Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cara 4


Todo el campo ha caído en un silencio fúnebre por la noticia, yo trato de procesar y comprender por qué está haciendo esto.

Pero no, simplemente no entiendo.

¿Porque está dejando lo que ha amado desde que era apenas un niño? ¿Que podría ser más fuerte que el amor por lo que haces, para que lo abandones así sin más? Veo cómo se va del campo con paso firme sin importarle las caras de asombro; y el pre- infarto del profesor Flyn.

Me levanto y bajo las gradas de dos en dos para no perderlo de vista, siempre ha sido más ágil que yo a la hora de perderse.

Entramos a los pasillos, ni siquiera se ha enterado que voy detrás de él por lo que tuve que elevar mi voz para que se detuviera.

— ¡Denis! — exclamó cuando veo que no podré llegar a él antes de que cruce por donde se encuentran las aulas de administración.

Al oírme se detiene en seco girando sobre sus talones para mirarme con el ceño fruncido. Su mirada endurecida e inexpresiva hace que un escalofrío viaje por toda mi espina dorsal.

— ¿Qué quieres? — brama con evidente enfado en su tono, muerdo mi labio inferior pensando bien en las palabras que voy a decir para que no crea que mi plan es fastidiarlo más de lo que ya esta.

Sino todo lo contrario.

— Yo... — De pronto todas esas ideas que tenía para comenzar a hablar se van, dejándome muda ante su expresión carente de alguna emoción. Y no, no fue el miedo de ver su semblante el que me dejo paralizada.

Más bien el hecho de que en su rostros ya no había rastros de mi mejor amigo.

Aun así soy capaz de reunir el valor para hablar y preguntarle; — ¿Porque has abandonado el equipo? — el rizado me observa como si fuera idiota.

Alza una ceja y casi puedo ver una sonrisa irónica asomarse por sus labios.

— ¿De verdad estás preguntándome eso? — inquiere con un deje de queja e incredulidad, enseguida me arrepiento de haberlo hecho sintiéndome avergonzada por lo que contesta después.

— Es un chiste ¿a que si? — camina unos pasos más cerca de mí con una leve sonrisa que se borra en el instante en el que habla.

— ¿Crees que mi situación no es motivo suficiente como para querer alejarme de mi sitio estrella"?— hace comillas invisibles con los dedos —.Si me respondes con un argumento convincente entonces voy al campo a retractarme con todos — dice desafiante mirándome con recelo.

Por más vueltas que le doy para encontrar al menos uno de esos motivos no puedo.

No lo hay.

Tiene razón.

Bajo la mirada a mis manos inquietas con una sensación de derrota sofocándome desde dentro. El escrutinio de Denis sobre mí, no lo hace para nada sencillo.

—Eso pensé... — comenta con satisfacción, al notar que no tengo con que objetar a sus reclamo.

Luego sus pisadas en dirección opuesta indican que se ha marchado, una oleada de tristeza agita mi interior y unas cuantas lágrimas logran resbalar por mis mejillas.

Pero soy lo suficientemente testaruda como para que un puñado de estudiantes confundidos por lo sucedido en el campo me vea llorar.

Más cuando levantó la cabeza tropiezo con la mirada de una rubia a la que nunca había visto por aquí, sin embargo no luce como esas chicas que están listas para inventar chismes; pues me mira como si me entendiese de alguna forma.

Limpio mis lágrimas con el dorso de la mana volviendo a mirar a la chica que no parecía tener la intención de acercarse o decir algo.

Lo único que recibí de su parte fue asentimiento de cabeza, como si con eso dijese que no diría nada de lo que paso ahí. Tomó un suspiro caminando hacia la puerta principal.

Para de esa forma concentrarme en otra cosa que no fuera el dolor que me produjo dicho encuentro.

Pero mi caminata se vio interrumpida por inesperada presencia de Joshua frente a mí.

— Ratoncita aquí estas, ¿porque te pierdes en entre tanta escoria? — hace una mueca de asco, le dedicó una mirada cargada de reproche por su comentario ofensivo a lo que él reacciona con rapidez al comprender mi gesto.

— No me refería a ti con lo de escoria por supuesto, lo decía por los demás— aclara el mal entendido retomando el camino junto a mí.

—No todas las personas son una escoria como dices, hay algunas que valen la pena— puntualizó con seriedad mientras nos dirigimos al estacionamiento.

— Eso es porque tú no ves el mundo como yo lo veo amor.

— No llames ratoncita y menos amor, me causa escalofríos cuando te oigo decirlo — le suelto tan de repente y con tal brutalidad que temo haberlo herido.

Se quedó callado por un par de segundos largos, la culpa me absorbe al hacer conciencia de lo que he hecho; no debí hablarle así, él no tiene la culpa de cómo me siento. Voy a disculparme, no obstante lo que me dice a continuación me afecta más de hubiera imaginado:

— ¿Prefieres que te llame brujita? — pregunta con tono sombrío, ladeando un poco la cabeza para tener una mejor visión de mi rostro dolido por la sola mención de ese sobrenombre.

Clavo la mirada al suelo buscando componerme del acertado golpe en la herida.

La mano de Joshua toma mi barbilla elevándola hasta la altura de sus ojos.

—Yo creo que ratoncita te queda mejor.Amor — dice despacio recalcando la última palabra.

Trago saliva al verme indefensa con la lúgubre energía que percibo a nuestro alrededor. Rompo contacto visual en cuanto surge la oportunidad alargando mis pasos para llegar más pronto al auto.

— Es muy temprano para que vayas a casa a encerrarte. ¿No crees? ¿Te apetece ir a comer algo? La comida de este lugar siempre me ha parecido detestable. — sugiere el oji-verde.

—No Joshua, no tengo ánimos de comer justo ahora— respondo y un suspiro exasperado sale de sus labios.

Nos detenemos a pocos pasos de mi auto y me quedo congelada en mi sitio, cuando mis ojos conectan con la imagen de Denis yendo a su auto junto a una chica que no reconozco. Ya que está dándonos la espalda y su cabello está cubierto por un gorro de lana gris, la sujeta por la cintura pegándola a su cuerpo.

Un pinchazo violento y doloroso que me deja casi sin aliento, provoca que me lleve una mano al pecho

¿Cómo puede alguien romperte el corazón sin siquiera enterarse?

— Sí que Prestón no pierde el tiempo con las chicas ¿eh? — comenta con una risilla burlona junto a mí. —Bueno ratoncita te dejo auto- castigándote con esta linda escena de amor— expresa con sarcasmo.

Me cuesta unos segundos eternos recuperar el control de mis movimientos, al hacerlo me giro viéndolo alejarse poco a poco.

—Josh...Joshua— pronunció con dificultad.

— ¿Si ratoncita? — cuestiona en tono cantarín, al volverse hacia mí, con una sonrisa radiante

—Voy contigo...

No pasan más que unos minutos de haber aceptado cuando Joshua ya está dándole órdenes a uno de los tantos estudiante que seguramente amedrenta para que lleve mi auto a casa, entregándole un papel que arranco de su cuaderno con mi dirección.

—Es aquí donde debes llevarlo, ¿entiendes? — el chico de antojos mira la hoja una y otra vez tratando de grabar el lugar en su mente.

Sus manos tiemblan bajo el papel que sostiene, y el horror se refleja en sus facciones.

—S-si— tartamudea, estoy tentada a negar la invitación solo para acabar con el suplicio del pobre muchacho.

—Buen chico, ahora lárgate... — tan pronto como Joshua termina de darle las indicaciones, este se escurre a toda prisa entre el gentío.

El restaurante a donde me ha traído no es muy retirado de la universidad, si bien es más lujoso y distinguido que los que Adam y yo solíamos visitar para calmar el hambre.

Éste si es digno de un Hamilton.

Envuelvo mi tenedor como puedo en los espaguetis, que he pedido, mi acompañante lleva más bocados que yo es obvio que tiene más práctica, cosa que me hace recordarme a mí misma la falta que me hacen unas clases de modales en la mesa.

—Cuéntame algo sobre ti—digo para disimular mi torpeza, y acabar con el silencio, él me observa un tanto confundido tragando el bocadillo a duras penas.

— ¿Sobre mí?.. — me cuestiona sin poder creer lo que he dicho

—Si, sobre ti, ya sabes; cosas comunes como... ¿Tu música favorita, quizá?

Traga saliva y endereza su postura, no sé cómo debería sentirme con esto.

—Ah pues... —.Está por responder pero al fijar la vista al frente su semblante es el de la sorpresa más pura que he visto.

—Maddie.... —susurra. Me vuelvo para ver a la chica que lo ha dejado tan impresionado.

No obstante la impresión resulta ser para ambos al percatarme de que Madie es la chica que me vio llorar en el pasillo.

La misma que no reconocí en el estacionamiento y que quien está sentado a un lado suyo es Denis...

Ni Joshua ni yo decimos nada al regresar, se concentró solo en dejarme a unas cuadras antes de mi casa como le pedí. Él estaba tan ensimismado como yo, necesito despejar mi cabeza de tanto dolor que se ha estado agolpando en mí interior y caminar es lo más viable ahora.

Los acontecimientos de esta tarde se reproducen en mi cabeza, cada uno más insoportable que el anterior.

— ¿Pequeña, estas bien? —la voz de Louis me saca bruscamente de mis cavilaciones.

—Louis...— pronuncio con la voz temblorosa y expresión atónita debido al asombro de verlo aquí, mi amigo me mira preocupado.

—Si... supongo. — el castaño se aproxima a donde estoy me mirándome con esa calidez tan suya y dice: — ¿Quieres contarme que pasa? ¿Es Denis, te ha hecho algo?

Vuelvo a sentir esa incomodidad abrumadora que sentí la última vez que estuve con Denis de sólo escuchar la formulación de su pregunta.

Él me ha hecho todo. Pienso para mis adentros haciendo una mueca en respuesta y así reprimir la necesidad de romper en llanto delante de él.

—No es nada—me encojo de hombros.

No obstante el castaño consigue darse cuenta que mis esfuerzos por ser fuerte están por agotarse.

—Hay una cafetería aquí cerca. ¿Vienes? — me ofrece y acepto necesito una compañía amable y comprensiva como la de Louis para ignorar lo que siento.

Camino a la dichosa cafetería las imágenes de Denis con esa chica abordan mi cabeza.

¿Quién será esa chica? ¿Sale con ella? ¿Porque Joshua puso cara de espanto al verla?

Sorprendo a Louis mirándome con preocupación en el trayecto a la cafetería pero me hago la despistada para no preocuparlo aún mas, llegamos al pequeño establecimiento casi vacío y pedimos cada uno nuestras respectivas bebidas.

— ¿Qué es eso que te tiene tan pensativa? — indaga el chico acabando con el mutismo entre ambos, levanto la mirada que estaba puesta en la bebida y ahora me dedico a observarlo con cierta timidez.

—Todo— le digo no porque no quiera hablar de eso, sino porque es cierto tengo tantos pensamientos en mi mente que me hace sentir agotada y lo único que deseo es no pensar más.

— ¿Ese todo es Denis? — suspiro pasando los dedos por mi cabello, dejando ver la desesperación contenida.

—Es tan diferente ahora— confieso volviendo mis labios una línea apretada. — Creo que está saliendo con una chica— le explico con amargura y desanimo,

Louis me mira dudoso.

— ¿Una chica? Eso es imposible con quien ha querido salir desde siempre ha sido contigo. No saldría con nadie más menos aún con todo lo que le ha pasado últimamente.

Sus palabras son como una pequeña esperanza queriendo florecer dentro de mí.

Sin embargo, aquella esperanza se ve ensombrecida por el recuerdo de Denis y esa chica en el restaurante. Quisiera creer que no había sido más que una ilusión tormentosa de mí imaginación.

Pero no lo fue, por desgracia no sólo yo lo vi yo.

Joshua también lo hizo.

Respiro profundo antes de explicarle con detalle.

—Vi como la sostenía de la cintura mientras la dirija a su auto, además los vimos entrar al restaurante donde...

— ¿Los vimos? —me corta de repente muy interesado. — ¿Quien estaba contigo? — cuestiona

Me es imposible contestar a su pregunta. Carajo...

—E- Elissa y yo— miento otra vez, no quiero que se entere que aún tengo comunicación con uno de los Hamilton, no estoy preparada para explicarlo porque ni yo sé porque lo hago...

—Sinceramente, no tengo idea de porque este haciendo esto. — dice algo aturdido. —Lo único que sé es que nos necesita. Te necesita. — declara mirándome a los ojos.

Hoy es el día. Hoy eligen a la historia que ira al concurso por el que he trabajado tan duro, no me siento nerviosa sino confiada.

Mi historia tiene lo necesario para ser la elegida, lo sé porque fui yo quien la escribió.

Estoy dándole los últimos detalles sentada en una de las mesas de la cafetería mientras espero a que me llamen para entregarme el desayuno que he pedido.

— ¿Lista para el concurso? — Ginger se escucha a mi costado, me vuelvo a mirarla, está sonriéndome de oreja a oreja, respondo a su gesto con una un poco tímida.

—Lo estoy— le aseguro, la castaña muerde su labio como si pensará en algo para decirme, yo espero a que lo haga.

Pero me llaman para que pueda recoger mi desayuno.

—Ya vuelvo—le aviso antes de irme.

Minutos después regreso con la bandeja de comida, percatándome de que ya no está.

—Los hemos reunido aquí porque así como festejamos a los deportistas de la UH o a los que participan en las convocatorias de matemática, también queremos celebrar a los futuros escritores que se están formando en esta universidad; como muchos ya saben hubo un ligero cambio en las reglas de este concurso. Ahora tendremos que elegir a la joven escritora que ira a representar a nuestra universidad— recita el director cual orador profesional.

— Démosle la bienvenida a las dos participantes Cara Alisson Williams y Ginger Alice Evans—proclama el anfitrión seguido de un aplauso alentador

Todos lo imitan y el auditorio se llena de ovaciones mientras la antes mencionada y yo hacemos nuestro camino a la tarima que funge de escenario.

Una vez ahí arriba el corazón se acelera, las piernas me tiemblan y la respiración me falta.

Por desgracia no soy buena lidiando con miles de miradas vigilando cada movimiento que hago. A Ginger por otra parte se le ve tranquila con la cabeza en alto. Muy segura de sí, sin tener problema alguno por toda la atención que recibe en el auditorio.

Entonces recuerdo la recomendación que una profesora nos dio en la preparatoria. —Si se sienten presas del pánico, busquen mirar a un punto fijo, o aquello que les de seguridad...

En automático mis ojos buscan los suyos.

Esos ojos color esmeralda que podrían deshacer cualquier miedo e inseguridad en mí.

Por un momento creo haber visto sus labios moverse para decir:

Tú eres la mejor.

Pero no, eso quizá sea el deseo de que me diga algo alentador.

—Queremos felicitar a ambas por el empeño y dedicación que le han puesto a sus historias, de verdad que ambas son grandiosas. Sin embargo solo una a ganado ese lugar y es la historia de... — El director Ernest enmudece solo para divertirse con el suspenso que ha envuelto al público por un rato.

— ¡Ginger Alice Evans!

Entonces esa única luz que me mantenía alegre entre tanta oscuridad, también se apaga derrumbándome por completo.

Y el único testigo de cómo el sueño que tanto significaba para mi se caía a pedazos. Fue Denis Preston.


Nota de la Autora: Solo diré dos cosas tarde mil años en editar UN SOLO CAPITULO solo para subirlo para ustedes, así que les pido perdón  de ante mano si les parece demaaaasiado largo o le encuentran errores de puntuación . La segunda  es para darles mis respetos y admiración para los escritores que escriben y editan sus capítulos ( mi editora incluida)

Capitulo dedicado aHelena_Rose2 ¡Gracias por votar y comentar siempre! un pedacito de mi corazón es tuyo

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro