Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Denis 7


—Sigo sin entenderte — comenta Maddie caminando a unos cuantos centímetros cerca de mí en dirección al establecimiento, ha estado haciéndome preguntas sobre Cara todo el camino a la universidad.

Me pregunto porque la subí al coche cuando la vi esperando la parada del autobús, cada día que pasa me convenzo más de que Maddie es la versión femenina de Louis.

—No pretendo que lo hagas—respondo desinteresado sin detener mi recorrido a las áreas verdes, tumbándome en el pasto.

La rubia me imita, no sin antes lanzarme una mirada envenenada.

—Yo he visto como sufre por ti y a ti no importarte en absoluto— se queja me encojo de hombros restándole valor a sus palabras.

— No debería afectarte como me relaciono con los que me rodean. ¿Sabes? me caías mejor cuando eras casi muda.

—No puedo quedarme callada ante las injusticias, le importas demasiado, incluso un ciego podría verlo sin esforzarse

Ahora es mi turno de darle a notar mi enfado cuando la miro.

—Yo no le pedí que se preocupará por mi ¿bueno? Si ella decidió hacerlo no es más que su problema—Escupo irritado.

Maddie menea la cabeza con la desaprobación reflejada en sus facciones, se pone de pie preparada para irse, sin embargo se planta justo en frente solo para decir:

—Espero que no tengas que arrepentirte después. —luego de eso se gira sobre sus talones y sigue su camino ignorando mi presencia.

—Vete quiero estar solo— murmuro al verla lo bastante alejada.

Expulso un suspiro sacando la frustración acumulada mientras fijo la mirada en el puñado de los estudiantes entrando y saliendo del edificio, perdiéndome en el recuerdo de lo que sucedió esa noche.

Un salto, y esto se acaba pienso para mis adentros, con los ojos cerrados tratando de mantener el equilibrio. Doy una inspiración profunda para darme el valor que necesito.

Hazlo, termina con esto de una maldita vez habla alguien a mi izquierda, abro los ojos girando la cabeza hacía aquella voz.

Hallándome a mí mismo, a ese Denis que ha estado manejando mi vida a su antojo. Examina mi rostro con cierta diversión, su cabello revolotea gracias a la brisa ventosa que rompe en sus rizos despeinados.

Mostrándome una sonrisa torcida que lo único que me produce es un escalofrío que se desplaza por cada uno de mis nervios.

Cobarde, eso es lo que eres. Un cobarde enfatiza el adjetivo con el afán de molestarme, el resentimiento comienza a entumecerme hasta los músculos mientras lo veo regodearse de mi situación.

—No soy un cobarde— replico en un susurro volviendo la mirada al frente.

Demuéstramelo—me reta ensanchando su sonrisa socorrona.

Decidido a enseñarle lo que soy capaz de hacer me acerco poco a poco al filo del puente.

Pero entonces una mano cálida aprieta la mía, susurrándome un resiste volteo y no sólo veo a Cara en situada a mi derecha sino también al pequeño Allen quien me mira suplicante.

Quédate conmigo Denis—ruegan al unísono, haciendo que el corazón me lata tan deprisa que me tengo que obligarme a jalar un poco de aire.

Sin previo aviso un tirón brusco deshace la breve ilusión que consiguió distraerme de mi objetivo inicial.

Impulsándome hacia atrás sin darme tiempo a nada, un impetuoso abrazo junto a una respiración agitada y temblorosa me envuelve lo único que puedo sentir ahora es la tela de una sudadera.

—Quédate conmigo Denis, por favor quédate — la oración se interrumpe por un leve sollozo, el abrazo se vuelve más solido que antes.

—Estoy aquí — anuncia la voz entrecortada de mi hermano mayor, en tanto yo me siento cada vez más débil...

Una melena ceniza atrae mi atención, trayéndome de vuelta al presente las personas se dispersan dándome una mejor visión de esos inconfundibles cabellos.

¿Qué hace Rene en la universidad?

Me levanto de un salto dirigiendo mi camino hacia el muchacho.

— ¡Hey, Rene! — exclamo en lo que troto en su dirección, este se vuelve en cuanto me escucha, su semblante aparenta serenidad, percibo la sorpresa en sus ojos al verme.

— ¿Qué haces aquí?, ¿has venido a asegurarte de que no me haya lanzado de un quinto piso? — expreso con ironía, asomando una sonrisa ladeada. Mi pequeña broma no provoca en Rene ninguna diversión, ya que su rostro permanece inexpresivo.

—Vengo a pedir ayuda, no puedes seguir así Denis.

—Sigo aquí hermanito, estoy vivo, no creo hacer otro intento contigo siendo mi sombra. No necesitas pedir ayuda, no la necesito. — el chico menea la cabeza tal como lo hizo Madie con ese gesto disgustado en el rostro.

—No eres el único atravesando por esto ¿sabes? Esto solo lo hace más difícil.

Ruedo los ojos al intuir el sermón que estaba por armar, sin embargo el ruido proveniente del timbre advierte el inicio de la última clase no le permite continuar.

—La campana me ha salvado, podemos seguir con tu alegata otro día si quieres.

Y así doy por terminado su intento de discurso alejándome de él.

Lengua extranjera es la última clase, espero poder sobrevivir las dos horas restantes; sin algún reclamo sobre de mi comportamiento.

Entro en el aula asignada donde el profesor Cameron esta buscando entre su desastre lo que parece un plumón para comenzar la clase, algunos compañeros ya están en sus respectivos lugares. Entre ellos Louis que me observa desde su banca predilecta, ha puesto su mochila en una al otro extremo, camino entre las filas buscando un sitio para sentarme.

El castaño señala el lugar donde ha puesto su mochila con la cabeza como una señal de invitación a tomar asiento junto a él. Detengo la mirada en la banca pasando de largo sentándome tres más atrás

Sus ojos me atraviesan como si tratara de adivinar mi expresión , no obstante consigo ignorarlo limitándome a anotar lo que el profesor Cameron garabatea en la pizarra.

De pronto una bola de papel es arrojada en mi pupitre, seguramente es uno de esos juegos tontos que utilizan para molestar a los demás cuando están aburridos, la desdoblo con el propósito de hacerla pedazos hasta que veo la oración que se lee en la hoja maltratada.

Muerto estarías mejor, mejor dicho, TODOS estaríamos mejor.

La incertidumbre navega por toda mi espina dorsal, no soy solo yo el que piensa así.

Busco al responsable de este mensaje.

Pero todos los asistentes se muestran muy concentrados en sus tareas; sin embargo, no me importa quién lo haya escrito.

Si no el ¿cómo es que se ha enterado de mis intenciones?

Cuando me dispongo a averiguar su identidad el timbre irrumpe en mi cometido, estudiantes por montón salen despavoridos de la habitación eludiendo así mi búsqueda.

—No olviden que el próximo jueves habrá examen.

Comunica el profesor sin ser atendido por nadie pues la mitad del salón ya no estaba presente.

Cuelgo mi mochila en mi hombro y hago lo mismo que ellos.

Paseo por los pasillos directo al patio principal, por lo visto Madie ha decidido no tener contacto conmigo ya que no estaba esperándome fuera de su aula como se estaba haciendo costumbre.

Así es mejor para mí, no quiero amigos falsos.

Reanudo mi camino fuera del establecimiento hasta que la veo aproximarse, la luz del sol la hace entrecerrar los ojos que a pesar de eso no despega de los míos.

Una sensación extraña se expande por mi pecho cuando se encuentra a tan pocos pasos de mí, irme es lo que debí haber hecho a la primera oportunidad pero la idea surgió demasiado tarde.

Ya que sus manos temblorosas me aprisionan en un abrazo en el cual puede sentirse la angustia y el miedo. Me es imposible reaccionar debido a que no me esperaba algo así.

Cinco minutos después se separa para estudiar el aturdimiento que se me dibuja en el rostro segundos después la confusión se adueña de mi cuando su mano conecta con mi mejilla volteándome la cara con brusquedad.

— ¿Cómo te atreves a hacerme esto? — protesta más que molesta.

Yo aún estoy procesando lo sucedido sin entender el motivo de su bofetada.

— ¿a ti que te pasa? ¿De que estas hablando? —exijo saber.

—Sabes perfectamente de lo que hablo Denis, no finjas demencia.

— De lo que si estoy seguro ahora es que te has vuelto loca, mejor que me largo de una vez — resuelvo con frialdad avanzando hacia adelante sin embargo la chica frente a mi bloquea mi andar enseguida.

— ¿Por qué lo has hecho? —por un instante no comprendo lo que trata de decirme con eso.

Hasta que lo recuerdo.

Se lo ha dicho...

Luego de captar la información, una risa amarga brota de mis labios.

— ¿Eras tú?— digo con diversión sin poder creer lo estúpido que es todo esto — ¿la ayuda de la que Rene hablaba, eras tú? —Vuelvo a reír. — Esto es absurdo, una verdadera estupidez.

Cara permanece allí escuchando lo que digo determinada a moverse de donde está.

— ¡¿Poner tu vida en riesgo te parece una estupidez?! — suelta con voz quebrada.

— Estúpido es que crean que tú puedas ayudarme, ¿te crees psicóloga o algo así? — mi respuesta la ha ofendido la deja sin argumentos por varios segundos, más aun logra recomponerse para buscar respuestas.

—Contéstame Denis— insiste volviendo el ambiente tenso con las ganas de irme aumentando aún más.

—Ya no importa— musito sintiéndome abrumado

—A mi me importa— me contempla como si en cualquier momento el miedo y la preocupación fueran a quebrarla. —Me importa mucho— declara poniendo énfasis en la última palabra, un nudo se aprieta en mi estómago al oír la convicción con la que habla, trago duro para deshacerme de él.

Doy unos pasos más cerca invadiendo su espacio personal provocando que por poco pierda el equilibrio.

—Pues no debería, porque a mí no me importa nada, mucho menos tú— contesto sin temor a herirla de nuevo, sé que lo he hecho por cómo trata contener la respiración y parpadear un par de veces para evitar que las lágrimas salgan a borbotones.

Una parte de mi débil y casi inexistente me implora que no lo haga, que no la lastime. La otra esa que se alimenta de la rabia que me va carcomiendo día tras día me ordena que la mantenga lejos y que sea para siempre.

Su mirada y la mía no se abandonan como si ninguno de los dos estuviera dispuesto a desistir.

Tenerla así de cerca no me es de gran ayuda, pero antes de poner distancia entre los dos agrego; —Aléjate de mi Cara, aléjate si no quieres salir lastimada. Y asi doy por terminada la conversación.

Le doy la espalda, rehusándome mirarla otra vez.

No me gusta la forma en la que me sentí cuando la vi visiblemente afectada, o las ganas que tenia de estrecharla entre mis brazos sólo para volver sentir esa paz que era capaz de trasmitirme con un insignificante abrazo.

No me gusta porque si me permito experimentarlo, seria como mentirme a mí mismo, sería decirme que todo irá bien sabiendo que no será así.

Subo a mi auto soltando el aire que no sabía que había conteniendo.

Lo enciendo no obstante antes de que consiga ponerlo en marcha Cara pasa por un lado de la puerta del copiloto ocasionando que nuestras miradas se enfrenten una vez más, mirarla me duele me duele porque sé lo injusto que estoy siendo.

Apártate Cara, hazme caso, aléjate pronto. Pienso mientras la observo

Desvió la vista al espejo retrovisor para que no note cuanto me duele pisando el acelerador, para poder marcharme. En mi mente se dibuja el semblante entristecido de la que un día llamé mi mejor amiga.

Una punzada brusca atenaza mi pecho tan sólo por la alusión que tengo que cierrar los ojos por un instante jalando el aire de mis pulmones.

Para cuando me doy cuenta ya estoy aparcando el auto en el garaje, bajo del coche tan lento como me es posible pues llegar a casa es lo último que he querido hacer durante estos días.

Meto la llave en el cerrojo de repente escucho un golpe sordo, seguido de cristales estrellándose contra el suelo.

Abro la puerta y el hedor a cerveza y cigarrillos inundan mis fosas nasales, mi vista inspecciona la sala de estar o lo que queda de ella.

Uno de los sillones ha sido volcado, la mesa de centro ya no tiene el cristal de soporte, envases de cerveza aplastados están esparcidos por distintas direcciones; las fotografías rotas y mojadas por el líquido amarillo crean un camino por el corredor que conduce a la cocina.

—Hi-hijo —el tono alcoholizado de mi padre me trae de regreso.

mi atención repara en el hombre tirado en el suelo con el rostro abatido.

— ¡Papá! — Exclamó corriendo a su auxilio —Papá, ¿Qu– que es lo que ha pasado? — pregunto mientras intento ayudarlo a ponerse de pie.

— S-solo quería tomar la botella —me explica luciendo vulnerable trato torpemente tener el control de su cuerpo.

—Y-Yo me esforcé --sigue hablando sin ocultar el llanto que lo aqueja mientras coloco uno de sus brazos sobre mi hombro para llevarlo a un lugar donde sentarse — te juro que quería conservar a nuestra familia unida por ustedes pe- pero no pude hacerlo... no.. pude..soy un desastre—lágrimas llenas de impotencia mojan sus mejillas.

Yo por otro lado deposito todo empeño el del mundo en no perder los estribos por repetir la misma escena por segunda vez.

Mis pies pisan las fotografías que descansan en el suelo provocando un crujido chirriante bajo las suelas de mis zapatos clavo la mirda en las imágenes chocando con la sonrisa rota de mamá.

¿Cuánto tiempo llevaba ocultando su inconformidad actuando felicidad que no tenía?

Humedezco mi garganta para tragarme el apretado nudo que se me ha hecho en la boca del estómago.

Me concentro en socorrer al hombre ahogado en alcohol que tengo delante.

Lo acuesto en uno de los sillones que no han sido volcados, antes de que caiga sumido en la inconciencia lo sujeto por ambos lados de la cara obligándolo a mirarme.

— ¿Dónde están mis hermanos? —inquiero con dureza, por lo que vuelve a romper en llanto.

—N- no lo sé— chilla —De- verdad lo siento— gimotea, dejo escapar un suspiro exasperado enredando los dedos entre las hebras de mi cabello.

La imagen que veo resulta insoportable.

Aquel al que de niño consideraba mi héroe ha sido derrotado por una mujer, la mujer que alguna vez dijo amarlo...

El sonido de la puerta abriéndose interrumpe el llanto desconsolado de mi padre.

—Oh por dios —grita Amara a mis espaldas...

♡♡♡

Luego de prometerle a mí hermano que volvería entero y respirando a casa accedió a dejarme salir a tomar aire fresco, con la única condición de que fuera sin el auto.

Por esa razón transito por el parque del vecindario, el sol está cayendo y el frio comienza a colarse por las calles, no he trazado una ruta en particular solo camino sin rumbo.

El jardín está casi vacío a excepción de tres niños que juegan en los columpios, me detengo a observarlos desde la acera envidiando la dicha que los embarga.

Dicha que Allen ya no podrá tener, la que supongo debe ser madre de los pequeños se aproxima a ellos con una sonrisa angelical poniéndose de cuclillas abriendo ambos brazos para recibirlos.

Los niños corren emocionados de ver a su madre encerrándose en su abrazo.

Nunca olvides que te amo, y de verdad espero que algún día puedas perdonarmela petición que mi madre me pedio en aquel sueño se evoca en mi cabeza mientras soy testigo del momento familiar con cierta aflicción.

Porque no creo que algo como lo que nos ha hecho pueda ser perdonado.


Nota de la Autora: este capitulo es relativamente largo debido a que no actualizare las próximas dos semanas pues estoy quedándome sin capítulos y necesito ponerme a escribir para tener los suficientes para poder colgarlos cada semana sin problema, espero puedan comprender los ama Escritora Inmortal.

Capitulo dedicado a :LauraZabinniWeasley Gracias por votar y comentar en cada capitulo un pedacito de mi corazón te pertenece.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro