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Capítulo 15

-¿Cual es tu maldito problema!- reclamé con frustración y de brazos cruzados mientras entraba a la habitación.

-Tu eres mi problema-cerrando la puerta de un fuerte golpe, el cual me hizo estremecer.

-Si quieres puedes hacer más ruido rompiendo un par de cosas y yo me pongo a gritar tu nombre a todo pulmón-sugerí, poniendo los ojos en blanco.

Di en el blanco, Marinette 1, Chat 0.
Me resultaba perturbador el hecho de que sin saber que yo era la chica bajo la máscara, este me seguía a todas partes. ¿Tan evidente era?

-Igual que cuando se te ocurrió romper las ventanas del pasillo, como olvidarlo-sentándose sobre la mesa que se encontraba al centro de la habitación.

Era lo que me temía, tenía información valiosa que podría ser utilizada en mi contra cuando esté quisiera obligarme a hacer algo contra mi voluntad, muy inteligente de su parte. Yo también podía jugar al mismo juego si me lo proponía.

-De todos modos si llegasen a llevarse a alguien no hay problema para mi, después de todo a mi no es a quien buscan-mirándome las uñas sin prestarle atención.

-Bien jugado niña, si es que se llegasen a aparecer ten por seguro de que yo estaré a kilómetros de este lugar antes del amanecer-levantándose para aproximarse en mi dirección, con un rápido movimiento su dedo índice quedó bajo mi mentón para levantarlo con el objetivo de hacernos quedar a la misma altura- Aunque nosotros tenemos un asunto pendiente...

-Me tocas aunque sea el más mínimo cabello y te despides de lo que llamas rostro-le advertí, alejándolo de un empujón.

Al parecer su actitud seductora era constante con cualquier chica. Estaba segura de que existía la mínima posibilidad de que supiera quien soy bajo la máscara, por desgracia yo no tenía idea; su tono arrogante, cabello desordenado y su habilidad en la seducción no calzaban con ninguna persona que conociera, ni en el pueblo, ni en la nobleza. En mi opinión no me gustaría repetir el bochorno de aquella noche, para ser sincera ese había sido mi primer beso y no era en absoluto como lo había pensado. Aunque se diera la ocasión no estaría dispuesta a repetirlo con la misma persona.

-Pero si fuera Adrien Agreste la historia sería distinta, ¿no?- espeto con una sonrisa ladeada dibujada en su rostro.

Por mucho que deteste ese lado de él, tal vez tenía razón. Siendo petición de Adrien ya que yo no sería capaz de hacerlo por mi cuenta, conociéndome, me quedaría en blanco frente a él. Debía demostrar desinterés si no quería dar a conocer parte de mi verdadera personalidad.

-No sé de qué me hablas-rodando los ojos.

-Pero en el invernadero perfectamente lo sabías, te gustó tanto que no pudiste evitar el no traerte un recuerdo de tan espléndida noche-señalando con el mentón la rosa que aún yacía en mi mano- Primero tienes algo secreto con el hijo de Adrien Agreste, el cuál por cierto y como deberías saber esta comprometido con la condesa Bourgeois, te llevas algo invaluable del invernadero, luego entras a su mansión como si nada a destruir lo primero que encuentras y por último te paseas por ahí con la actitud más paranoica que tienes, sin duda el robo del sigo, ni yo lo habría hecho mejor, me sorprende, my lady...

Su imparable diálogo fue interrumpido por el sonido de unos pasos que se aproximaban desde el pasillo, seguidos de un: <<Lo hablaremos dentro>>

-Votre silence pour le mien-mirándome por el rabillo del ojo.

(Traducción: Tú silencio por el mío)

-Clair.

(Traducción: Claro)

El tiempo no se detendría al tener clemencia de nosotros, debíamos actuar rápido si no querían que nos descubrieran.
La habitación solo estaba compuesta de una mesa de estudio, unos estantes con libros y unas inmensas cortinas.
Chat me indico que me escondiera tras las cortinas ya que mi vestido era un color similar de estás y era probable que por mi estatura no resaltará al punto de que me descubrieran. <<Tu figura de no debe marcarse así que procura no asfixiarte entre la tela>> me advirtió antes de irse debajo del escritorio, el cuál lo escondía muy bien.
Había quedado un hueco por el cual yo podía ver, en caso de emergencia nos comunicariamos por los gestos.

La puerta se abrió de golpe y bajo el umbral pude ver dos figuras conocidas.

-¡Es un insulto hacía mi persona! ¡Que tan miserable tiene que ser mi vida para por fin casarme sin interrupción alguna! Primero la sucia y estúpida panadera me quita a mi prometido y ahora esa chica misteriosa se roba la atención que debería ser para quien en verdad se la merece, ¡es injusto!-Grito la rubia dando grandes zancadas en la habitación mientras el hombre iba detrás de ella cargando con una copa de vino.

No pude evitar mirar por debajo de la mesa ya que él se encontraba haciendo señas muy notorias.
Al no emitir ni un ruido era casi imposible adivinar a que se refería con sus indicaciones. O yo era mala adivinando o el pésimo haciendo gestos, puse mi mano junto a mi oreja y luego la moví demostrando negación para que esté se diera cuenta de que no lo escuchaba. La chica continuaba alardeando y quejándose del bochornoso momento que le había hecho pasar uno de los invitados.

-¿Como es posible! Exijo solo una muestra mínima de respeto-bajando la cabeza- ¡Una! Pedí que me confeccionaran un vestido digno de alguien de mi nivel para que llegara una muchacha a robarse la atención que debería ser para...

-Esta hablando de ti-susurró el gato a una intensidad en la que era complicado pasar desaparecido.

La chica guardo silencio y comenzó a mirar en distintas direcciones con una expresión facial que claramente significaba que había oído algo y ahora sabia que no estaban solos. En una habitación de ese tamaño difícilmente podíamos durar mucho tiempo escondidos.

-¿Debería ser para quien?-pregunto Gabriel, quien estaba de brazos cruzados y con una seriedad impresionante, al parecer dejo la copa sobre donde estaba escondido Chat, cosa que lo hizo temblar de seguro. Mientras que ella parecía haber perdido el sentido de lo que estaba hablando-Acabas de decir que una invitada llego para quitarle la atención a quien en verdad se lo merecía ¿Esa persona es?

-Para mi, la prometida del joven Adrien-aclaro con la cabeza en alto y con un tono petulante típico de ella- ¿De quien más podríamos estar hablando? A no ser...

-Entonces no te lo dijo-con indignación reflejada en aquel gesto de llevarse la mano a la frente.

La sonrisa complaciente de Chloe y su actitud egocéntrica había sido reemplazada por una mirada de tristeza junto con unas lagrimas a punto de brotar por sus mejillas, de todos modos parpadeo para ocultar aquel sentimiento que había salido a la luz con la noticia de Gabriel.

Si a mi me hubieran dicho algo como ese hubiera reaccionado del mismo modo, en una noche que se supondría sería la que cambiaría una parte de tu vida el que diera un giro tan inesperado significaba una enorme inestabilidad en tus sentimientos o peor en tu seguridad como persona, lo cual no es fácil de reparar así como así, en esas situaciones era cuando te preguntabas:

<¿Tan necesario es hacer sentir inferior a dos chicas el mismo día?>

Una persona no era mala desde nacimiento, tenía que haber ocurrido un acontecimiento que la hiciera volverse de ese modo, el de querer hacer sentir e influenciar a alguien negativamente no remedia el daño que te han hecho.

-Descuide señor Agreste-con un hilo en la voz y cuando hablaba su mandíbula temblaba- Mi padre se encargara de ello.

-De hecho fue el quien me lo propuso e insistió en hacerme cambiar de idea, lamento ser yo quien sea portador de esta noticia pero viendo el lado bueno no es una decisión concreta por lo que aun sigues siendo una opción para el, no del mismo modo que antes pero lo sigues siendo-conservando esa sonrisa seria- Hay que volver con los demás.

Para aún conservar lo que le quedaba de dignidad, ella asintió sin más que agregar. Debía ser muy doloroso el solo hecho de que tu padre haya cedido tu oportunidad para casarte aunque haya sido solo por interés, no sabía si estaba de acuerdo o del lado contrario de esa idea.
No por que fuera una mala persona eso significaría que le deseo el mal y quiero que sea infeliz por el resto de su vida.

Al salir ellos por la puerta me ví obligada a ser yo quien le avisase a mi <<compañero>> no estaba segura de que si sería una buena idea llamarlo así ya que técnicamente no hemos estado juntos en toda la noche, ni tampoco formaba parte de mis planes el hacerlo aunque teníamos un objetivo en común que era el salir de ahí. Su expresión no decía más que <<ya podemos irnos?>> Mientras que yo salí de mi escondite y ya me encontraba saliendo por la puerta.

-Si pero cuidado con la...-no fui muy rápida para que se diera cuenta, lo que me temía, su cabeza se golpeó con la mesa haciendo que está diera un movimiento lo suficientemente fuerte como para derribar la copa haciendo que está se estrellara contra el suelo-...copa

Esbozó una sonrisa fingiendo inocencia mientras que oí ruidos desde el corredor.

-¿Que ha sido eso!

Cerré la puerta, con algo de suerte eso nos daría algo de tiempo para pensar que haríamos. Esa situación no tendría otro descenlace más que una muerte o castigo seguro, mire al gato en busca de respuestas ya que él era el indicado cuando hablabamos de escapismo. Detestaba meterme en problemas y ahora era la ocasión en la que más tenía al enfrentarme a un grupo grande de personas, no le veía emoción a alguna, solo sentía pánico y no lograba comprender cual era la satisfacción que sentía él al ser esto parte de su diario vivir.

-Oye no quiero alarmarte, pero tenemos compañía-dije con más tranquilidad de la que esperaba.

Este aún se estaba lamentando por el enorme chichón que le había quedado motivo del golpe. Le tome la mano a Chat para demostrarle la gravedad de la situación, corrí con el hacia la puerta que daba al pasillo y desde uno de los extremos de este teníamos a Gabriel Agreste junto a Chloe. Nos vimos obligados a correr en la dirección contraria ya que sería muy poco lógico el ir hacia donde ellos estaban.

-Guardias ¡Detenedlos!-Chilló la rubia, mientras nosotros nos dimos a la fuga en dirección a una salida.

Había una puerta a pocos metros, cosa que yo había considerado como nuestra salvación hasta que la abrieron desde el otro lado y ahí fue el momento cuando me di por muerta. Mire en todas direcciones y había una puerta que daba hacia el salón pero estaba segura de que eso nos llevaría a una circunstancia peor a la que nos encontramos.

En ese preciso instante, Chat, tomo control total de la situación como también lo hizo con mi mano por lo que esté era quien me guiaba ahora.

-¡Quietos ambos!-ordeno uno de los guardias quien iba armado y apuntaba hacia nosotros- O disparo.

Chat se puso delante de mí con una actitud sobreprotectora pero la bala que se desprendió del arma ya venía en nuestra dirección. Agradezco aquel movimiento de parte de la puerta del salón la cual fue lo necesario para impactar contra la bala y desviarla contra el gran ventanal por el que escapamos.
...

Xx's POV.

Lo que acababa de hacer sin duda sería una de las mayores faltas que había cometido en mi vida, aunque a tal punto no me importaba si me castigaban por ello, después de todo ya habían hecho todo lo posible por arruinarme la vida al máximo.

Cada vez que se me ocurría una idea como la que acababa de tener iba acompañada junto a un <<¿Que podría salir mal?>>.
De cualquier modo nadie haría lo correcto está noche, era mi oportunidad de unirme a la causa, si me llegaban a descubrir mi familia sería la única perjudicada gracias a ello. De cierto modo no me importaba en absoluto al sentirme traicionada por quienes prometieron protegerme y fueron unos de los primeros en decepcionarme.

Un día, mi vida dió un cambio inesperado el cual derrumbó todo aquello que pasó por mi mente como un futuro cercano.

-Señorita, sus padres han llegado con noticias que nos enriquecen tanto a nosotros como lo hará también con usted-hablo cordialmente a quien consideraban el consejero de mayor confianza donde vivía, claro está que aquello lo dijo solo para hacer más delicada la situación.

No me dieron el tiempo suficiente para levantarme del asiento cuando ambos aparecieron bajo el umbral de la puerta y pidieron que me dirigiera hacia el salón principal.

Desearía volver el tiempo atrás para cambiar un hecho que hasta el día de hoy, lamentaba.

-¿Querida estás molesta?-preguntaron en un tono unisono luego de mi última demostración de paciencia.

Me negué a responder eso, también el silencio era considerada como una respuesta.

-Elise, ya estás lo suficientemente grande para tus inmadureces ¡Habla ya!-reprocho quien alguna vez fue mi madre, perdiendo los estribos.

No iba a quedarme en silencio.

-¡Mis propios padres! Los cuales no había visto desde que tengo memoria llegan de improviso a mi residencia para que... ¿Preguntarse como estoy? ¿Recuperar todo aquello perdido durante los años en los que no nos vimos? ¡No! Lo único que pedía era una maldita muestra de afecto y que tengo a cambio... Un prometido del doble a mi edad y que ni siquiera conozco ¿Para que! Mejorar el alcance económico de la familia-grite entre lágrimas y una mano tomo fuerte de mi brazo.

-No te permitiré que levantes la voz y te casarás con él, te guste o no pero antes necesitas volver a una escuela, has dejado en evidencia el hecho de que tu tía te ha criado como un animal y que no tiene la educación de calidad de la que mereces ser tratada-dijo mi padre con el rostro tornado de rojo de tanta rabia que le causaba ese momento.

No le mencioné aquello ni a mis empleados ni a los chicos, por esto me ví obligada y no me negué en ofrecerle mi ayuda a quién estaba en una situación similar a la mía, sin duda era lidiar con un infierno, el cual hasta el día de la fiesta todo se volvio peor.
Los constantes golpes que llegaban a parar en mi rostro cuando no le gustaba lo que yo hacía ni cuando hacía cosas atrevidas en su opinión, los gritos que se desprendían desde el más profundo de su interior para llamar mi atención, me obligaba a hacer cosas en contra de mi voluntad y ni siquiera mis padres estaban enterados de esto al pensar que era un buen partido para mi.

Me obligó a bailar con el. Convirtió una de mis cosas favoritas en una de las peores que podía hacer, junto con muchas otras, el bailar ya era una de mis maneras de expresión favorita al igual que tocar instrumentos pero el pidió a mis padres que me requisarán todos los que había en mi casa.
Podían tomarme por una estúpida pero lo que ellos no sabían en cuan erudita era mi mente al albergar todos y cada uno de los secretos menos pensados que podría saber una mujer.
El vals de las flores estaba siendo interpretado en ese momento por los músicos, era uno de mis temas preferidos así que no pude negarme a bailarla.
Sentí una mirada que estaba puesta sobre mi a la distancia, Félix, quién estaba rodeado por muchas chicas que querían bailar con el y este no les prestaba atención alguna por dedicarse a observar con odio a mi <<prometido>> el simple hecho de llamarlo así, hacia que me odiara a mi misma por darle el privilegio de recibir ese nombre.

Félix debió notar mi incomodidad al bailar con él, por lo que se apartó del grupo de muchachas y comenzó a hacer unas expresiones que me hacían reír desde que éramos niños.
El hombre, pareció notarlo y se me acercó a la altura en la que su boca quedaba cercana a mi oreja.

-Quítale los ojos de encima si no quieres que se vuelva a repetir lo de hace unas horas...

Lo ví en sus ojos, puede que a tal distancia haya sido imposible ver lo que una persona está experimentando gracias a lo que ocurre en su entorno pero el sabía por lo que yo estaba pasando, esa sensación de no saber que hacer cuando tú amiga de infancia está siendo intimidada sin que nadie se de cuenta más que tú. El le dijo algo a una de las chicas que babeaba por el, por supuesto que accedería a lo que fuera que Félix le pidiese, ambos se acercaron bailando hasta que terminó la canción dando el momento que se separaba la una de la otra.

-Señor, ¿me permitiría este baile?- pregunto la muchacha mientras hacia una reverencia casi perfecta acompañada de una leve inclinación de cabeza.

El hombre accedió sin siquiera preguntarme, nada comparado como yo debía hacer para hacer lo que se me pasará por la mente. Entonces fue cuando me quedé frente a frente con Félix, quien venía en mi auxilio y en sus ojos solo veía lástima.
Ahí fue cuando me derrumbe por completo y no hice más que estallar en llanto.

-L-lo... C-cuanto lo siento.

Me di la vuelta con determinación, pero él fue más rápido. Su mano se entrelazó con la mía y me dedico una sonrisa ladeada mientras que con la mano que tenía desocupada me limpiaba las lágrimas del rostro. Antes de ocurrir otra cosa que pudiese resultar mal para ambos, se aseguro de que nadie se diera cuenta de lo que teníamos pensado hacer. Nos escabullimos entre la multitud en dirección a una de las puertas en las que solo la aristocracia tenía permitido entrar, para nuestra suerte no había señal de algún guardia que pudiera estropear nuestros próximos planes. El simple hecho de ser vista con una persona que no sea mi supuesto prometido ya volvía esto una falta gravísima, más aún tratándose de uno de los jóvenes más elementales en la nobleza. Aunque claro, yo hasta cierto punto no era considerada un buen partido para él según algunos aristócratas, vaya decepción se llevarían al saber de la desaparición de dos miembros importantes de su grupo la misma noche en la que se concedería el gran asalto...

Antes de llegar a la puerta, me detuve en seco y su atención se dirigió hacia mi.

-No creo que pueda hacerlo, no puedo irme- dije sollozando con la cabeza gacha.

-Debes irte, como acordamos será lo mejor, te hará muy mal seguir así-se acercó más y su mano se extendió para apartarme los mechones sueltos del rostro- Esto no una forma de vida en absoluto, llegará el punto en el que ya no resistiras y me temo que podría perderte.

-¿Y luego que? No creo poder hacerlo sola, las únicas personas que tenía resultaron ser igual al resto además ya me conoces desde hace mucho tiempo como para saberlo, ni siquiera puedo resistir un par de golpes sin caer luego de ellos, Soy una completa inútil-me apoye contra la pared y las lágrimas seguían.

-No mereces todo lo que ese imbécil te ha hecho desde que le dieron el privilegio de ser tu prometido, sin duda desaprovecho la oportunidad de su vida, cualquiera que te conociera desde el más mínimo de los tiempos sabría que te mereces algo mejor-me toma de ambas manos y continúa- Yo iré contigo- me miró a los ojos con una sonrisa dibujada en su rostro.

-¿Hasta el final?-Con un hilo en la voz y la visión borrosa gracias a las lágrimas.

-Me temo que no hasta el final...-se dió la vuelta, con la mano en la nuca dejando en claro que estaba en la misma situación que por la que yo estaba pasando, en un parpadeó solo estábamos a unos pocos centímetros de distancia, podía sentir ambas respiraciones volverse una sola, todo aquel ruido que había oído antes había desaparecido, solo éramos nosotros dos- Elise...Será hasta siempre.

Ese era el momento, yo lo sabía. Fue ahí cuando se me acercó hasta el punto de quedar sin nada que nos separase, tenía el mismo olor que de cuando nos conocimos, un olor que cada vez que me acercaba me hipnotizaba más y más. Nuestros labios se juntaron en un rápido movimiento, tan dulces y suaves, el tiempo se me hizo lento, no quería que ese momento jamás terminara. Comencé a mover sus manos por mi cuerpo, acariciándome el rostro y luego optó por dejar sus manos alrededor de mi cintura mientras que mis brazos rodeaban su cuello para disminuir más aún la distancia que nos separaba.

Mi corazón latía muy rápido, por mis venas corría la adrenalina junto con todos aquellos sentimientos que me provocaba ese momento. Nos separamos al oír el ruido de la puerta abrirse junto con dos miradas que estaban posadas en nosotros, entre ellas pude reconocer a una de las chicas que lo rodeaban hace un rato, de cierto modo me recordaba a Marinette pero sabía que no era ella al ver la expresión dibujada en su rostro. Mi prometido de inmediato se abalanzó contra Félix, comenzó tirándole de la camisa y agradezco haber estado ahí para impedirlo.
Me interpuse entre ambos, a lo que el hombre iba a quitarme ahí con uno de sus contactos sobrehumanos que fui impedido por la chica.

-Ya basta, su crisis matrimonial la podrían solucionar en privado ¿no creen?-dijo la muchacha quedándose por delante de Félix.

-Esto no se quedará así-bufo el hombre y me tiró fuertemente del brazo en dirección a una de las habitaciones, que para su suerte estaba abierta. Lo cual no duro mucho al ser cerrada con un portazo de su parte. Ahora si era mi fin.
Se quedó frente a mi durante unos segundos antes de arrojar el primer golpe.

-¡Me engañaste deliberadamente! ¡Maldita arpía!-Seguido de una serie de bofetadas que acabaron con el maquillaje- ¿Quien te creés que eres!

La sala no se me hacía conocida en absoluto, por más que la miraba no llegaba a conseguir una visión clara o algún momento que hayamos pasado en ella. Luego de un par más de golpes yacía tendida en el suelo, con lo poco que me quedaba de fuerzas para seguir viva. Su rostro estaba tan enrojecido que se asemejaba con el tono de un tomate, a diferencia que esta fruta era totalmente inofensiva al lado de esta persona. Me arrastre un par de centímetros para alejarme pero tope con un piano el cual no me permitía seguir moviéndome, el mientras tanto rompió una silla que se encontraba en la esquina del salón y venía en mi dirección con un trozo de madera que logro sacar del mueble. Cuando ya estaba a la distancia de mis pies, levanto la madera con ambas manos y cuando debería haber impactado contra mi, cerré los ojos para contener el dolor que significaría eso pero no sentí nada.
En lugar de eso escuche un gemido masculino, abrí los ojos y frente a mi había una mujer de cabello rubio con un traje verde esmeralda con detalles de pluma de pavo real.

-¿Estas bien?-Se agachó hasta quedar a mi altura y me ayudó a levantarme.

Asentí con la cabeza y la abracé demostrando mi afecto, se me hacía familiar su forma de hacerlo aunque los tantos golpes me fallaron la memoria.

-Me alegra que no le hubieran hecho daño a la guardiana-dedicándome una sonrisa.

-¿La que?-pregunte, confundida.

-Tu has de tener el dije que da con la entrada ¿no?-se cruzó de brazos y yo puse mi mejor cara de no entender absolutamente nada a lo que ella respondió- A menos que no hayas sido tu la que recibió la llave de un hombre desconocido en plena feria.

Lo sabía.
Algún momento iba a descifrar aquel misterio que traía consigo tal preciado objeto. El solo me dió lo que pudo ser el inicio de una gran conspiración, esto formaba parte de los muchos secretos que guardaba, al igual que lo que ser considerada una simpatizante.

-¿Hablas de...

-Un hombre bajito, con bigote y rasgos orientales ó ¿te referías al dije?-con una expresión pensativa.

Metí la mano por debajo de escote para sacar el dije que contenía dichosa llave y la arranque de un solo tirón, volviendo mi mano un puño para luego abrirlo frente a la mujer que lo necesitaba, quien me agradeció con una sonrisa y antes de irse se atrevió a decir.

-Tu padre ha dicho que te quiere dentro de diez en el ala oeste, primera puerta a la derecha-fue lo último que dijo para luego desaparecer sin dejar rastro.

Deambule sin rumbo hasta que calculé el tiempo que debía pasar antes de encontrarme con mi padre.
Aunque aún tenía aquella duda del si tenía que ver en algo con el collar o en qué si se conocían antes de ello y también de la relación que llevaban que los hizo llegar hasta mi como una manera de mantenerlos comunicados.
De cierta forma su apariencia física era similar a algún conocido pero tenía una confusión respecto a los nombres que me hacía tener una explosión mental acerca de ello.
Caminé por el pasillo teniendo en cuenta la variedad de variables que jugaban en mi contra respecto a lo que podría significar el que mi padre me esperaba en cierto punto. Alguien pudo haberle dicho lo de que era una simpatizante, o le pudo haber mencionado lo de Félix.
Escuche un ruido tras la dichosa puerta así que me apresuré y la abrí, fui lo suficientemente rápida para apartarme en cuanto la bala dió con la puerta y fue desviada con la ventana, para dar paso a la escapatoria de dos personas desconocidas.

Ladybug's POV

Chat se consiguió un caballo para que pudiésemos avanzar más rápido y que nuestra huída fuera lo menos lenta posible. Aunque luego debimos abandonar al caballo ya que no podíamos atravesar los límites del territorio de los Agrestes con el animal por lo que nos vimos obligados a seguir a pie.
Lo noté bastante tenso en el camino, cosa que me preocupo bastante.

-¿Sucede algo?-pregunté mirando el paisaje, con admiración por lo bello.

-Iba por un objeto en específico a ese lugar-recalcó- Tenía la ubicación exacta de dónde se podría encontrar pero aún así no estaba en su lugar, estoy seguro de que alguien lo tomó antes de que yo pudiese hacer algo.

-¿Era muy importante?-Con duda y curiosidad respecto al tema.

-De eso dependía el compromiso entre dos personas, además de que ese objeto sería utilizado como una ofrenda a quien se ganará el privilegio de formar parte de la familia Agreste, cosa que se ha transmitido de generación en generación, pero la antigua portadora del prendedor era muy pura y de buen corazón en comparación con la actual que es todo lo contrario-frustrado- Solo espero que no haya caído en manos equivocadas...

-Eso depende de cuántas personas tuvieran acceso al lugar, no debió ser muy fácil si es tan preciada la joya ¿no?-Me encogí de hombros.

-Con el paso de la noche pude darme cuenta de cuántas personas estuvieron en el lugar del que hablé pero eso ya es otra historia... Tú andabas con una rosa ¿Que sucedió con ella?

¡La rosa!
La había olvidado por completo, por desgracia fue tal la irresponsabilidad que apenas ahora me daba cuenta de no la traía conmigo. Mire en todas direcciones pero no había señal alguna de la hermosa flor.

-La perdí-con la cabeza gacha- Se volvio uno de los regalos más preciados que me habían dado hasta ahora, puede que sea pequeña, haya muchas en todas partes pero él solo hecho de quien me la dió, hizo la diferencia-suspire-Era la única responsabilidad que tenía esta noche y lo arruine extraviandola.

-¡Vaya! ¡Que descuidada eres¡, ¡Habiendo cualquier loco suelto en todas partes y tú te dignas a perder semejante regalo! ¿Como es posible? Cualquier desconocido haría posesión de ella y se reiria en tu cara acerca de cuán idiota sería perder algo que estaba en tu mano-irónico- Pero como yo no soy un desconocido y tengo la rosa en mi mano tengo el derecho de reírme en tu cara-mostrándome la rosa que tanto buscaba.

La tomé y cuando me digne a continuar con mi caminar, el me detuvo con su brazo y me indico que ya habíamos llegado al lugar del que hablaba tanto durante el viaje. Había un punto que conectaba varias zonas de París, hasta el momento habíamos sido vistos por la mayoría de la policía por lo que éramos un blanco seguro a excepción de lo que se encontrará en la ubicación indicada ya que era tierra que nos volvía inmunes y la autoridad no tenía control sobre esa zona por lo que nos salvamos por el momento.

-Solo unas personas tienen la llave del lugar, son tres las que están autorizada a entrar-asintiendo- Si mal no recuerdo son de los tres grupos sociales que hay hasta ahora, desconozco el del pueblo y el de la aristocracia pero creo saber quién es el simpatizante por lo que creo y según mis cálculos podría encontrarse aquí-viendo la reja que estaba medio abierta.

-¿Para que usan el acceso?- dije procesando la información dicha por él.

-Algunos por la misma razón que nosotros y los otros para reuniones de los mismos simpatizantes o los recluidos por la sociedad, tal vez la simpatizante solo lo hizo para ahorrarse camino recorrido en lugar de pasar horas y horas vagando por París, así que puedes estar tranquila-esbozando una sonrisa que me daba confianza.

Abrí la reja con sumo cuidado, procurando hacer el menor ruido posible mientras que mi compañero bajaba las escaleras.

-Bienvenida a las catacumbas.

A lo lejos pude ver unas luces desde el fondo de el pasadizo, no tenía idea si eran parte del recorrido previsto u otra forma de vida por parte de quiénes tenían acceso a los túneles subterráneos. No me atreví a preguntar por el simple hecho de que cualquier cosa de dijera terminaría retumbando en los rincones más ocultos de los caminos.
Con cada paso que dábamos se podía oír lo que se nos aproximaba, no era una persona, si no un grupo el cual no tenía idea de que estaban haciendo ni tampoco la tenía mi compañero.

Teníamos dos opciones: Evitarlos o quedarnos a espiar y luego irnos por donde vinimos como si nada hubiera pasado. Aunque si era como decía el gato podrían ser prófugos al igual que nosotros por lo que nos convertiríamos en aliados ¿no?

-Es el único camino, ellos están justo en la parte en donde este pasaje se divide en dos así que estamos obligados a pasar por ahí-mirando la situación de reojo.

-Será mejor analizar la situación antes de que se nos ocurra aparecernos de imprevisto en medio de su reunión ¿no creés?-intentando no hacerme ilusiones.

El asintió y optamos por ir escuchando lo que platicaban mientras avanzabamos en su dirección. El iba delante de mí por <<protección>> lo que significaba de seguro un: <<Si ellos vienen detrás yo tendré tiempo de correr y a ti que te den>>.
Cuando pudimos ver de quiénes se trataba, era un pequeño grupo de personas que usaban una capucha de un color distinto pero variaba en los tonos oscuros. Una persona estaba al centro mientras las otras aparecían de las sombras.

-Han sido seleccionados para servir a su nación de la manera más altruista posible, se les ha puesto a prueba para demostrar que tan dignos son de poseer el poder absoluto, han surgido muchos contratiempos de los cuales no se puede actuar e intervenir como me gustaría pero hemos sabido enfrentarnos con el corazón, con ustedes...

Los presentes se estaban formando en un patrón que no fui capaz de reconocer a simple vista, lo único que interprete correctamente era que el hombre del centro era quien llevaba el mando de la situación, arrojo una sustancia que se evaporó en unos tonos azules y verdes fusionándose en el aire para luego caer unido en una pluma de pavo real.

-Colette Agreste.

Chat se detuvo en seco y apareció la mujer del prendedor, quien se quitó su capucha dejando a la vista su rostro frente a los presentes que seguían sin inmutarse de nuestra presencia. ¿Tendrá Adrien un parentesco con esa mujer?

-Me temo que han habido complicaciones con los dos principales, destrucción y creación, cosa que no controlo en su totalidad, sus antiguos portadores cedieron el lugar a miembros de su familia, para la creación todo perfecto aunque el problema está en el de la destrucción; su portador cedió el puesto pero me he enterado de que este no solo se encuentra a su alcance, cosa que traería consecuencias terribles para los demás, espero sean conscientes de ello-informo el hombre del centro, quien tenía una baja estatura.

Por alguna razón el gato no se quería mover de ahí, por mi ya hubiese estado en casa y hubiera ido por el camino que corresponde, tardase las horas que fuera pero sería la manera segura y correcta. No me apetecía quedarme ahí, el hecho de que estuviéramos presentes nos hacía cómplices del evento a pesar de que fuéramos ajenos a éste, escuche un par de nombres pero cuando me di la vuelta con determinación a marcharme lo más rápido posible sucedió algo. El anciano arrojo otro objeto del cual se evaporó de color naranjo con pequeños detalles blancos y negros, para luego fundirse en un remolino del cual en el origen de este había un zorro. Una chica con capucha apareció junto al espectáculo y se quitó el gorro dando a conocer su verdadera apariencia.

-Alya Cesaire.








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