Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Denis 3

Un dolor punzante en mi mano derecha me hace despertar, abro los ojos viéndome en mi habitación. Hay algo diferente aquí, ya no está el espejo en el que he visto mi reflejo durante tanto tiempo. Los recuerdos me asaltan segundos después.

La visita de Cara y como la saqué a tirones de la habitación, después de colmarme la paciencia. La cual no es mucha últimamente. Ya que estar a su alrededor me recuerda que un día fui feliz, una felicidad que ya no está y que francamente no sé si volveré a sentirla.

La amargura se instala en cada parte de mí en el momento en el que todas esas piezas de lo que paso ayer se unen en mi mente.

El recuerdo de mi madre en compañía de su amante dibujándose en el espejo, revolotea de vuelta en mi cabeza, solo para atormentarme aún más dando como resultado estas heridas ocultas bajo la venda.

Me levanto cansado de escarbar en todo este caos mental.

Salgo de la habitación y escucho la risa de Allen en su recamara, es algo que no he oído con frecuencia en los últimos dos meses, es como si se hubiese apagado cuando su madre se fue, voy buscar la causa de su risa encontrándome a Cara haciendo muecas graciosas para que adivinará no sé qué cosa.

Me cruzo de brazos y me recargo en el marco de la puerta para observarlos jugar, no quiero ser un intruso en la felicidad de mi pequeño hermano.

—Eres un león con dolor de estómago —intenta adivinar Allen.

Pero su respuesta es errada.

—Una pantera —digo al ver que no se le ocurre nada más.

Ambos voltean a mi dirección y Allen sonríe.

— ¿Si es cierto Cara? —La cuestiona curioso a lo que ella sólo asiente sin desviar su mirada de mí.

— ¿Entonces perdí? —Inquiere decepcionado.

—No, la pantera es familia del león y también tenía dolor de estómago...— le explica para no desanimarlo.

— ¡Ganamos Denis! —Exclama feliz— iré a decirle a Amara que es su turno de jugar con nosotros para que te ayude a ganar Cara —avisa con emoción repentina y sale corriendo rápidamente de la habitación.

Cara y yo quedamos solos, genial.

Justo lo que no necesitaba, tomó una respiración larga para dirigirle unas palabras.

—Gracias por hacer que Allen se divierta, hace tiempo que dejo de hacerlo, le hace bien... —suelto en tono bajo y serio.

Cara acomoda un mechón detrás de su oreja, aun mirándome.

—No me agradezcas, lo hago porque lo amo y no quiero verlo así de triste —ambos guardamos silencio un momento.

Pero se siente incómodo, me siento fuera de lugar y como ya no hay más que decir... me doy la vuelta dispuesto a irme.

—Sé lo que paso en la pizzería... —dice con tono precavido a mis espaldas.

No doy un paso más, no puedo

El solo recuerdo de ese instante me despierta el instinto asesino que sentí al verlo ante mis ojos. Era ella y su amante, ni siquiera pudo irse lejos para evitar que sus hijos en un descuido pudieran verla, no le importo una mierda que Allen...

Soy incapaz de pensar en la posibilidad de que un niño como el viese lo que yo, porque duele, duele demasiado como para que alguien de su edad pueda soportarlo. Ni siquiera yo puedo hacerlo.

Me giro hacia ella que sigue con esa mirada de precaución y ligeramente tensa.

— ¿Quién te lo dijo? —Mi voz sale con exigencia.

Se acerca a paso cauteloso y traga saliva antes de emitir palabra, es casi como si le doliese decirlo a viva voz.

—Ginger... —su semblante denota desesperación.

Como si esperase una respuesta negativa de mi parte, sin embargo no hago lo que espera, se iba a enterar de una u otra manera.

Quiero gritarle y decirle que se vaya, que no se meta en mi vida nunca más; pero eso no funciona, ya le exigí que se largara, y no lo hizo. Por el contrario permaneció aquí y le devolvió la sonrisa a mi hermano, lo hizo jugar con ella, solo por eso trataré ignorar lo que su presencia remueve en mi interior, sin siquiera tocarme, lo único que necesita es estar cerca para que todo dentro de mí pierda el control.

Espero poder aguantar lo suficiente.

—Ya veo... —es lo único que digo.

Cara parpadea y toma un poco de aire como si mi respuesta le hubiera dado un golpe duro. Me mira con más culpa que cuando la saque a arrastras de mi habitación hace un rato. Pero se recompone de inmediato.

—Lo... lamento mucho —desvió la mirada por que la sinceridad que reflejan sus ojos cuando habla, me abruma y molesta.

No confió en mí mismo, no quiero volver a perder los estribos frente a ella.

—Yo también lamento no haber matado a ese bastardo —susurro con honestidad mientras el rencor y el odio se escurren en mi voz.

Me siento al borde de la cama para poder sopesar la maldita imagen. El otro extremo del colchón se hunde con el peso de Cara.

—Cuando tengo la sensación de que tarde o temprano voy explorar con algo que no puedo o quiero expresar con los demás, escribir siempre me ayuda a sentirme mejor. Puedo expresar todo cuanto quiera sin miedo a ser juzgada por nadie —dice mirándome con esa tranquilidad, no tardó ni un segundo en romper el contacto visual.

Temo que si la miro por mucho tiempo vuelva a creer que todo lo que ha pasado no ha sido más que una pesadilla.

Necesito la realidad más que nunca.

— ¿Estas insinuando que debería escribir? —Vuelvo a clavar mis ojos en ella se limita a encogerse de hombros.

Niego con la cabeza pensando en lo absurdo que suena eso.

—Yo no soy tú Cara —traga saliva y yo me pongo en pie dando dos pasos para alejarme y volverme a verla de nuevo— mi familia no volverá a ser como era así le escriba mil cartas o un puñetero libro de quinientas paginas, nada va a regresarme lo que perdí. ¿Es que acaso... Nadie puede verlo? —Dicho esto salgo de la habitación sin ver atrás.

♡♡♡

Observo como la cafetería se llena de estúpidos estudiantes con una rapidez que me pone de mal humor desde una de las mesas lo suficientemente alejada, mi emparedado de pollo pierde todo mi interés con los murmullos de la multitud. Por suerte como vino se fue, la misma basura monótona de siempre es lo único que he estado percibiendo últimamente.

Ni siquiera sé porque continúo viniendo a este lugar.

Todo parecía normal hasta que los cuchicheos se hicieron más molestos que de costumbre, no fue difícil detectar cual era el interés de la comunidad de idiotas sin vida. Una chica rubia entra con aire misterioso, va vestida de negro con una capucha, no tiene pinta de querer llamar la atención lo demuestra su semblante incómodo; pero es justo lo que está haciendo.

Baja su cabeza encaminándose a una mesa del fondo.

—Es ella... es esa chica... —susurran un par de chicos detrás de mí.

Creo que tiene una reputación que no es precisamente la de popular o inocente.

—Yo que tú ni siquiera miraba a esa loca —la voz de Ginger me saca de mí y me doy cuenta que tengo la mirada puesta en ella.

Me vuelvo a mirarla con desinterés pero como siempre ignora las reacciones de los demás, le importa una mierda el que no tenga ganas de escuchar y se suelta dándome información que no le pedí.

—Su nombre es Maddie Bowen, dicen las malas lenguas que es una psicópata —ladeo mi cabeza y miro a la rubia con más atención esta vez. A lo mucho puede pasar por un vago — esa es una de las razones por las que no tiene amigos, Abril una chica de segundo grado escucho que le hicieron algo tan terrible que decidió alejarse de las personas —arque las cejas a tan importantes revelaciones— también dicen que asesino a sus padres. Yo creo más en la segunda versión, solo mírala da miedo es una loca en potencia.

—Gracias por la información, seguro que me servirá de algo —me levanto de la mesa, listo para marcharme.

Pero soy detenido por su mano que coloca en mi hombro, me tenso al instante.

—Estoy preocupada por ti... no puedo olvidar tu cara en la pizzería... —baja la mirada a mi mano herida y la deja ahí por unos segundos— ¿Que te paso?

—Nada que te importe —me acerco a su oído y susurro— ah y una cosa más, eres la menos indicada para llamar loca alguien, la obsesión y la persecución también son parte de la locura. Aléjate de mí —no pudo defenderse contra mis palabras, no la deje pues me aleje rápidamente en dirección a la salida.


No puedo creer lo que estoy a punto de hacer...

Espero estar bien oculto entre el montón de personas aquí, para ser honesto no pensé que hubiera tantos aspirantes a mitad del año.

Estoy apretado en la fila, tanto que mi espalda choca con lo que sentí como una cara.

— ¡Auch! —Se quejó alguien y si, era una cara.

Me vuelvo para ver a quien he lastimado y me topo con la loca, digo con la chica de la cafetería, con su mano cubriendo la mitad de su cara.

—Lo siento, no te vi.

—Supongo que no, porque no veo los ojos en tu espalda por ningún lado. Genio —declara con sarcasmo.

Planeo ignorarla dándome la vuelta pero ella continua parloteando cosas que no son de mi interés.

—Yo te conozco... — dice de pronto con algo de fuerza para que dejara de ignorarla, me vuelvo de nuevo a ella.

—Claro que me conoces Einstein, vamos en la misma escuela, seguramente me has visto por el pasillo —le devuelvo el tono en que me hablo.

Frunce el ceño.

—No, no yo te conocí en las rampas. Aunque te recuerdo "amable" —suelta sin pensar que podría ofenderme con sus palabras.

Avanzamos un poco más libres puesto que la fila ha disminuido considerablemente.

—Las personas cambian Maddie —musito con aburrimiento.

— ¿Cómo sabes mi nombre? —Inquiere interrogante.

—Digamos que tu reputación de inocente chica extrovertida te convirtió en el juguete nuevo... —le aviso si es que no se ha dado por aludida.

No tarda nada en captar mis palabras, al menos sabemos que retrasada no es.

—Ya veo... —chasquea con su boca.

La última persona antes de nosotros es atendida en solo unos minutos, le sedo la oportunidad de que ella sea la primera en pasar, no por amabilidad sino porque no quiero a nadie hurgando en mis asuntos y tampoco quiero que nadie se entere que voy a inscribirme al primer nivel de escritura.

No es que me avergüence.

Es más bien porque me es difícil aceptar que tengo la necesidad de sacar toda esta porquería que crece día con día dentro de mí, que en lugar de disiparse con el tiempo como esperaba que sucediera, solo parece aumentar más y más. No quiero que nadie se entere.

¿Y Cara?

Ella menos que nadie, no quiero ser etiquetado como el pobre imbécil que le escribe a una mujer que prefirió a otro hombre antes que a su propia familia, con solo traerlo en mi mente y dejarlo navegar por ella me hace sentir como un imbécil.

El imbécil más grande del mundo que le dedica tanto tiempo a una mujer tan despreciable que por más que quiera dejar en el olvido, son tantos los recuerdos que me ha dejado que me hacen mas daño del que pensaba.

Terminamos el proceso de inscripción a la clase de escritura y la chica a cargo nos entrega un último formato a llenar para ser oficialmente aceptados, bueno a mí me repitió hasta el cansancio que no podía estar en tantas actividades extracurriculares porque podía afectar mi desempeño, me sermoneo aconsejándome que pensara bien antes de seguir, sin embargo accedió a darme el formulario.

—Aquí tienes piénsalo bien, si decides entrar a este taller entrégamelo, sino simplemente arrójalo a la basura ¿de acuerdo? —Me habla tan lentamente que me siento un poco idiota.

No digo más y respondo con un asentimiento, tomando el maldito formato.

Maddie camina junto a mí en la misma dirección que yo.

—No te ofendas chico pero no tienes cara de que te guste escribir mucho ¿Puedo preguntar cuál es la verdadera razón? —Su pregunta me hace cuestionarme si debería decirle mis motivos al fin que es alguien solitaria.

No tiene a nadie con quien hablar, su ajena personalidad a la del resto encaja con la característica de amistades que quiero tener desde ahora.

Personas fuera de mi pasado y ella me agrada por eso mismo.

Decido contarle parte de la verdad, no la conozco lo suficiente como para sentarnos a beber él te y hablar de mis dramas familiares.

—Alguien me dijo que escribir sirve como desahogo para la mente y tus pensamientos infames... —se limita a escuchar. No habla, no hace preguntas, es silenciosa, no te sonríe.

No es Cara, ni ninguno de mis antiguos amigos.

—Entiendo —acepta mi respuesta sin indagar más a fondo.

No le interesa.

Creo que vamos a llevarnos bien después de todo.

Encuentro a Cara a lo lejos, camina despacio buscando entre los alumnos, seguramente es a mí a quien quiere encontrar. Sin pensarlo dos veces acelero el paso para que no lo consiga.

A Madie le cuesta un poco alcanzarme por lo que tiene que trotar para hacerlo.

— ¿De quién te escondes? —Inquiere, pero no necesito contestarle nada, ella ya ha armado el rompecabezas por si misma al percatarse de la pequeña y delgada figura de Cara que pasa a una distancia prudente.

Pero sin localizarme.

— ¿Ella es ese alguien del que me hablaste antes?

Si ella es la chica a la que me refiero siempre... incluso ahora que no quiero hacerlo. Me respondo a mí mismo internamente sin decirle nada.

—Lo tomare como un si —afirma cuando solo obtiene mi silencio.

Nuestra caminata llega a su fin cuando nos detenemos frente a una puerta, debe ser su clase.

—Gracias por acompañarme...—se queda a mitad de la frase tratando de recordar mi nombre.

—Denis, Denis Prestón —la ayudo presentándome de nuevo, la rubia asiente.

—Fue bueno conocerte de nuevo Denis, no me había pasado algo así, lo anotaré en mi diario. Cuando tenga uno —bromea antes de irse dentro, pero no sonríe con su chiste.

Yo tampoco lo hago, solo lo acepto.

♡♡♡

El entrenamiento de hoy ha sido duro, el entrenador está obsesionado con ganar este año, aunque esta sea la última cosa que haga en su vida. Se dice que tiene una rivalidad eterna con el entrenador de los Rivers, yo digo que me importa un carajo cosas como esas.

Nos ha obligado a trotar sin descanso por todo el campo, hay algunos alumnos en las gradas observando el entrenamiento, entre esos alumnos se encuentra mi pequeño gran problema.

Se tomó muy en serio la promesa que me hizo aquí mismo aquella vez.

Voy a luchar por ti, voy a recuperar a mi mejor amigo.

Sus palabras cruzan mi mente como una amenaza, no puedo permitir que hurgue en mi pasado, necesito dejar atrás todo lo relacionado al mismo, así que cuando por fin termina la tortura más conocida como entrenamiento decidido hacerlo.

— Escuchen todos —doy un grito llamando la atención de los jugadores, del entrenador que está tratando de no perder el equilibrio con las llantas que usamos para calentar en sus manos y la de algunos presentes.

Hecho esto prosigo a decir con voz firme, fuerte y clara para ser escuchado por todos y no tener que repetirlo.

—Tengo algo importante que decir... —todos mis compañeros del equipo me miran esperando mi anuncio.

— ¿Qué vas a decirnos Prestón? ¿Que todos deben entrenar fuera de la escuela para mejorar su técnica de princesas frustradas? Si es eso escuchen a su compañero —vocifera el profesor.

—No, no es eso —su ceño se frunce ante el desconocimiento— lo que quiero decir es que... voy a dejar el equipo.

Las llantas que el profesor sujetaba caen al suelo con un ruido estrepitoso y su gesto se torna aterrado como el de la mayoría de personas en el campo, algunos más están boquiabiertos con mi decisión. Pero es lo que quiero y no hay vuelta atrás.

Nadie se mueve y no dicen nada, aprovecho el shock que les he provocado para dar media vuelta y con la frente en alto salir de allí alejándome de una de las cosas que más he amado en mi vida, pero ya no me trae ninguna satisfacción. Estoy decidido a dejar mi pasado atrás.

Eso nada. Ni nadie va a poder evitarlo..


Nota de la Autora: Cuenta la leyenda que se supone que subía capítulos los viernes, pero dijo mi mama que siempre no, en realidad es que la novela esta todavía en proceso de escribirse, y hay cosas que cambio a ultima hora ademas de que no tengo capítulos suficientes para hacer capítulos sorpresa o maratón como antes lo hacia.  Por eso mismo les pido sean pacientes, ser yo no es fácil -música dramática-  okno.

Aun con todo eso intento ser constante con los capítulos porque los amo tanto y eso lo saben muy bien, din mas que decir nos vemos pronto.

Capitulo dedicado aMaraMilagrosLenAlcar

Nena mil y un gracias por votar y comentar en la historia no encuentro una forma de agradecerte mas que esta, espero te guste y que sepas que un pedacito de mi corazón te pertenece.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro