Elissa 1
Si me pidieran describir el último mes de mi vida, la palabra perfecta sería; tortuoso, ya que ha sido una verdadera tortura no saber que decir o hacer para ayudar lo mejor que podía en esta situación tan complicada y dolorosa a quienes amo. Además de también, tener que sobrellevar la muerte de un amigo.
Mojé mi rostro luego de haberme lavado los dientes, para ir a casa de Matías y sacarlo de su casa, aunque fuera a la fuerza. Pues mi único objetivo es hacerle ver que no está solo; bajé a la cocina donde se hallaban mi madre y mi hermana terminando el desayuno. —¿Tienes planes para hoy? —oí que mi madre le preguntó a la antes mencionada para asi acabar con el pesado silencio que flotaba en el ambiente. —Si, voy a mandarle un mensaje a Denis para ver si quiere quedar hoy en el muelle. — repuso Cara con bastante normalidad.
Ocasionando que mi madre la mirase un tanto aturdida. —¿Qué? —le volvió a preguntar, a lo que Cara le devolvió una mirada cansada antes de soltar un suspiro y replicar.
—Que voy a salir con Denis mamá ¿Qué hay de raro en eso? Siempre lo hago. —la mujer y yo nos observamos incrédulas de lo que escuchábamos salir de su boca; ya que desde que Denis murió parecía que su mente se había encargado de borrar ese suceso. En el entierro parecía perdida en si misma, no hablaba, no se movía por su cuenta, yo tuve que guiarla todo el tiempo, la tuve que duchar y vestir cuando llegamos a casa.
Al día siguiente despertó como si nada hubiera ocurrido y hasta el sol de hoy lo sigue haciendo.
—¿Qué les pasa? —indagó con una mezcla de duda y enfado posando su vista primero en mi madre y luego en mí, liberó un suspiro con evidente frustración. —Ustedes sí que están actuando bastante extraño. —repeló recorriendo la silla del comedor para luego levantarse e irse al piso de arriba, más tarde el portazo que vino después nos anunció que se había resguardado en su habitación.
Mamá talló sus ojos con ambas manos en señal de frustración debido a esto. —No sé que hacer, no sé cómo ayudarla...— dijo con cierta desesperación nadando en su voz.
A mí me partía el alma no poder hacer nada por ninguna de las dos por más que lo deseara, así que hice lo único que estaba en mis manos, me acerqué a ella, me puse en cuclillas y la abracé.
Ella se quedó ahí, quieta en mis brazos como si hubiera necesitado de este gesto desde que toda esta tragedia inició.
—Todo saldrá bien mamá, lo prometo. —le murmuré al oído. Volvió a suspirar, pero esta vez con resignación. —Iré a ver a Matías, necesito saber cómo está. —le comenté.
Mi madre se separó de mi para verme a la cara y me acomodó el cabello con cariño. —Vuelve temprano—me pidió.
—De acuerdo ¿me avisas si sucede algo? —mamá solo asintió con tristeza reflejada en sus facciones. Crucé la acera con la misma incertidumbre que había sentido desde la primera vez que vine aquí después del funeral, me quedé parada frente a la puerta antes de tener el valor de tocarla, liberé un poco de aire rogándole a dios algo de fuerza para poder transmitírsela a mi novio y su familia.
Luego de un par de segundos, llamé a la puerta y esta fue abierta por un Rene con facciones angustiadas y ojos tristes.
—Hola. —dije ofreciéndole una sonrisa tímida que respondió, pero no alcanzó a iluminarle la mirada. Hola Elissa, pasa —me exhortó el mayor de los Preston, al hacerlo y adentrarme a la sala de estar fue inevitable que la sorpresa me llegara de golpe.
—Louis...— dije cuando recuperé el habla.
—Hey duende. —repuso, para luego levantarse y dirigirse hacia donde estaba para saludarme con un beso en la mejilla.
—¿Qué haces aquí? —lo cuestioné con curiosidad, el castaño se encogió de hombros y pude notar que debajo de sus ojos se hallaban unas bolsas oscuras, además de la tristeza que teñía sus pupilas.
Solo estoy tratando de cumplir una promesa...—contestó tratando de sonreír sin éxito alguno, el corazón se me acongojó en el pecho cuando entendí que aquella promesa de la que hablaba tenía relación con su mejor amigo.
No te pongas a llorar ahora Elissa» pensé para mis adentros mientras lo contemplé tratando de no derrumbarse delante de todos los presentes. —Yo también lo echo de menos. —mencioné con sinceridad tras ver que se había quedado sin palabras; o más bien intentaba controlarse. Bajó la mirada a sus pies un segundo para después volverla a posar sobre mí.
—Creo que todos lo hacemos...—murmuró dolido, liberó un suspiro y mordió su labio para retener las lágrimas, eso no hizo más que hacerme sentirme mas impotente aun por no poder hacer nada ni siquiera por mis amigos.
Cuando estaba por abrazarlo, aunque fuera para consolarlo él fue quien dio un paso atrás y dijo: —N- Necesito salir un momento... la voz se le quebró mientras lo decía y procedió a salir de la casa.
Rene, Erika, y yo contemplamos como Louis salía de la casa para lograr apaciguar el dolor que le causaba recordar a su mejor amigo.
En cambio, yo... yo deseaba que la fuerza no se me agotara para poder sostener a la persona que amaba.
—Me duele verlo asi...—murmuró Erika buscando protección en su esposo, el cual solo la abrazó con fuerza; ser testigo de ese acto tan intimo me hizo sentir una total intrusa, asi que carraspeé para encontrar mi voz y les pregunté a ambos. —Perdón que interrumpa, pero... ¿Dónde está Matías?
—En su recámara, no ha querido salir de ahí. — argumentó Rene con un dejo de desesperación, el mismo con el que a mamá se le oye hablar cuando se trata de Cara, al menos en lo que se refiere a este último mes. Asentí al tiempo que iba encaminándome hacia su habitación, sin embargo; antes de que me alejara del todo Erika me llamó.
—Elissa...
Me giré para encararla.
—¿Sí? —indagué
—Gracias...—hizo una pausa breve y paso saliva. Por estar aquí. — le di una pequeña sonrisa como respuesta para luego continuar con mi camino. Estando parada en la puerta de su habitación, respiré profundo, muy profundo y pensé «Adam, dame fuerza por favor...» acto seguido le di un par de golpecitos a la puerta para avisar de mi presencia a mi novio.
—Váyanse no quiero ver a nadie—lo escuché exigir, no obstante; opté por abrir y asomar la cabeza por la puerta.
—¿Ni a mí? —indagué intentando que mi voz sonara tranquila para no alterarlo. El silencio que le siguió a mi pregunta me dio la respuesta que buscaba asi pues, me adentré a su recamara hallándolo tumbado sobre su cama con las sábanas sobre su cuerpo apoyado sobre uno de sus costados. El corazón se me hundió en el pecho produciéndome un dolor muy parecido al que sentí cuando Adam murió; me dolía muchísimo ver como esa luz de alegría que representaba a Matías se opacaba por la tristeza.
Parpadeé un par de veces para evitar que las lágrimas acumuladas no rodaran por mis mejillas, solté un suspiro antes de acercarme a su cama, hacer las sábanas a un lado y tumbarme junto a él, rodeando su cintura con una de mis manos.
Ya que quería que supiera que yo estaría ahí, sin tener que decírselo con palabras. Pasaron alrededor de diez minutos cuando estuvo listo para darme la cara, se giró dejándome ver su rostro enrojecido y ojos hinchados, dejando en evidencia que había estado llorando por horas.
Llevé una de mis manos a su mejilla mojada acariciándola con el pulgar.
—Lo hecho mucho de menos...—murmuró bajito.
—Lo sé amor, y está bien que lo extrañes, está bien que estés triste y que llores todo lo que tú quieras llorar, enojarte o lo que sientas en este momento. Sé por experiencia propia que aprenderás a sobrellevar el dolor con el tiempo. — le dije sin dejarlo de mirar.
Él, sin poder evitarlo volvió a llorar cual niño desesperado, y lo único que se me ocurrió hacer fue abrazarlo, abrazarlo con todas mis fuerzas hasta que nos volvimos una sola pieza.
—No le dije cuanto lo quería...—mencionó entre sollozos.
—Mi amor, no necesitabas decírselo, Denis lo sabía, te lo prometo. — le hice saber en un estúpido intento de aliviar su dolor y también para transmitir esa fuerza que el chico necesitaba ahora.
Aunque para ser honesta, esto de ser la fuerte me estaba jodiendo el alma. Sali de la casa Preston una vez que Matías me prometió que mañana saldríamos, aunque sea a que respirara un poco de aire fresco.
Caminé hasta llegar al parque porque no quería llegar a casa, no hasta quitarme esta sensación de ahogamiento que me apretaba el pecho; cuando estuve ahí me senté sobre el pasto y dejé salir a esas lagrimas que desde hace un mes tenía retenidas.
Permití que me limpiaran por dentro, me dejé sentir a mi cuerpo sacudirse por el llanto, a mi pecho subir y bajar por mi respiración ya agitada, me di permiso de abrazarme a mí misma colocando los brazos alrededor de mis hombros para consolarme como yo trataba de hacer con los demás.
Me permití ser débil por ese instante y llorar.
Llorar por como mi hermana no acepta la pérdida del hombre que amaba.
Por como mi madre sufre por no saber cómo ayudar a su hija.
Por como Louis con todo ese dolor que siente intenta con todas sus fuerzas cumplirle una promesa a su mejor amigo.
Por la inmensa tristeza de esa familia por la pérdida de uno de ellos.
Por ver como la luz de mi novio se estaba apagando y yo no podía hacer nada para ayudarlo...
Y también lloré por mí, por haber perdido a mi amigo, porque no creía poder ser la fuerza de todos por mucho tiempo.
Porque, aunque no quisiera admitirlo en voz alta; todo esto me estaba destrozando más a mí que a ellos. Aun siendo presa del llanto, levanté la mirada al cielo en busca de la estrella de mi hermano mayor para murmurar con desespero un:
Ayúdame, ayúdame a soportar esto. Por favor, te lo suplico...
No fui consciente del tiempo que había pasado, después de que había conseguido calmarme de tanto llorar, pero supuse que fue mucho tiempo.
Uno por que las piernas me tiemblan de lo débiles y entumidas que se sentían; y dos, mi madre me había enviado como veinte mensajes al celular tratando de localizarme, sin embargo, logré llegar a casa sana y salva, una vez dentro de esta mamá comenzó a llenarme de preguntas angustiada.
—¿Dónde estabas? Te dije que estuvieras aquí temprano, ¿Por qué no contestabas los mensajes? No vuelvas a hacerme eso o te castigaré ¿me oíste? —me advirtió.
Yo solo la contemplé un segundo y asentí con la cabeza. —Lo siento mamá. —le contesté con voz queda para después subir a mi habitación. Me sentía agotada, desesperada, enojada, triste; todo al mismo tiempo.
Cuando estaba a punto de entrar a mi habitación vi la puerta entreabierta de la de mi hermana y entre en ella para ver cómo estaba, la encontré escribiéndole a alguien en su celular, si alguien ajeno a nosotros la viese sabiendo lo que ocurre diría fríamente que la muerte de Denis no le importaba, o que nunca lo amó.
Solo por verla actuar como si no hubiera pasado.
—¿Qué haces? —le pregunté acercándome a ella, Cara dejó de contemplar la pantalla de su teléfono para fijarla en mí.
—Hablo con Denis. —repuso con naturalidad, me senté a un lado de su cama junto a ella y me asomé al teléfono para ver su supuesta conversación.
Cosa que solo me provocó algo de lástima y angustia, porque solo eran mensajes de ella contándole sobre su día, sin recibir ninguna respuesta de su parte...
—Cara... no estás hablando con Denis...—le dije despacio, ella me miró y afirmó con la cabeza.
—Si estoy hablando con él, en un momento me contesta, a veces tarda en responder. —argumentó muy segura. Giré la cabeza hacia otro lado, porque me dolía mucho verla asi.
En una burbuja.
En el pasado...
—Denis no va a contestar Cara. —le hice saber.
—Si lo hará. —dijo aferrándose a algo que nunca iba a suceder, y lo que hice a continuación no se si fue por la desesperación de verla sumida en la negación, o la rabia de no poder hacer nada por ella. Pero le arranqué el teléfono de las manos, lo arrojé al suelo, la miré a los ojos y le dije:
—!Con un demonio Cara, Denis no responderá porque esta muerto, carajo! ¿lo entiendes? ! Esta muerto! No regresara. Nunca.— le recalqué una y otra vez.
Pero el impacto con el que me contemplaba también arremetió en mi contra, asi que mejor decidí salir de ahí.
Nota de Autor: Quiero regalarles este primer capitulo, antes de ponerme a escribir los demas, espero de corazón que lo disfruten ; y por favor interactúen con comentarios y votos para poder darme cuenta si les gusta y de igual forma saber que camino tomar.
Les quiero.
Capitulo dedicado a@JohanssyChuello Por apoyarme y comentar siempre
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