1. 4A
¿Segundas oportunidades?
Jace no lo tiene muy claro...o sí.
JACE POV
La vida es como uno de esos juegos mecánicos dignos de película de terror, te dan demasiadas vuelta en tan pocos segundos, que te hacen reflexionar si estás haciendo algo de verdad con tu vida.
Me subí en uno de esos juegos mortales, y sin duda la reflexión continúa cada día que despierto.
Cuatro años después
Las clases de universidad son más aburridas que las de preparatoria, eso definitivamente es cierto, al menos para mí, bueno... depende la carrera.
Leo, Daph y yo estamos en el mismo departamento, el de medicina, logré entrar a la carrera de mis sueños y mis amigos me acompañan también, excepto Ken, él decidió estudiar en el departamento de administración de empresas.
Aunque estoy con dos de mis amigos nada es igual que antes. Extraño la preparatoria, fue mi temporada más feliz, a excepción de mi último año en mis últimos días, simplemente al pensar en esos momentos la recuerdo a ella, así que trato de evitar el pasado, pero es muy difícil hacerlo.
Me hacen mucha falta sus pocas sonrisas, hasta sus lágrimas, poder limpiarlas y consolarlas, la verdad la extraño mucho, todos estos años la he extrañado con cada latido de mi corazón, con cada desvelada que tengo todos las noches.
—¿Estás bien? — pregunta Leo mientras da palmadas en mi espaldas para sacarme del trance en el que he entrado.
Leo, mi fiel amigo Leito.
—Sabes que no.
—Es hora de que...
—¿De qué la olvide como sí nunca hubiera existido?
—No, Jace, ambos sabemos que ella es inolvidable, me refiero a dar entrada a otras chicas, hay muchas chicas de la universidad esperando un cita contigo. Solo tienes que...
Como si fuera muy fácil.
—Lo intenté una vez, y fue horrible, me acostumbré tanto a ella que solo espero a alguien igual, que haga lo que ella, que se vea como ella, o al menos que me haga sentir lo que ella en su momento logró—suspiro— sé que es absurdo—digo cansado.
—Nadie es Charlie, nadie se puede parecer tanto a ella, y sí la hay tal vez no sea artista, no sea callada, tienes que buscar más allá de su imagen, o tal vez simplemente no llegue a la chispa que te creo ella.
Tal vez no le lleguen a aquel chispazo, o tal vez alguien hasta lo supere, pero estoy seguro que ere gran chispazo no estará en mi camino hasta dentro de varios años.
No le contesto debido a que él profesor llega al salón de clase, no le presto mucha atención desde que comienza a hablar, prefiero estar hundido en mis pensamientos y fantasías, solo mirando al frente como sí le prestara toda mi atención. Mis notas han bajado un poco, siempre estoy deprimido, distraído, no salgo a fiestas, y no rio o bromeo como antes.
Mi madre me ha llevado a doctores que siempre le dan la misma respuesta: "está en una depresión", "se le pasará con los meses". No, no creo que se me pase nunca.
Estoy tan cansado de escuchar la voz de mis amigos repetirme: "hay que cambiar de página", tal vez tengan razón, pero no puedo saltar de página hasta que comprenda el texto, y aún no comprendo muy bien el párrafo final.
Después de las dos malditas horas de anatomía toca el cambio de clase, Leo y yo tenemos dos horas libres, así que iremos por algo de comer a la cafetería y volveremos para esperar el inicio de la próxima clase. Salimos del salón y comenzamos nuestro camino a la cafetería.
—¿Qué vas a comer? —pregunta Leo.
Alzo los hombros.
—La verdad no lo sé, no tengo mucha hambre, ¿por qué?
—Yo tampoco lo sé, te quería copiar— se rie.
Giro los ojos y rio, este chico siempre me sabe poner feliz.
Al llegar a la cafetería Leo pide todo lo que le alcance, una hamburguesa, frituras, jugos, dulces, etc; yo solo pido un agua. El cambio de Austin Texas a Columbus Ohio fue difícil, separarnos de nuestras familias, del lugar donde nacimos, del lugar donde está descansando Char. Ese gran cambio provocó que nuestras comidas sean chatarras en su gran parte, nada saludable.
—¿Vamos a tu árbol? —pregunta mientras abraza todas sus chucherías.
Asiento mientras abro mi agua y le doy un gran sorbo.
Mi árbol.
Un árbol grande, lleno de hojas color verde y café, da una sombra tan extensa que antes de llegar al tronco ya te cubre el sol, te da un aire de frescura y relajación. Es agradable. Y más porque nadie se sienta debajo de él más que yo y mis amigos, por eso es mi árbol.
Nos sentamos en el pasto y recargamos nuestra espalda en la dura corteza del tronco.
Mi amigo abre su hamburguesa con ansias y le da una gran mordida para después acercarmela.
—¿Quieres?
Niego mirando al frente.
—¿Por qué no?, en preparatoria eras amantes de todo lo comestible, comías más de cinco veces.
—Simplemente no me da hambre.
Suelta un suspiro y le da otro mordisco.
—Hay una fiesta hoy, ¿vienes?— pregunta mirando al frente, observando la gente desconocida caminar por el campus.
—Paso.
—Por favor, Jace, hace mucho que no vas a una.
—Hay un examen en dos días, tengo que estudiar y tú también.
Suelta un quejido.
—Sí vamos te juro que estudiaré.
Hace mucho tiempo no voy a fiestas, simplemente decidí estar atento a mi estudio, lo cual no va de la mejoran era, y tampoco es como que tenga muchas ganas para salir a divertirme.
—Paso.
—Por favor, anda, iremos todos, siempre te quedas solo en casa, es hora de salir.
Giro a mirarlo, está haciendo ojos de cachorro. Es tan desesperante, porque realmente Leo es muy tierno y es inevitable decirle no.
—Okay, pero mañana no quiero que te estés quejando cuando estudiemos, quiero sacar buena nota, llevo arrastrando casi todas las clases.
—Te lo prometo. Ken y Dahp se van a emocionar, ahora eres un cascarrabias.
—Cállate no soy un anciano, tú eres como un niño de cinco años y no te lo reprocho.
—Sí, un niño de cinco que extraña comer mitades de pasteles de chocolate y tener una horrible sobrecarga de energía a media noche.
Suelto una pequeña sonrisa, en realidad todos extrañamos los pasteles de mamá, desde año nuevo no comemos y estamos a diez de Enero. Devoramos hasta la última migaja antes de volver a la universidad.
Continuamos hablando de varias cosas, riéndonos y estudiando, aunque con Leo nunca es posible concentrarse, creo que el único que cambió desde... ella, soy yo.
—Hola—interrumpe la voz de una chica desconocida.
Ambos subimos la mirada, encontrándonos con una chica castaña de ojos cafés, y de verdad, no me puedo mentir a mí mismo, es bonita, en un sentido común, entre mi estándar de belleza, pero es atractiva. Se parece un poco...
—Hola—habla Leo.
—Soy nueva aquí, ¿saben dónde queda el salón once?
—Todo derecho desde aquí, giras a la izquierda y ahí habrá una puerta con el número—digo de forma normal.
Me mira por unos segundos y sonríe con la boca cerrada, asiente en forma de agradecimiento y se va. Mi amigo y yo la seguimos con la mirada hasta que se pierde en uno de los pasillos.
—Mi cabeza no paraba de pensar en que tenía a Charl enfrente—murmura aún mirando en la dirección en que ella se fue.
—No era tan parecida.
—Tenía un aire a ella, eso no lo puedes negar.
Es que eso es casi imposible, aunque el parecido no es mucho ni exagerado, sentí que ella estaba frente a mí, sonriendo y agradeciendo por volverla a salvar. Sentí mi corazón acelerarse por mi imaginación, por mi cabeza que se niega a soltar a Charlie.
Suelto un suspiro y niego con la cabeza para sacar la imagen de ella de mi cabeza.
Ya todos la han soltado,yo lo he intentado miles de veces, pero no puedo, no quiero, no aún, es difícil tan solo pensarlo. Cuatro años y sigo enamorado de ella como desde el primer choque que dio mí corazón al verla con otros ojos.
Estoy tan malditamente perdido en este mundo, siento que no estoy completo, que le falta a mi cuerpo la pieza de la felicidad, y básicamente ella es esa pieza, pero está perdida...
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Holaaa, les dejo este primer capítulo por el motivo de que Jace esta a solo 9 días de cumplir años.
Es corto, pero ya después vendrán los demás 🤍
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