mira y aprieto los labios. Entro a la habitación y me pongo el pijama, lavo mi rostro al igual que mis dientes, me miro al espejo un par de veces esperando que las ojeras y las manchas desaparezcan por arte de magia. Pero de eso nada. Camino hasta la cama y levanto las cobijas con pereza en cada movimiento, me recuesto y miro el techo que solo se ilumina un poco por la luz de la luna que entra por la gran ventana.

Jace, duerme, por favor.

Mi sueño está arruinado, no duermo muy bien desde hace cuatro malditos años, incluso me enfermé algunas veces por la falta de sueño. Estoy trabajando en dormir más, pero no puedo, y es desesperante lo que siento al querer mejorar y no poder lograrlo. Podría dormir en las tardes pero la carrera médica me lo impide, incluso Daphne ha dormido conmigo para ver si eso podría funcionar, pero nada, solo estuvimos riéndonos hasta altas horas de la madrugada.

Es tonto intentarlo, mi sueño está arruinado y así será para siempre. Totalmente arruinado desde que ella se fue...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro