Camino detrás de Charlotte mientras arrastro el carrito de supermercado y ella mete cosas en él. Ya han pasado algunos días desde mi mal comportamiento con mis amigos, desde entonces procuro no estar mucho tiempo cerca para no generar un problema, y con no pasar tiempo cerca no me refiero a solo estar en mi habitación, sino pasar casi todo el día con Charlotte.
Voy con ella a la universidad, como en su casa y me mantiene alimentado, ceno en su casa, veo películas en su tv, hago tarea en su casa, tomo la siesta en su sofá, y ahora voy a hacer el supermercado para su despensa. La verdad es que no me desagrada, me mantiene distraído de todo, de ella, y de que en dos semanas volvemos a Austin para el tres de marzo. Eso me tiene nervioso, pero Charlotte siempre logra distraerme.
—¿Con chocolate o sin?—pregunta mostrándome dos botes de almendras.
Ya hasta tengo opinión.
—Con chocolate.
—Que bueno que elegiste eso, si no no volvías a tocar mi casa.
Sonrío y continuamos nuestro camino por los estantes, haciendo que el carro cada vez tenga más cosas. Después de terminar toda la despensa pagamos todo, le he dado un poco de dinero ya que yo también estoy comiendo de lo suyo, subimos las bolsas al auto y vamos a casa. Al llegar bajamos todo el auto y subimos hasta su departamento, inmediatamente Charlotte comienza a guardar las cosas y yo a ayudarla.
—Sopa. —Le paso un par de latas— Atún, salsa, espaguetis...
—Gracias por tu ayuda, Texano.
—¿Y dónde quedó el diminutivo?
—Lo siento. Gracias por tu ayuda Texanito.
Sonrío y asiento.
—¿Estudiaste para los tres exámenes de mañana?
—Lo que pude —contesto mientras me siento en el sofá y miro el techo.
—Maldigo el día en que decidí venir y estudiar medicina—mueve sus puños en el aire haciéndome reír.
—Pero entonces no nos hubiéramos conocido—voltea a verla, dándome cuenta que ella también está observándome.
—Entonces bendito sea el día en que decidí venir. Ahora tengo un amigo.
—Y yo una amiga.
—Pero ya tenías una.
—Pues ahora tengo dos.
—Dos es completamente genial.
Le sonrío por última vez y suelto un suspiro para continuar mirando el techo.
—¿Vas a dormir aquí?
—¿Por qué la pregunta?
—Pues porque son las once y mañana hay clases y exámenes.
—No tengo ganas de volver a casa, ¿me puedo quedar?
—Claro que sí. ¿Estás en el sofá?
Nos ponemos de pie y miramos el pequeño sofá, definitivamente no dormiré en un lugar donde mis pies sobresalen.
—¿Hay más opciones?
—Mi cama es de dos plazas, si quieres puedo dormir aquí—dice señalando el sofá.
—Claro que no, somos amigos y podemos dormir perfectamente juntos. ¿Eso te parece bien?
Sonríe ligeramente y asiente. Ambos caminamos a la habitación, es la primera vez que entro y es tal como me la imaginaba, de tamaño adecuado, una cama frente a una gran ventana, closet pequeño y una gran televisión. Charlotte toma su pijama y sale de la habitación directo al baño, me quedo parado esperando que llegue y después de unos minutos lo hace.
—¿Qué? —pregunta al verme parado.
Su pijama me da risa, consiste en un gran short rojo estilo Adam Sandler y una gran playera de hombre.
—Es qué no sé de qué lado duermes tú.
—Del izquierdo.
—Entonces a dormir.
Levantamos las cobijas juntos y nos metemos entre ellas, la única luz que entra a iluminar es la de la luna.
—Nunca me había acostado tan temprano—murmuro.
—Hay que descansar la mente, yo tampoco me duermo muy temprano pero esos exámenes me tienen de nervios, ¿a ti no?
—Sí, pero hay otras cosas que me ponen nervioso.
Se gira sobre su hombro y me mira aunque es difícil entre la oscuridad.
—¿Qué es lo que te pone nervioso?
—Que en dos semanas vuelvo a Austin.
—¿Volver?, ¿pero regresas?, no es para siempre o sí..
—Solo voy un fin de semana a su aniversario, cuatro años se cumplen.
—Es poco pero
—Parece mucho. Cuatro años eternos.
—¿Te causa felicidad volver a Austin?
—En parte sí porque veré a mis padres y a mi hermana, eso me hace feliz, además que es donde nací, y también veré a Camill, que es la hermana menor de Charlie, tiene 8, y está por cumplir 9, pero tenía 4 cuando su hermana se fue. Me juré a mi mismo cuidarla.
Sonríe ligeramente y saca una mano de debajo de las cobijas para acariciar mi mejilla haciéndome estremecer
—¿Y la otra parte?
—La otra parte odia Austin, porque ahí fue donde mi mundo dio un giro completo, todo me recuerda a mi vida de preparatoria, lo que la trae a ella.
—Con el tiempo lograrás ir y venir con una felicidad gigantesca, lograrás recordarla con una sonrisa.
—No, no soy capaz.
—Sí, sí lo eres.
—¿Tú crees en mí?
—Obvio, todos somos capaces, y creo en ti.
Sonrío ligeramente cuando vuelve a acariciar mi mejilla.
—Gracias Princesita.
—De nada, Texanito.
Después de hablar por un rato ambos nos damos la espalda para poder dormir, lo que me ha sorprendido demasiado, no sé si su cama tiene algo, o su almohada, pero me he dormido a las 12, yo no había vuelto a dormir a esas horas, y fue genial, siento que mi cuerpo lo ha agradecido. A la mañana nos hemos levantado a desayunar, y luego la esperé un rato mientras se alistaba para la universidad, yo solo me di un baño, lavé mis dientes y me puse de nuevo mi pijama.
Ahora mismo estamos en la universidad, donde me han entregado ya el papel con diez preguntas sobre bioquímica tres. Me siento descansado, libre, tranquilo, y puede ser que hasta feliz.Comienzo con la primera pregunta leyéndola, y rápidamente la respuesta viene a mi cabeza causándome una sonrisa, en la siguiente sucede lo mismo y con el resto igual. Al terminarlo me pongo de pie y lo entrego al profesor para después salir, camino hacia el árbol, mi árbol, pero una persona brinca hacia mí tomándome por sorpresa. Charlotte.
—¿Cómo te fue? —pregunta cuando comienza a caminar a mi lado.
—Ni yo me lo creo pero bien, todas las he sabido, absolutamente todas.
—¿De verdad?, eso está de diez para diez —dice con una sonrisa—yo olvidé un par, pero estoy segura de que me irá super.
Nos sentamos juntos en el árbol e inmediatamente una bolsa de cacahuates aparece frente a mí, tomamos un par y los comemos sin hablar por un rato, solo miramos a las personas a nuestro alrededor. Hay tranquilidad a mi alrededor, y eso se siente bien.
—¿Dormiste bien? —pregunta por lo bajo.
—Yo sí, ¿tú?
—Yo también.
—Hace mucho no dormía con una chica que no fuera Daphne—confieso mientras busco el cacahuate perfecto entre todos los de la bolsa.
—¿Qué?
—Pues que nunca dormí con una chica—trato de explicar con más sencillez.
Charlie y yo dormimos juntos pero no lo considero porque a lo que nos referimos es dormir toda una noche o más, y con ella solo dormí un par de horas.
—¿Eres virgen?— pregunta de la nada.
Tomo un cacahuate con una mueca en mi rostro y niego.
—No.
—¿Entonces?
—Pues no duermo con ellas, es solo por despecho, nada de romanticismo.
—Pero que cosa, ¿de verdad tienes sexo por despecho?, ¿eso no hiere los sentimientos de las chicas o los tuyos?, ya sabes, cuando te vas.
—Mi primera vez fue sexo por despecho, nunca he experimentado la sensación romántica, así que me da un poco igual, además los términos quedan antes dé, no debe por que herir sentimientos.
—Que pena, sin ofender, pero para mí así es.
—No hay nada de qué ofenderse.
—Pero espero que algún día puedas experimentar esa sensación que te da el acto romántico... —se frena y me mira de reojo — Demasiada confianza.
—No te preocupes, como dije una vez, ya nos olimos los pies, qué más da, aparte son temas normales, no hay que crearles una cortina como si fueran prohibidos.
—Okay...
—¿Cómo es esa sensación?
—¿La de estar con alguien que te gusta?
Asiento.
—Pues cuando estás enamorado y se presenta la situación se siente muy diferente al casual. Se siente que todo es mutuo, que ambos quieren estar ahí para estar junto al otro, y poder ver sus ojos y besar a la persona sintiendo amor sobre atracción es genial.
Como comienza a describir la sensación me hace pensar, yo nunca he sido capaz de vivir eso, siempre es simple casual, sin miradas, sin besos románticos, sin amor sobre atracción. No voy a mentir que me gustaría vivir la sensación que se describe como fabulosa, pero no con cualquiera se puede compartir tal privacidad, pues el amor es algo que no es digno de todo ser.
—¿Tú viviste esa sensación? —pregunto.
—Sí, pero... —guarda silencio—...sólo yo sentí el amor, mientras que él solo sentía atracción.
—¿No es lo mismo?
—¿Tú te diste cuenta si una chica con la que tuviste sexo estaba enamorada de ti?—niego ante su pregunta—ahí está, es lamentable porque aunque tu estés hasta la punta del cabello de enamorada, para él o ella seguirá siendo casual, o viceversa. Mientras que para ti signifique la mayor prueba de amor, para él será uno más del montón. No se sentirá mutuo hasta que...
—... los dos están enamorados—decimos al mismo tiempo.
—Lograremos vivirlo—murmuro.
—Claro que sí, el romance adolescente no siempre es el correcto, el romance juvenil puede ser el mejor—comenta para después meter un cacahuate a su boca.
Romance adolescente...
Quién mejor que yo para saber que los romances adolescentes son los que más fracasan. También está de ejemplo Daphne y Karl, yo creía que ellos se iban a casar, eran tan románticos los dos que yo juraba y perjuraba que la distancia no sería nada para ellos, pero... los romances adolescentes simplemente no son los mejores. Solo son dos personas tratando de experimentar el amor, un amor que puede llegar a ser tan poderoso que al final termina destruyendo todo.
El día pasa muy rápido, Charlotte y yo no nos separamos en todo el día, al igual que la bolsa repleta de cacahuates de nosotros, en todo el horario escolar no vi a Daphne y Leo, lo cual es raro, pero no los extrañé mucho para ser sincero. Ahora mismo estoy entrando a mi casa, encontrándome con los antes mencionados, están abrazados y acurrucados viendo la televisión. Giran a verme cuando notan mi presencia, Leo retira la mirada con normalidad, pero Daphne me sigue mirando.
—Alguien se acordó... —comienza a decir pero Leo le cubre la boca haciéndola callar y mirar de nuevo la televisión.
—Estaré en mi habitación.
—Espera. ¿Dónde dormiste? —pregunta Leo pero en un tono común, no como reclamo.
—En una banca del parque.
—Sí claro, la persona más friolenta del mundo durmió en un parque, ya enserio—sonríe aún con la mano cubriendo la boca de Daph.
—Pues en casa de Charlotte.
—¿En...?
—En la misma cama.
Leo sube las cejas repetidas veces y sonríe.
—Dormimos como amigos, no como otros que se acurrucan y besan en vez de dormir.
—Vete a dormir porque aquí vamos a acurrucarnos, besarnos, y crear un bebé—comenta con una sonrisa.
—¡Leo, no le digas eso! — se queja Daphne quitando la mano de su boca.
—Solo es broma, no pasará hasta que tú estés lista.
Hago una mueca de asco cuando una vaga imagen de mis amigos llega a mi cabeza. Lo que nunca imaginé, mis amigos haciendo... cositas.
—Yo mejor me voy, las imágenes que están llegando a mi cabeza no me gustan para nada.
—Espera, Jace. ¿No te gusta ella?—pregunta Daphne.
Niego.
—¿Nada de nada?
—No, no aun.
—Mmh, de acuerdo, no es nada personal ni que esté en contra si alguna vez te gusta, solo es que... —Leo trata de cubrirle la boca de nuevo pero ella le empuja la mano sosteniéndola con fuerza—... no eres muy estable aún.
—De eso estoy muy consiente—murmuro para irme a mi habitación. Cierro la puerta detrás de mí y me tumbo en la cama mirando al techo, mi techo es bastante interesante, es blanco y eso me hace poder creerle las interrogantes que yo quiera.
¿Soy inestable?, claro que sí.
¿Podría llegar a gustarme Charlotte?, no lo sé. No es probable, pero tampoco imposible, aunque tal vez me cueste tiempo para volver a enamorarme. Bastante tiempo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro